Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1
La vida de Legoshi nunca había sido llena de acción, le gustaba el silencio, la buena compañía y los insectos una de la razones por las cuales había decidido estudiar entomología y poder trabajar en un insectario, su abuelo lo había apoyado toda su vida después de que su madre lo abandonará, ¿su padre? Ni siquiera sabía quién era.
Estaba en su segundo año de la carrera y la disfrutaba bastante, pero las vacaciones de verano interrumpieron sus estudios y ahora dedicaba su tiempo libre a ayudar a su abuelo lo más que podía en todo, a veces se encontraba con su mejor amigo Jack; un labrador, y junto con este hacían varias actividades.
Ahora volviendo al presente desde que se topo con aquella loba adulta hace unas horas su vida había pasado de ser tranquila a ser un desastre, estaba confundido. Había recorrido el enorme palacio junto con la mujer y los dos guardias a sus costados, luego llegaron a una habitación muy amplia y elegante y lo dejaron encerrado ahí, aveces maldecía sus instintos sumisos de Omega por no poder protestar cuando la situación lo ameritaba.
Al menos media hora más tarde una joven felina entro a la habitación, vestida con una yukata tradicional y bonita y después de un minuto entro otra gata vestida con el mismo estilo de yukata floreada y estonces supuso que tal vez ese era un tipo de uniforme para las trabajadoras de el palacio.
Inmediatamente las felinas al verlo se crisparon y contuvieron un siseo hacia el, lo miraron entre temerosas y con asco. De manera cortante le dijeron que lo llevarían a darse un baño, Legoshi no dijo nada y solo se paró dispuesto a seguir a ambas gatas, estás lo llevaron a la habitación continua que era un cuarto de baño gigante donde en metió de está se encontraba una bañera amplia ya preparada para que se lavara, pétalos de rosa y esencia de jazmín en el agua de la bañera además de varias velas aromáticas de vainilla y rosas frescas en jarrones adornando el cuarto.
Frunció el seño, los olores eran demasiados para su sencible olfato que casi lo hacen querer vomitar pero se contuvo al ver las caras evidentemente molestas de sus acompañantes, estás se le quedaron viendo de una manera intimidante que irónicamente casi hace que Legoshi se encoja en su lugar, siguieron viéndolo por otro rato más hasta que una tomo la iniciativa y se hacerco al Omega comenzando a desabrochar la camisa blanca de vestir que llevava, la segunda se dirigió a los cajones de el tocador que se encontraba en la habitación y comenzó a sacar varias botellas que parecían lociones y productos para limpieza personal.
El Omega no tenía idea de lo que pasaba pero en un rápido movimiento se alejo de aquella felina que intentaba desnudarlo, la gata se miró sorprendida para un segundo después dirigirle un siseo de manera feroz. –Quedate quiero perro, estamos aquí por órdenes y no porque queramos– Legoshi entonces se tranquilizó y con una mueca incómoda trato de convencerlas de que el mismo podría asearse, claro que no funcionó y tuvo que ser desvestido y lavado por ellas, el momento más incómodo en su vida.
Luego de estar bien aseado y perfumado las ayudantes llegaron con varios atuendos entre los cuales el lobo tenia que elegir, sin embargo no sabía cuál elegir todas esas prendas eran demasiado reveladoras, ¿provocativas? Tal vez las describiría como para nada su estilo, ¿estaban seguros que siquiera alguno es de su talla?
Hasta ese entonces seguía preguntándose porque demonios seguía la corriente de esto a lo que estaba obligado a hacer, pero si estaba seguro que el baño lo ayudo a relajarse mucho. Un rato después de que Legoshi no supiera que atuendo escoger las mismas felinas se decidieron por uno, se notaba lo mucho que ya se querían ir de ahí y nunca volver a toparse con el.
Otro rato después se encontraba vestido con una camisa de vestir color negra de satín fino y un pantalón demasiado ajustado para su gusto, parecía de un material caro y elegante pero que asfixiaba su trasero y partes privadas, los zapatos de vestir de un color café oscuro lustrados perfectamente y por último un pequeño corte a las puntas de su pelaje en conjunto de el cepillado dándole una vista esponjosa.
Las dos hembras antes de retirarse lo llevaron de regreso a la habitación donde antiguamente la loba adulta lo había dejado y antes de retirarse una de ellas saco una gargantilla de cuero grueso y elegante y se hacerco para ponérsela, dieron un último vistazo a el Omega y dado un asentamiento de aprobación salieron de el cuarto sin dirigirle una última palabra a el lobo.
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Paso tal vez más de una hora y nadie había entrado de nuevo, estaba aburrido y estaba hambriento, si su cálculo era correcto serían pasado de las ocho de la noche, su abuelo debía de haber llegado ya a casa con Gohin, tal vez lo están buscando, de tan solo pensarlo se ponía ansioso.
Después de un tiempo que nadie apareciera había intentado salir de la habitación pero para sorpresa de nadie estaba asegurada, estaba seguro que podía tirarla pero el problema era el escándalo que aria, solo lograría que lo encontrarán y tal vez ya no serían tan amables con el.
Otro rato más en los que ya casi estaba seguro de que se habían olvidado de el cuando de repente alguien abrió la puerta, la misma loba que lo obligó a estar ahí entro a la habitación y al verlo sonrió maravillada.
–Ese no es uno de los atuendos que envie para ti, pero te queda muy bien– la mujer le ofreció una mano para ayudarlo a levantarse de el sillón donde estaba y Legoshi tímidamente la tomo y se puso de pie, la diferencia de tamaño era notoria ya que la mujer solo llegaba hasta el ocico de el más joven. –Definitivamente eres una joya, al rey Oguma le encantará está ofrenda para su hijo–
Legoshi se alarmó, con todo lo que estaba pasando se había olvidado el porque estaba ahí y que estaba en contra de su voluntad.
–Pero yo no acepte estar aquí– hablo en un susurró pero era obvio que la alta capacidad auditiva de la mujer no había dejado escapar el comentario, está frunció el ceño y le dedico una mirada fría a el Omega.
–Tampoco lo querían las demás chicas que nos están esperando, pero está es una oportunidad única, si eres seleccionado como una de las 5 concubinas de el próximo emperador tu vida, la de tus hijos y familia no volverán a sufrir necesidades por lo menos unas cuantas generaciones– Legoshi lo entendía, había escuchado que cada cambio de emperador en el país se buscaban al menos 20 de las mejores omegas y estás eran ofrecidas al emperador, de las cuales solo 5 se quedaban como concubinas y con buena suerte una de ellas se podría convertir en emperatriz. –Ellas lo saben y por eso no se han quejado en lo absoluto, es un honor poder ser seleccionada como concubina, además si no eres seleccionada simplemente te llevan a casa, no pierdes nada con esto–
Las posibilidades de que un Omega como el quede entre las 5 escogidas es muy improbable y con eso en mente asintió hacia la mujer, está le ronrio de nuevo y aún tomando la mano de Legoshi caminaron hasta salir de la habitación.
En el pasillo se encontraban otras chicas por lo menos unas 15 o más, vestían vestidos muy lindo y coquetos así que al parecer el único Omega varón era el, la mayoría de la señoritas ahí eran herbívoros pequeños y adorables que acomparacion de el se veían como buenas candidatas. Las chicas al verlo se quedaron anonadadas debían admitir que el lobo era lindo pero no quitaba el hecho de que daba miedo.
La encargada soltó la mano de Legoshi y se posicionó enfrente de el pelotón de Omegas y dando una indicación comenzó a caminar siendo seguida por los demás. Caminaron por amenos 10 minutos y llegaron a un pabellón del palacio pintado de blanco con detalles azules y dorados, la encargada les dijo que era la clínica de el lugar y que antes de ir a presentarlas deberían de hacer unos exámenes para comprobar su nivel de salud y fertilidad, eso asustó a legoshi no le gustaban los hospitales aún si de eso era que comía y podía estudiar, la razón era porque estos lugares siempre los asociaba con la muerte y sufrimiento y realmente no le gustaba ver sufrir a nadie.
Las chicas pasaban una por una y al parecer la revisión no duraba más de diez minutos. Ya solo faltaban 3 personas antes de que le tocará a el y terminarán pero la chica a su lado no parecía estar bien, era una gacela y se notaba un tanto asustada, Legoshi no quería ser entrometido pero le ponía nervioso verla así.
–¿estas bien?– logro preguntarle pero la chica no le respondió y solo siguió abrazándose asi misma, ya comenzaba a preocuparle más el estado de la gacela por los temblores que está presentaba, lo único que pudo hacer fue tomarla con cuidado de los hombros y hacer que lo viera a los ojos, la chica se sorprendió y se asusto un poco al verlo pero Legoshi le dio una mirada amable para no seguir alarmando la más. –Respira profundo, cuenta hasta 8 y luego exala– Legoshi comenzó a hacerlo para mostrarle a la chica, está logro comprenderlo rápido y comenzó a hacer lo que el lobo le decía y después de unos minutos logro que la hervivora se calmara.
–Lo siento, realmente le tengo pánico a las agujas y cada vez que voy al médico me pongo ansiosa– Legoshi la comprendió y le dio una palmada suave en la cabeza como si fuera una niña. –esta bien, no te preocupes yo también me pongo nervioso veces– la gacela le sonrió y le dio las gracias. –La consulta solo durará unos minutos si te pones ansiosa de nuevo solo respira profundo y no trates de pensar en lo que está pasando ahí, eres fuerte y lo lograrás–
La chica se sonrojo y le asintió antes de que dijeran su nombre y está pasará a la consulta, noto que respiro profundo antes de entrar y con un semblante decidido entro al consultorio. Legoshi solo pudo sonreír enternecido y se paró recto y nervios al notar las miradas de todas las demás chicas que ya habían salido de consulta.
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La consulta solo consistía en una chequeo normal, altura, peso, presión arterial, temperatura, salud bucal, algún tipo de enfermedad crónica y por último el estudio de fertilidad, sacaron sangre de su brazo y lo mandaron al laboratorio, los resultados estarían en una hora después.
Salió de ahí y al ser el último las mujeres del lugar se volvieron a reunir para que la encargada las guiará a dónde se suponía estaba el rey y su hijo.
La caminata ahora era más rápida y por el apresuro apenas y podía estudiar a fondo cada una de las decoraciones de el lugar, solo pudo apreciar que era elegante, moderno y supuso que los adornos de el palacio podían valer más de lo que su casa valía. Ese recorrido ahora fue más corto y llegaron enfrente de una puerta gigantesca de madera oscura y gruesa, la Loba adulta tocó fuerte la puerta y casi de inmediato está fue abierta por dos gusdias, está vez leones.
La hembra empezó a caminar hacia adentro e hizo una señal con su mano para que la siguieran, acatando la orden todas las Omegas y Legoshi caminaron dentro de lo que parecía una sala gigantesca. En el centro del enorme lugar la encargada aplaudió fuerte para llamar la atención de el pelotón.
–Muy bien chicas... y chico– esto último lo dijo con una sonrisa divertida que solo hizo sentir avergonzado al Omega. –vayan formando en una fila y parece recto viendo hacia el trono– Legoshi apenas por esas palabras se dio cuenta de que se encontraban en la sala principal del palacio, la sala del trono, y esos tres asientos brillantes al fondo de la habitación se lo confirmaba. –Muy pronto el emperador y su hijo vendrán para acá y se escogerán a las concubinas del próximo emperador, el príncipe Louis. Se les escogera de acuerdo a los gustos físicos de el príncipe y por supuesto el estado de salud que muestren sus estudios además de su estado de fertilidad–
Todas las chicas se pusieron en orden y se aseguraron de estar lo más lindas posible no querían dar una mala impresión y que no fueran escogidas. Legoshi se puso al final de la fila queriendo que cuando lo vieran ya hubieran escogido a 5 de las candidatas.
Por alguna razón al escuchar el nombre de el príncipe sintió que ya lo había oído en otra parte, en su época de preparatoria recordaba a alguien grandioso con ese mismo nombre, un Alfa que llegó a admirar demasiado.
Paro lo que estaba pensando al ver la puerta abrirse y al médico entrar con varias carpetas en sus manos, esos deberían ser los resultados de los exámenes médicos, el tiempo debe haber pasado muy rápido. Detrás de el médico se apareció un grupo de Leones que se formaron en dos filas a los lados de la puerta y después paso un Lobo Alfa que dio el anuncio de la llegada de el emperador y el príncipe.
Los nervios en la habitación se delataban por el olor de los Omegas presentes y el constante caminar que se acercaba a la sala. Legoshi podía escuchar el constante retumbar de su corazón y se volvió a preguntar el significado de su existencia, y rezaba por qué fuera la última opción de el príncipe, quería irse ya.
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ᵈᵒᵐⁱⁿᵍᵒ/8/ᵒᶜᵗᵘᵇʳᵉ/2023
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