Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

♥╣[-22-]╠♥

Remus aparentemente durmió en el baño, fuera de eso se podría decir que todo estaba bien. Harry y Ron se habían quedado dormidos en su cama, aunque no de la forma tradicional, estaban por completo atravesados el uno con el otro y sobre el colchón. No les importó al momento de dormirse, pero esas malas posturas les cobraron factura cuando se levantaron. A pesar de eso, con dolor y todo decidieron comenzar el día como si nada. Remus salió para desayunar y ya parecía mejor, o algo así. Aún estaba algo tenso.

— ¿Por qué se pone así por Malfoy?— preguntó Harry, de camino al Gran Comedor. Sirius suspira.

— No te puedo decir. Es algo personal de Remy— responde el azabache y Harry asiente, respetando su intimidad.

Cuando llegaron a la mesa de Gryffindor, James ya se encontraba allí, sano en su totalidad, sin una sola muestra de su resfriado, quien le hizo señas al grupo para enseñar su ubicación, reclamando a Harry que se sentara a su lado. Desconcertado, Overlord obedece, sobresaltándose cuando el de ojos avellana lo toma de ambas mejillas y lo atrae en un beso corto para luego soltarlo.

— ¡Eres un genio mi amigo!— lo abraza por los hombros con emoción. Los leones que los vieron quedaron pasmados pero deciden seguir con lo suyo, habían visto a James hacer eso antes con los otros Merodeadores cuando se emocionaba mucho, pero jamás con un chico cualquiera.

— ... — Harry ni se movió, y James rió con gracia. Ron murmuró algo como "incesto interdimensional" y Harry le lanzó una mirada de advertencia para que se callara, no estaba en condiciones de hacer bromas de ese tipo en ese momento.

Luego del desayuno, donde Sirius le comenta a James que Harry se presentaría para la siguiente prueba de Quidditch — este se emociona pero afirma varias veces que él seguirá siendo el buscador — las clases siguieron normalmente. No hubo mucho que hacer, y para suerte de Ron en ningunas de ellas compartieron con Slytherin, lo que significaba para su alivio que no vería a Crouch hasta dentro de dos días. Sin embargo, como en cualquier día ligero de clases, cuando no te rompen el trasero con la clase te lo violan con tarea, por lo tanto, los Merodeadores, Overlord y Weasp quedaron encerrados en la biblioteca en una dura jornada por reducir los trabajos para la próxima semana aunque sea un poco.

— Estoy, que me muero de hambre — bufó Sirius, luego de varias horas. James y Ron asintieron de acuerdo.

— Ni se te ocurra, Sirius. Te quedas y acabas con la tarea — menciona Remus, sin despegar su mirada de su pergamino. Sirius se queja abiertamente.

— Así es, Black. Sé cómo yo — se burla Harry con una sonrisa triunfal y Sirius suspira.

— Si tú ya terminaste ¿Por qué no nos traes algo?— pucherea el de pelo rizado. Harry casi se muere cuando lo ve morderse el labio inferior.

— Porque me da vagancia — se fuerza a responder. Sirius se acomoda el cabello y se recuesta sobre el respaldar de su silla, reclinándose un poco.

— Vamos, Har. Solo unas cosas tontas. Chiquitas. Te prometo que la próxima voy yo — sonríe encantador como siempre y Harry suspira. No podía aguantarse a esa cara tan ¡Agh!

— Bien — vira los ojos y deja sus cosas— Remus, que no copien mi tarea— el licántropo le hace una seña afirmativa y Harry se pone de pie.

— ¡Grande Harry!— celebra Sirius y en algún punto de la biblioteca la bibliotecaria lo silenció. Harry ríe por lo bajo y se retira.

La escuela estaba más que muerta a esa hora de la tarde, los pasillos estaban casi vacíos y pocos alumnos daban vueltas por ellos. Era lindo, aún sin tanta gente el castillo desprendía esa aura hogareña que él recordaba que tenía en su dimensión. Era simplemente hermoso. Iba tan sumido en sus pensamientos que no notó a la chica pelirroja que venía cargada de libros y simplemente la chocó, haciéndola tirar todo al suelo y caer. Harry quiso salir corriendo de la vergüenza, pero decidió hacerse hombre y quedarse. Disculparse era lo correcto.

— Lo siento — se disculpó Harry cuando volteó para verla, agachándose para ayudarla a levantar los libros que la hizo botar, pero la chica jaló uno de los libros que él tomó para sacárselo, como si no quisiera que lo tocara. Eso sorprendió a Harry, que soltó el otro libro por las dudas.

— Aléjate de mi, Potter — espeta la chica sin alzar la cabeza. Harry se sintió triste por un momento, pero luego recordó que en ese mundo nadie lo conocía como "Harry Potter", por lo que supuso que se refería a James. Claro, él se parecía a su padre.

— No soy Potter — se limitó a responder. La chica alzó la cabeza al instante cuando lo oyó, y Harry quedó de piedra— Lily — susurró incrédulo. Mamá.

— Oh, eres tú — responde ella, con un gesto cansado y eso sí descolocó a Harry. ¿Cómo que "tú"?— También, aléjate de mi — dijo un poco más calmada, para luego agacharse y tomar lo que faltaba y pararse de nuevo, lista para irse pero Harry la detuvo.

— Espera — la chica lo volteó a ver con indiferencia — No entiendo ¿Por qué?— la chica chasqueó la lengua y volteó por completo para verlo.

— Te he visto con esos idiotas. A ti y a ese pelirrojo— Harry ladea la cabeza desconcertado. No comprendía ¿"Ellos"? — Los Merodeadores — aclara fastidiada al ver que no le entendió— Siempre están con ellos ¿No? — Harry comenzaba a sentirse incómodo con la actitud fría de la mujer.

— Pues si, son buenos amigos — se rasca la pierna, nervioso. La chica abrió los ojos con sorpresa y frunce el entrecejo con tanta fuerza que Harry teme que se le arrugue la cara. Pero a pesar de que eso pudo, o no, causarle gracia enserio, ese gesto lo hizo tener un pésimo presentimiento.

— ¿"Buenos amigos"?— repite indignada, y así Harry sabe que todo iría mal— No puedo creer que estés con ellos enserio. Debería darte vergüenza — espeta ella. Harry bajó la mirada un momento, sintiendo que la garganta se le cerraba y la mira de nuevo— Son unos hijos de puta sin corazón, maliciosos y egoístas. No puedo creer que de verdad te juntes con la basura de Hogwarts. Das vergüenza, haz de ser igual que ellos. Lastimarás a Severus tú también ¿No?— gruñe ella con el dedo alzado, apuntándole como si lo condenará al infierno. Harry siente los ojos escocerle. La Lily que todos le habían mencionado en su dimensión no era así, ella jamás le diría esas cosas a un inocente hasta tener pruebas de lo contrario, y ni aún así...

— E-es que yo... Yo no... — se rasca la mano nervioso, mirando el suelo con una sensación de ahogo, balanceándose de un lado a otro varias veces.

— Aléjate de mi — espeta la mujer con asco y un tinte de dolor en la voz, como si no pudiera estar más desesperada por irse. Sin más, la pelirroja se fue a paso firme, dejando a Harry con la mirada brillosa y el cuerpo cohibido solo en el pasillo iluminado.

Harry bajó la cabeza con desánimo, no se sentía con ganas de nada. Siempre supo que su padre fue... Bueno, un bastardo, pero sabía que no era así con todos y que de alguna forma James era incomprendido. Imaginaba que él no tener hermanos hacía que no sintiera la creciente necesidad de superarse para darle el ejemplo a alguien, al ser hijo único era el consentido, todo lo que hacía estaba bien para sus padres, y cuando no era así se lo perdonaban. Sirius estaba solo, no tenía familia que lo guiara, vivía con los Potters porque no tenía a nadie, no sabía si en esta dimensión sería así, pero en la suya Regulus no le hablaba. A Sirius lo agredieron desde pequeño con maleficios imperdonables y maltratos verbales ¡Lógicamente estaría un poco tocado por eso!. Remus se sentía inseguro por lo que era, temía quedarse solo, lastimar a alguien. Le daba miedo que si delataba a sus amigos, los únicos que lo aceptaron y amaron, lo delaten o lo abandonen. ¡Sus comportamientos no estaban bien pero tenían una causa! No una justificación, pero tenían un motivo de origen. Qué los insultaran... Lo enfurecía. Entendía que lo que hacían estaba mal ¡Lastimaron a Severus muchas veces! Incluso de gravedad, está bien, lo entendía...

— Pero ¿Por qué yo?— solloza, apoyándose contra la columna de piedra a su lado, junto a una de las ventanas. La luz de color salmón, un tanto anaranjada, del atardecer que entraba por la ventana... Lo entristecía.

|∆|

— Estúpido gato — murmura Draco fastidiado, sacudiéndose la túnica y quitándose los pelos blancos que seguían en él— Lucius debería aprender a mantener a su gato lejos de la ropa negra— bufa, bajando los últimos escalones de la escalera corrediza, cuando al llegar al suelo firme siente que alguien que se le cuelga del cuello.

— ¡Draco!— el alegre canturreo lo hace voltear, y solo cuando ve el rostro sonriente de Barty se relaja un poco, sin embargo, aparta al rubio ceniza porque aún no lo consideraba tan cercano como para que pudiera saltarle como pulga de cualquier lado y de la nada.

— Hola, Crouch — responde con un suspiro, retomando su camino con calma hacia las cocinas de Hogwarts, quería comer algo dulce. El otro lo sigue a su lado con naturalidad.

— Eso sí es cruel—

— ¿Qué cosa?—

— A Luxy, Sevy y Regy los llamas por sus nombres y a mi me llamas "Crouch". Qué frío de tu parte Draquín— pucherea y Draco vira los ojos.

— Bien... Bartemius— El otro hace cara fea— Bueno, Barty — bufa y el otro aplaude con emoción. Parecía un niño pasado de azúcar— ¿A dónde vas?— pregunta casual, doblando en una esquina con el otro.

— Ah, luego de mi increíblemente heroico acto de valor Slytheriano, como que me dieron ganas de... — cierra la mano en un puño y finge embestidas hacia adelante. Draco vira los ojos al entenderle — Entonces voy con un chiquillo bien guapetón para poder... — repite el gesto y Draco coloca su mano en su puño para hacerlo bajar el brazo, ese gesto le causaba incomodidad — A gusto — sonríe.

— Aha, y a todo esto, Crouch — el rubio lo mira con su sonrisa habitual— ¿Qué fue todo ese teatro de que salvaste a Weasp?— el rubio más alto alzó una ceja y sonrió de lado con sorna.

— ¿Ese es su apellido?— Draco no se contiene y suelta un obvio "Duh"— Pues, mi querido Draquito, la respuesta es muy sencilla... — hizo una pausa dramática y Draco alza una ceja — Me atrae — Draco espera un remate para, lo que él creía, era un chiste. Pero al no oírlo alza la otra ceja también y se sonríe con burla.

— Si, como no — se ríe y mantiene la vista al frente. Era una noche agradable para estar dentro del castillo.

— ¡Te digo que enserio me atrae!— ríe el rubio ceniza y Draco se deja empujar por él, solo por esta vez, y porque nadie los veía.

— Ya, seguro — responde con una sonrisa, aunque no estaba muy convencido. Es decir, si, Ron le caía... Más o menos, era como un 0 a la izquierda para él, pero jamás se interesó en herir sus sentimientos de una forma tan sádica como lo sería el enamorarlo y tirarlo luego. Si por Draco fuera, evitaría que Crouch le rompa el corazón, si es que esa era su intención— ¿Pero que le ves? Yo solo veo una copia barata de un Weasley caminando de acá para allá— responde con todo el veneno Malfoy que tenía descongelado. Admitía que se puso algo blandengue desde que llegó a esa dimensión.

— Es que, parece uno, pero a su vez es más que diferente — responde— No sé. Su cabello ¿Haz visto su cabello?— Draco lo miró con una cara que aprecia decir "Es lo único que no se le puede evitar ver".

— ¿Bromeas? Es tan brillante que casi parece flúor. Es una luciérnaga el desgraciado — responde. Barty carcajea y niega con la cabeza.

— Buena esa, pero no — Draco viró los ojos con una mueca — Si, es brillante, pero es fino, delicado, la menor brisa lo mueve. Y el aroma a fresa que desprende — Draco lo mira cuando su voz se pone más ronca y supo que le encantaba su cabello de verdad— No es ni muy largo, ni muy corto. Es suave, bueno, no sé ¿Es suave? Parece suave. Tiene que ser suave, es más que obvio que es suave — Draco le pellizca la mano y Barty chilla.

— Para qué salgas de tu bucle— se justifica. Barty sonríe de lado y lo abraza por los hombros sin dejar de caminar, como Draco era un poco más bajo el rubio ceniza tuvo que inclinarse hacia él un poco.

— Nah, pero ya enserio. El chico es lindo — Draco lo miró de reojo, Barty parecía concentrado en el camino— ¿Haz visto sus pequitas? Es simplemente adorable — le guiña el ojo y Draco sonríe, aunque sea un poco. Aunque Draco se sentía curioso por seguir el tema de Weasley, o bueno, Weasp,  el mayor estaba emocionado por ir a una cita con otro chico y no veía la hora de irse. Porque sí, aunque Crouch Jr había mostrado algo de interés por Ron, el chico era una especie de mujeriego pero con los hombres, y por ende tenía su harem seleccionado para cada semana.

Barty se despide y se retira con una de sus habituales sonrisas escalofriantes y traviesas. Draco sonríe para si mismo y continúa su camino, realmente quería comer algo dulce. Malditos antojos, parezco preñado. Se mofa de si mismo, recordando uno de los libros que leyó sobre una especie extinta llamada Doncel, un escalofrío le recorre la espina dorsal y hace un gesto de asco y suelta un zumbido similar. Qué cosa más espantosa, y probablemente dolorosa, no parir era lo único por lo que se alegraba de ser hombre. Sin dolores menstruales, ni el pánico de quedar embarazado por el primero que te la meta. Continuó su camino con calma, después de todo, aún faltaban dos horas para que el toque de queda sonara y los prefectos salieran, por lo tanto iba más que relajado. Después de todo, le gustaba la noche.

En el camino se cruzó con varios compañeros de su casa y al igual que ellos, los saludaba, con palabras o un simple movimiento de cabeza. Algunos le paraban el corazón, porque los reconocía, muchos eran los padres o los tíos de sus antiguos compañeros de clase, y dos que tres amigos... Bueno, "amigos", de esos ignorantes a quienes les pagaba por estar con él.

Ahora qué lo pensaba, eso sonaba más que triste.

Patético.

A medida que iba avanzando por uno de los pasillos reconoció por el que caminaba como el Pasillo Natural — como él le decía, debido a que su muro derecho estaba colmado de altos y estrechos ventanales sin vidrios que dejaban entrar una cantidad de luz natural increíble, ya fuera solar o lunar — un pasillo que siempre adoró, ya que usualmente estaba vacío. En invierno entraba mucho frío por las ventanas, y durante las épocas de calor los rayos del sol hacían pedazos a cualquiera que se atreviera a caminar por él. Claro que Draco tenía sus trucos para poder quedarse en él y no morir ni rostizado, ni de hipotermia. Le alegraba saber que ese Hogwarts era conocido como el Hogwarts que él conocía. Sin embargo, había algo diferente esta vez. Había alguien junto a una de las ventanas, y miraba el paisaje por ella. El color rojo de su uniforme sobresaltada bajo la luz blanca de la luna y lo reconoció como un insoportable Gryffindor.

Draco comienza a bajar la velocidad de sus pasos apresurados cuando reconoce al león solitario, era claro. Harry. Inseguro, se muerde el interior de su mejilla izquierda, un tic nervioso casi frecuente, y mira a su alrededor, habían dos o tres alumnas de Ravenclaw que pasaban por el pasillo, no podía arriesgarse a ser amistoso con el León y que todos lo supieran, comenzarían a correr rumores desagradables y si llegaban a Lucius se pondría loco como cabra otra vez y no quería tener que he gozarlo de nuevo. Inhaló hondo y siguió caminando con naturalidad hasta que llegó cerca de Harry, quien si notó su presencia no lo hizo notar, porque su mirada seguía fija en el cielo y las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas sonrosadas por el frío de la noche. Draco vacila antes de hablar y guarda sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

— Ey, Gryffindor ¿Y a ti que te pasa?— cuestiona la serpiente, alzando una ceja maliciosa al ver al pequeño león temblar y dar espasmos. Claramente estaba llorando, no había duda.

— Nada, déjame — responde con la voz débil y temblorosa, sin desviar su mirada de la ventana sin vidrios, analizando el cielo nocturno con tristeza. La luna estaba sola, no habían estrellas que la acompañarán esa noche. La luna no tenía a nadie.

— Overlord — repite Draco serio, pero al ver que el pasillo estaba vacío y Harry no respondía, suspira y suaviza su voz un poco— Harry — el chico solloza y levanta la mirada un poco— ¿Qué te pasó?— pregunta— ¿Estás bien?— Harry hipa e intenta secarse las lágrimas con la mano, pero unas nuevas las remplazan.

— Me encontré con mi mamá, bueno... La mujer que se supone que sería mi mamá— Draco alza una ceja, esperando el resto, aunque intuía más o menos que diría— Ella, me rechazó. No es como yo esperaba, creía que sería amable conmigo, pero en cuanto vio con quienes me juntaba ella... — su voz temblorosa se quebró y comenzó a llorar de nuevo. Draco frunce el entrecejo y se cruza de brazos. Severo.

— Harry, deja de lloriquear. Recuerda que ella no es tu madre. Es alguien diferente — menciona Draco con un suspiro, mirando con los brazos cruzados a Harry, quien sollozaba y se secaba las lágrimas con los bordes de su túnica— No tienes que babear por su aprobación, no es- —

— Lo sea o no, duele — hipa el castaño. Draco cierra la boca y lo mira un momento— Jamás la vi cuando estaba viva, no la recordaba. Una vez vi lo que podría ser ella en un espejo, pero el que mi primera interacción con ella cara a cara, aún si no es mi madre real, haya sido tan cruda, tan cruel y fría... Me- —

— Duele — completa Draco con suavidad. Harry levanta la cabeza y mira al rubio mirarlo con más calma, comprensivo y Overlord no puede evitar sollozar otra vez.

— Necesito que me quieran — se cubre la cara dolido, llorando. Draco lo mira un momento y suspira, deshaciendo el cruce de brazos para estirar una mano y agarrar débilmente la manga derecha de la túnica del león.

— Ven acá — Harry  se acerca los dos pasos restantes y hunde la cara en el pecho del Slytherin, quien con un suspiro enrosca sus brazos al rededor de su cuerpo y apoya su mentón en su cabello— Ya pasará, Potter... — susurra, acariciando su cabello con serenidad, igual que una madre consolando a su hijo— Ya pasará — promete cerrando los ojos, apoyando su mejilla en el cabello del más bajo y acariciando su espalda con calma. Siente los brazos de Harry aferrarse a su túnica con duda antes de tomar más confianza y abrazarlo.

— Gracias, Draco — murmura contra su pecho, sacando una sonrisa débil en los labios del rubio, quien abrió sus ojos un poco. Se tensa, y la magia se pierde cuando ve a quien tiene en frente. Peter deja caer el panecillo que robó de la cocina del castillo por la impresión.

— Bueno, hasta aquí llegó mi amor. Nos vemos, Overlord— toma a Harry de los hombros y lo separa rápidamente de su cuerpo, desconcertado al león. Draco da media vuelta y se aleja caminando rápidamente haciendo caras raras que prácticamente reflejaban sus pensamientos. Oh, por Morgana ¿Cómo pude dejar que me vieran haciendo eso?. Harry no logra comprender del todo pero no puede evitar soltar una risita.

— ¿Harry?— el León voltea cuando oye a Peter y rápidamente ata cabos y ríe de nuevo.

— Hola Pet — camina hasta él, secándose las últimas lágrimas que le quedaban y pasa un brazo por sobre el hombro del más bajo, en un abrazo amistoso — ¿Sirius y James ya terminaron la tarea o siguen atorados en la misma parte? — sonríe. Peter no tiene tiempo de preguntar qué demonios fue lo que pasó con Draco y solo se dedica a responder lo que Harry preguntara mientras caminaban de regreso a la Sala Común de Gryffindor. Sin embargo, esa imagen le quedó grabada en la cabeza.

Una estrella acompaña a la Luna.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro