Capítulo II
Apenas pasaron dos semanas desde su cita falsa con Park ChanYeol, quien fue como una estrella fugaz en su vida. No lo culpaba por absolutamente nada porque BaekHyun sabía perfectamente que la culpa la tenía él y nadie más. Después de todo, el azabache le sonrió desde el principio, fue amable y nunca le prometió absolutamente nada, simplemente fue él quien se ilusionó a partir de la nada misma.
—¿Y si es amor a primera vista?
Frunció el ceño con enfado y volvió a beber de la taza de té de limón que le hizo su colega-amigo, quien se esforzó por darle esa cosa a tomar para quitarle malas energías o algo así.
—Por supuesto que no —soltó tosco y el otro chasqueó la lengua.
—¿Por qué estaría mal quedar flechado por alguien a quien ves una sola vez? Después de todo, este tal ChanYeol te dio la primera impresión que incluye lo más importante que estuviste buscando en una pareja. Al menos según entiendo... —Hizo una mueca—. Recuerda que no lo conoces por completo, BaekHyun. Puede que ni siquiera sea tan bueno como se te presentó en un inicio.
—¿Entonces qué? —soltó pesadamente y el contrario suspiró.
—Ve a ver a Jae y olvídate del tipo ese. —Su colega solo se encogió de hombros—. Pero si aun así quieres conocerlo entonces fíjate bien. Quizás el verle algún defecto te sirva como impulso para sacártelo de la cabeza.
Suspiró y asintió porque la idea le fue razonable, probablemente por aquello mismo pidió permiso en el trabajo a pesar de todos los problemas que podría causarle por su deficiencia laboral y se presentó aquel viernes en la mañana con sus típicos pantalones de vestir color azul marino, la camisa blanca por dentro de los pantalones y el abrigo color crema, tan pulcro como lo fue durante los últimos años. Se esforzó en verse como siempre se plantaba ante JaeHyun porque su idea era darle la confianza a su hermana para que le quitase importancia a la actitud que tuvo los últimos días.
—Vengo a ver a Lee JaeHyun —murmuró un poco incómodo cuando ya fue su momento de llegar hasta la entrada luego de esperar unos tortuosos minutos en la fila porque no tenía invitación.
Afortunadamente lo dejaron entrar porque lo reconocieron, así que pudo quedarse de pie apoyado en una de las partes más alejadas. Sin embargo, aquello era lo de menos porque podía ver el escenario de madera perfectamente debido a la buena iluminación y de repente sus ojos estaban por nublarse porque se sentía muy estúpido por dejarse afectar de esa manera por un hombre con el cual aparentemente vivió un amor a primera vista.
—Buenos días. —Ignoró porque no creía que alguien le hablara a él—. BaekHyun.
Pestañeó aturdido. A él no lo conocía absolutamente nadie dentro de ese lugar, pero esa voz se le hizo ligeramente conocida a pesar de que no quería que así fuera. Pudo reconocerlo perfectamente con ese tono alegre y ese timbre grueso.
—Buenos días, ChanYeol —se obligó a saludar y le dio una pequeña sonrisa antes de volver a posar la mirada en el frente. Tuvo que tragar grueso en el proceso porque era la primera vez que veía al tipo de pie y este era increíblemente alto.
—Quise contactarme contigo para disculparme por la última vez que nos vimos, pero SoHyun me dijo que estabas ocupado y un poco enfermo.
Se le escapó una mueca, aunque terminó sonriendo porque supuso que era lo que debía hacer. No quería ni debía mostrarse descortés nuevamente. No obstante, no hubo mucho más que hablar, así que solo le dijo que no importaba y metió ambas manos a los bolsillos de su abrigo mientras miraba hacia el frente.
—JaeHyun estará feliz de verte.
—Yo soy quien está feliz por verlo —se dijo a sí mismo por lo bajo con una sonrisa sincera.
Notó de reojo que ChanYeol se quedó observándolo, pero no le prestó atención y continuó con la mirada hacia el frente a la vez que respiraba profundamente con la intención de ignorarlo porque se prometió a sí mismo que no pasaría por lo mismo de nuevo, nunca más, aunque eso le costara quedarse soltero toda la vida.
—Toma. —No supo de dónde, pero el contrario tenía una rosa púrpura en las manos y se la extendió.
No hubo duda de que la intención era dirigirse a él, pero no se halló capaz de tomarla a pesar de que probablemente solo se tratara de un gesto estúpido. Quizás tomó la flor por ahí, de uno de los adornos del escenario porque vio algunas cosas moradas, sin embargo, aquellos que tenían flores en las manos parecían ser solo ramos para los niños que estaban por presentarse.
Negó con la cabeza, aunque su gesto no hizo más que sorprender al otro.
—¿De verdad no me la recibirás? —El tono de voz del pelinegro fue cómico, pero él nuevamente se sintió un maleducado y se apresuró el tomar la flor.
—Gracias —susurró y volvió a posar la mirada en el escenario, donde unos niños ya estaban presentando un baile.
Recordó las palabras de su amigo y llegó a la conclusión de que probablemente sería imposible encontrar defectos en la actitud que el otro tenía con él. Ante lo mismo se dio la oportunidad de mirarlo de reojo, viéndolo con la mirada atenta en el escenario y se permitió ponerle más atención, reparar en su ancha musculatura y en el precioso brillo que tenía en los ojos.
—¡Papá!
Vio a una niña de unos cinco años correr hacia ellos, portaba un vestido blanco de tul y un diadema del mismo color, adornado con una serie de perlas por toda la superficie. La encontró sumamente preciosa y se le fue completamente el aire cuando vio a ChanYeol extender los brazos y tomar a la pequeña.
—SeYeon, él es BaekHyun, el tío de JaeHyun.
La pequeña se escondió en el cuello del hombre y él no pudo evitar sonreír, totalmente encantado con la menor porque si ya el profesor le parecía atractivo era muchísimo más impactante ver a una chiquilla siendo su viva imagen.
—Hola, señor BaekHyun.
Soltó una suave risa y se acercó, olvidándose completamente de que estaba ChanYeol sosteniendo a la pequeña.
—Puedes decirme tío Baek —soltó suavemente y miró al más alto, queriendo obtener su aceptación.
En respuesta recibió un asentimiento de cabeza con una sonrisa y él se permitió sonreír más ampliamente hacia la pequeña, quien le mostró los dientes con ojitos achinados y sintió que su corazón se detuvo porque era idéntica a su padre, inclusive en su encanto natural.
De forma inmediata miró la rosa que tenía entre las manos, se aseguró que no tuviese ninguna espina y cortó con un poco de dificultad un trozo del tallo para que no quedara demasiado largo y así no se volviera pesada.
—Escuché que hoy te presentarás. —Le entregó la flor a la niña con una sonrisa—. Sé que lo harás muy bien, así que no tengas miedo. Si pasa algo el tío Baek te rescatará.
La mirada de ChanYeol quedó anclada en él y, de una forma bastante inusual, no lo vio sonreír. Sin embargo, no reparó en ello y solo dejó que la menor tomara la flor para sujetarla fuertemente por el tallo con su pequeña manito. El gesto le pareció tan fascinante que se quedó mirándola con el corazón apretándosele dentro del pecho de una forma demasiado cálida y agradable, sensación que se asemejaba a la que sentía con su sobrino, pero que se sentía ligeramente distinta.
—Nena, ¿por qué no vas con la profesora Kim? Debe estar esperándote.
La niña asintió y ChanYeol la bajó de sus brazos para que pudiera ir por donde vino. Si bien BaekHyun la vio correr animadamente luego de hacerle un gesto de despedida que imitó, se logró dar cuenta que se acercaba a ella un carro de plataforma que parecía transportar algo de escenografía. Se encontraban al fondo del salón, por lo que imaginó que sería normal que las personas se movieran de un lado a otro para mantener todo listo para la presentación.
Supuso que el hombre se daría cuenta que la pequeña pasaba, pero aparentemente no fue así y él se sintió entrar en pánico, así que corrió los cuatro metros que lo separaban de la niña para agarrarla y tomarla en brazos, todo con la intención de que no se pasara a llevar con el pequeño transporte.
El hombre pidió disculpas y preguntó si estaban bien en cuanto logró percatarse que BaekHyun dejó la niña en el suelo y se acuclilló para verla. En respuesta solo asintió con una sonrisa y se concentró en en pequeña, revisándola completamente por si se pasó a llevar con algo, pero lo único que parecía fuera de lugar fue la diadema que cayó por su frente entre tanto movimiento.
—SeYeon, ¿estás bien? —ChanYeol se acuchilló a su lado y revisó a la niña con la mirada. BaekHyun lo tuvo increíblemente cerca, pero no lo observó para nada y solo se concentró en asegurarse de que la pequeña estuviera bien.
—Papá, mi vestido...
Solo en ese momento se dio cuenta que el tul quedó enganchado en una parte de la rejilla del carrito y eso hizo que una parte de la tela se desprendiera del vestido.
Notó que el profesor abrió la boca un tanto nervioso, como si no supiera qué responderle a la niña porque estaba claro que a esta no le gustaba mucho la idea de tener su vestido roto y parecía muy tentada a largarse a llorar.
BaekHyun aprovechó que SeYeon no le prestaba atención y con fuerza sujetó el vestido para tirar el vuelo de tul que estaba sobre la base de la tela. Quitó el corto trozo y se lo guardó con urgencia dentro del bolsillo del abrigo.
—Linda, pero tu vestido está perfecto —soltó y movió un poco el vestido, dándose cuenta entonces que la falta de tela no se notaba para nada.
SeYeon pareció sorprenderse, quitó la cara de pena y sonrió—. Papá, tío Baek sí me salvó.
El azabache le dijo algo a la niña, pero BaekHyun dejó de escuchar. Sintió que fue suficiente y estuvo seguro que si no fuera porque esperaba a ver a JaeHyun en el escenario no soportaría estar mucho más tiempo ahí.
—Te ves preciosa —soltó suavemente al darse cuenta que la niña miraba en su dirección. SeYeon le sonrió ampliamente—. Debo ir al baño. Volveré para verte durante la presentación.
La pequeña asintió y él ignoró la mirada que le daba ChanYeol y simplemente se puso de pie para dirigirse hacia el exterior del salón. Sabía que su sobrino no se presentaría todavía, así que aprovechó el momento para recargar el cuerpo en uno de los pilares que afirmaba el techo del pasillo exterior y suspiró profundamente. Se repitió continuamente que daba igual, que solo era un hombre entre otros tanto que había en el mundo. Además, él no tenía por qué estar con pareja, nadie estaba obligado a estarlo y él podía disfrutar perfectamente de su vida sin la necesitad de tener un novio ni un hijo.
—¿BaekHyun?
Se sobresaltó ante el llamado que recibió a sus espaldas. Nuevamente se encontró con esos ojos extraños por parte del contrario, con un brillo intenso, pero sin sonrisas. Sabía que aquello significaba algo distinto, con lo poco que llevaba conociendo al hombre se dio cuenta de ello, no obstante, aún no sabía específicamente a qué se debía.
—Muchas gracias por lo que hiciste por SeYeon.
—Lamento mucho haber roto el vestido. —Sacó el trozo de tul que se metió al bolsillo y se lo entregó al contrario.
—Tú no lo rompiste. —ChanYeol le dio una suave sonrisa que por primera vez no lo intranquilizó, probablemente porque el tipo se veía algo desanimado—. De verdad te lo agradezco. SeYeon estuvo poniéndose el vestido toda la semana cuando se enteró que lo usaría en la presentación. Si se hubiera dado cuenta que se rompió no la hubiera podido tranquilizar.
Soltó una suave risa porque la información le enterneció y asintió suavemente para dejar en claro que estaba bien, que aceptaba sin problemas los agradecimientos y no refutaría más. Ante lo mismo espero que el profesor simplemente se fuera, pero este permaneció a su lado mientras miraban hacia el patio ligeramente nevado.
—BaekHyun —Volvió a concentrarse en el otro—, ¿te gustaría que un día salieramos a comer algo? Sin ninguna intención laboral de por medio, simplemente salir.
La invitación lo sorprendió, aunque no se permitió pensárselo mucho y solo negó con rapidez mientras sonreía—. Lo siento. No puedo.
No podía porque dolía, porque no tenía ninguna intención de ser amigo de ese hombre cuando este era tan cálido, cercano e ideal, tan para él y como siempre deseó que fuera su pareja. BaekHyun no soportaría ser un extra en la vida del otro, no sería capaz de sentarse a comer con ChanYeol mientras este besaba a su esposa y andaba SeYeon correteando por ahí mientras que él no tenía nada bueno que ofrecer.
La cara del azabache pareció deformarse y por primera vez desde que lo conoció lo vio avergonzado hasta tal punto que se sonrojó.
—Perdón por la invitación.
Quiso decirle que no se preocupara, pero en ese preciso momento alguien llamó al profesor y él solo sonrió a modo de despedida. Sin embargo, la gruesa mano del tipo le rodeó la muñeca.
—Acompáñame.
—¿A dónde? —preguntó asustado cuando sintió que el otro tiraba ligeramente de él.
—Tienes que presentarte junto a JaeHyun.
—Pero si ni siquiera sé qué harán.
Para su sorpresa, ChanYeol solo le sonrió—. ¿Sabes leer partituras?
No respondió porque de algún modo quiso escaparse de todo ello, aunque el pelinegro pareció descifrar sus expresiones porque terminó tirando de él hasta que ambos llegaron tras bambalinas sin llamar la atención de nadie, o al menos así lo supuso. Se negó durante el camino y también tuvo intenciones de hacerlo mientras esperaban el turno de la presentación de su sobrino, pero terminó encontrándose con este en el lugar. Su hermana lo miró con los ojos amplios por verlo ahí, pero JaeHyun corrió al notarlo y saltó sobre él, haciendo que tuviera la necesidad de tomarlo en brazos. La mujer le frunció el entrecejo cuando sus ojos se encontraron.
—¿Qué haces aquí?
—SoHyun... —susurró con cierto temor porque parecía molesta y el pequeño seguía entre sus brazos. No le importaba si todos se daban cuenta de su tensa interacción, pero no permitiría que su sobrino lo viera—. Solo vine porque JaeHyun tocará hoy y yo no me lo puedo perder, ¿cierto? —se dirigió hacia el pequeño y este sonrió.
—¿Ves, mamá? Yo te dije que tío Baek vendría.
SoHyun se quedó en silencio y cruzó los brazos sobre el pecho. Se estaba pensando si echarlo a patadas de ahí o no, cosa que BaekHyun no dudaba que hiciera, después de todo, conocía demasiado bien a su hermana.
—Tío Baek me dijo que tenía mucho trabajo, por eso pensé que no vendría —le respondió la mujer a su hijo y le regaló una sonrisa fingida.
Bajó a JaeHyun porque habían demasiados niños en el lugar y no quería que los pies de su sobrino le dieran a alguno sin querer. Sin embargo, apenas el pequeño puso los pies en el suelo se aferró fuertemente de su mano, sacándole una sonrisa.
Se acuclilló para ponerse a la altura del niño—. ¿Estás nervioso?
—No porque ya estás aquí y tocaremos juntos. —Se quedó petrificado y terminó pestañeando para que su sobrino no se asustara de sus expresiones, aunque este pareció entender porque apuntó por detrás de él—. El profesor Park dijo que tocaríamos juntos.
Miró sobre su hombro y se encontró nuevamente con aquella sonrisa inmensa, aunque junto a unos ojos que brillaron de manera distinta y él no pudo contener la sonrisa porque nuevamente ChanYeol pareció un chiquillo de veinte años que sabía que se metió en un problema con ese brillo malicioso en los ojos.
—Saldrás con nosotros, ¿cierto? —peguntó el hombre más alto y él se alzó.
—¡Sí! ¡Yo quiero cantar con el tío Baek! —Otra pequeña mano sujetó la suya sobrante.
—Princesa... —regañó ChanYeol suavemente al escuchar el alza de voz de su hija.
—Perdón. —La niña se cubrió su boca, ocultando una sonrisa.
Miró a los dos niños que sujetaban sus manos, quienes parecían ansiosos de que le dieran una respuesta afirmativa. Luego dirigió la mirada hacia ChanYeol y esos ojos brillantes lo hicieron sonreír a él también.
—BaekHyun...
Se giró hacia su hermana un poco asustado al escucharla hablar, notándola extraña y hasta un poco triste y él se sintió como un infante porque probablemente la mujer se dio cuenta de los ojos de imbécil que debía de tener cuando miraba a todas esas personas por las cuales de repente sentía tanta fascinación.
—Lo haré —dijo para evitarla y recibió unas cuantos chillidos por parte de los niños, siendo SeYeon la más escandalosa.
Aparentemente la pequeña era hiperactiva o algo así porque gritaba mucho, se movía para todos lados y no dejaba de parlotear, preguntando por absolutamente todo. Era traviesa y durante los pocos minutos que esperaron BaekHyun se vio en más de una ocasión acuclillándose delante de ella para acomodarle la diadema sobre su pelo largo y liso.
—¿Quieres el piano o el micrófono?
—Tío Baek tocará conmigo.
—¡No! ¡Tío Baek cantará!
—SeYeon... —se quejó ChanYeol nuevamente entre lamentos ante el alza de voz de la niña.
BaekHyun solo rio y le arrugó la nariz a la pequeña, como si estuviera restándole importancia a las palabras de su padre y en respuesta la niña solo rio y se llevó ambas manos hasta la boca, probablemente porque su risa era igual de estruendosa y de seguro entre tanto regaño constante empezó a hacer aquello de forma inconsciente.
—Puedo hacer ambas cosas —propuso y los niños lo miraron con ojos brillantes. Él se giró a observar a ChanYeol y este asintió con suavidad.
Vale. BaekHyun no tenía ni idea de en qué se metió, pero terminó sentado detrás del piano a un lado de JaeHyun, quien estaba precioso con su pantalón de vestir, la camisa blanca y la corbata de moño. Por suerte él no tuvo mucho que arreglarse porque andaba de traje para todos lados, aunque su hermana de igual forma lo tiró del brazo antes de salir para acomodarle el cabello.
En el centro estaba el piano de forma diagonal hacia el público y al lado de este se encontraban dos taburetes, uno alto y otro pequeño de felpa para SeYeon, quien era toda sonrisas con ojitos achinados mientras que su cabello negro era adornado por una diadema perfectamente puesta gracias a la insistencia de BaekHyun.
Lo que debían presentar era un villancico, así que se le fue fácil reconocerlo y sin mayor dificultad se las arregló para tocar, cantar y estar pendiente de que JaeHyun no se pusiera nervioso y pudiera tocar las teclas que le encargaron en los momentos correctos.
A pesar de que BaekHyun no se presentaba de aquella forma desde el matrimonio de su hermana, se sintió bastante bien haciéndolo junto a su sobrino porque era la primera vez que experimentaba aquello. Además, y aunque estaban a sus espaldas, podía escuchar perfectamente la voz de ChanYeol acompañarlos de forma ronca y a SeYeon siendo tan animada como la de cualquier infanta.
Lograron hacerlo sin ningún problema y supuso que salió bien porque cuando bajó del escenario y se encontró a su hermana llorando de una forma hasta preocupante, aunque solo los abrazó a ambos —hermano e hijo— y los felicitó. Luego a BaekHyun le pidió perdón al oído, ante lo cual respondió con un abrazo y un beso en la frente, gesto que siempre hacía con la mujer.
A petición del profesorado se retiraron para dejar que otro de los cursos se preparara para la presentación, así que apenas salieron de detrás del escenario SeYeon parloteó tanto como quiso hacerlo desde un inicio, aparentemente. Por suerte los niños que se presentaban hacían un baile bastante bullicios como para que ChanYeol la regañara y al parecer la pequeña se dio cuenta que BaekHyun era algo así como su confidente porque se sujetó confianzudamente de la extremidad libre —la cual no sujetaba la mano JaeHyun— y le comenzó a contar de lo mal que se portaba su perrita Dory.
—Muchas gracias por acompañarnos hoy.
Dejó de prestarle atención a SeYeon, quien le preguntaba por qué la rosa que le dio era morada cuando ella nunca vio una así, y miró por detrás de él al reconocer la voz de ChanYeol.
—Perdón por no conversarlo bien desde un principio —se disculpó con sinceridad y volvió a prestarle atención a la pequeña porque odiaba que dejaran a los niños hablando solos cuando los adultos debían aprovechar esas interacciones para estimularlos. Y aparentemente el profesor se dio cuenta de ello porque soltó una risa por lo bajo y dejó que continuara hablando con la pequeña.
Despedirse de JaeHyun no fue complicado porque el pequeño sabía que se podrían ver en cualquier otro momento. No obstante, despedirse de SeYeon sí que lo era porque la niña pareció encariñarse tanto con él que incluso a su hermana le sorprendió.
—Papá tiene que estar todo el día aquí. Yo no quiero. Me aburro. —La pelinegra se cruzó de brazos y frunció el ceño. BaekHyun estaba acuclillado frente a ella y no pudo evitar reír.
—Nena, sabes que la abuela no puede venir a buscarte.
—Tío Baek, ¿me puedes dejar donde mi abuela?
Perdió la sonrisa porque el tema ya le pareció muchísimo más serio y miró a ChanYeol, quien se mostró bastante neutro, dispuesto a escuchar cualquiera que fuera su respuesta.
—Si a tu papá no le importa está bien —susurró y esperó que el profesor le respondiera.
—Está bien. —ChanYeol sonrió y se dirigió directamente hacia la niña la próxima vez que habló—: Ve a despedirte de la profesora Kim. Me dijo que quería felicitarte por tu presentación.
La pequeña asintió entusiasta y corrió hacia el interior del colegio. Una vez que SeYeon desapareció se puso de pie y suspiró.
—Puedo llevarla sin problema —aseguró mientras se acercaba al azabache—. Si estás de acuerdo puedes pasarme la dirección.
—En serio no es necesario que lo hagas.
—Pero para mí está bien. —Asintió y sonrió con seguridad, mucho más animado de lo que quizás debería estar, pero la niña le pareció encantadora y a BaekHyun siempre le gustó interactuar con los niños—. Si quieres que lo haga lo haré y si no estás de acuerdo no hay problema. Sé que debe ser incomodo para un padre porque no nos conocemos y...
BaekHyun de verdad tenía planeado seguir hablando, pero fue sujetado por la muñeca y luego tiraron de él con cierta fuerza, metiéndolo a un pasillo desolado que era tenuemente iluminado por la luz natural de invierno. Quiso preguntarle a ChanYeol qué sucedía y por qué lo llevó allí en primer lugar, pero no alcanzó a decir absolutamente nada porque unas manos anchas lo sujetaron de la barbilla y de repente terminó con otra boca contra la suya y el cuerpo apegado a una de las paredes del edificio.
Quedó totalmente impactado y no se vio capacitado para reaccionar hasta unos cinco segundos después, momento en el que posó las manos sobre los hombros ajenos para alejarlo. Lo miró con los ojos amplios y ChanYeol pareció demasiado asustado frente a él.
—Lo siento. Me rechazaste la cita, pero yo...
—¿Cita? —Tomó aire profundamente y sintió que el corazón nuevamente le latía de una forma extraña, aunque en ese caso fue completamente distinto porque no era BaekHyun suponiendo cosas, sino que era el otro quien las decía directamente—. ¿Y tu esposa? ¿O novia? —Suspiró al ver el ceño fruncido del tipo—. La madre de SeYeon.
—Ah... —Apretó los dientes al escuchar aquello y estuvo incluso agradecido porque encontró el primer defecto: ChanYeol era un imbécil.
Tuvo intenciones de pasar por un lado del tipo y perderse de una vez, pero el pelinegro lo sujetó por el brazo.
—La madre de SeYeon falleció cuando ella nació. No estábamos casados, solo fuimos novios y luego de eso no volví a tener otra relación. Me dediqué de lleno a mi hija. —Se quedó estático y miró al contrario con los ojos amplios, como si esperara que este le dijera que era mentira o algo por el estilo, pero ChanYeol solo terminó suspirando—. Pensé que SoHyun te comentó acerca de ello.
—¿Por qué mi hermana tendría que decirme algo al respecto?
—Le pedí a mi hermana que se lo comentara a la tuya. —Frunció el ceño porque no entendió absolutamente nada y al parecer el contrario se dio cuenta de ello porque suspiró afligido—. Te vi en una de las presentaciones de los chicos.
—Sí, me lo comentaste —soltó con suavidad, aún sin comprender.
—Pues quedé flechado contigo o algo así. Quise acercarme, pero... No sé. Me dio vergüenza. No supe cómo hacerlo. —ChanYeol le dio una sonrisa nerviosa y él quiso hablar, pero el pelinegro lo interrumpió—. Mi hermana propuso que hablara con SoHyun para que arregláramos una reunión. No le dije a ella mis intenciones, o sea, me daba vergüenza. Lo de la presentación era cierto, pudiste notar que fue así, pero no esperaba que la primera vez te fueras tan pronto. No tuve la oportunidad para presentarme adecuadamente.
—Perdón. —Aquello fue lo único que se le ocurrió decir y el más alto solo tomó aire profundamente y dio un paso hacia atrás, como si quisiera darle más espacio o simplemente todo le dio vergüenza, BaekHyun realmente no lo sabía, pero claro que notó aquel brillo distinto en los ojos del tipo—. SoHyun me dijo que era una cita a ciegas. Nunca me ha jugado con algo así y fue extraño que me hablaras de mi sobrino. No lo sé. No iba con esa idea. —Tomó un poco de aire—. No sé si me entiendes...
—Sí, te entiendo. Disculpa. —El profesor suspiró y se rascó su propia nuca de forma nerviosa. Él no pudo quedar más impresionado al notarlo tan nervioso—. Empecé súper mal. Lo siento.
Se quedó quieto mirando al otro, quien se relamió los labios y terminó por apartar la mirada. La verdad era que BaekHyun no supo muy bien cómo sentirse porque no estaba preparado para nada de aquello, aunque se dijo a sí mismo que correspondía que le fuera sincero a ChanYeol como este lo fue con él.
—También quedé flechado, creo. —Soltó una suave risa porque la cosa le pareció hasta irrisoria—. Fue amor a primera vista o algo así. No lo sé.
—¿Amor a primera vista?
Volvió a reír y asintió—. Fue triste que me empezaras a hablar de JaeHyun y pensé que solo me citaste para concordar eso. —Se encogió de hombros, sintiéndose nervioso y notando el calor en sus mejillas que de seguro se convirtió en un sonrojo—. Por lo mismo no pensé que la propuesta que me diste antes de la presentación fuera direccionada a ese ámbito, especialmente porque pensé que estabas con la madre de SeYeon.
—Ay... —El tipo hizo una mueca—. Mierda. Perdón.
Rio y negó con la cabeza porque era muchísimo más agradable. La sonrisa le salió sincera y ChanYeol lo imitó, al parecer muchísimos más relajados con la situación porque las cosas ahora sí que estaban claras y aparentemente BaekHyun sí podía permitirse dejarse encantar por el otro.
—¿Eso quiere decir que sí aceptarás mi cita?
—¿Cita? —preguntó aun así, aunque fue más en broma que con cualquier otra intención—. ¿Cita direccionada a un ámbito amoroso?
El hombre rio—. Exacto.
—¡Profesor Park!
Ambos se sobresaltaron por escuchar un grito tan cerca y al final del pasillo apareció una mujer, quien sonrió incómoda y pidió disculpas para luego dar aviso de que SeYeon estaba buscando a ChanYeol. Por lo mismo, ambos salieron de su momentáneo escondite y se plantaron delante de la niña, a quien le regalaron un ramo de flores pequeño por el cual se quejaba bastante porque aparentemente pesaba demasiado para ella.
—¿Entonces puedo ir con el tío Baek?
Los ojos del más alto se posaron en él y asintió, aunque finalmente le susurró con una expresión seria que lo descolocó—. Puede que me gustes y todo, pero si le pasa algo a mi hija estaré dispuesto a cortarte la cabeza.
Rio y asintió mientras dejaba que la pequeña lo sujetara de la mano. Manteniéndose igual de contento le dio su número de teléfono al más alto para que este le compartiera la ubicación. Se permitió sonrojarse cuando ChanYeol le dio una de sus sonrisas fascinantes a modo de despedida y luego de mirarlo por unos pocos segundos se concentró en la niña, quien pareció ansiosa por ver su auto y que le contara cómo hacía para cantar tan bonito, según ella dijo.
Una vez que llegó al vehículo se aseguró de ponerle a la pequeña el cinturón y todos los seguros correspondientes antes de sentarse detrás del volante. Se entretuvo explicándole a la niña todas sus preguntas, sin embargo, quedó totalmente petrificado con una de ellas.
—¿Eres el novio de papá?
Si no fuera porque estaba con SeYeon de copiloto de seguro hubiera pegado un frenazo.
—¿El novio de quién, linda?
—Papá. —Ella asintió segura de sí misma—. La profesora Kim dijo que papá y papá también son como mamá y papá.
—Ah... —soltó con suavidad y asintió sin saber realmente qué más decir—. Eh... No.
—¿Pero papá y mamá no se dan besos?
—¿Cómo? —preguntó confundido y le dio un rápido vistazo a la pelinegra.
—¡Sí! Papá te dio un beso. Entonces tú eres el novio de papá.
Abrió la boca ofendido y se mantuvo con la mirada en el frente, cosa que lo hizo sobresaltarse ante la voz computarizada del GPS que le avisó que ya estaba por llegar al destino. Con cuidado se estacionó y apagó el vehículo antes de suspirar. Divagó en cómo la pequeña se enteró del beso que le dio ChanYeol, pero en el fondo aquello era lo de menos porque SeYeon siguió mirándolo ansiosa cos esos ojos oscuros.
—Papá no me dio un beso —mintió y no pudo creer que se sonrojó ante las cejas alzadas de la pequeña—. Es verdad.
—¡Es feo mentir! No mientas, tío Baek.
—Tienes razón, es feo mentir. Perdón. —La niña se cruzó de brazos como si estuviera ofendida—. Pero que papá me diera un beso no quiere decir que sea su novio.
—¿No te gusta papá?
Jadeó al ver los ojitos tristones de la niña—. Linda, es más complicado.
—¿Por qué?
—Porque papá no me ha pedido que sea su novio —dijo después de pensar que aquella era la mejor explicación que podía dar.
—¡¿Qué?! ¡Hablaré con papá! —SeYeon tiró del cinturón y él la detuvo.
—Princesa, de inmediato te saco. Espérame un momento.
Se bajó del vehículo, lo rodeó y abrió la puerta del copiloto. Sacó a la pequeña y la tomó en brazos para dirigirse hacia el maletero, de donde sacó las cosas que llevaba la pelinegra. Una vez que tuvo todo listo bajó a SeYeon y volvió a acomodarle la diadema al ver que nuevamente se cayó. Ante lo mismo se recordó que compraría algunas para regalarle.
—¿Puedo llamarte papá Baek?
Se quedó petrificado con una de sus manos sobre la cabeza de la niña y terminó dejando caer esta, sintiendo que el corazón estaba por salírsele por la garganta.
—SeYeon —la llamó serio y su voz de seguro sonó entrecortada—. Lo siento, linda. Pero creo que eso debes hablarlo con tu padre.
—¿SeYeon? —Miró por detrás de la niña al escuchar una voz ajena llamarla y rápidamente se puso de pie para inclinarse a modo de saludo—. ¿Usted es Byun BaekHyun?
—Sí. —Asintió y sonrió—. ChanYeol me pidió que trajera a SeYeon. Espero que no le moleste mi presencia.
—¡Ay, no! Por supuesto que no. —La mujer le dio una sonrisa muy amplia.
La pequeña tiró de la mano de su abuela para llamar su atención—. ¡Abuela! ¿Cierto que si el tío Baek es novio de papá eso quiere decir que ahora es papá Baek?
A BaekHyun le encantó SeYeon desde que la vio, pero luego de escucharla decir aquello quiso morirse debido a la vergüenza. No obstante, la mujer mayor solo rio y le dijo a su nieta que entrara a la casa para que comiera del postre que le preparó.
—Espero que te conviertas en papá Baek. —Abrió la boca sorprendido al escuchar el murmullo casi imperceptible de la señora, aunque no tuvo tiempo de decir absolutamente nada porque esta se despidió y fue detrás de la niña para perderse en el interior de la vivienda.
Solo le quedó subirse al auto y conducir a casa, donde recibió un mensaje de ChanYeol preguntándole por SeYeon, ante lo mismo no pudo evitar sentirse avergonzado porque él ni siquiera procuró avisarle al hombre lo que sucedió con su hija luego de escuchar el último comentario de la anciana.
—Perdón. Me distraje y se me olvidó avisarte —soltó apenas contestó la llamada entrante que le dio el profesor.
—No hay problema. De igual forma, la abuela de SeYeon me avisó.
Frunció el ceño al escuchar aquello—. ¿Ella es tu madre o...? —Dejó la interrogante abierta porque no se halló capaz de preguntarlo directamente y al parecer ChanYeol lo notó porque rio.
—No es mi madre, sino la de la mamá de SeYeon.
—Oh... —murmuró sin saber qué más decir, aún más impactado por la información porque aquel comentario que dijo la mujer sonaba mucho más razonable si viniera de la madre del pelinegro.
De igual forma, luego de unas semanas, e incluso meses, entendió el porqué de la actitud de la mujer. Al parecer Park ChanYeol era un solterón igual de desdichado que él, un hombre que solo se concentraba en su hija y en el trabajo, por lo que las parejas siempre resultaban fallidas, según le contó. Estaba demasiado preocupado por su hija y aparentemente eso no le gustaba a las personas que le tenían interés, sin embargo, BaekHyun se rio mucho la primera vez que le contó porque luego le dijo que era la primera vez que una persona que le interesaba le prestaba más atención a su hija que a él. Esa confesión fue luego de llevar dos meses conociéndose y viéndose en reiteradas ocasiones, ya sea ellos dos solos o con los pequeños, incluso con SoHyun y su esposo a veces. Pero en aquel momento estaban los dos solos en su departamento. Por primera vez, después de muchos años, BaekHyun tuvo con quien brindar durante la cena y por lo mismo terminó llorando entre los brazos de ChanYeol mientras este le acariciaba el cabello y le decía al oído lo feliz que se sentía por haberlo conocido.
Esa noche tuvieron su primer encuentro íntimo y BaekHyun quedó completamente enganchado del otro, aunque probablemente el azabache lo estuviera mucho más porque los ramos de rosas púrpura comenzaron a llegar a su lugar de trabajo, las invitaciones a cenar con ChanYeol y su hija se hicieron constantes y él sintió que su vida cambió por completo porque de repente empezó a ser llamado papá Baek y amor.
Además, conoció a YooRa, la hermana de ChanYeol. La mujer pareció quedar fascinada con él, su actitud, trabajo y persona. Le encantó y procuró recordárselo millones de veces, incluso a veces haciendo pequeñas indirectas para formalizar su relación y que se completaran de mejor forma, como ella decía. Junto a YooRa también conoció a SoRa, la sobrina del profesor. Era un poco mayor que su prima, tenía unos diez años, pero nuevamente se encontró con otro clon de ChanYeol y tuvo que decirle a este que no podía creer que tuviese tantas versiones femeninas, obteniendo en respuesta muchas risas y un sonoro beso en la mejilla.
Todo dio una vuelta increíble y eso hizo que se sintiera inestable, como si de un momento a otro todo se fuera a desvanecer. No obstante, fue luego de pasar los cinco meses siendo pareja del profesor de forma oficial cuando su hermana lo increpó durante una fiesta en una piscina que arrendaron. Estaban todos en el lugar, incluidos ChanYeol y su hija, por lo que SoHyun lo tomó del brazo e hizo que ambos se encerraron en el baños de la pequeña cabaña. En ese momento la tonta de su hermana lo hizo llorar porque le pidió que dejase de temer como siempre, le rogó que se abriera más, que dejara de pensar que el castillo de princesa se le caería y que viviera feliz de una vez por todas porque se lo merecía.
Luego de aquella conversación por primera vez se permitió llamar a SeYeon por hija, siendo al parecer tan impresionante que la pequeña se puso a llorar mientras le abrazaba las piernas y le decía que lo amaba mucho y que estaba muy contenta de que su papá tuviese a papá.
Cuando pasó el año BaekHyun decidió cambiar el vehículo de soltero por una camioneta amplia porque necesitaba poner sillas de precaución para JaeHyun y SeYeon. Odiaba moverse en transporte público con el desastre que eran juntos, más aún al pensar que tenía auto y le era inútil.
Luego de los dos años ChanYeol lo invitó a vivir con él y la pelinegra empezó a jactarse con sus compañeros de su nuevo papá, por lo que terminó metido muchas veces en su escuela para tocar el piano y cantar. En ese mismo año fue ascendido en el trabajo y consiguió su propia oficina, por lo que SeYeon y JaeHyun se pusieron de acuerdo para adornarla como quisieron con ayuda de SoRa, quien se las arregló para comprar las cosas que los menores querían. Por ende, BaekHyun terminó con una pared llena de fotos de rosas púrpuras a petición de su hija y otra con teclas de piano a gusto de su sobrino, y por supuesto que no podía faltar el reproductor de música con forma de osito de goma que le regalo su nueva sobrina, quien era fanática de la música surcoreana y, por lo tanto, insistía en que se presentara en algún lado porque ella quería escucharlo cantar OST de kdramas.
—Baek.
—Cinco minutos, amor. SeYeon quiere trenzas de espigas y ustedes tienen el pelo tan liso que no quedan como deberían —se quejó mientras trenzaba por cuarta vez.
—Papá, ya me duele la cabeza. —Le envió una rápida mirada a la niña a través del espejo del tocador e hizo una mueca.
—Dame diez segundos, princesa —pidió y con agilidad movió los dedos. Después de siete años peinándola consiguió algo de destreza en ello—. Yeol, dame los moños de rosas púrpura.
Cuando finalizó con el peinado de su hija se hizo hacia atrás y la miró a través del espejo, notando como la niña movía su falda del colegio y se acomodaba el blazer. Su novio salió hace unos segundos de la habitación y él estuvo tentado a llamarlo a gritos para que notara lo hermosa que se veía la pequeña. Sin embargo, frunció el ceño cuando la vio tomar el lápiz labial rojo de su tocador.
—SeYeon —la regañó y ella chasqueó la lengua—. Ya dijimos que con ese color a la escuela no.
—Pero me gusta —le refutó.
—Linda, sabes que te regañarán si es tan fuerte el color.
—Pues le diré a papá Yeol.
Hizo una mueca cuando la vio salir por la puerta de la habitación y suspiró, aunque ni siquiera le dio tiempo de moverse porque la pelinegra entró al cuarto con rapidez y con una expresión asustada se puso detrás de él, cosa que lo descolocó y no entendió hasta que vio a ChanYeol plantado delante de él con el ceño fruncido y las manos en las caderas.
—¡Te dije que te quitaras eso de la boca!
—¡Yeol! —lo regañó.
—¡Parece payaso!
—Deja de gritar, amor —pidió suavemente y luego suspiró—. Si ella quiere usarlo está bien. A mí solo no me gusta que vaya tan maquillada al colegio porque luego la regañan.
—¡Pero si es una niña! —Hizo una línea con los labios y él otro jadeó, resignado—. Bien, lo entiendo. Ser más accesible. Lo sé.
—Linda, te compré brillos labiales. Me dijiste que te gustaron. —Miró por sobre su hombro para encontrarse con su hija, quien pareció destenzar un poco el cuerpo al ver que BaekHyun estaba de su lado, como siempre.
—¡Pero a mi novio le gusta el rojo!
El cuerpo no le dio para absolutamente nada y solo pudo ver cómo ChanYeol lo rodeaba para tomar a su hija, quien se puso a chillar mientras lo llamaba y le decía que lo ayudara a pesar de que no era más que una exagerada porque el pelinegro nunca le propinó ningún gesto agresivo. No obstante, ChanYeol era un celoso de primera, especialmente con su hija, así que no se sorprendió mucho cuando vio a SeYeon llorando delante de él, ya sin los labios pintados y con su padre por detrás con la toallita desmaquillante que de seguro le quitó a BaekHyun del armario.
Le envió una mueca a su novio y suspiró. Así como le dijo el tipo hace unos años, él siempre optó por contentar a SeYeon primero.
—Linda, yo te maquillo.
Sentó a su hija frente al tocador y sobre su propia mano pasó el lápiz labial rojo y luego echó sobre él un poco de brillo labial. Mezcló con su propio dedo y suavemente hizo que este se topara con los labios de la pelinegra para adornarlos con un tono ligero.
—Me hubieras dicho que querías uno rojo —le susurró a la pequeña con una sonrisa y esta le devolvió el gesto.
—Papá Baek siempre es el mejor —le soltó a su otro padre con tono tosco y le sacó la lengua antes de salir de la habitación.
BaekHyun rio—. Tienes que ser más accesible.
—Siempre me dices lo mismo —se quejó el más alto con los brazos cruzados y él se alzó para dejarle un suave beso sobre los labios, aparentemente dejando un poco atontado al otro.
Salió de la habitación y bajó por las escaleras para dirigirse hacia la cocina con la intención de asegurarse que la colación y el almuerzo de su hija estuvieran listos para su primer día de clase. Sin embargo, no alcanzó a descender todos los escalones cuando escuchó un grito a sus espaldas.
—¡Baek, no!
Confundido miró por sobre su hombro, pero siguió bajando porque los segundos pasaban y a él nunca le gusto que SeYeon llegara tarde a clases, aunque no tuvo tiempo para pensar mucho en ello cuando llegó hasta el salón de su casa, encontrándose este repleto de ramos de rosas púrpura y muchos ojos conocidos.
—¿Qué pasó? —preguntó un poco asustado y luego miró detrás suyo al escuchar a ChanYeol bajar.
Encontró a su novio con una mueca muy predominante y él supo de inmediato que algo andaba mal, pero no pudo calzar las cosas porque todos los presentes parecían demasiado felices, incluidos ahí su hija y sus dos sobrinos.
—ChanYeol —lo llamó seriamente para que le diera un explicación.
—Quieres... —Frunció el ceño porque no entendió y se tuvo que girar a mirarlo por completo.
—Más fuerte que no te escuchó —pidió con suavidad, pero con cierta urgencia porque el cuerpo lo empezaba a sentir tieso y el corazón le latió con ímpetu dentro del pecho.
—¿Te quieres casar conmigo?
Pestañeó unas cuantas veces y luego miró a las otras personas que se encontraban en el lugar. Todos parecieron demasiado sonrientes y JaeHyun con SeYeon no dejaban de asentir, como si quisieran que su respuesta fuera afirmativa. Al procesar de mejor forma la situación no pudo evitar sonrojarse y hacer que su mirada volviera al azabache.
—ChanYeol, ¿por qué hiciste esto tan público? —preguntó suavemente en un susurro y se encontró entonces con los ojos del más alto, quien incluso pareció asustado y él suspiró.
—Porque sabemos que la respuesta será afirmativa. —Sorprendido se giró a mirar a su hermana, quien acariciaba su estómago abultado por su segundo embarazo—. Así que apresúrate en decirle que sí porque queremos comer pastel.
Eran las siete de la mañana de un frío día de invierno. Todos se encontraban en el gran salón de la casa que hace unos años compró junto a su ahora prometido mientras tomaban café con leche y comían pastel. SeYeon discutía con su primo de lo guapo que era el chico con el que salía mientras que el pequeño castaño le decía que era un desagrado de persona, SoHyun se quejaba con su esposo porque le dolía la espalda y debía acomodarle los cojines a su alrededor, Dory correteaba por todos lados porque uno de los hijos gemelos de YooRa —otras dos copias calcadas de ChanYeol— le pillaban la cola.
BaekHyun simplemente estaba ahí con la mirada sobre sus rodillas y la sonrisa amplia entre los labios mientras veía la rosa púrpura sobre su regazo con la pequeña carta en la cima, en la cual el padre de su hija le declaraba su amor a primera vista y le pedía que fuera para siempre su elegante té de nuez moscada en su dulce vida de café con leche.
•
Con sabor a té de nuez moscada y café con leche
•
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro