Después de la reunión de los representantes, Susie se retiró sin mediar más palabras con nadie más, su única compañía se fue a consolar a ese par de niños que casi podría catalogar como plagas.

— ¡Cómo es posible malditos malagradecidos! — Susie comentaba furiosa furiosa mientras volaba sin un rumbo fijo.

Al poco tiempo llegó a ese viejo edificio, ese el cual sirvió como escuela para todo su aquelarre, las brujas que ayudarán a restaurar la magia, algo en lo que ella estaba comprometida hasta que ese día con la partida de Ramona se llevaron cada pizca de su interés.

Susie recorrió esta reliquia de morada, sus paredes decoradas de viejas fotos, de tantos recuerdos y momentos inolvidables.

Subir las escaleras y ver donde las brujas dejaban sus escobas y ocurren principalmente los accidentes con las que recién aprendieron magia.

Un recuerdo pasó por su mente al ver ese florero que Betsy rompió cuando apenas y aprendía a controlar la escoba o cuando Alice casi la atropella, o su último abrazo sincero con Ramona.

— Maldito polvo — Susie podía sentir como le picaban los ojos y la garganta se cerraba un poco.

La bruja trató de despejar la mente hasta que llegó al salón de clase y ese viejo escritorio, aún podía ver ese desgaste en la laca.

Susie se recargó en él, exactamente en la misma postura que hace años atrás, se sentía familiar y de alguna manera cómodo pero algo faltaba.

Susie miro la hora y noto que ya empezaba a oscurecer — Parece que al fin la hice enojar — y no era para más literal la expuso frente a todos los demás y la ninguneo como si realmente ella no tuviera ningún voto en la discusión.

Entre sus recuerdos en este viejo escritorio estaba Betsy quien tal vez solo por amabilidad trataba de alegrar o empatizar con ella, le contaba sus problemas con ese fantasma, como iba con las brujas, aunque el tiempo también erosiono esa amistad.

Las demás brujas buscaron en que distraerse, Ramona sólo criaba pequeños bebés del tiempo y al final solo algunos días a la semana y en silencio Betsy llegaba y dejaba una taza de té con algunas galletitas, tal vez fue de las pocas personas que no se habían rendido, tal vez solo fue lastima.

Un ruido terminó llamando su atención — Betsy? — sin perder demasiado tiempo la bruja bajo al primer piso esperando encontrar algo, cuál fue su decepción al solo encontrar un par de zapatos, miró a su alrededor y solo encontró unas cuantas huellas de pisadas que se alejaban al bosque y junto a estas algunas pisadas de lobo.

— Malditos cachorros — Susie se molesto.

Ella sabía de antemano como esta nueva camada de hombres lobo era demasiado entusiasta, les gustaba molestarla, correr sobres las cabañas y sobre todo robar zapatos ajenos.

En más de una ocasión se llevaban Alice a pasear con ellos, ella sigue siendo demasiado infantil, pero Betsy — Apuesto que la están obligando — Susie invoco su escoba y salió directo a buscarla.

La noche estaba empezando, la luna estaba alterada así como esa manada de lobos, siempre el mismo problema son demasiado impulsivos, no razonan y solo se la pasan dando vueltas como si nada importara en esta vida.

Buscarla era casi imposible, al menos no esta noche, la luna interfería con la magia y cuando trataba de acercarse a cualquier lobo estos salían corriendo, al final Susie se cansó, tendría que esperar hasta mañana o al menos que la luna redujera su influencia.

Antes de volver a su cabaña esta bruja escuchó un aullido — A si que también tienen rezagados en su manada —

Susie solo se detuvo un poco para observar la escena, una chica lobo aullando solitariamente, ningún lobo se atrevía a responderle.

— debe ser rechazada en su manada, es patético que la reina permita eso — Susie trato de no darle demasiada importancia pues tenía su propia agenda que atender.

Una parte de si le daba lástima ese triste aullar y aunque le molestaran los de su especie por molestos esperaba que ese lobo encontrará lo que busca.

— Si no se molestara la reina lobo ya le habría lanzado un zapato — Susie recordó con claridad cuál era su objetivo.

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Las horas pasaban y en la cabaña de Susie solo se escuchaba el sonido de las manecillas del reloj y eso era realmente molesto, no poder conciliar el sueño.

La bruja decidió solo echar un vistazo a ver la cabaña de Betsy con suerte su amiga habra vuelto de su pequeña aventura con esa manada.

— Nada, no se ve nada — Susie se quejaba en voz baja mientras seguía tocando la puerta y mirando por la ventana.

Tras no pensarlo demasiado se transporto dentro,podría tratarse de alguna emergencia.

— Betsyyyyy — Susie susurro — Quiero que sepas que no estoy molesta por que me contradeciste y me llevaste la contraria frente a todos —

Pero tras una leve revisión el lugar estaba vacío — Estupidos lobos —

Al final decidió regresar a su cabaña, pero en el transcurso noto algo relativamente a la vista — Un diario?... Pff quien escribe en un diario en estas fechas, dejar tus pensamiento y emociones expuestas en un libro que literal cualquiera podría ver —

Susie decidió continuar pero justo antes de tocar la perilla de la puerta — Que carajos — Susie fue directo al libro y busco las últimas notas.

"No he tenido tiempo de escribir, pero hoy es un gran día, Erizo realmente promete ser una gran bruja capaz de ayudarnos, estoy segura que Susie estará orgullosa, le encantará la sorpresa..... "

Susie solo cerró el diario arrepentida.

Lo mejor por el momento sería volver a buscar que la noche era corta y más cuando tienes cosas que hacer.

El sol comenzaba a salir y la mayoría de los lobos regresaban a su cabaña y ahora sin la influencia de la luna localizar a Betsy a través de un hechizo sería más que suficiente para dar con su paradero.

— Ahí estas — Susie tomó la ruta, estaba relativamente cerca.

La bruja detectó a su amiga así que finalmente aterrizó junto a ella, pero al verla no pudo evitar ponerse nerviosa, tenia raspones, mechones de cabello se veían maltratados, e incluso su trenzas que casi siempre acostumbro a usar estaba algo desordenada.

— Susie? Que haces aquí tan temprano — Betsy se veía realmente nerviosa.

Su charla fue breve pero algo tensa y muy molesto para Susie el hecho de que aparentaba estar aún muy molesta con ella, simplemente estaba preocupada y quería ayudar pero Betsy la alejó y terminó abandonando de nuevo.

Susie no tenía ganas de discutir, así que tuvo que hacer lo más sensato, hablar con Ramona.