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Capítulo Diecinueve.

-¿Puedes explicarnos esto?

La corte real, un grupo sumamente necesario en el palacio con varios y diferentes actitudes que hacían al rey tomar las mejores decisiones para su pueblo, si la corte no estuviera seguramente NamJoon hubiera tomado decisiones que realmente afectarían a todos incluyendolos a ellos, más de las que ya tomó.

Sin embargo, y por otro lado, NamJoon no sé inmutó ante la voz demandante del primer ministro, simplemente observó con aburrimiento la capa ya rota, puesta en la mesa de madera con telas rojas y copas de oro.

-Su majestad- siguió el hombre con barba larga y facciones maduras-. La capa ha estado en todas las generaciones pasadas, es una tela sumamente importante y no pasaremos por alto la indecencia qué se hizo con ella.

El moreno sonrió de medio lado-. ¿A quién le importa una tonta tela ya gastada? Ni siquiera me gusta el color.

-¡Pero su majestad!- exclamó uno más-, ¿Qué diría su padre al escucharlo hablar así?

-Mi padre ya no está- siguió, poniéndose de pie y sintiendo a dos guardias pararse atrás de él-, Así que no hay que lamentar algo cuando los muertos ya no están, si quieren pueden seguir matandose de coraje, de todos modos no conseguirán que esa capa regrese a lo que era antes.

Dicho esto caminó directo a la salida, las puertas se deslizaron gracias a dos criadas que solo mantenían las mirada en el suelo, e ignorandolas siguió con su camino hacia su habitación. No dudó mucho y de inmediato ordenó la presencia del concubino esperándolo paciente en su habitación.

Pero los minutos pasaban, empezaba a molestarse ante su impaciencia de no ver a SeokJin ni tenerlo ya en su brazos, ¿A caso había escapado? ¿Lo estaba evitando? Y si así era ¿Por qué lo evitaba? Él había estado siendo muy considerado con el menor que ahora pagarle con su indiferencia y egoísmo solo hacía que su sangre hirviera.

Y antes de poder levantarse y siquiera abrir la puerta, esta misma se abrió dejando ver así a uno de sus criados algo nervioso.

-Su real majestad- saludó con voz temblorosa y eso sólo hizo al rey fruncir el ceño con curiosidad.

-Pedí que el concubino varón se presentara desde hace una hora, dónde está y por qué tarda tanto en llegar- más que una pregunta fue una orden la que el hombre joven frente a él escuchó.

-Lamentamos mucho decir esto, pero el concubino varón no aparece por ninguno lado.

NamJoon tragó pesado.
-¿Qué?

-Hemos estado buscándolo por todos lados, en cada rincón e incluso en cada arbusto de los jardines, pero simplemente parece que se lo tragó la tierra.

NamJoon apretó su quijada con los ojos rojos de coraje.

-O simplemente escapó- murmuró antes de caminar con pasos veloces hacia la salida y después en los pasillos-. ¿Quién fue la última persona con la que se le vió?

-Con el chef Park - siguió el criado tratando de seguir los pasos del moreno quien simplemente gruñó cambiando su rumbo hacia la cocina.

¿Cómo es que su majestad iba hacia allá? El nunca había ido a esa parte del palacio, jamás se involucró con los criados del ala b, jamás se mezcló con los de su clase a excepción de los herederos personales como guerreros y de entretenimiento. Incluso las concubinas se podrían catalogar como criadas sexuales de no ser provinientes de familias adineradas y de la etiqueta nomble.
Entonces SeokJin era especial... Debía ser así porque de no serlo NamJoon simplemente hubiera ordenado ir a su búsqueda y golpearlo casi a morir para darse el placer de hacerlo él mismo.

SeokJin realmente era espacial.

Finalmente y ante la mirada sorprendida de los criados, el rey llegó al ala b, siguió a la cocina y sin siquiera esperar a ser anunciado entró a esta.
Tanto JiMin cómo YoonGi, quien se encontraba a su lado, voltearon a verlo haciendo una reverencia de inmediato.

-Su majestad- saludaron al mismo tiempo.

-SeokJin no aparece- llegó sin rodeos-, Lo buscaron por todas partes pero simplemente no lo hayaron, dicen que lo vieron por última vez con el chef Park.

El nombrado tragó pesado y YoonGi sintió sus hombros tensarse con ganas de voltear a verlo, pero no lo hizo.

-Dime dónde está- siguió el moreno.

-B-bueno yo... En realidad no sé, su majestad discúlpeme.

Kim arqueó una de sus cejas y ante unos segundos tensos sacó la enorme y filosa espada del estuche para apuntar hacia el rubio.

-Cortare tu cabeza y se la daré de comer a YoonGi si no me dices dónde está.

-Su majestad- YoonGi trató de intervenir pero NamJoon también lo apuntó.

-¿O quieres que le corté la cabeza a YoonGi y te la dé de comer a ti...? Creo que esa es una mejor idea.

-¡Su majestad!- murmuró nervioso con las lágrimas acumularse en sus ojos-. Y-yo realmente no lo sé, estábamos juntos en el almuerzo p-pero después la concubina real ordenó que fuera con ella, no pude ignorarla porque se sabe bien que si lo hago seré castigado- su voz temblaba al igual que sus manos.

-Así que prefieres la muerte antes que un castigo- hubo un silencio pesado ante la supuesta pregunta -. Qué patético... Si SeokJin no aparece para el anochecer entonces arrancaré la piel de tu cuerpo.

Dicho esto salió de la cocina dejando a los dos contrarios con el corazón en la garganta.

-Su majestad- un nuevo guardia se acercó a él dando una pequeña venia-. Encontramos algo en uno de los jardines.

Perdóname, no fue mi intención amarlo hasta romperlo.

Las huellas de unas pequeñas pisadas se encontraban sobre las capas de nieve... NamJoon sostenía el mango de su espada con fuerza y una vena sobresalía de su frente importandole poco el frío y la ráfaga de aire helado que chocó contra su rostro.

-Busquenlo... Y cuando los encuentren traiganlo hasta a mí, me encargaré personalmente de su muerte.

- Concubino Varón -

La búsqueda fue tormentosa para el rey, se había mezclado en los equipos para encontrar al concubino quien no aparecía en ninguno, y ante la búsqueda su mente no dejaba de dar vueltas.

NamJoon no era estúpido, y tampoco quería creer que SeokJin lo era como para poner en riesgo su propia vida y escapar cuando era más que obvio que lo encontraría en alguno momento.
Así que supongamos que SeokJin no escapó y que alguien estaba detrás de todo ese teatro; la primera sospecha era en contra de Park JiMin, tenía que investigar sus razones porque por más que lo veía amistado a lado del menor no significaba que lo fuera o que no le tuviera envidia. El segundo en sospecha era incluso cualquier criado, así que tendría que observar detenidamente las intenciones de cada personas en el lugar. Y el tercero era incluso la concubina real.

NamJoon no era estúpido, él estaba conciente de todo lo que JiSoo había estado haciendo con los concubinos anteriores, y lo había estado dejando pasar en alto simplemente porque no tenía sentimientos hacia ellos.
Pero con SeokJin era diferente, aún se estaba negando a la idea de sentir algo por alguien que no fuera similar a lo sexual o al entretenimiento. Y era más que obvio que ésta vez no pasaría en alto las acciones de la mujer quien era guiada por la venganza y el deseo de poder, incluso por el amor...

Fue así que cuando la luna estaba en su punto más alto y el aire era más violento contra los árboles que se movían con brusquedad, una nueva noticia llegó.

-¡Lo encontramos!- escuchó a alguien gritar y de inmediato todos se dirigieron hacia allá.

Él estaba dispuesto y preparado para todo, bajó de su caballo y cuando estuvo a punto de sacar su espada sus pasos se hicieron más lentos y dudosos, sus ojos se abrieron en sorpresa ignorando las manchas de sangre en la nieve pero atento al cuerpo tirado a unos pasos suyos.

SeokJin estaba ahí, desplomado con los ojos cerrados e hinchados, golpes en el rostro, manos llenas de cortadas y pies morados. Sus ropas algo rotas dejando a la vista parte de su pecho donde encontraron más heridas.

-SeokJin...- murmuró bajito estando finalmente frente a él, desconectado por la escena e ignorando las miradas de los demás guardias.
Finalmente se hincó y con temor lo tomó entre sus brazos-. ¿Quién te hizo esto?

No tuvo una respuesta clara, acarició su rostro hinchado y morado, pero aún así delicado, y finalmente lágrimas salieron de sus ojos.

-Su majestad- murmuró SeokJin, cómo pudo-. Estaba esperando por usted... ¿Estuvo bien que lo esperara después de todo?

Fue así que el rey no evitó dejar salir sus lágrimas mientras apretaba más el cuerpo del menor quien cayó de nuevo inconsciente del dolor.



- Concubino Varón -

Recordemos que en este fic los hombres donceles sólo pueden dar a luz a niños y las mujeres solo pueden dar a luz a niñas. Entonces por ende SeokJin no tiene madre de sangre, solo madrastra ya que su padre doncel por ser una deidad murió en el parto.

También recordemos que las hortensias en el fic significa desgracia y muerte.

-jkookie.

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