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Tengo mucho meio. Eso se repetía Ron una y otra vez en su cabeza. Dumbledore no sabía quienes eran, parecía un poco más joven, o al menos ya no tenía tantas arrugas, y su cabello tenía un poco de color rojizo. Sin contar que dijo que en Hogwarts no había ningún "Profesor Snape" pero que él siempre creyó que su pequeña serpiente tenía futuro en la carrera educativa aunque su carácter no ayudará tanto a sus virtudes. No entendía nada.
- Director, no entiendo nada- réplica Harry, comenzando a desesperarse.
- Yo tampoco entiendo mucho- respondió el con curiosidad, haciendo que a los tres alumnos se les subiera la presión- No recuerdo haberlos visto en la ceremonia de bienvenida hace algunos años. Esto no está Bien- Harry se sonrió con cinismo, pensó esas últimas cuatro palabras desde que despertó- ¿En qué año están?- Indaga.
- 6to año- responde Harry- Señor ¿Esto es real?- cuestiona.
- Por supuesto que lo es, joven Harry- responde él- ¿Qué poción estaban realizando que salió mal?- pregunta.
- Una poción Revitalizadora de Juventud- responde Draco. Fumbl Dor asiente.
- ¿En qué año nacieron? - la pregunta descolocó a los alumnos. Esto ya está siendo más que extraño.
- En 1980 señor- respondió Harry curvando su boca con extrañeza. Nada resultaba normal en este momento. Albus jadeó sorprendido.
- ¡Pero mis niños!- exclamó con sorpresa- ¡Estamos en 1976!- Se escucha un golpe seco- ¿Está bien?- indaga mirando el cuerpo tirado en el suelo del pelirrojo.
- Si, solo fue demasiado para él- responde Harry, sin mirar a su amigo- ¿A qué se refiere con que estamos en 1976? Significa... ¿Que viajamos al pasado?- cuestiona desconcertado.
Draco miró a Harry como si tuviera tres cabezas ¿Cómo podía resultarle tan normal tal revelación? Él ya y hasta estaba planeando como correr con histeria ¿Recto, en círculos, tirado en el suelo? ¿Gritando, en silencio? Esto no podía estarle pasando.
Harry no tenía miedo, por una simple y sencilla razón. Ya lo pasó. Si, con un giratiempos, se entiende. Pero de todas formas, ya había estado en el pasado una vez, y no era una situación tan rara como las que ya había vivido los últimos años. Enfrentarse a un profesor con Voldemort pegado a su nuca, contra un Cerbero, un ajedrez mágico, dragones, sirenas, el viaje en el tiempo ya mencionado, dementores, veelas, ya nada lo sorprendía. Claro, aún no procesaba correctamente la información por completo, pero ya se iba haciendo a la idea de que estaban en el pasado, un pasado lejano, en donde sus padres aún iban a Hogwarts como estudiantes de 6to año, como ellos. Lo normal.
- Eso parece, Sr. Potter- responde Albus, acariciando su barba, pensativo- La poción Revitalizadora de Juventud- repite por lo bajo- Creo que tiene sentido. Esa poción regresa el estado físico de quién la ingiere para rejuvenecerlo un poco. Si fue mal hecha, puede ser que en vez de afectar sus cuerpo afectó su línea temporal y los transportó hasta acá- menciona, poniéndose de pie.
- ¿Y a dónde cree que va?- lo voltea a ver Draco, notando como se encaminaba hacia la puerta del despacho.
- No le veo una pronta solución a este problema. Sin mencionar que es mi descanso, lo arreglaremos mañana- responde. Draco lo mira con los ojos bien abiertos, estaba jugando ¿Verdad?
- ¿Perdón?- responde Draco- ¡¿Esta chiflado?! - grita histérico.
- Draco, cálmate- recomienda Harry, relajado. Ya estaba acostumbrado a las acciones repentinas y poco cotidianas del director.
- ¡¿Que "me calme"?!- grita- ¡Estamos en el pasado! ¡Vi a mi propio padre encorvarse! ¡Y aún no tome mi baño! - replica- ¡¿Cómo quieres que me calme, Potter?!- se sujeta la cabeza con pánico.
- Ahora que lo pienso- interfiere el Director- Creo que tendrán que cambiar sus apellidos, al menos hasta que pueda regresarlos a su tiempo- propone- los alumnos se miraron entre ellos, al menos los dos que estaban conscientes- De momento creo prudente que vayan a dormir- sonríe.
- ¿A dónde?- responde Harry- No somos de aquí ¿Lo olvida? No tenemos cuartos- Albus levanta un dedo, a modo de que ya lo tenía resuelto- Ustedes, irán a sus torres- señala los uniformes de cada uno- Y tomarán el cuarto tras la chimenea de la sala común- sonríe.
- ¿Hay un cuarto detrás de las chimeneas de nuestra sala común?- preguntan sorprendidos, León y serpiente.
- No sabía que había un cuarto aparte en la sala común ¿Los prefectos lo saben?- cuestiona Harry, extrañado. Esa sí no la vio venir.
- Pues si. Hay muchos secretos en Hogwarts, y yo no los conozco todos- sonríe divertido- Tomen ese cuarto. Cuando despierten, irán a desayunar como todos los demás. Y si alguien les pregunta solo digan que llegaron de improvisto la noche anterior como alumnos de intercambio- sonríe. Draco y Harry se miraron entre ellos, no muy seguros, pero finalmente asienten.
- Las contraseñas de los cuadros...- comienza Harry con inseguridad. Dumbledore ladeó la cabeza sonriente.
- Breave Heart, los leones- señala a Harry y Ron- Y Plata líquida las serpientes- sonríe. Dicho esto, les deseó buenas noches y se retiró. Harry se tomó unos minutos para despertar a Ron y ponerlo al tanto rápidamente.
- ¿Ahora que?- Harry mira a Draco al oír su pregunta.
- No sé cómo sean todos aquí, en esta línea temporal. Pero si podemos, debemos evitar el contacto con otros alumnos. Sobre todo con nuestra sangre- responde, aunque los deseos de hablar con sus padre le carcomían la cabeza de la emoción.
- Entiendo- responde Draco, tenso. Jamás creyó que tendría que decir esto pero- Potter, mañana no te separes de mi- Harry alzó una ceja- No quiero estar con raritos que no conozco, para eso prefiero estar con ustedes- gruñe. Ron clamó un burlón e incrédulo "¿Dijo que prefiere nuestra compañía?", que sacó a Draco un bufido.
- Si, es raro. Pero también creo que debemos quedarnos juntos- responde Harry, mirando a Ron para que dejara de burlarse. Weasley suspira resignado y asiente- Bien, no vemos mañana, luego del desayuno en la Sala de Menesteres- indica. Draco y Ron asienten y se dirigen a la salida del despacho, para luego separarse cada quien por su lado.
Ron aún estaba impresionado. Es que esto no era normal. Tenso, mira a Harry, él se veía muy relajado ¿Significaba que todo estaba bien, entonces? Si era así, aún estaba algo tenso. No estaba tan confiado como Harry, pero se sugirió que sería lo mejor calmarse. Ponerse como niña no ayudaría en nada.
Caminaron unos cuantos minutos hasta que llegaron al cuadro que los separaba de su sala común. La regordeta señora los miró un momento, no los reconocía para nada. Ron, por un momento, temió que ella se pusiera a hacer escándalo, alertara a los Prefectos, y los descubrieran. Pero Harry actuó antes, y con solo decir la contraseña la mujer cedió, murmurando algo de que ya eran tantos que no recordaba a varios alumnos. Soltando el aire con alivio, Ron siguió a Harry hasta la chimenea, que se encontraba apagada, pues hacia calor en la sala. Harry tardó un poco, pero luego de unos minutos, logró dar con un ladrillo que abrió un pequeño pasaje hacia un cuarto oscuro.
- Lumus Encantatem- recitó Harry.
Con un destello repentino, las antorchas de la habitación se encendieron, iluminando la cálida habitación. Ésta contenía dos camas, y era igual a los demás cuartos de Gryffindor. Ron gimió aliviado cuando se tiró sobre uno de los colchones y Harry simplemente se limitó a verificar el baño, antes de utilizarlo y darse una larga y calidad ducha que relajó su cuerpo. Enfrentarse con un Calamar Gigante, y enterarte al mismo tiempo que estabas en una época crucial para tu futura existencia no era algo muy calmado que se diga.
Harry salió del baño con un bostezo, secando su cabello con una de las toallas que habían dentro de él. Miró a Ron, abriendo la boca para decirle que ya podía usar la ducha, pero al verlo dormido decidió dejarlo así y cambiarse para poder dormir. Se cubrió las piernas con las sábanas y se quedó sentado un momento, para luego destaparlas y bajarse de la cama para retirar la camisa y túnica de su amigo, quitarle los zapatos y medias y taparlo. Dejó la ropa humedecida del pelirrojo junto a la suya, estiradas, para que se secara correctamente para usarlas mañana por la mañana. Suspiró, y regresó a su cama, para dormir.
Draco no tuvo problemas. Entrar a su cuarto fue sencillo, a esa hora no había Slytherin alguno que estuviera despierto, así que fue sencillo para él escabullirse hacia la chimenea. Tardó mucho menos que Harry en descubrir el ladrillo que le daría acceso al cuarto secreto, y recitando el hechizo de iluminación, inspeccionó el cuarto. Idéntico a los demás dormitorios de Slytherin, Draco se apresuró a darse un baño, para luego recostarse en su cama y descansar. Claro. No sin antes maldecir durante veinte minutos la época en donde había acabado por no tener Pantene.
Ah, mañana sería un largo día.
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