XVI
Narra Aitana.
27 de diciembre.
- Feliz cumpleaños mi niña - me despierto con la voz de mi madre.
- Muchas gracias, mami.
Hoy 27 de diciembre es mi cumpleaños. Recuerdo cuando era pequeña, me encantaba que fuera mi cumpleaños y deseaba que fuera mi cumpleaños todos los días. Cuando somos mayor vamos creciendo y ya no nos hace tanta gracia cumplir años.
Llego al salón encontrándome a mi padre colocando en la mesa un plato de churros y chocolate caliente.
- Feliz cumpleaños, princesa - me felicita dándome un beso en la frente.
- Gracias papá - agradezco dándole un abrazo.
Me como los churros mientras veo en Instagram las felicitaciones de mis amigas. Y el texto que me ha mandado mi mejor amiga, Paula por WhatsApp.
Después de desayunar dejo todo en su sitio y me quito el pijama para pintar no vaya a ser que me lo manche.
Mientras pongo las pinturas reproduzco en el tocadiscos el nuevo álbum de Manuel Carrasco, " Corazón y flecha".
Empiezo a dibujar un poco sin tener algo en concreto pensado, simplemente estoy delineando el contorno hasta que veo por la ventana de la habitación la Giralda y eso es lo que se me ocurre pintar.
- Eres como la llama, como la nieve como el milagro que se aparece, la peligrosa razón que encuentro para curar lo que siento - tarareo mientras voy pintando.
- Eres a veces frágil a veces fuerte, me das la vida me das la muerte - escucho a mi madre cantar y giro un poco mi cabeza con una sonrisa.
- Ve duchandote y cambiándote que vamos a ir a comer - me avisa mi madre y yo asiento.
- Dame diez minutos que termine esto - pido, ella asiente para después dejar un beso en mi cabeza.
- Te quiero, mi niña.
- Yo también, mamá.
Mi madre para mí lo es todo. Es esa persona que siempre pero siempre va a estar ahí. A parte de ser mi madre, para mí es una amiga, una confidente. Desde siempre le he contado todo a mi madre y a día de hoy lo sigo haciendo, tengo mucha confianza con ella y sé que le puedo contar cualquier cosa que siempre va a estar para mí.
Díez minutos después ya estoy duchandome, cuando salgo con la toalla enroscada en el cuerpo y otra en la cabeza, abro el armario viendo que puedo escoger.
Desde que ha empezado las navidades no hace mucho frío, todo lo contrario se está más bien que la mar, estamos rondando los veinte grados. Acabo cogiendo un jersey blanco con un poquito de cuello, ya que después suele refrescar un poquito, y unos pantalones negros. Me perfumo y me maquillo un poco.
Estamos cruzando el paso de cebra para llegar al restaurante y veo que están mis tíos, primos y mis abuelos.
- Feliz cumpleaños Aitana - gritan cuando llego a la mesa.
- Muchas gracias - agradezco sonriendo.
Nos sentamos, y enseguida vienen a tomarnos nota.
- ¿Dónde te has dejado hoy al novio? - pregunta mi abuelo.
- Óliver está entrenando, esta semana vuelve la liga y el día 30 tienen partido. - respondo.
- Si es verdad, contra el Celta de vigo. - afirma y yo asiento.
Cuando acabamos de comer me sorprendo cuando la camarera llega con una minitarta y una vela de bengala y toda mi familia empieza a cantar feliz cumpleaños.
- Que salude, que salude - gritan y yo siento como me pongo roja.
- No, que vergüenza.
- Venga, Aitana - grita mi prima.
Levanto la mano y saludo muerta de la vergüenza, pero sé que si no no iban a parar hasta que lo hiciera.
Dejo que la vela se vaya apagando y pido un deseo.
- Ahora vamos a ir a mi casa - dice mi tía.
- ¿A tu casa? - pregunto.
- si que tenemos allí los regalos de tu cumpleaños. - me dice y yo sospecho algo raro.
- Bueno, pues vamos.
En quince minutos llegamos a la casa de mi tía, está todo muy oscuro. Primero empieza a entrar toda mi familia y después entro yo junto a mi prima pequeña.
- Feliz cumpleaños Aitana - escucho, la luz se enciende para ver a mis amigas, a mi novio y a algunos amigos más como es el caso de Antonio José, de Sara, Rafa Mir...
- ¿Qué?
- Sorpresa - vuelven a gritar.
Mi novio se acerca a mí riendo y con los brazos abiertos.
- Feliz cumpleaños, morena - felicita besándome.
- Gracias, cielo.
Mis amigas vienen pegando saltos para luego abrazarme fuertemente.
- Otro año más vieja - me dice Paula.
- Ni puñetera gracia. - comento y las dos nos reímos.
Abrazo a todos y veo como Óliver saca una tarta que parece de queso con el número de años y una foto en el centro en la que salgo yo tocando el piano.
Vuelvo a soplar las velas, si que voy a soplar velas este año. Y vuelvo a pedir un deseo.
- Los regalitos - grita mi prima y yo me rio. - El mío el primero.
Sube las escaleras corriendo y después la baja de la misma manera.
- toma prima - dice extendiéndome una hoja de papel.
Es un dibujo en la que hay una chica con un micrófono en la mano y al lado un piano.
- Eres tú - dice sonriendo.
- Muchas gracias, Olivia - le digo con una sonrisa. - Es precioso.
Después del regalo de mis primas, el siguiente regalo es el de mis tíos que me regalan un bloc de dibujo que han sacado nuevo, mis abuelos me regalan dinero, mis amigas un bolso.
- Abre esto - me dice Antonio José.
Abro el regalo viendo un pequeño papel donde pone: vale para que te subas al escenario a cantar conmigo una canción.
- No me jodas.
- ¿Lo harás?
- Que vergüenza me va a dar, pero bueno tendré que aceptar. Muchas gracias - agradezco abrazándole.
Después del detalle de Antonio José. Rafa me regala un estuche de colores y un libro seguro que Oli le ha dado una pista. Sara unas entradas para un musical.
- Y falta el mío - habla Óliver.
- De verdad que no hacía falta que me comprarais nada - digo haciendo un puchero. - Con que estéis aquí conmigo para mí ya es más que suficiente.
- Aquí tienes - dice Oli.
Abro el regalo encontrándome una cámara de fotos.
- Te quiero - confieso y él sonríe.
- Yo más.
Mis padres me han regalado las entradas para el concierto de Morat, junto a unas converses.
- Quiero verte cumplir años todo el resto de mi vida.
- Y yo quiero pasar todos mis cumpleaños junto a ti.
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