Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 20 (El sentimiento de estar enamorado)



Dulces.

Los labios de Hikaru eran suaves y dulces.

Kusuo jamás hubiese pensado que una persona tan violenta y amargada como ella tendría unos labios tan dulces, aunque seguramente sabían así gracias a la cantidad de golosinas que la azabache había consumido mientras ambos miraban la película.

Unos labios... con sabor a azúcar.

Saiki se quedó en silencio.

Espera, ¿ese no es el título de la historia? Creo que estoy delirando...

El psíquico suspiró profundamente. Hizo a un lado sus gafas y se restregó ambas manos por todo el rostro; nunca antes había tenido tantas ganas de que la tierra lo tragase como en ese momento.

Soy un idiota.

Pero, ¿se arrepentía de lo que había hecho? En lo absoluto.

Porque por más que él tuviese el poder de retroceder el tiempo o borrarle la memoria a Hikaru para poder fingir que nada pasó... no sería capaz para hacerlo. Los sentimientos que florecían y se revolvían dentro suyo, dentro de todo, eran agradables y... lo hacían sentir más vivo que nunca. Kusuo nunca antes había experimentado una sensación quera cruel, horrible y hermosa al mismo tiempo.

Me siento un inútil... seguramente es así como Toritsuka se siente todos los días.

En su casa, Tortisuka, quien se encontraba 'leyendo' una revista donde presentaban los últimos bikinis del verano, estornudó.

—Vaya, al parecer alguien está hablando de mí. ¡Ha! Seguramente una hermosa chica está contándole a sus amigas lo genial y apuesto que soy. —dijo el de pelo morado, riendo egocéntricamente, para después seguir con... lo suyo.

Y volviendo con Kusuo...

Quedarme aquí tirado mirando el techo como idiota no servirá de nada. Será mejor que me distraiga con algo.

Para su fortuna, su querida madre (quien había notado su crisis existencial hace unas horas atrás) le había comprado unas gelatinas de café con el propósito de levantarle el ánimo. Saiki agradeció profundamente que ella no se haya tomado la molestia de preguntarle qué le pasaba. Porque sabía que, si se lo decía, iba a ser el fin para él en esa casa.

Si les cuento a mis padres que me gusta alguien llorarán de emoción por una semana entera... no, una semana es poco, seguramente por un año...

Kusuo se levantó del suelo y fue a buscar sus postres. Era una suerte que sus padres hayan salido para celebrar su mesiversario, así podría disfrutar la soledad y la armonía que habitaba en la casa en esos momentos.

Tal vez ver un poco de televisión me haga olvidar todo esto... al menos por un rato.

Dejó caer su cuerpo en el sofá y encendió la televisión, una vez cómodo, se llevó un trozo de gelatina de café a su boca, deleitándose por el delicioso sabor que este tenía.

—¡Y ahora presentamos...! —al parecer, el canal con el que había dado primero iba a presentar una telenovela nueva. Saiki escuchó y observó atentamente, esperando que sea una de misterio—. ¡Un romance imposible! Luego de ese gran y sorpresivo beso... ¿Viktor habrá logrado conquistar el corazón de Yuu-...?

El psíquico cambió de canal rápidamente.

—¡Muy buenas tardes a todos mis queridos espectadores! En este nuevo episodio de cocina, haremos... ¡chocolates con forma de corazón! ¡Para ese hermoso amor que te vuelve loco y-...!

Otra vez, Saiki cambió de programa.

—¿Tienes problemas para hacer que tu enamorado o enamorada caiga a tus pies? ¡No te preocupes! ¡Porque este amarre te ayudará a-...!

Como el siguiente programa que ponga sea de lo mismo, juro que voy a-...

—¡Diez métodos para saber si esa persona especial te ama!

Suficiente de televisión. Mejor escucharé música.

El de pelo rosa estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no explotar nada que estuviese a su alrededor, incluso podía sentir una vena marcándose en su frente. Así que simplemente exhaló profundo y prendió la radio, esperando encontrar algo que lo tranquilizase.

'...all I do, the whole day through... is dream of you...'

Esto no puede estar pasando.

Kusuo cambió la canción.

'...hold me, love me, touch me, honey... be the first who ever did...'

¿Es en serio?

'...honey, I'd walk through fire for you. Just let me adore you...'

Mejor comeré esto en silencio.

El psíquico sonrió al notar cómo la sala se había quedado en un mortal silencio. Suspiró aliviado; no había nada más hermoso que estar solo y en completa paz. Saiki siguió degustando su postre, no había nada, absolutamente NADA, que le recordarse a ella ahora.

Kusuo observó con una pequeña sonrisa a su querida gelatina de café.

Está deliciosa, pero los que prepara Hikaru son aún más delicios-...

¡KA-BOOM!

Yare yare... esto me está hartando.

El de cabello rosa empezó a pensar qué podría hacer para olvidar el tema, mientras que con sus poderes reparaba la pared que había explotado. En un momento, sus ojos repasaron la sala de estar hasta que chocaron con una pequeña estantería llena de libros.

Leer. Sí. Leer. Eso me ayudará.

Rápidamente empezó a buscar algo para leer. Una revista, un libro, cualquier cosa en lo que pudiese tener la mente ocupada, al menos por un rato.

Esto me servirá.

Era uno de los libros de su madre, Kusuo ni siquiera se gastó en leer el título o la descripción, simplemente lo abrió en cualquier página y empezó a leer el primer párrafo que vio.

'...la veo por todos lados... y quema. Todas estas sensaciones queman. Y no se irán hasta que logre enfrentar a mi más grande enemigo: a mí mismo. Yo soy mi propio enemigo, mi propio obstáculo, mi propio demonio. ¿Por qué el amor es así de malvado? Es tan hermoso y duro a la vez...'

Saiki cerró el libro de golpe.

Sin embargo, en vez de refunfuñar, solo se quedó en silencio. Pensando y reflexionando lo que acababa de leer. Había una razón por la cual empezaba a ver indirectas por todo lado que miraba y escuchaba. ¿Tal vez era el destino? ¿Era el mundo que le estaba gritando en la cara y a los cuatro vientos lo que debía hacer? 'no se irán hasta que logre enfrentar a mi más grande enemigo: a mí mismo...' ¿eso era lo que debía hacer? ¿luchar consigo mismo? No sonaba tan difícil, pero... ¿Cómo se hacía?

El psíquico dejó caer los párpados por unos segundos. Se teletransportó a su cama y se quedó sentado como estatua allí. De repente, el regalo que la azabache le había hecho pasó por su mente. Se levantó para poder tomarlo entre sus manos y mirarlo detalladamente.

¿Qué haré contigo, Hikaru?

***

El lugar preferido de Hikaru era su propia habitación. Tenía la privacidad exacta que necesitaba. Incluso podía hacer videollamadas con Akane hasta las cinco de la madrugada sin que sus padres escuchasen algo.

—Hikaru, ¿te sientes bien? Estás más callada de lo normal... —la azabache salió de sus pensamientos cuando la voz de su mejor amiga se oyó fuerte y claro a través de la pantalla de su computador—. Bueno, eres callada dentro de todo, pero hoy... ni siquiera me dijiste algo cuando te comenté que te olvidaste una camiseta acá en mi casa y que la usé ayer... así que, ¿de verdad te sientes bien?

La mencionada parpadeó por unos segundos antes de centrar su mirada en el rostro de la pelirroja, quien portaba una expresión de severa preocupación.

—No te voy a mentir. Algo me está comiendo la mente desde el viernes. —confesó, largando un pesado suspiro—. Pero-... Un momento, ¿te quedaste una de mis camisetas? ¿Cuál?

—La de flores. Pero eso no importa ahora. Lo que te preocupa es... ¿algo malo? —preguntó Akane, y al ver que no recibía respuesta alguna de la mayor empezó a hiperventilar—­. Dios mío, ¿Qué hiciste ahora? Dime por favor que no eres cómplice de ningún-... no, no tendría sentido, tú nunca obedeces a nadie. ¡Entonces es mucho peor! ¡Dime por favor que no eres la líder de ninguna secta-...!

—¡Por supuesto que no! —reprochó entre una risita la azabache—. No es nada malo, ¡y no hice nada!... esta vez...

—¿Entonces qué puede ser? Tú nunca te comes la cabeza por nada, por eso me preocupa. —dijo Akane.

Hikaru desvió la mirada.

—Se trata de... Kusuo... 

—¿¡QUÉ?! ¿Qué hizo?

La azabache observó a su amiga por unos segundos y suspiró.

—Bien. Te lo diré, pero no grites... él... me besó.

Un silencio casi mortífero inundó la habitación. Hikaru frunció el ceño al notar que la pelirroja se había quedado quieta con una expresión de total sorpresa.

—¿Akane? ¿Te buggeaste? No estamos en el anime, estamos en un fanfic... ¡y ni siquiera somos parte del anime original, somos inventados por una escritora cualquiera! Así que, es imposible que el internet ande mal porque veo en tu ventana cómo tu gato-...

El grito agudo que salió de la garganta de la pelirroja hizo que Hikaru se tapara los oídos. Demonios, incluso bajándole el volumen todavía se escuchaba increíblemente fuerte.

—¡NO PUEDE SER! ¿¡POR QUÉ NO ME CONTASTE ANTES!? DIOS MÍO SIENTO QUE VOY A MORIR DE LA EMOCIÓN. —Akane no dejaba de gritar.

—¡Akane! Ya cállate. Tienes suerte de que mis padres hayan salido para festejar su mesiversario y que mis hermanos estén de mis abuelos. —reprochó la azabache, mientras intentaba bajarle el volumen para no quedar sorda.

—¡Es que tú no lo entiendes! ¡Después de tanto tiempo! Por favor, dime que te lo cojist-...

—Jesús, María, José... ¡por supuesto que no! —cortó Hikaru, tomándose del puente de la nariz—. ¿Qué clase de persona crees que soy?

Akane se quedó callada. Hikaru gruñó.

—Mejor no respondas. —dijo la mayor—. El caso es que... no he dejado de pensar en sí me gusta Kusuo... o no...

—Bueno, ¿te gustó el beso?

—¡Sí! Pero... no es lo mismo a que me guste el beso, a que me guste la persona que me lo da, ¿entiendes? ¡He besado a miles de personas en mi vida! Y no me he enamorado de ninguna de ellas. —explicó Hikaru, suspirando de manera cansada—. No quiero que por una estupidez se arruine mi amistad con él.

Una vez más, el silencio inundó el sitio.

—Tienes un punto. ¿Has hablado con él? Es decir, ¿a lo mejor Kusuo te besó por besarte y no significa nada?

—Lo he llamado y le he mandando mensajes, pero no me responde. Iría a su casa, pero-...

—¡Hika-chan! ¡Akane-chan! —la voz de su padre cortó la conversación, Hikaru miró a Akane, avisándole que le llamaría después—. ¿Estás en casa?

—Sí, acá estoy. —avisó la joven, saliendo de su habitación—. ¿Y? ¿Qué tal les fue con su salid-...?

Hikaru se quedó helada al ver a Kusuo en el medio de ellos. Parpadeó un par de veces, esperando que él fuese solo una ilusión.

—¿Papá...? ¿Qué...? —miró a su madre, esta simplemente alzó sus hombros y se fue a la cocina junto a sus dos pequeños hijos.

—¡Oh, sí! ¡Encontramos a Ku-chan mientras íbamos de camino hasta la casa de la abuela así podíamos recoger a nuestros bebés! Y cómo compré postres demás, le ofrecí a que venga a casa a pasar un rato. —explicó el hombre, sonriendo angelicalmente a la vez que juntaba sus manos—. ¡Ustedes pueden ir a la habitación mientras yo preparo todo!

De repente, un carraspeo se escuchó en el fondo de la sala. Se trataba de la madre de Hikaru. Esta frunció el ceño y se cruzó de brazos mientras miraba recelosa a los dos jóvenes.

—Deja la puerta abierta.

La azabache puso los ojos en blanco para después empezar a caminar escaleras arriba. Todavía seguía sorprendida por el hecho de que el de pelo rosa haya aceptado a ir con sus padres.

—Iba a decir 'este es mi cuarto', pero creo que ya has estado varias veces, ¿no es así? —Hikaru sonrió divertida y se sentó en la cama—. Siéntete como en tu casa.

Kusuo rodó los ojos mientras se sentaba en el suelo y miraba fijamente a la mayor. Esta alzó una ceja, él tenía una extraña mirada que no podía descifrar.

—¿Qué miras acaso te gusto?

—Estoy mirando tu cara de idiota.

—Bueno, esta cara de idiota fue la que besaste hace dos días. Así que no sé de qué te estás burlando. —una carcajada se escapó de su boca al ver a Saiki ruborizarse y desviar la mirada—. Solo bromeo. Es decir, ¿quién no me besaría?

—¿Por qué siempre eres tan egocéntrica?

—Es que, ¿tú me has visto? Yo me levanto, me veo en el espejo y me beso a mí misma. Si fuese por mí, me casaría conmigo misma. —Hikaru intentaba no reírse, pero le era imposible—. Todos se mueren por estar conmigo, admítelo.

—Estás con una cara de amargada todo el rato, así que no sé de que estás hablando.

—Mhm... ¿así que no te gusto? —Hikaru alzó una ceja, con una sonrisa extremadamente divertida.

Saiki desvió la mirada.

—Por supuesto que no. ¿Por qué alguien como tú me gustar-...?

El seco ruido de su espalda chocándose contra el suelo retumbó en las cuatro paredes de la habitación. Kusuo abrió grandes los ojos cuando sintió la boca de Hikaru moviéndose bruscamente contra la suya. La azabache había puesto su peso en ambos brazos, los cuales se encontraban a cada costado de la cabeza del de pelo rosa. Las piernas de ella habían apresado las de él, de manera que este no tenía forma de escapar sin usar sus poderes.

Fueron solo unos pocos segundos, y Saiki ni siquiera notó el momento en el que había deslizado sus dos manos hasta la parte trasera de la cabeza de ella para poder devolverle el beso con la misma pasión e intensidad.

—¡Hika-chan! ¡Ku-chan! ¿Están bien? ¿Qué fue ese ruido? —la voz del señor Nishimura y el sonido de sus pisadas subiendo por las escaleras, fue lo que obligó a la azabache a separarse bruscamente del contrario.

—¡Sí, papá! Kusuo solo se tropezó con algo. No te preocupes. —el hombre entró en la habitación para ver cómo el de pelo rosa era ayudado por su hija para levantarse del suelo.

"Espero que no se haya lastimado." Pensó el hombre, inocentemente preocupado, observando cómo el adolescente se limpiaba la boca con la manga de su camiseta.

—¡Bien! Entonces ya pueden bajar, ya está todo listo. —avisó el mayor, para luego darse la vuelta y salir del cuarto.

—¡Ahora vamos! —Hikaru miró con una sonrisa burlona a Kusuo—. Ven, quiero contarte la historia de cómo terminé en la estación de policías con Azumi y Akane, y cómo Kaito nos tuvo que ir a buscar.

Saiki alzó una ceja y sonrió, a la vez que seguía los pasos de la joven hacia afuera del cuarto.

—Me imagino que tú eres la mala influencia del grupo.

—¡Hey! No fue culpa mía. Es que unos tipos no dejaban en paz a Akane y, bueno, digamos que tuvimos... un pequeño encuentro... con puños.

—Eres una idiota.

—Pero esta idiota sabe besar muy bien, ¿o no? —le susurró ella, mirándolo con una expresión pícara. Kusuo rodó los ojos mientras sentía cómo su rostro se calentaba ligeramente.

—Reafirmo, eres una idiota.





***

Para los que quieren saber, las canciones que puse en este fic son:

-Dream of you de Camila Cabello.

-Cinnamon girl de Lana del Rey.

-Adore You de Harry Styles.

Espero que les haya gustado. uwu <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro