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Capítulo 14 (Son solo problemas intestinales)


El ligero y fresco aire se deslizaba por toda su piel, acariciándola con suavidad mientras que atravesaba las delicadas hebras de su cabello azabache, logrando que estas se movieran al compás del viento. Una pequeña sonrisa que contenía emoción y felicidad se esbozó en su rostro cuando la joven notó a su grupo de amigos sentados en un sitio de la terraza del instituto.

—Les tengo una noticia. —avisó Hikaru, sentándose en el medio del pequeño círculo que los demás habían formado.

—Uh, déjame adivinar... ¿Ya el director descubrió que tú fuiste la que rompió la ventana de un pelotazo y no fue un 'pájaro que pasaba por allí'? —cuestionó Azumi, sonriéndole a la mayor divertido.

—¡Claro que no! —refutó la mayor, cruzándose de brazos—. Además, ya pasó mucho tiempo, no creo que se acuerde de eso.

Akane miró a su amiga dejando escapar una risa suave.

—Ya, dinos que es, Hikaru.

La azabache se tomó una pausa antes de decir lo que tenía entre labios.

—¡Me aceptaron en el trabajo de la pastelería que les dije! Y empezaré a trabajar hoy luego de la escuela. —comentó ella finalmente, con una sonrisa llena de orgullo y emoción, haciendo que sus amigos soltaran jadeos de sorpresa.

—¡Eso es muy bueno, Hikaru! —acotó Kaito, tocando su hombro cariñosamente y conectando miradas con la mencionada—. Pero... ¿qué pasará con las prácticas del club?

—Tranquilo, Kaito. —se adelantó Akane, mirando al mencionado—. Las prácticas no coinciden con el horario de Hikaru. Nosotras solo practicamos los miércoles y viernes, ella debe trabajar todos los días excepto esos. Nos viene muy bien.

Mientras el característico grupo de amigos se encontraban charlando animadamente sobre distintos temas, una cierta muchacha de cabello azul se encontraba a unos metros de ellos, acompañada de una de sus mejores amigas.

Teruhashi Kokomi era una adolescente que podía conseguir todo lo que quisiera con solo parpadear. Y cuando veía un obstáculo, sabía como deshacerse de él. No obstante...

"Saiki y Nishimura se han visto muy cercanos últimamente... Me pregunto qué tiene ella de interesante..." Pensaba la joven, observando disimuladamente al grupo. "¡Ella lo sedujo! Estoy segura... ¡y también seguramente sedujo a Kaido! Lo único que quiere es robar toda la atención que recibo para quedarse con mi lugar. ¡Qué descarada!"

Yare yare...

—Mmhm... Kokomi-chan... ¿ocurre algo? —preguntó Yumehara, ya preocupada por la expresión de su amiga.

La nombrada se sobresaltó al escucharla, y empezó a negar con la cabeza agitando las manos al mismo tiempo.

—¡P-por supuesto que no! Solo... p-pensaba un poco. —dijo, aunque aquello no era del todo mentira.

"Tengo qué descubrir qué es lo que vio Saiki en ella..."

Realmente no te cansarás, ¿verdad?

—Está bien... como te decía, Kokomi-chan. Esperaba que pudieses acompañarme a-...

—¡L-lo siento Chiyo-chan! P-pero... um... t-tengo cosas que hacer luego... —acotó la de cabello azul, juntando ambas manos en forma de disculpa, esperando que la castaña no se enojase con ella por declinar la salida.

—Oh, está bien. No te preocupes. Seguramente Mera-chan me acompañará.

Las clases pasaron rápidamente para suerte de Teruhashi y Nishimura. Esta última se despidió de sus amigos para ir a caminar hacia su lugar de trabajo. Debía admitirlo: estaba nerviosa. Aunque no era la primera vez que trabajaría en un lugar público, sí era la primera vez que trabajaría como 'chef' y cocinaría para una clientela. Al menos no trabajaría mucho en la caja registradora, no se le daba muy bien interactuar socialmente. Sin embargo, temía arruinar todo y que su comida no fuese lo suficientemente buena para el público.

No quería que la gente luego se viniese a quejar de lo horrible que eran sus postres. No sabría si podría soportarlo.

Mientras que Hikaru se sumergía en sus pensamientos y seguía caminando a través de sus inseguridades, Teruhashi seguía sus pasos de manera cautelosa. Para fortuna de esta, la mayor estaba demasiada ahogada en su mente como para notar que una muchachita la estaba siguiendo. No obstante, aunque la joven de hermoso rostro estuviese orgullosa de su trabajo ocultándose bajo unas ropas para que no notaran su belleza, había cierto chico de cabellos rosados que observaba escondido en las terrazas lo que hacía Teruhashi.

Más vale que no suceda nada extraño. No estoy seguro de lo que Teruhashi podría ser capaz...

"No entiendo qué pudo ver Saiki en ella..." Empezó a pensar Kokomi mientras veía como Hikaru se quedaba mirando una vidriera de joyas preciosas. "Nishimura definitivamente es bonita. ¡Pero no hay dudas de que yo sobrepaso sus estándares de belleza!"

Entonces, la suave mirada de la chica de cabello azul se deslizó hacia la espalda baja de la mayor. Se atragantó con su propia saliva al ver que el trasero de la azabache se lograba notar bastante aunque tuviese la falda del uniforme.

"N-no puede ser... ¡¿ACASO UTILIZÓ ESO PARA QUE SEDUCIR A SAIKI?!"

¿EN QUÉ ESTÁS PENSANDO?

"Saiki no es ese tipo de persona... no creo que él solo se fije en..." Pensó casi sin aire Teruhashi. "De todas formas, no me preocupa eso, todavía tengo muchas formas a mi favor para impresionar a Saiki. Ya lo verás, Nishimura."

No soy Toritsuka... definitivamente no.

Y deja de competir con alguien que apenas nota tu existencia. Nishimura no te presta atención, Teruhashi.

Hikaru finalmente se detuvo en frente de la pastelería en la que iba a trabajar por primera vez. La mayor tomó unos profundos suspiros y se arregló la ropa antes de entrar y esperar a encontrarse con el dueño del local. Allí, miró su teléfono.

: Entonces... ¿sí vas a venir?

Saiki: Te he dicho que si preparan gelatina de café, iré.

Tú: Te espero con los brazos abiertos. ;)

—¡Oh! Pero si aquí está mi chef. —un hombre un poco robusto salió de la parte trasera del lugar para poder encontrarse y abrazar a la azabache. Esta guardó su móvil rápidamente para corresponder el abrazo—. Me alegra verte, Hikaru.

"¿¡Chef!? Acaso... ¿ella sabe cocinar tan bien que logró seducir a Saiki? Tiene sentido... Saiki ama la gelatina de café... ¡seguramente esa bruja manipuló a Saiki de tal manera que le dijo que si suspiraba por ella le iba a hacer todas las gelatinas de cafés que quisiera!" Pensó Teruhashi, escondiéndose detrás de una de las paredes que sostenía la entrada del local. "Es astuta..."

Suspiraría una y mil veces por Nishimura si me hiciese gelatinas de café todos los días.

—Hey, lamento haberte hecho esperar, Botan-san. —habló la joven sonriendo levemente, mientras dejaba su bolso en el piso así podía sacarse el abrigo—. ¿Y? ¿Alguna venta hasta ahora?

—No, Hikaru. Nada. —respondió el hombre, suspirando frustrado—. ¡Pero no te preocupes! Hoy tengo toda la motivación del mundo. Sé que venderé algo.

La mencionada asintió con una pequeña sonrisa mientras sacaba de su bolso una caja rosa.

—No es mucho, pero hice algunas muestras más de las que me pediste. Espero que le gusten, Botan-san. —explicó la joven, abriendo la caja para que su jefe pudiese admirar los delicados cupcakes de diferentes colores, decoraciones y hasta de distintas formas y animales.

—Oh, Hikaru. ¡Son adorables y se ven totalmente deliciosos! —admitió el hombre, observando con atención los pequeños postres—. No debiste molestarte.

—No se preocupe, me gusta mucho cocinar y esto es lo que menos puedo hacer por usted. —dijo Hikaru con una sonrisa algo tímida, a la vez que desaparecía detrás de las puertas traseras para poder cambiarse al uniforme de trabajo.

Pasaron unos cortos minutos antes de que la campanilla de la puerta del local, el cual avisaba cuando alguien entraba, sonó.

—¡Bienvenidos a los dos! ¿En qué puedo ayudarles?

Nishimura salió finalmente con su uniforme de trabajo y una bandeja de plata llena de cupcakes que se veían muy deliciosos. Pero frenó de golpe al ver quiénes eran los primeros clientes.

"Teruhashi... ¿Y SAIKI...? ¿¡ELLA... ESTÁ AFERRÁNDOSE DE SU BRAZO?!" Pensó la azabache, acercándose con una mirada curiosa a los dos. "Maldita sea, olvidé los pastelitos con corazones y cosas así en casa... Si Saiki quería confesarse a Teruhashi hoy, debió haberme avisado así preparaba todo..."

No malinterpretes las cosas, idiota.

"¿Pensé que a Saiki le caía mal Teruhashi?" Hikaru estaba bastante confundida, aún así se acercó lentamente a la clientela.

Me sigue cayendo mal. Y ahora más.

"¡Su cara es excelente! Se ve que está sufriendo porque yo estoy agarrada al brazo de Saiki y ella no." Pensaba Teruhashi, aferrándose con mas fuerza al psíquico. "Soy su cita."

Ni siquiera acepté, cuando apenas me di cuenta ya estabas agarrada de mi brazo y yo ya estaba entrando al local.

—Oh, nosotros simplemente pasábamos por aquí y no pudimos evitar mirar los postres... se ven deliciosos. —explicó Kokomi, sonriendo dulcemente.

Deja de mentir.

—Aquí tienen algunas muestras. —avisó la mayor con una sonrisa—. Fueron hechos por mí.

"Saiki nunca aceptaría algo de ti y-"

—Gracias.

Kokomi se quedó helada, observando como el de cabello rosa tomaba un cupcake en forma de panda y lo saboreaba. Una pequeña sonrisa se formó inconscientemente en los labios de él mientras tomaba otro.

"Esa sonrisa..." Pensaba la de pelo azul, casi en shook. "Jamás lo había visto sonreír de esa manera..."

Me gustan su comida, no ella.

"Pero... no lo entiendo..." Teruhashi se desprendió de Saiki al notar que Hikaru le preguntaba algo que, por estar sumida en sus pensamientos, no escuchó ni prestó atención. "¿Acaso Saiki no habrá escuchado todos los rumores que surgen de ella? ¡E-es una mala persona! ¿Por qué Saiki la preferiría a ella antes que a mi?"

Kusuo frunció el ceño levemente al escuchar aquello. Mientras tanto, el dueño del local y la azabache se centraban en otra pareja que había entrado unos segundos después de ellos.

No hables así de Hikaru. Nada de lo que dicen es cierto.

"¿Qué habrá hecho Nishimura para ganarse a Saiki? ¿Le habrá cocinado? ¿Le pasó respuestas de un examen? ¿Lo sedujo?"

Es mejor que nos vayamos.

"Ahora que lo pienso... Nishimura y Saiki..." La de cabello azul miró a su compañera de colegio. "Se verían bien... ambos tienen carácter, son inteligentes, tranquilos y callados... bueno, Nishimura lo es a su manera. Son... parecidos. Además, ella sabe cocinar excelente y parece que no es la primera vez que Saiki prueba una comida de ella..."

¿Por qué de repente cambias de opinión?

"A Saiki le debe gustar eso de ella. No le importa lo que los demás le digan y si surge algún problema es la primera en tomar las riendas de la situación. No se deja pisotear por nadie. Además de que he escuchado que, aunque sea algo violenta y de mal carácter, siempre es la primera en meterse en problemas para proteger a los que ama. Escuché que le dio una paliza a un chico que se burló del peso de una de sus amigas..."

Saiki sonrió al escuchar eso.

Debo admitir que Nishimura es una persona leal y fiel a sus principios. No cambia nada de ella por nadie.

Entonces, Kusuo sintió que todo empezaba a hacerse claro dentro de su cabeza. Ahora, Teruhashi y él se encontraban viendo cómo Hikaru se envolvía de gente que quería probar sus postres y así se dirigían a la caja registradora para comprar más. El dueño estaba complacido mientras otro empleado parecía llegar y así ayudaba a la azabache.

"Nishimura debe tener su parte linda también..."

"Gracias a los Dioses hice más. No esperaba que se llenase de gente, maldita sea." Pensaba Hikaru, mientras traía más postres.

—Ey, Saiki... ¿vamos? Compré unos cupcakes. —avisó la de pelo azul, mostrando el lindo envoltorio en donde venía la caja. Saiki asintió, despidiéndose con la mirada de Hikaru, esta le sonrió y le dio un pulgar arriba.

"Gracias por venir, Saiki. ¡Y tú puedes, campeón! ¡Conquista el corazón de Teruhashi!" Animó para sus adentros, aunque no sabía que el psíquico realmente podía oírla.

Una vez que salieron del local y Teruhashi se despidiese de él para poder irse a su casa, Saiki se dirigió a la suya ahogado en su propia cabeza.

Tal vez...

Kusuo miró el cielo, deteniéndose en medio de la vereda.

Solo tal vez...

Siguió caminando hasta llegar a su hogar, una vez allí saludó a sus padres y se tiró boca-arriba en su cama, mirando fijamente el techo.

Hikaru Nishimura... tal vez... solo tal vez... me estés empezando a gustar.

El de pelo rosa cerró los ojos para poder descansar un poco. No obstante, al instante abrió los ojos horrorizado por lo que acababa de admitir. Se sentó de golpe, sintiendo como su rostro se oscurecía, varias gotas de sudor corrían por su rostro y su cuerpo temblaba ligeramente.

No...

Su estómago se retorció al recordar el rostro sonriente de la azabache. Y esperaba que fuese del asco.

NO...

A Saiki le pareció que oía a Toritsuka burlarse de él mientras que Aiura solo decía "te lo dije".

Esto... esto no puede estar pasando.

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