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Capítulo Veinte.

El ambiente en Seúl seguía siendo muy deprimente, pero aquella vez, aquella tarde de verano fue diferente... La niebla era más densa que cualquier otra, todos los criados siempre fueron acostumbrados a hacer su trabajo sin quejarse pero está vez todos estaban en pleno silencio, cuidadosos de que incluso sus pasos no se escucharán.

El pueblo afuera seguía preguntandose cómo era que en aquellas fechas el clima fueran tan frío, y de un de repente a otro la nieve comenzó caer como cascada desde el cielo. Los pordioseros seguían muriendo o desapareciendo en las montañas de nieve y el rey seguía sin dar señales de vida.

El rey, estaba lo suficientemente desesperado y metido en sus propios pensamientos como para estar preocupado por alguien a quien simplemente la tierra se lo tragó y que por ser un sirviente de la calle no tenía familia quién se preocupara.
Él estaba ansioso de que el doctor Jeon saliera de su habitación junto a su hijo y después de dar dos vueltas más a aquel enorme y largo pasillo, las puertas se abrieron.

El doctor salió junto a su hijo y dos enfermeras más quienes cargaban toallas de seda manchadas de sangre seca.
Inmediatamente se acercó y después de una venia el mayor de todos comenzó.

-Tiene tres costillas rotas- comenzó el doctor-. Una fractura en la quijada y golpes en el setenta porciento de su cuerpo, hipotermia nivel uno y hemorragias internas...

NamJoon guardó silencio por algunos segundos, apretó las manos hechas puño y antes de que sus dientes rechinaran en coraje prosiguió.

-¿Aún no despierta?- el mayor de los Jeon negó levemente-. ¿Y qué ocurrirá para el día de cinta?

-Él concubino varón está al borde de la muerte, su majestad, es un milagro que su fertilidad siga intacta y más que siga respirando- suspiró antes de acomodarse las gafas de aumento en el puente de su nariz-. Aún así, recete medicinas fuertes y esperemos que dentro de dos semanas esté en recuperación para que no haya problemas para la fecha indicada.

NamJoon respiró un poco más aliviado y después de dar ordenes para que todos se retiraran, se adentró a la habitación. Esta llena de velas que alumbraban el lugar, la mesita de centro llena de botes de vidrio y madera marfil con etiquetas de nombres de medicina, en una esquina la cama del rey ocupada por el concubino quien mantenía sus ojos cerrados y su cuerpo inmóvil.

El moreno tragó pesado y por alguna razón su pecho se oprimio y los dedos de sus manos temblaron con cada paso que daba. Finalmente estando frente al menor se arrodilló para estar más cerca, tomó su mano más cercana con delicadeza y dejó un suave y leve beso en esta para siguiente a eso acariciarla con cariño.

-Dime quien fue...- murmuró con suavidad cerrando los ojos y ahora dirigiendo la mano de SeokJin a su rostro-. Mataré a quien te haya hecho esto y pondré su cabeza como trofeo en tu habitación, dime quién fue.

La habitación siguió en silencio y NamJoon volvió a suspirar.
-Vamos SeokJin, dime cómo fue que te pude haber hecho esto... Cómo fuí tan tonto e impertinente como para no darme cuenta de lo que estaba haciendo- abrió los ojos y después de dar un último beso...-; No me dejes, esto ya no es una orden, es una súplica.

- Concubino Varón -

A veces HoSeok pensaba que ser el guardián de la nueva deidad era el peor trabajo que pudo haber heredado, más sabiendo que la maldición de un guardián era enamorarse de la deidad y sufrir cuando la muerte de este llegara por razones que ni siquiera él tuvo que ver.

Pero las cosas a veces así sucedían y él realmente no podía hacer nada para cambiarlo, podía cambiar que SeokJin no muriera, pero él mismo no podía cambiar que en algún momento muriera de un corazón roto gracias a un amor no correspondido. Cómo le había sucedido a su padre.

Pero HoSeok era necio, terco y aferrado; entonces ilusionado y ante una venda invisible en los ojos pensaba que está vez sería diferente, aunque no era así pues el destino de una deidad era morir en cualquier momento y ante ello llevar justicia a quien lo merece. Hasta el momento todas las deidades que habían pisado la vida de los humanos había vivido una vida tranquila y feliz ¿Por qué con SeokJin era diferente? ¿Por qué él tuvo que caer en los brazos de un hombre quién, apesar de arrastrar un pasado oscuro, era la peor persona en el reino de Corea?

Dejó de lado sus pensamientos y cuando abrió las puertas de la habitación del Concubino Varón, encontró a quien tanto había buscado. Tzuyu le sonreía burlona y Lisa simplemente los observa sin ninguna expresión, sabiendo así que una posible pelea se avecinaba, y vaya que tenía razón.

Sin esperar mucho HoSeok se acercó a pasos largos hacia su hermana y cuando la tuvo frente a él no dudó en darle una buena bofetada que la hizo voltear hacia un lado, sin dejar esa sonrisita descarada.
Ella volteó hacia él lentamente y después de enderezarse acomodó sus cabellos.

-¿Tan sorprendido te encuentras?- comenzó Tzuyu.

-¿Qué mierda le hiciste? Llegó con el rey pero no han salido de la habitación, nadie dice nada porque nadie sabe nada, entonces dime qué mierda le hiciste.

La mujer volvió a reír, por un segundo volteó con su hermana quien solo le evitó la mirada, y regresó hacia el castaño notando sus ojos rojos llenos de ira.

-Tú sabías que esto iba a pasar, sabes que es inevitable.

-Sólo cállate-

Antes de poder seguir la puerta se abrió un poco más, alertando a los tres hermanos quienes se sorprendieron de encontrar al capitán Min con el ceño fruncido ante la duda.

-Capitan Min- hicieron una venia al mismo tiempo y el nombrado se adentró al lugar con pasos lentos pero seguros.

-¿De qué hablaban hace un momento?- preguntó y los contrarios se voltearon a ver si saber qué decir-. ¿No van a contestar? Debería llamar a su majestad para que los haga hablar entonces.

-No es necesario- interrumpió Jung mayor cuando YoonGi dió un paso hacia la salida.

-Entonces hablen ahora, es una orden directa.

-Capitan Min, yo le explicaré todo, pero por favor deje afuera del tema a las criadas de compañía.

El mayor los observó por un segundo más antes de asentir y ordenar con un movimiento de cabeza que lo siguiera. Fue así que los dos sin voltear a ver a las mujeres se retiraron de la habitación escuchando una risita quien HoSeok no dudó por un segundo que era Tzuyu.

Caminaron por los pasillos en silencio, Jung veía la espalda ancha del capitán y cuando casi se atrevía a hablar llegaron a lo que eran las habitaciones donde los guardias de alto rango descansaban en las noches, entonces supuso que era la habitación de YoonGi y se adentró después de que este mismo lo hiciera.

-Bien...- comenzó YoonGi-. Te escucho.

HoSeok sentía que la vibra tanto del capitán como del chef eran diferentes a los que habitan el palacio, las concubinas eran envidiosas, la familia real era competitiva y los criados eran lamentables, pero ellos dos demostraban ser todo lo contrario a lo que se podía ver con los demás.
Entonces confío está vez.

-Capitan Min- continúo y el nombrado arqueo una de sus cejas cruzandose de brazos-. Esto puede parecer un poco extraño para usted.

-Lo único extraño que me parece es que entre esa dama de compañía y usted, un simple costurero, estuvieran hablando tan cómodamente sobre el concubino varón ¿Acaso no sabía que las paredes tienen odios? Debe ser más cuidadoso con lo que dice- el castaño asintió-. Ahora dígame de que hablaban y que sea la verdad, me daré cuenta si me está mintiendo.

-Sabe, creo que por esta vez no sirve de nada ocultar la verdad a los demás, mi padre lo hizo y terminó muerto.

-¿A qué se refiere con eso?

-Tenemos que proteger a SeokJin- contestó seguro, está vez mostrándose más inseguro.

Pero YoonGi ignoró aquello.
-¿Cómo se atreve a nombrar al concubino varón por su nombre? ¿Quién se cree usted-

-Soy su guardian- interrumpió y está vez Min frunció el ceño.

-¿Su qué...?

-No diría nada si no estuviera tan desesperado, ¿Sabe usted la preocupación que siento cuando no estoy a lado de SeokJin? Cuando digo que debemos protegerlo es porque digo la verdad, SeokJin no es un simple doncel.

-No vuelva a dirigirse así hacia el concubino o sino juró que cortaré su cabeza.

-Entonces hágalo - lo retó y YoonGi apretó sus manos en puño-. De todos modos cuando SeokJin muera todos en este lugar sabrán lo que es la desesperación y rogaran por la muerte.

Cuando YoonGi estaba a punto de sacar su espada y atacar al costurero, la puerta se abrió de golpe y la imagen de JiMin apareció deteniendo al mayor de los tres.

-No lo hagas, YoonGi- comenzó el rubio-. Escuchemos lo que tenga que decir.

-JiMin no te involucres en esto.

-¿Por qué no?- se adentró a la habitación y la cerró asegurándose de poner el seguro en esta-. De todos modos correrías a contarmelo, ¿Qué diferencia hay?

Min suspiró pesado, viendo a Park acercarse a HoSeok y ordenarle que siguiera..

HoSeok suspiró pesado y ante una última mirada al capitán, continúo.

-¿Nunca se han preguntado por qué SeokJin es tan inocente? -los dos contrarios se voltearon a ver con curiosidad antes de que siguiera-. Él no es como los demás donceles, él es tan fértil y puede tener incluso diez hijos, pero no por ser tan sano, sino porque es una deidad.

-¿Qué?- preguntó JiMin-; ¿A qué te refieres con una deidad?

-Pienselo por un segundo chef Park, ¿Hace cuánto tiempo que SeokJin llegó al palacio? Y desde que llegó, nunca han tenido que cortarle el cabello, su barba no crece ni tampoco el vello en su piernas, por obvias razones tampoco en sus partes íntimas. Él se recupera pronto de alguna enfermedad y sus golpes sanan más rápido de lo normal, come cantidades excesivas de comida pero nunca ha dicho que tiene hambre. Y a veces parece que una segunda voz habla por él... ¿Nunca han notado eso?

JiMin tragó pesado ante el recuerdo de aquella voz hablandole al oído, pero la risa de YoonGi lo interrumpió.

-¿De qué mierda está hablando?- preguntó irónico-, ¿Una deidad? ¿Eso acaso realmente existe?

-Claro que existe, y si queremos que realmente la paz llegué a este pueblo, y no solo eso, incluso al país, tenemos que evitar que SeokJin quedé en cinta.

Tanto JiMin cómo YoonGi se voltearon a ver con duda en el rostro, tal vez era la cosa más ridícula que hayan escuchado en toda su vida, pero ver cómo HoSeok estaba tan serio con una leve preocupación en sus ojos, les hacía dudar un poco.

Pero solo un poco.

- Concubino Varón -

-jkookie.

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