Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Cinco.

El olor era muy dulce, el hecho de que el rey se haya encontrado con la concubina real no le molestaba, de hecho pensar que ella era una de sus soluciones simplemente le hacían imaginar que su huida del palacio iba a ser más rápida.
Sin embargo el molesto pensamiento no salió de su mente aún cuando el rey acarició una de sus mejillas. Lo había hecho caminar hacia él y saludarlo lo más pasivo que pudo saludar en toda su vida.

-SeokJin- comenzó NamJoon relamiendose los labios, y el nombrado sólo puso atención-, no quise golpearte, no me gusta ver a mi joya más costosa rota, no vuelvas ni siquiera a pensar que saldrás de aquí.

El menor asintió apretando los labios y bajando la vista sólo para que el rey la levantara de nuevo con una mano en su mentón.
Sintió un nudo en su garganta al pensar que todo lo que había usado para que el rey lo dejara libre se había ido cómo agua en manos con esas simples palabras.

¿Enserio estaba tan obsesionadi con él?
Sabía que no estaba enamorado, de hecho era ridículo pensar que el rey estuviera enamorado de alguien pues el sentimiento de amor o cariño era imposible estar vivo en alguien tan cruel, pero SeokJin era su última esperanza, nadie se arriesgaría a estar con él y si fue por obras de una maldición SeokJin terminó sin poder negarse a la que tal vez sería su muerte.

-Su majestad...- siguió el menor y NamJoon alzó una de sus cejas con curiosidad-. Tiene a tantas concubinas que me es imposible creer que usted me quiere a mí.

-Eres un doncel, ¿Por qué no lo haría?

-Yo...-

-Deja de hablar cuando nada coherente saldrá de tu sucia boca. Mañana mismo tendrás una cita con el doctor real, él planeara todo para que quedes en cinta. Tú ya no puedes dejarme, ¿Entiendes? Estarás atado a mí hasta el final de los días, no habrá ni una luna que no pases en mi compañía.

Y en la de esa concubina.

No pudo contestar otra vez, y con tristeza simplemente asintió antes de recibir de nuevo una bofetada, tal vez la primera de la noche.
No sabía si todas las concubinas pasaban por eso, pero suponía que ser golpeado sería algo normal de ahora en adelante.

Impresionantemente NamJoon realmente pasó toda la noche junto a SeokJin, le incomodó un poco el hecho que ahora tendría que compartir las noches con alguien ajeno a lo que él alguna vez soño. De todos modos el moreno no lo abrazaba, entonces Jin entendió que no lo veía más que alguien a quien podía poseer y sacar ventaja de la situación, en cambio él no podía sacar nada bueno.

Durmieron en la misma cama, compartieron la misma sábana pero no el mismo cuerpo, se dieron la espalda y SeokJin se hizo bolita lo más que pudo para ni siquiera rozar dedos por accidente.
La mañana siguiente llegó y a primera hora, después de comer algo y darse un buen baño de esponja, se dirigieron a uno de los salones. Varios guardias lo seguían pasos atrás al igual que personas de compañía, todos en silencio.

Las puertas del salón se deslizaron por las criadas de guardia y después de una venia sólo ellos dos se adentraron.
En el lugar ya esperaba un hombre alto de cabellos  negros y una que otra cana que llegaban hasta sus hombros y eran peinados con pedía coleta, con lentes de aumento y traje blanco, acompañado de un niño vestido igual y con una cinta blanca en la frente, los dos con la vista fija en el suelo y las manos unidas sobre su estómago.

-Toma asiento- ordenó el moreno y SeokJin asintió dirigiendose a un pequeño trono color rojo y bien acolchonado.

-Su real majestad- el doctor hizo una venia y el niño a su lado le imitó.

-Quien es ese cascarrillo.

-Es mi hijo, Jeon JungKook. Cumplió siete años hace un mes y sus tres años de entrenamiento para ser el futuro doctor real comenzaron.

NamJoon observó por unos segundos al niño quien fruncía su ceño algo nervioso, pudo suspirar aliviado al igual que respirar tranquilo cuando el rey simplemente siguió su camino a un lado de SeokJin, pero en un trono más alto y grande.

-Qué no se acerque demasiado y que sólo sirva como ayudante.

-Así será- siguió el doctor enderezando su postura y atreviéndose a cruzar miradas con el moreno-. Dígame por qué su majestad me llamó de emergencia al palacio.

-Necesito que revises al concubino varón- el señor Jeon alzó levemente las cejas ante la sorpresa, y hasta ese momento la presencia de SeokJin llamó su atención.

-Es un verdadero placer- siguió el poniéndose de rodillas con su hijo siguiéndole cada paso-, Es una noticia que alegrará al pueblo entero. Dígame exactamente qué es lo que quiere que haga con él.

NamJoon no pareció molesto con el señor y simplemente se cruzó de piernas.
-Revisa qué tan fértil es, cuántos hijos puede tener y planea también el proceso de cinta.

-Vaya, es mucho trabajo por hacer.

-Pero lo harás.

El doctor asintió.
-JungKook, prepara las mayas de té romero, yo me encargaré del concubino varón.

JungKook asintió y después de ver a su padre dirigirse hacia SeokJin comenzó con su trabajo.
El concubino era bonito, pensó él, era muy chico pero estaba conciente gracias a su padre que el rey podía ser muy cruel, y desalmado si es que cruel no llegaba a las expectativas de los pueblerinos.

Ver a SeokJin en esa posición sólo le hacía deducir que estaba siendo acorralado. JungKook era el hermano mayor de cinco hijos, dos niños y tres niñas, tal parece su padre era un hombre vanidoso y gracias a experiencia propia sabía lo que era ver a un hombre o mujer amenazados, incluso a su corta edad.

Ver a SeokJin, cómo antes dicho, era ver a un niño pequeño igual cómo lo era él, ser obligados a madurar a una edad tan corta sin opciones de prosperar en otro lado.
Ver a SeokJin... Era cómo verse a él mismo en una trsite y lamentable posición pero en diferentes situaciones.

Rato después de varios estudios, las horas pasaron como agua en cascada y el mayor sufrimiento de SeokJin habían sido las agujas de diez centímetros enterrarse en su abdomen con un remedio que hacía el útero varonil más fuerte y fértil.
A la media puesta del sol, todo había acabado.

-Terminamos con buenos resultados, su majestad- comenzó el doctor solo para que NamJoon despegará su vista de los lienzos.

-Habla ya...

-Los mejores, el concubino es más fértil que un doncel promedio y si no pasa más de los veinte años podrá dar a luz a cuatro hijos más que al heredero.

-Dime en qué afecta la edad.

-En cuánto son mas jóvenes son más fuertes, si el concubino no pasa de los veinte mi tampoco es menor de los dieciséis es posible que soporte más de cinco partos. esto en el caso de que la corte acepte más de cinco hijos.

-Eso es bueno- NamJoon no sonrió, ni siquiera hubo una expresión de alegría y por parte de SeokJin tuvo los mismos resultados-. Dime el plan de cinta.

-Estamos en agosto - siguió el doctor-. Tiene que esperar hasta octubre para que el heredero nasca en el mes de Julio. Es un mes antes del cumpleaños de su majestad y cae en el perfecto verano.

-Y las fechas.

-Conceba al heredero el cinco de octubre y la fecha exacta de su nacimiento será el diez de Julio, esperaremos hasta que la noche caiga para traerlo al mundo. El concubino es saludable, así que resistira las contracciones todo el día si su majestad así lo desea.

SeokJin tragó pesado.

-... Que así sea.

-Jkookie.

No puede tocar al concubino en todo este tiempo, es más fértil que los demás pero si la fuerza gana y lo lástima entonces lamentaremos una perdida de fertilidad. Recuerde su majestad, no puede tocar al concubino hasta la fecha indicada.

Las palabras del doctor habían sido claras, aunque NamJoon se había negado a dejarlo en paz por un tiempo supuso que pasar las noches con las concubinas bastarían para no cometer una locura con SeokJin, de todos modos no dejaría de pasar las noches a su lado pues era su obligación.

La verdad es que cuando un rey encontraba un doncel varón dispuesto a entregarse a él era obligatorio que lo hiciera primer concubino real; este puesto era más alto que la primera concubina en llegar, incluso se podía decir que estaba un paso por debajo del puesto a ser reina/rey. Si en la relación el amor empezaba a ganar entonces había otro título especial , de hecho ese título era más importante que el del mismísimo rey, sólo indicaba que al ser nombrado de esa manera todos harían la voluntad propia y nadie podía negarse a hacerlo. Era la ley absoluta.

Todos los reyes habidos y por haber debían escoger a alguien importante en sus vidas como para nombrarlo así, pero en toda la historia coreana no existía ningún rey quien hubiera utilizado el título. Jamás hubo un concubino varón ser nombrado de esa manera y por lo visto pasarían muchos otros herederos que pasarían por lo mismo.

Tal vez porque eran lo suficientemente egoístas cómo para dejar, o aceptar, que alguien estuviera por encima de ellos mismos.

A excepción de alguien.

En la línea de los Kim habían dos herederos.
El primero en ser nombrado era Kim NamJoon, primer hijo nacido en verano como se esperaba y heredero a todo el reinado; hombre que desde chico demostró ser alguien fuerte, leal y sobre todo capaz de sobrellevar un país entero sin ayuda de nadie. Eficaz.

El segundo hijo nombramos a Kim TaeHyung, los reyes pasados no vieron un problema en que el segundo hijo naciera cómo doncel y lo tuvieron el día más frío de todo el invierno.
Aún así jamás revelaron que era un doncel ante el pueblo pero tampoco que era un heredero.

A comparación de NamJoon, el príncipe sí era una persona noble y no por obligación. Siempre se preguntó cómo era que su hermano mayor tenía un mal genio que ni sus padres lo aguantaban, por qué era tan despiadado si él jamás tuvo una mala vida.

NamJoon ansiaba el trono como niño a un dulce, y por jerarquía lo tendría, entonces no es cómo si hubiera una competencia entre ellos porque TaeHyung odiaba tanto la corona por encadenar a inocentes.

Pero regresando al tema, si TaeHyung hubiera pasado de ser principe a rey no dudaría en darle el título especial a su amado, apesar de que en éste caso los papeles se intercambiaban.

Sus pisadas resonaban en el pasillo apesar de que el piso era de madera suave, dos guardias atrás de él lo escoltaban y después de tanto tiempo sonreía contentó de oler la humedad de la lluvia en el palacio.
Cuando se acercó a la sala real otro guardia anunció su llegada y la puertas se deslizaron dándole entrada de inmediato.

Adentro sonrió contento de ver a su hermano de nuevo, aún así no se atrevió ni siquiera a demostrar su alegría. Simplemente se acercó y después de hacer una venia comenzó.

-Hermano- saludó TaeHyung parándose frente a él.

-Veo que regresaste.

-Estuve afuera cinco soles, extrañaba tanto el palacio apesar de que el reino de Busan es cómodo-  siguió el menor guiandose hasta su trono, a un lado del de su hermano.

-Se supone que estarías afuera siete soles, qué ocurrió para que regresaras.

-Me enteré sobre el concubino varón- TaeHyung se relajó en el asiento cómo si realmente fuera aún el niño de siete años quien no hacía caso de los modales. Puso una de sus piernas encima de la otra y recargó su codo en el brazo del mueble para después recargar su mejilla en la palma de la mano abierta.

-Los chismes corren rápido, debería hacerme cargo de ellos- contestó NamJoon frunciendo el ceño.

-Exageras un poco, ahora que encontraste un concubino que te dará el heredero deberías estar feliz, en cambio a eso tus ojos siguen siendo amargos.

-Siempre lo fueron.

-Los míos también, y después de conocerlo a él ahora están llenos de esperanza. Cuándo nuestro padre conoció a su concubino estaba a punto de darle el título especial , ¿Por qué serás tan arisco cuando eso no está en nuestra sangre?

-Cuida tus palabras-

-Aún así- interrumpió divertido del gruñido que su hermano soltó-. Enhorabuena, cinco años buscando un doncel dispuesto a estar contigo y ahora finalmente lo encontraste. O... ¿El te encontró a tí?

-No sé de qué hablas, deja de decir las cosas tan deliberadamente.

-Muy pronto lo conoceré, tengo que agradecer de alguna manera que se haga cargo de ti. Hablemos con la verdad, todos en el palacio sabemos que ese chico no vino hacia tí por complacencia, será una lástima que no podamos convencerlo para quedarse.

-Lo mataré si se niega.

-Eso sería tu perdición...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro