-SeokJin...- el nombrado frunció el ceño aún con los ojos cerrados. La voz en su cabeza aún no se iba a pesar de todas esas veces que le pidió de favor que no se aparecieran más.
Era curioso porque al principio su cabeza estaba llena de preguntas que contestaban cortantemente como;
"-¿De dónde vienes?
-De un lugar lejano.
-¿Cómo te llamas?
-No tengo nombre.
-¿Eres persona o eres otra cosa?
-Soy un dios.
-¿Eres el dios del que todos hablan?
-No, soy el dios de la justicia.
-¿Si eres un dios, por qué me hablas a mí?
-Porque tu también lo eres.
-¿Soy un dios?
-Sí.
-¿Que tipo de dios?
-Dios de la justicia.
-¿Cómo lo eres tú?
-Cómo lo fui yo.
-¿Ya no eres un dios?
-Sí.
-No te estoy entendiendo, primero que sí, luego que lo eras. Explícate bien, haces que me maree.
-Fui un dios con vida en el planeta tierra, cómo lo eres tú ahora. Pero morí, ahora simplemente soy el alma de un dios.
-¿Pero sigues siendo un dios?
-No, ya no puedo hacer nada por nadie.
-¡¿Entonces sí eres o no eres?!
-No, SeokJin. Cuando morí deje de serlo. Ahora ese puesto te pertenece a ti, tú eres el nuevo dios de la justicia.
SeokJin empezaba a estresarse porque jamás llegaban a algo coherente. Entonces esa noche, ya harto de darle vueltas al asunto, decidió enfrentar al dios que tanto alardeaba su puesto como ex dios.
-Ya no quiero seguir con esto- habló ante el largo silencio que se creó después de pensar las cosas y cómo estaban terminando-. Eres alguien raro y evades mis preguntas con respuestas cortas. No voy a volver a escucharte y si es necesario no dormir entonces no lo haré más.
El lugar quedó en silencio un rato más y SeokJin sintió que bufó por los adentros, aún su cuerpo sumergido en sueño, a un lado de su majestad quien lo apresaba en sus lindos y calidos brazos.
- SeokJin... soy tu padre.
Otro silencio profundo.
Fue en ese momento que SeokJin cayó en cuenta que no recordaba a su padre, al padre que estaba vivo y que su mente por más increíble que pareciera empezaba a olvidar.
- ¿Qué?
- Tu otro padre, el esposo de MinHo.
- No es cierto, yo sólo tengo un padre.
- Sabes que eso no es cierto, es así cómo llegaste al mundo, es así como heredaste el poder de un dios.
Un silencio más.
- Entonces... ¿vas a explicarme o seguirás con la regla de una pregunta por noche?
- Te contaré todo lo que quieras saber en esta noche.
- No tengo por qué preguntar yo, tu fuiste el que se metió en mi mente por una razón, entonces dime qué es lo que me quieres decir. ¿Cuál es tu propósito conmigo?
- Sólo quiero que sepas la verdad.
- Pues adelante.
Un silencio más, el último de toda la noche antes de que a SeokJin se le abrieran los ojos. Aunque no de una manera en la que todos esperaban.
- Mi nombre es MinHee, vengo de una familia algo culturista en los años... tal vez muy antiguos a los que te puedas imaginar. Viví una larga y cómoda vida llegando a los ciento diez años, hasta que conocí a MinHo, y creé una vida a su lado.
SeokJin frunció el ceño y se removió en los brazos de NamJoon cuando escuchó la edad que había vivido su padre. NamJoon abrió los ojos curioso por la reacción de su concubino.
- En la herencia de la familia- siguió MinHee cuando no escuchó nada por parte de su hijo-, hay un poder que nos hace dioses, todo empezó con un ritual de mi bisabuelo, había pedido la vida eterna y a cambio de cumplirle el deseo él se encargaría de hacer justicia con los aldeanos de su pueblo. Y lo cumplió como un buen hombre porque realmente no era alguien de mal. Finalmente los dioses creyeron que los herederos de nuestra familia serían iguales a él así que lo convirtieron en un dios para que pudiera heredarnos la amabilidad de hacer las cosas por cualquiera.
Todos cumplimos con nuestro trabajo pero era imposible que al ser hombres donceles diéramos a luz a un heredero divino, era mucho poder para un solo mundo así que siempre que nacía un nuevo heredero el padre moría. Era eso o que el bebé lo hiciera y por capricho de la paternidad decidíamos morir nosotros, no era correcto ser egoístas con la vida eterna.
- Entonces yo...- balbuceó Jin y NamJoon se enderezó viéndolo empezar a sudar y removerse incómodo.
- Tú eres un dios, SeokJin. Y no puedes dar a luz al feto que hay en tu vientre.
- ¡No puedo hacer eso! Es mi bebé, es mi bebé con su majestad.
- SeokJin morirías después del parto, ni siquiera serías capaz de sostener al bebé en brazos. No es justo que pases algo así, mejor vive una vida larga y experimenta todas las goces que tengas que experimentar y-
- Basta- interrumpió de golpe-. ¿Cómo podría hacer eso? Vivir una vida eterna mientras veo como los seres que amo mueren uno a uno. ¿Es lo que hiciste tu antes de conocer a papá?
Otro silencio más profundo que hizo a SeokJin confirmar sus palabras.
- Es algo horroroso hacer eso, ¿Cómo pudiste ser capaz?- reclamó el menor.
- SeokJin, tienes que entender- trató de explicar antes de ser interrumpido una vez más.
- No, entiende tú. No voy a dejar a mi señor solo, no voy a dejar de darle un heredero. Debe de haber otra solución para no morir y poder vivir juntos los tres.
- ¿Aún si es el que mata a tu padre?
- ¿Qué...?
- MinHo esta buscándote desde hace tiempo y el rey esta haciendo de todo para que no se junten, y eso sólo causara que no vuelvas a ver s tu padre nunca más. ¡¿Eso es lo que quieres?! Dime SeokJin ¡¿quieres morir y jamas volver a tu padre?!
- ¡No! Deja de decir eso, ¡estás mintiendo! ¡Mi señor jamás me haría eso!
MinHee soltó una risita algo sarcástica, aunque también podía escucharse algo temblorosa. Cómo si estuviera nervioso y desesperado por convecer a SeokJin de que NamJoon era el malo en la historia y que no debia confiar en él.
Pero aún asi siguió. ¿La verdad...? Ya no había tiempo.
- Eres un iluso SeokJin... nos veremos pronto.
SeokJin abrió los ojos de golpe mientras soltaba un grito de terror combinado con dolor. Algo en sus piernas se escurría y todo le daba vueltas, sólo podía ver a NamJoon levantarse de gope y salir corriendo por la puerta para pedir ayuda.
Pero eso no ayudaba en nada, puesto aque las palabras de MinHee seguían dando vueltas en su cabeza, la risa sarcástica y las crudas palabras sobre su padre.
¿Cómo que se verían muy pronto? Él no moriría aún, ¿cierto?
Su respiración comenzaba a ser más agitada y de pronto sintió al rey tomarlo entre sus brazos para cargarlo y salir corriendo una vez más de la habitación.
Después de eso, todo se volvió negro.
Por otro lado NamJoon maldecía, se supone que el proceso de embarazo en un hombre doncel no era muy largo, ni siquiera pasaban los tres meses, pero sólo habían pasado menos de tres, la fecha de nacimiento se había adelantado y todos estaba un poco alterados por no estar lo suficientemente preparados.
Las enfermeras algo desalineadas por no portar el uniforme adecuado y el doctor desesperado por organizar todo el material necesario para el parto.
Claro, y JungKook a un lado de él, tratando de ayudar en lo poco que podía como checar que todo estuviera correcto y desinfectado.
Pero finalmente la hora había llegado, el heredero nacería para la mañana siguiente, porque claro que su majestad había sido bondadoso y dejó que el bebé naciera a la hora que qusiera, importándole poco si era de día o de noche, lo quería tener cuanto antes.
Lo quería tener cuanto antes...
Si adivinan quién va a ser el bebé del NamJin, se ganan un capítulo más esta semana.
K_S_05.
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