12
Y volvemos al inicio de todo.
Donde se sentía que tenía que volver a comenzar de nuevo.
Seungmin iba escuchando música con uno de sus audífonos, era viernes así que le esperaba un gran fin de semana, no vería a nadie y podía pensar en todo lo que pasaba.
Iba contando los cuadros de la acera, recogiendo las pequeñas flores de maleza que criaban a un costado de la calle y moviendo la cabeza al ritmo de la canción.
Ese día decidió ir caminando, no tenía intenciones de llegar rápido a casa.
Le parecía injusto tener que estar viviendo una nueva pesadilla, de las veces que le habían roto el corazón era cuando su padre lo sacó de la casa.
Pensó que al ser su hijo tendría piedad por el y entendería que no era nada de malo lo que quería y sentía.
"Tu no eres mi hijo, yo no crié mariquitas, no te quiero ver nunca más, desde ahora no eres más mi hijo estás muerto...nunca naciste, vete y no vuelvas, vete Seungmin"
Después de mucho se acostumbro al dolor, por eso cualquier otra cosa realmente era nada, y para él solo tuvo una gran decepción...su padre y el resto de personas realmente lo queria, o simplemente no notaba cuando lo lastimaban.
Pero desde hace tiempo aquel lindo chico que le llamó la atención se ha comportado como un completamente angel con el.
Tan atento y protector, un superhéroe sin capa, un lindo gruñon que lo cuida ...
¿Podía decir que era la segunda vez que le rompen el corazón?
Se había hecho iluciones antes con quienes lo ignoraban, porque está dolía tanto.
Si las cosas que le hacían Hyunjin, Jisung y Bangchan realmente no dolían emocionalmente, estaba aterrado de lo que una vez su héroe le pudiera hacer.
Hace varios días es que simplemente lo ha visto por ahí, se oculta temiendo de que haga algo. El dolor físico realmente no importa pero su corazoncito no cree soportar ver a quien lo cuido hacerle daño.
Paró en el semáforo rojo, mirando los números pasar.
Se agachó para recoger otra flor, una amarilla.
Un diente de león.
- Eres bonita - la guardó en un costado de su mochila girando levemente en su talones - mmm?
Le pareció ver una sombra moverse pero realmente no había nadie.
Siguió caminando mientras se perdía por sus pensamientos, el camino siempre le pareció escalofriante, no era un barrio muy seguro pero había sido el que lo crío, extrañamente hoy se sentía cálido.
No había nadie en las calles y las farolas ya le alumbraban la cabellera negra.
Después de cruzar por las calles desoladas por fin llegó a su casa donde pudo respirar aliviado, había sido un camino extraño no sintió ese miedo que solía tener cuando iba por la noche, se sintió cuidado y acompañado.
...
Changbin mantenía su distancia segura, no habido día en el que no esté tras Seungmin.
Aunque Seungmin no lo quiera ver porque le tiene miedo, su linda mirada, esos ojos grandes y redondos temblaban cuando siquiera lo miraba de reojo.
El no ha dejado de cuidarlo a la distancia, sería apresurado ir como si nada hubiera pasado. Aún que no pasó nada.
Solo quería que el ambiente entre ellos se relaje y hablarle para solucionarlo.
Cómo decía...el lo seguía por todos lados está vez si siendo cauteloso, no como antes que incluso Seungmin se rió de lo malo que era escondiéndose. En las salidas dejaba que se adelante, él tomando el bus continuo y lo seguía con esa distancia, no lo dejaría solo sabiendo que aquellos lindo ojos podían ser atacados por lágrimas provocadas.
Aquel día lo había seguido un poco más de cerca, lo veía distraído y con una nube melancólica sobre su cabeza.
Y aunque quería acercarse y tomarle la mano y hacerle saber que podía dejar un rato las preocupaciones solo se contuvo a mirarlo y ver qué nada malo le pasó.
En un cruce Seungmin se había detenido y se agachó, se congelo cuando pensó que lo vio así que corrió tras un poste de luz, pero paso los segundos e incluso unos minutos y nadie llegó a decirle nada, miró en su dirección encontrandolo calles más allá.
Y así fue todo el camino, él mirándolo de lejos hasta que llegaron a su casa, y se aseguró de que llegó a salvó.
Un día más cuidando de él a la distancia.
Aunque su regreso no parecía tan seguro, el camino se veía feo, oscuro y lejano, aún se preguntaba como es que alguien podía vivir por aquí, el barrio no era feo pero se podía notar la inseguridad.
Entró a una tienda de conveniencia y compro un ramen, ya que era tarde seria mejor comer antes de que el sueño le gane al llegar a su casa.
Miraba por la ventana de la tienda como un grupo de cuatro pasaba fumando, se veían unos vagos por completo con su ropa y cabello desordenado, negó con la cabeza mientas levantaba el bote para sorber la sopa, al bajarlo uno de ellos se le hizo conocido.
No le agradaba la idea de que aquel maliante este rodeando la cuadra dónde vivía Seungmin y menos con la amenaza que le había hecho la última vez.
Podía ser una mala idea
Muy mala idea y tonta idea
Pero, esa noche solo por cuestiones que desconocía se quedaría rodeando el edificio de Seungmin y se aseguraría de que nadie (él) entre con una intención de dañarlo...
Solo esa noche...
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