Cap 4 Amiga y confidente
Al final quien es digno de tu confianza?.
Después de volar en diferentes direcciones en esta isla Susie se molesto ante los inevitables hechos, no tenía exactamente muchos amigos íntimos a esos que podrías hablarle sobre lo que fuera sin terminar juzgando.
Ramona era una y la bruja lo sabía y bueno Susie no quería hablarle al final del día, así que desvió un poco su vuelo. Alice no definitivamente, Barb es muy técnica así que si o si terminará sermoneandola y su amigo yeti si bien son buenos escuchando también lo son compartiendo chismes y lo menos que quería es que todo mundo se enterara de sus problemas.
Así que sin más opción decidió hacer lo más lógico y coherente, espiar y ver que Betsy estuviera bien.
Susie tuvo que descender cerca del territorio de la reina lobo y usar su magia para uno de sus fantásticos disfraces para pasar desapercibida ella era consciente que la reina lobo tenía esa cosa de los niños lobos que sería capaz de verla desde mucha distancia en el aire.
— mas te vale que no te metas en problemas Betsy o nadie va a venir a sacarte de este problema— comentaba Susie mientras se quejaba de su disfraz y la gran cantidad de obstáculos que había siquiera para poder avanzar.
Susie era una de las tantas fracciones que desde un inicio estuvo encontra de la presencia de los niños lobos en la isla, pero al final tuvo que ceder, mas por lastima que por presión, al final del dia los niños lobos seguían siendo predadores y sus presas favoritas eran los ya pacifistas y tranquilos yetis al final Susie sabía que los lobos no eran de fiar.
— y si esa reina lobo se le ocurre pasarse un poco se las verá conmigo — Susie estaba realmente molesta.
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Betsy había pensado en solo disimular su visita con la reina lobo, pero mientras volaba hacia su territorio no vio más que una pequeña oportunidad de platicar con una vieja amiga, alguien que hasta la fecha se había vuelto una de sus confidentes más discretas de toda la isla.
La preocupada bruja aterrizó justo enfrente de su madriguera, más que una cueva era un pequeño refugio que alberga a la pequeña reina y como si fuera cosa del destino esta ya la estaba esperando.
— Sabía que tarde o temprano vendrías a visitarme — La reina comentó muy tranquila mientras le ofrecía unas cuantas galletas — fue difícil evitar escuchar tu aullido.
— Lamento mucho las molestias — Betsy no dudó demasiado en disculparse ahora un poco apenada.
— Tranquila, es parte de ser una manada debes estar dispuesta a escuchar todos los llamados, ya sean alegres y eufóricos como los tristes y llenos de dolor — La reina solo miro como Betsy se apenaba.
— qué vergüenza — Betsy se quejó sin remedio.
— Es una de las bendiciones de la licantropía, eres capaz de sincerarte ajena a la opinión de los demás — La reina comió otra galletita mientras observaba a Betsy — y dime quien te a dejado en ese estado, tu aullido fue tan triste que nadie se atrevió a contestar —
— Es complicado — Betsy a diferencia de hace unas horas que deseaba dejar salir todo ese pesar sin dudar demasiado, en sí tenía miedo, vergüenza y sobre todo pena — yo, no sé qué hacer, me siento como una idiota—
— Son palabras fuertes — La reina comentó intrigada.
— Yo solo quiero ser de ayuda y me esfuerzo pero — Betsy solo se tallo el hombro — a veces solo quisiera alejarme —
La reina lobo solo miro con calma mientras un silencio incómodo se formaba — Y no puedes hacerlo? o no quieres —
— Yo... no se — Betsy comentó agachando la mirada.
— no seas tan modesta y sabes bien lo que deseas — La reina se levantó y comenzó a caminar cerca de Betsy — Ese aullido que escuche anoche es inconfundible, no debes de tener dudas con tus sentimientos son más que claros solo que has decidido subir una de las montañas más abruptas que he conocido —
— y que debería de hacer? — Betsy preguntó dudosa.
— Seguir haciendo un buen trabajo — La reina señaló con su mirada una dirección y se acercó mostrando los dientes con algo de cuidado le susurro — Se nota que has abierto un herida profunda en ese frío corazón digno de una gran depredadora ella está escondida y se le oye preocupada y no cualquiera tiene el valor de invadir mi territorio sin mi permiso —
Betsy apenas podía disimular — No puede ser, que verguenza— la bruja miraba desesperada a la reina lo último que quería era involucrar a esa persona, aqui y mas por lo conflictiva que podría ponerse — Se supone que vendría solo yo a reclamarte por que tus niños me llevaron a pasear —
— Te saldrá cara mi cooperación, quince jamones — Comentó la reina.
— Serán diez y estos serán realmente esquivos y difíciles de atrapar — Besty ofreció discretamente.
— acepto solo por son tus favoritos — la reina le mostró una sonrisa llena de dientes.
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Minutos antes.
Susie estaba realmente exhausta, no tenía exactamente condición física y estar atravesando campo traviesa los territorios de la reina era un fastidio, lleno de pequeños barrancos y obstáculos naturales estaban provocando que casi abandonara su misión pero algo la motivaba a seguir.
Cuando al fin llegó cerca del refugio de la reina está notaba de lejos lo que parecía ser una charla entre Betsy y la reina, cuando observó cómo avanzaba agresivamente mostrando los dientes esto despertó las alarmas de Susie y estuvo a nada a salir para confrontar a la reina.
— Maldito perro mugroso — Susie estaba por salir de su escondite cuando vio como Betsy golpeó la nariz de la reina y con una cara de enojo dijo algo que no comprendía aún estaba muy lejos y en su cansancio solo podía escuchar su propia respiración y su corazón agitado por el esfuerzo físico o eso creía ella.
Susie solo se quedó sorprendida al ver la reacción de Betsy y esa furia que hasta ahora ella desconocía, era extrañamente encantador.
La bruja no tenía palabras, solo observó como regresó a su refugio y Betsy salía volando con su escoba, un momento en el que su mirada no podía apartar su atención.
Tras perder de vista a su amiga Susie decidió salir del lugar, ella estaba más tranquila pues al final su amiga no se metió en problemas.
La bruja no tardó demasiado en usar su magia y mientras volaba tranquilamente sintió algo de alivio saber que su amiga se había vuelto más fuerte, no solo mágicamente si no como una bruja que admirar.
Susie se encontraba de mejor humor así que decidió tomar un vuelo corto a la aldea de los fantasmas ya que estaba relativamente cerca, si bien estos eran un fastidio no podía negar que las malteadas y el helado eran realmente buenos.
Su viaje fue directo, a esa cafetería y sin demasiada premura saludo a todo mundo.
— Hoy vengo de muy buen humor, diganle al chef que prepare sus mejores malteadas — Susie comentó mientras tomaba asiento.
Un fantasma, parece ser nuevo en este trabajo se acercó mostrando su foto y la advertencia de no servir de mas — Disculpe pero...—
Sin mas Susie solo desintegró ese letrero con su magia — y diles que quiero malteadas dobles y con esas chispitas que le ponen — la bruja por fin después de un estresante día pudo sentir un poco más de calma.
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