Capítulo Treinta y Cinco.
Todo el ambiente estaba tranquilo...
El ruido de los pájaros, el ruido de la hojas en los árboles bailar gracias al aire.
Todo estaba tranquilo.
Todo este tiempo, SeokJin recordaba la absurda conversación con aquel "ex divinidad" y lo equivocado que estaba puesto que habían pasado algunas semanas y él seguía ahí. Vivo.
Entonces a su parecer, todo había sido una mentira y tal vez su subconsciente le había jugado una mala broma, una broma en la cuál él era el mejor blanco de burla.
¿Una divinidad? ¿Dios de la justicia?
Alguna vez había escuchado a su padre hablar de eso, pero en historias muy pasadas, y jamás nombró el hecho de que él lo fuera y si así era tampoco había nombrado el hecho de qué no podía engendrar a un heredero porque toda la lista de dioses muertos sería interminable.
Dejó de lado sus pensamientos y regresó a la realidad, después de todo tenía a su precioso hijo frente a él. Acostado en su linda y cómoda cuna mientras dormía.
-Eres tan pequeñito- habló en un murmuro acariciando levemente los cabellos negros del menor-. Quién diría que el infierno con el que pensé que viviríamos sería todo lo contrario...
Volvió a sonreír hasta que las puertas se abrieron con cuidado dejándo de ver al chef Park.
-Concubino varón- llamó y el menor volteó haciendo seña de que bajara el volúmen. JiMin asintió-. El almuerzo está listo, las niñeras están aquí para cuidar al heredero.
SeokJin asintió antes de darle un último vistazo a su hijo y levantarse. Las dos mujeres que eran encargadas del cuidado del heredero, estaban muy bien amanezadas personalmente por el rey, jurando que su aparecía un solo rasguño o el leve llanto se escuchaba, tanto ellas como su familia serían asesinados hasta que no quedara resto de nadie.
Así que SeokJin estaba un poco calmado ante eso, de todos modos en todos estos días las cosas estaban tranquilas.
Finalmente SeokJin se sentó en el cojín, disfrutando del aire y la ráfaga de este mismo que chocó con su rosotro. Disfrutaba mucho de tomar el almuerzo en el jardín principal donde los rosales hacían muchas filas.
-¿Todo bien concubino?- siguió el rubio sentándose en frente, el menor asintió tomando los palillos y comenzando con el arroz.
Hasta que alguien interrumpió dejándo una bandeja con una sola raza de té.
-¿Más té?- preguntó Jin y JiMin volteó hacia la mujer.
-¿Quién mandó esto?- preguntó.
-Lo mandaron de la cocina, dijeron que faltaba esto para entregar- contestó ella y sin decir nada más se retiró.
-Estoy seguro que acomodé todo, no lo tome concubino debe ser una equivocación-
-Déjalo así- interrumpió-. Sólo es té.
JiMin frunció el ceño pero no dijo nada más, aún así mientras SeokJin iba desocupando platos iba alejando el té con estos, no quería que algo malo pasara en un futuro.
-¿No has visto a JungKook?- siguió Jin y JiMin volteó hacia sus espaldas.
-Debe estar con el doctor Jeon.
-Ya terminé con esto, retíralo. Trae la mesa de postres y más té- observó la taza de té que sobraba.- Sólo una taza más. También manda por JungKook, de inmediato.
JiMin se sintió incomodo por eso, desde que el heredero había nacido y las cosas habían estado tranquilas, SeokJin había cambiado mucho. Ahora había tomado el verdadero papel del primer concubino varón y daba órdenes como se lo había permitido el rey.
A pesar de que todo el ambiente estaba tranquilo sabía que dentro de Jin todo estaba siendo un remolino.
Pero aún así acato órdenes y cedió su lugar al niño quien llegaba dando saltitos. Y ahí, la sonrisa de Jin se sinceró.
-Concubino- comenzó el menor-. ¿Tú crees que yo pueda conocer al heredero?
-¿Quieres conocer a mi bebé?- preguntó con una leve risita, viendo al menor asentir eufórico-. Termina de comer y vamos a verlo, su hora de siesta está por acabar.
-¿El rey no se enoja?
-No pienses en eso, el rey se encuentra fuera del palacio, llegará hasta la noche así que podremos ir a verlo un rato los dos.
Aquella respuesta motivó al menor de los tres quien comenzó de inmediato con los postres. Y cuando tomó la taza de té extra, cuando JiMin quiso quitársela, dió el primer sorbo.
-¿Te gusta el té?- volvió a preguntar Jin y el menor asintió.
-Mi padre dice que es bueno para la digestión, y nosotros hacemos nuestro propio té en nuestra casa. Dice que consumir algo del palacio es incorrecto y muy peligroso también.
-¿Por qué sería peligroso?
JungKook se encogió de hombros dándole el último trago a la taza y dejándola en la mesa.
Y todo pasó en cámara lenta para JiMin.
JungKook frunció el ceño cuando su garganta empezó a arder, comenzó a toser con rastros de sangre y también a rascarse el cuello con desesperación.
-¿Todo bien JungKook?- preguntó un SeokJin preocupado viendo al menor negar veloz-. ¿Te sientes mal? ¿Qué tienes?
JiMin se acercó unos pasos más, igual de confundido y empezando a desesperase también cuando JungKook se tiró de espaldas al pasto y empezó a convulsionar.
-¡JungKook!- exclamaron los dos mayores tomando al menor.
JiMin volteó a todos lados hasta que la taza se cruzó por sus ojos.
-El té...- murmuró-. Fue el té.
-¿Qué...?
El corazón de SeokJin comenzó a acelerarse más con cada segundo que pasaba, y cuando el cuerpo de JungKook quedó quieto, los dos mayores entendieron al insante qué era lo que había ocurrido.
Los ojos de Jeon estaban blancos y por las orillas de su boca se escapaba un hilo de espuma, mientras que los dedos de sus manos estaban chuecos y aún tenían espasmos.
-¡JungKook!- chilló Jin cubrieron sus boca con las palmas de sus manos, y casi de inmediato lágrimas se escaparon de sus ojos.
¿Qué estaba pasando? Tenía miedo y sus manos temblaban. Y, a comparación de él, JiMin suspiró pesado antes de notar la figura del guerrero Min para exclamar un fuerte y alto;
-¡Intentaron envenenar al concubino varón!
- Concubino Varón -
-¡Su majestad!
NamJoon volteó hacia sus espaldas, viendo a uno de sus mensajeros llegar de inmediato, con cara preocupada y gotas de sudor bajando por su frente. Se veía pálido.
-¿Qué es lo que quieres?- preguntó poniendo de nueva una flecha en el arco qué llevaba rato utilizando
Era normal ver al rey de casería puesto que era una de sus actividades favoritas, le gustaba sentir esa sensación de mando y en su fondo también le gustaba ver el terror de los animales cuando los mataba. Después de todo hace mucho que no demandada terror a nadie y no lo haría nunca más con el concubino.
-El concubino- contestó y NamJoon frunció el ceño. Parecía que lo estaba invocando-. Llegó un mensaje urgente.
-¿Qué es lo que pasa?- preguntó frunciendo el ceño.
-Esta tarde... trataron de envenenar al concubino. Pusieron una taza de té extra en la mesa a la hora del almuerzo. La taza estaba envenenada su majestad.
NamJoon soltó de golpe el arco junto con la flecha y a pasos rápidos se dirigió hacia el caballo quien lo esperaba para su camino.
-¿Y qué pasó? ¿Hay alguna noticia? ¿Está bien? ¡Responde!
El mensaje tragó pesado mientras asentía.
-El concubino está bien, el té lamentablemente lo tomó el hijo del doctor Jeon.
NamJoon suspiró relajado.
-Por fortuna fue él. Quiero que todos regresen al palacio y haz que el chef Park junto con el guerrero Min y el costurero Jung estén en la segunda sala en cuanto llegue.
-Así será- asintió el contrario y cada quien tomó su camino.
Las cosas estaban por empeorar de ahora en adelante.
El Jk se petateo jijijiji
(Fue culpa de Beyoncé)
Ora pues, no estoy orgullosa de eso pero verán que hay una explicación y razón por la cual se nos fue. No piensen mal ¿okey?
O sea no va a revivir pero x, somos chavos 😗✌🏻
-K_S_05.
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