
Capítulo 42
Después de haber dado un pequeño paseo abrazados, Aurelio se despidió de Lorena quedando en verse mañana.
Seguidamente Lorena pasó a su casa con sus ojos brillantes, sus mejillas acaloradas y esa sonrisa que la delataba que había pasado un buen rato en compañía de Aurelio.
—Lorena espera un momento—Le dijo Esme que tenía en brazos al pequeño Miguel.
—¿Le ocurre algo a Miguel, mamá?
—No, este pequeñín está bien, solo que le cuesta dormir un poco.
—Míralo que grande está. —Lorena agarró a su sobrino empezando hacerle carantoñas.
—Lorena te acabo de ver con Aurelio.—Interrumpió Marta.
—Si...—Titubeó ella avergonzada.
—¿Con Aurelio? ¿Y qué hacías tú con Aurelio? —Prosiguió Esme sin entender que ocurría y porqué Lorena estaba con Aurelio el encargado de las caballerizas de su abuelo.
—Yo...esque llevo el caso de su hija y como ya le han operado estamos a la espera de ver si su cuerpo rechaza o no los órganos—Desde luego muy bien no se le daba mentir a Lorena. Y como era de esperar, ni Esme ni Marta se convencieron con lo que dijo.
—Lorena cariño, yo no te voy a juzgar, solo me preocupo por ti. No deseo que lo tomes a mal, pero deberías pensar si deseas estar con Aurelio o no. Hay muchas cosas que os separan.
—No te entiendo tía Marta.
—Marta quiere decir, hija, que tú ahora estás algo confundida. Tú relación con Nick no ha funcionado correctamente y debes de darte tiempo. Pensar bien las cosas y disfrutar.
—Lorena, escucha. Nick ha sido tu primer amor por llamarlo de algún modo. Y aunque en apariencia estés bien, sabemos que tus heridas están muy recientes, y no queremos que se abran más. Primero déjalas sanar y después si Aurelio es el hombre de tu vida, te esperará.
—Pero... Tía Marta...yo...
—Hija escucha a tu tía. Además, has pensado que estáis lejos, que tú tienes aquí en París tu vida, tu trabajo...¿Llegarías a cambiar tu vida por él?
Aquella pregunta le pilló por sorpresa a Lorena. En el tiempo que había estado conociendo Aurelio, no había pensado que cuando a Irene le dieran el alta volverían a España, a la finca y ella se quedaría en París continuando con su vida y trabajo.
Por alguna extraña razón, una desilusión empezó a empañecer sus ojos dejando al niño en su cunita, lo arropó y se marchó sin decir nada hacia su habitación.
Cerró sus ojos luchando contra su interior y los pensamientos que la abordan.
No podía negar que se sentía a gusto con Aurelio, que él se portaba con ella como un caballero y lo mejor de todo, había apartado de su mente a Nick, ya no pensaba en él, ni para bueno ni para malo. Aurelio se encargaba de hacerla sentir especial, como si sus sueños fueran del color del arco iris y ahora esos colores estaban grises y oscuros.
Le había costado mucho poder estudiar su carrera y cuando le concedieron la beca fue su mayor deseo. Hasta ese momento no podía quejarse de nada. Todo le había ido bien, salvo en el amor.
Suspiró mirando por la ventana abrazada a sí misma cuestionandose porque la vida es tan complicada y nos da una de cal y otra de arena. O es que no se puede tener todo en esta vida.
Para contentarse, pensó que no iba a darle la espalda Aurelio. El tiempo que permanezca en París lo disfrutaría junto a él, después ya vendrían las lágrimas.
Y así fue como todos los días, mientras tenía un hueco o algún día libre la pasaba en compañía de Aurelio. Paseaban por las principales calles de París, paraban a comer en algún restaurante y una noche Aurelio le regaló un colgante en forma de estrella.
—Aurelio no tenías porqué regalarme nada.
—Lo he comprado con mucho cariño. Esta estrella simboliza los deseos que queremos que se cumplan. A mí hasta ahora se me han cumplido.
Mi hija se va recuperando favorablemente, y después de tantos años he vuelto a enamorarme. Te quiero Lorena y me gustaría que nuestra relación vaya en serio.
Lorena sonrió feliz, las palabras de Aurelio era la mejor medicina para curarle su corazón,
Justo en ese momento comenzaba a percibir como su todo lo que hasta ese momento de su vida hubiera encajado con piezas de puzzle, ahora sentía que no encontraba la pieza para terminar de encajar todo lo que suponía tener que dejar sus esperanzas y volver a la vida que ella misma se había esforzado en construir y deseaba tener.
Una pequeña lágrima nació de sus océanos mirando hacia el piso avergonzada. ¿Cómo podía en este momento separarse de Aurelio?
Cuando estaba sola, y lo ensayaba le resultaba más fácil, en ese momento no encontraba las palabras y las fuerzas necesarias para tener que tomar una dura decisión como le estaba resultando aquella.
—Lorena mi amor, te he dicho algo que te haya afectado.
—No, si no todo lo contrario. Pero...—Aquel "pero" era el obstáculo que había pensando durante horas Aurelio. Dejándose llevar por lo que siente hacia ella no le importó esquivarlo y declararse.
—No puedo hacerte ilusiones.—Las palabras comenzaban agolparse en su garganta impidiéndole continuar hablando con el corazón. Quería poder expresar lo que sentía por él, anhelaba poder decirle lo mucho que lo quiere. Su vulnerabilidad le impidió confesarlo.
—Lorena no quiero verte triste, entiendo que estamos lejos y yo pronto me marcharé de nuevo y por desgracia nos tenemos que separar.
—Exacto y por ello debemos asimilarlo que estos momentos que hemos pasado juntos se quedarán permanentes.
—¿Acaso no me quieres Lorena?
—En este momento no importa, puesto que nos tenemos que separar que importa todo ya.—Escondiendo su rostro en el pecho él, Lorena no podía soportar la idea de no volverlo a ver, de la misma frustración agarró su chaqueta llorando.
Verla en ese estado conseguía que su corazón se rompiera como un jarrón de porcelana. El también estaba afligido, y lo peor del asunto era que no había encontrado solución alguna para poder quedarse con ella. Miguel, su abuelo, lo necesitaba en la finca y había hecho tanto por él que en esos momentos no sabía decirle no a Miguel Urtizo.
En silencio, caminaron durante un buen rato abrazados mirándose de de vez en cuando como si con sus miradas quisieran decir lo que sus bocas callaban.
Al llegar a su casa aquel momento fue el más difícil para los dos. Los dos se querían y ninguno quería separarse. Aún así el destino se había empeñado en que su deseo no se concediera.
Con un último beso cargado de amor y lamento Aurelio y Lorena se despedían uno del otro.
_________Nota De Autora_______
Hola queridos lectores como se encuentran.
Pues yo como me aburría, (porque llevo dos días con gripe, ya estoy mejor) he pensado en escribir este corto capítulo, es un poco triste. 😓😭😭
Y lo peor que la historia está llegando a su fin.
😭😭😭
Yo solo puedo como siempre daros las gracias a todos los lectores que han leído mi historia valorando mi trabajo. Muchas gracias de corazón por haberme dado la oportunidad de haber podido compartir con todos ustedes una historia más. Y sobre todo darme la oportunidad de terminar tres libros completos con tantas visitas. Gracias. Gracias de verdad ( estoy emocionada)
Aprovecho para dar la bienvenida a mis seguidores y saludar a todos los que me siguen y a los que no.
Un beso para todos y todas las lectores que han visitado la historia desde el anonimato y los que le han dado a la estrellita comentando la.
Y aprovecho para recordarles que estoy escribiendo la 3 parte de Ámame & Déjame
.
*Título;Déjame Amarte.*
En esta ocasión he decidido que la narre nuestro protagonista (Naim)
Si lo deseáis podéis pasaros y contarme que tal os parece, os estaría muy agradecida.
Y antes de marcharme deciros que estoy escribiendo otra historia. La publicaré al finalizar esta.
Muchas gracias por dedicar un ratito de vuestro tiempo a leer mis historias y nos vemos en el próximo capítulo.
Qué será hoy.
😘😘😘😘😉😉
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