Pʀᴏʟᴏɢᴏ...
La capital siempre era un desastre, pero ese día le había extrañado ver aún más desastre de lo normal. Varias familias se encontraban enfrente del palacio con lo que parecía ser Omegas bien vestidas y muy bonitas.
Ese día había salido a hacer las compras en el mercado de la ciudad, su abuelo había salido desde muy temprano a trabajar y el era el encargado de la casa mientras esté no estaba. Había dejado el escándalo de un lado y simplemente paso de largo las afueras del palacio y se adentro al mercado.
Le llevo un rato escoger cada una de las cosas que compraría, era difícil encontrar comida lo suficientemente satisfactoria para carnívoros. Hace algunos años habían salido al mercado varios productos que reemplazaron la carne, había sido de mucha ayuda y se podría decir que lograba saciar la mayor parte del instinto carnívoro, aún así este alimento nunca podría ofrecer lo que la carne verdadera ofrece, además era caro y las personas sin buenos empleos o de bajos recursos no podían adquirirlo por eso apesar de que ya no era tan concurrido, el mercado negro seguía existiendo.
Legoshi tiene suerte de vivir una vida cómoda, su abuelo es médico con varias especialidades y tiene una clínica en conjunto con uno de sus amigos, Gohin, un oso panda que aveces le daba miedo.
Caminando de regreso sabe que tiene que pasar por enfrente de el palacio y por ende tiene que asfixiarse con el tumulto de animales que se encuentran ahí. Da gracias por tener un cuerpo tan alto y haci saber para dónde exactamente se dirige, con suerte puede llevarle menos tiempo y poder llegar a casa para preparar la cena.
Estaba equivocado, al parecer habían llegado aún más multitud y le estaba llevando una eternidad pasar por ahí, ¿que se supone que haga ahora? Ya se estaba haciendo más tarde y en ese momento se pregunto el porque de todo el alboroto.
Despues de un tiempo había llegado a la plaza principal enfrente de el palacio donde había más espacio y podía respirar, se quedó un rato ubicandose y después sigui caminando, hasta que el olor a Omega en celo inundó su nariz, era incómodo y lo hacía sentirse un poco asqueado. Por curiosidad se quedó parado mirando hacia la dirección de la entrada del palacio, específicamente a una Omega cierva joven que se encontraba de rodillas siendo ayudada por lo que parecía una mujer loba muy bien vestida que si no se equivocaba parecía ser una trabajadora del palacio.
Después de unos minutos ayudando a la cierva está se retiró de ahí con los que parecían ser sus padres, unos ciervos elegantes. Y tal vez se quedó más de lo necesario en el lugar porque cuando menos lo esperaba cruzó miradas con la Loba que aparece era la encargada de el evento que se estaba llevando acabo ahí.
Legoshi le mantuvo la mirada hasta que la hembra la apartó para llamar a un tigre que parecía ser un guardia, le susurró algo al oído y el hombre asintió a lo que ella le dijo, momentos después dos tigres en traje negro se dirigían a su dirección y por acto reflejo legoshi comenzó a caminar dispuesto a salir de ahí, los tigres al notar su intento de escape comenzaron a caminar más rápido y Legoshi ahora se puso nervioso por lo que le pudiera pasar, tal vez había visto algo que no debía de haber visto, pero si fuera así entonces porque solo lo persiguen a el, tal vez fue porque vio a aquella mujer y está se enfado y mando a matarlo, debía ser alguien importante.
Legoshi camino entre la multitud de animales lo más rápido posible y cuando estaba apunto de salir de ahí se empezó a relajar, ya no sentía que lo seguían y puede que se salve de esta, segundos después sintió una gran mano tomar su hombro y después estaba siendo cargado por uno de los guardias que lo seguía en dirección a donde antes estos se encontraban.
No puso resistencia porque estaba claro que los dos tigres eran Alfas, tenía una gran desventaja así que lo único que pido hacer fue entrar en pánico y rogar por qué no lo mataran. Llegaron hasta las enormes puertas de el palacio y fue soltado por el tigre enfrente de la mujer.
Ya parado enfrente de la loba adulta está comenzó a revisarlo de pies a cabeza, tenía un rostro serio y semblante de superioridad, se hacerco a él y lo tomo de el ocico con fuerza para revisar su cara.
-Un Lobo gris joven- hablo con un tono semi ronco pero aterciopelado -No es extraño ver uno pero si es extraño ver uno con tu complexión- la Loba aún no lo soltaba parecía querer capturar cualquier rasgo que el otro le mostrará.
-P-Perdon, pero...creo que se a equivocado- estar nervioso era poco, realmente estaba asustado pero no quería exponerse -No se realmente que necesite de mi, pero no creo que sea de ayuda-
La mujer solo lo miro y con su mano abrió el ocico de Legoshi para examinar los colmillos de este. Legoshi se quedó quieto solo quejándose entre balbuceos por la osadía de la mujer mayor.
-Casta- pronuncio fuerte y autoritaria. Legoshi se quedó confundido aún con los dedos de la hembra en su ocico -E-eh?-
-¿Cual es tu casta niño?- la mujer seguía apacible y altanera sin importarle las miradas que los demás animales dirigían hacia donde estaban debido al escándalo que se estaba formando.
No supo si era correcto responder pero probablemente se metería en problemas si no contestaba -Omega- respondió bajito con la mirada tímida y nerviosa, la mujer abrió los ojos sorprendida y una ronrisa apareció en sus labios.
-¡Vaya! Un lobo con una complexión interesante y además un Omega- la Loba está vez acaricio suavemente el rostro de Legoshi haciendo que esté se pusiera aun más nervios -Pense que eras un Alfa, aún así también es bueno que seas un Omega, dime, ¿no has pensado en casarte alguna vez?- la sonrisa de la mujer se ensanchó más y el brillo siniestro de su mirada aumento.
-N-No, nunca, estoy estudiando y no creo que esté...listo- para ese punto la voz de el Omega se hacía más suave y y evitaba la mirada de la señora -De hecho estoy llegando a casa tarde y aún tengo que hacer la cena- está vez contesto más seguro queriendo que la mujer lo dejara de atocigar.
-Vamos niño, creo que podrías ser un buen postulante para concubina del emperador, y tal vez si no funciona... tengo una hija de tu edad muy bonita y fuerte, Una Alfa, es una buena oportunidad- Legoshi se sorprendió al darse cuenta de las intenciones de la Loba adulta y se trato de safar de las manos de esta.
Pero no pudo dar una lucha digna, la mujer presintió que el Omega quería escapar y de solo una señal de nuevo los tigres lo acorralaron, lo tomaron por los brazos y la mujer comenzó a caminar hacia adentro del palacio siendo seguido por los guardias que sujetaban a legoshi y este tratando de safarse.
Estaba asustado, no sabía que le pasaría y sinceramente se arrepentía de haber salido ese día, ¿que haría su abuelo cuando se de cuenta que no ha llegado a casa y que además no está hecha la cena?
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ʲᵘᵉᵛᵉˢ/5/ᵒᶜᵗᵘᵇʳᵉ/2023
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