Concuños [ 1 ]
Un gran silencio incomodo reinaba en aquella sala de espera, habían solamente dos hombres allí, un castaño con vendas en sus brazos, el otro de cabellos naranjas con una gabardina encima, a pesar de que se habían sentado lejos uno del otro la tensión aún se podía sentir, hasta se diría que se puede tocar, y es que ambos se dirigen una mirada poca amistosa, como si verse ya es algo de mala suerte, Chuuya Nakahara y Dazai Osamu se están viendo él uno al otro, preguntándose que hacia él aquí y viceversa, y es que ambos estaban en un consultorio para mujeres embarazadas, sus esposas les habían llamado, pidiendo de favor que si las podían recoger y claro que fueron.
Pero pobres de ellas al enterarse que cometieron un error, calculando mal los horarios, pues aunque ahora se están controlando para no lanzarse insultos en cualquier momento puede empezar una batalla, Dazai sería quien la provocaría por mera diversión, pero increíblemente se abstiene de eso ya que no quiere causar problemas, sobre todo a su querida esposa que ya tiene un embarazo de ocho meses, Chuuya por su parte lo trata de ignorar ¡pero no puede!, se cruza de brazos deseando que ella salga pronto, todo este bien con sus cuates y así largarse.
Aunque pronto la tensión fue disminuyendo al escuchar las alegres risas de dos lindas mujeres saliendo del consultorio, ambas con embarazos avanzados una de cabello castaño oscuro y otra azabache, cuando voltearon a ver si han llegado sus esposos se quedaron petrificadas sin habla, mientras ellos se olvidaron del odio mutuo que se tienen.
—Que tal, todo bien con el bebé. —El primero en levantarse fue Osamu, quien se dio cuenta del parecido de su esposa con la otra mujer de cabellos negros.
—D-Dazai... Te esperaba aquí mas tarde.—Dijo nerviosa la castaña, dirigiendo una mirada a la otra mujer, dando a entender que se fuera rápido con él Nakahara.
—Chuuya, los cuates están muy sanos, vámonos a casa ya estoy muy cansada.—Apresuro ella a su marido, quien sonrió al verla para hacer caso e irse, apenas dándose cuenta de la otra mujer, pues se concentraba en acariciar ese vientre donde crecen sus hijos.
—Hey hermanas a la misma hora la otra semana.—Habia salido una enfermera a hacer el recordatorio amistoso de la próxima cita, y así de nuevo el silencio incómodo vino, Chuuya paro su paso, Dazai volteo hacia donde estaba la otra pareja, y las mujeres querían que se las tragará la tierra.
—¿Hermanas?...—Dijeron los dos, viéndose a la vez, Chuuya quedo con la boca abierta, Dazai tenía un tic en el ojo, esto debía ser una broma de mal gusto pensaban ellos mientras no dejan de temblar pues si es así, eso los hace concuños... ¡Familia!.
—Querida... Puedes explicar esto.—Sonreía él castaño, aunque la mencionada sentía una aura fría en su esposo, obviamente estaba algo molesto.
—Que significa esto... Tu dijiste que tu hermana estaba fuera de la ciudad.—Le reclamo Nakahara a su esposa, quien río nerviosa sin saber que decir.
—Pues...—Hablo la azabache. —Lo siento Chuuya, estaba buscando las palabras y momento para decirte que...—Hizo un ademán con la mano señalando a su hermana. —Mi hermana es esposa de Dazai, tu antiguo compañero. —Solto al fin la verdad, suspirando pues se viene algo grande.
—Mucho gusto soy Christa.—Ella saludó con la mano sonriendo amistosamente, aun sintiendo la mirada de Osamu, lo entiende esta molesto porque le escondió aquello. —Mi hermana me ha hablado muy bien de ti, gracias por cuidar de ella.—Hizo una leve reverencia ante él Nakahara, quien correspondió aún sin creer lo que escuchó.
—El gusto es mío... —Musito, no sabe muy bien como reaccionar a esto.
—Al fin nos podemos conocer Dazai, soy Frederica, hermana de Christa.—Ella también hizo una reverencia ante él castaño, e igual correspondió como buen caballero que es.
—Un gusto igual, aunque... Eso no hará que cambiemos de tema.—Se encogieron de hombros ambas mientras tragaban saliva. —Sabes Christa no puedo creer que me hayas escondido esto...—Hablaba como si hubiera sido traicionado. —¡Esto será tan difícil de procesar... Yo ser concuño de ese petit!, ah esto dejará marca. —Dramatizo ahora, mientras a Chuuya ya se lo notaba una vena de enojo en su frente mientras su mano la hacia puño, preparado para golpear a Osamu.
—No eres el único afectado por esto momia, como si me diera gusto ser concuño de un bastardo como tu.—Gruñó él Nakahara, y tal como se imaginaron las féminas esto no iba a ser para nada fácil. —¡Maldición!... De tantos hombres que pudieron ser mis concuños tenías que ser tu.—Dijo aquello cruzándose de brazos, debía calmarse, sobre todo porque siguen dentro del consultorio.
—Calma.—Hablo la esposa de Chuuya, para tomarlo de los hombros, pues casi tenía la misma estatura, a diferencia de Christa quien debía alzar la mirada para poder ver bien a su esposo. —Vamos a otro lugar, no quiero que destrocen el consultorio del doctor. —Dijo, imaginando la factura que puede llegar si este par se agarran a golpes, él Nakahara suspiro para calmarse, no quería que ella se agitará al verlo molestó.
—Así es... Vamos a una cafetería. —Propuso la castaña con una sonrisa, Osamu tan solo guardo sus manos en los bolsillos, para así asentir. —Podremos hablar mas tranquilamente.—
†††
Habían llegado al lugar, ambos ayudaron a sus mujeres a sentarse, seguramente querían demostrar quien era él mas caballeroso de ellos dos, pues hasta pidieron por ellas, aunque no cosas que precisamente quisiera una embarazada, en vez de unos ricos pastelillos, les trajeron pan integral, que si bien es bueno para la salud ellas de verdad querían cumplir su objetivo, pero aceptaron su destino de comerse lo otro, viéndolo como un castigo al esconderles todo este tiempo ese pequeño secreto. —Y bien... ¿Cuando nos pensaban decirnos?. —Cuestiono él castaño con seriedad de nuevo, la esposa tembló, sabe que cuando nazca su hijo Osamu le dará un castigo inolvidable.
—Cuando nacieran los bebes.—Respondió Christa para así mordisquear el pan, sin disfrutar de este.
—Pues pensamos que con la llegadas de los bebés, estarían tan contentos que la noticia de ser concuños no les importaría tanto.—Prosiguió Frederica en hablar.
—Aún así... Pensar que este tipo será él padre de mi sobrino, es algo lamentable.—Dijo Chuuya con una expresión molesta.
—E-Estas hablando de mi esposo... Sabes.—Dijo la castaña, eso le calo un poquito debe de admitir.
—Frederica, te doy el pésame al tener de esposo y futuro padre de tus hijos a Chuuya.—Dazai respondió al comentario, posando su mano sobre el hombro de la contraria, y no es como si fuera celoso él Nakahara, pero casi le da un buen golpe en la cara a Osamu por atreverse a tocar a su esposa con tanta confianza.
—¡Chuya no hagas eso!.—Parecio como un regaño y es que si se empezaba a comparar así los iban a correr, él Nakahara gruñó para así señalar a Dazai.
—¡El empezó!. —Le contestó.
—Dazai, por favor no es algo tan malo... Tal vez sea el destino que quiere y de nuevo sean compañeros, familia.—Dijo Christa, sonando de lo mas positiva, pero Osamu bufo con eso daba a entender que no puede aceptar aquello.
—Así es, por algo suceden las cosas, además por lo que me has contado no fue tan malo tener a Dazai de compañero.—La azabache también empezó a ser positiva, para que él también lo viera así, Chuuya se cruzó de brazos.
—Pero es una pésima persona... ¡Puso una bomba en mi auto!.—Miro con gran molestia a Osamu, este tan solo se burlo de él.
—Fue un pequeño recuerdo que deje antes de irme. —
—Solo eres un maldito traidor... —Escupió con odio, a pesar de las palabras que dijeron sus esposas, estas parecen haber entrado y salido de sus oídos.
—Y tu un enano insoportable. —Prosiguio Dazai a insultar, también viéndose harto de seguir cerca del Nakahara, de igual manera se cruzó de brazos, frunciendo el ceño, mirando a su ex-compañero, Chuuya también se le quedo mirando cualquiera diría que al fin empezará la pelea, pues hasta se levantaron y acercaron sus rostros.
—¡Ojalá esto nunca hubiera pasado!.—Gritaron ambos, sin saber que hablaron sin pensar, las mujeres tan solo les vieron con tristeza, se esperaban que sería algo difícil esto, pero no se imaginaron que hablarían de esa forma, como si haberse casados fue lo peor que les pudo haber pasado, ya que por eso se volvieron concuños.
Ellos dos se dieron tarde de sus palabras hirientes, voltearon hacia sus esposas, gracias a su disputa hirieron los sentimientos de ellas, y precisamente estando embarazadas cuando las mujeres son tan emocionales. —Lamento haber arruinado tu vida perfecta, Osamu.—Dijo la castaña, para levantarse.
—No te preocupes Chuuya, si te molesta tanto esta situación nos podemos separar.—La azabache también dijo, para así empezar a tomar los panes que trajeron, estará molesta y triste pero tiene hambre. —Perdona a mi hermana porque se enamoro de tu enemigo... Vámonos. —Le dijo a Christa quien también se llevó panes de la mesa.
—Espera Frede...—Chuuya iría con ella, pero la fémina hizo una señal con la mano para que no la siga.
—Esta bien, solo necesitó un momento para que me acostumbre a esto.—Se refería a las peleas que siempre tendrá él Nakahara con Dazai.
Definitivamente lo han arruinado, pues Christa ni siquiera se molesto en ver al castaño, quien no dijo nada sabía que las palabras no servirían de mucho ahora, tan solo vio como ambas se fueron de la cafetería, sin decir a donde irán, pero lo mas seguro es que estén juntas o eso esperan. —Parece ser que lo hemos estropeado.—Suspiro Osamu, llevando su mano hacia su nuca, algo irritado porque tan Lindo día se arruinó.
—Como arreglaremos esto, maldición. —Dijo Chuuya, sintiéndose mal por que dijo, normalmente Frederica le perdonaba todo sin ningún problema, (aunque casi no hacia nada para que se molestara ella), pero esta vez cruzó la línea.
—Una tregua. —Contestó Osamu. —Como en los viejos tiempos, si de verdad la amas me aceptarás como familia y yo también a ti.—Explico él castaño, con una expresión tranquila, ahora si pensando con la cabeza fría, mientras dirigía su mano al Nakahara, una forma de sellar su tregua, a él contrario le sorprendió aquello pero sin duda iba a aceptar, de mala gana estrecho su mano.
—Tregua...—Musito entre dientes.
—Pero eso no significa que me vas a agradar.—
—¡Tu cabrón!.—
—Aunque si me agradan Frederica y tus hijos, es lo unico que me agrada de ti.—Dijo con una sonrisa, esas palabras calmaron a Nakahara hasta le gustaron que ya no respondió nada al respecto.
★★★★★★★
¡Hola!~ aquí la primera parte de este loco fanfic que se me ocurrió, como verán las esposas tiene nombre (normalmente los hago de rayita) pero al ser dos personajes las cosas cambian. uwu
Como aclaré al principio serán cortos, tan solo serán situaciones de como se llevarán la pareja del doble negro siendo concuños, esposos y padres xD
Esperó les haya gustado esto 💕💖 nos leemos después (o´ω'o)ノ
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