Capítulo 26
La tranquilidad es difícil de obtener, pero es posible. Se forja con mucho esfuerzo y dedicación, sin dejar pasar algún detalle por más mínimo que sea.
Todos pasamos por momentos difíciles, por momentos en los que no queremos seguir; creemos que nuestra vida ya no tiene sentido, ese es el error.
<<Las cosas siempre pasan por una razón>>
—Muy bien, es hora de pesarte —me dijo el médico Hithan.
Nos encontrábamos en su oficina, era totalmente de madera y bastante elegante, los sillones eran color blanco y de piel de cobra, su escritorio era color negro y había un candelabro de diamantes en el techo, sin duda alguna Hithan tenía muy buen gusto.
Asentí, y me subí a la báscula. Cerré los ojos, esperaba recuperar el peso que tenía antes.
Ya me había llegado mi periodo denuevo, lo cual era bastante bueno. Mi cuerpo había aumentado su grasa corporal considerablemente, y sobre todo, a simple vista no me veía esquelética como solía verme antes. Pero lo que no me gustaba de todo aquello, eran las notorias estrías que tenía en las piernas.
Miré hacia abajo.
—¡49.3 kilos! —exclamó contento—. Muchas felicidades.
—Gracias —sonreí inmensamente.
La primera vez que me pesaron, pesaba alrededor de 38 kilos, para medir 1.65 es bastante abrumador.
"Durante los primeros días en los que estaba inconciente, me alimentaron mediante un tubo, lo cual no me agradó mucho.
Quería mostrarme madura, fuerte, que podía hacer las cosas yo misma sin la necesidad de alguien, quería ser madura, y no lo era.
Nunca quise perjudicar a nadie, mucho menos a mis padres, así que me guardé mis sentimientos, y fue lo peor que pude haber hecho, pues solo me provocaba más y más dolor.
Subí a la báscula y el resultado no fue para nada agradable.
—Estás bastante mal —dijo el médico, el cual nunca volví a ver.
Tenía el cabello rubio y hasta la barbilla, era blanco y no tenía barba, sus ojos eran amielados, y resaltaban su enorme tristeza, de la cual nunca tuve curiosidad, pero si pena.
—Acabo de llegar, no esperará que mejore de la noche a la mañana, ¿o sí?
—Todos pueden lograr lo que desean, pero sólo si realmente quieren hacerlo.
—¿Podría ser más claro? —pregunté molesta.
—No puedo ayudarte si tu no quieres que lo haga —aclaró.
—¿Y si no quiero hacerlo?
—Jamás te curarás —dijo la verdad y simplemente eso.
—¿Y cómo puedo querer hacerlo? Querer comer...
—Debes hacerlo por alguien, por algo, por alguna meta que cumplir; usa ese coraje a tu favor, o haslo por tí misma, debes pensar en que nadie más lo hará por tí, querida —aconsejó.
—¿Y si no tengo nada por lo que luchar?
—¿Y tú familia?
—Ellos estarían mejor sin mí —dije con ignorancia.
—Por supuesto que no, he examinado tu caso una y otra vez, y esta visión que tienes de ti misma, se debe a que perdiste a alguien que fue muy importante para ti, y que ahora ya no está.
—Gracias por recordármelo —comenté sarcasticamente.
—Te sientes mal, ahora bien, imagina lo que sentiría tu familia si no estuvieras, exactamente lo mismo que estás sintiendo ahora. ¿Quieres que ellos sientan lo mismo que tú? —dijo con certeza.
Era cierto, simplemente cierto."
—Bueno, puedes retirarte —dijo el médico.
Me dirigí hacia la sala de arte para continuar con mi lectura la cual aún no había terminado.
—¿Ya terminaste? —interrumpió la chica del lindo cabello lila.
—¡Hola, Leca! No, aún no, es corto pero hay que analizarlo para entenderlo del todo.
Y era cierto, el libro contenía varias frases que tenían diferentes sentidos, y me gustaba entenderlos y examinarlos a fondo.
—Desearía hacerte spoilers, pero no soy tan mala.
—Me alegra que no lo hagas —agradecí.
—¿Algún libro que me recomiendes?
—No exactamente, pero si algún día logras tener internet o salir de aquí, deberías ver la película de "Mi primer amor." Es increíble.
—Tal vez un día lo haga.
—Espero que sí —sonreí.
—Bueno, luego te veo, adiós.
—Adiós.
Me concentré plenamente en la linda historia que estaba leyendo, y en rato momento lo terminé, pero aún faltaba tiempo para irme a la habitación, pues habían instalado un enorme reloj de madera arriba de la puerta.
Me dirigí a la parte en donde se encontraban los instrumentos. Tomé mi violín y comencé a tocar una melodía. <<O al menos intentarlo.>>
Me dirigí a la habitación, cené un poco y me recosté en la camilla. Cerré los ojos y me dejé ir.
"—Todos me miran y critican —comencé a cantar mientras tocaba el piano—. Y no entiendo el porqué, tú me encontraste y me llevaste, a un lugar en el cual nunca imaginé estar —seguí tocando desde el corazón, y mientras más miraba, a más personas y cosas veía. Observé a mi madre y a mi padre tomados de la mano con una inmensa sonrisa en el rostro—. Seguía confusa y lo notaste, y me abrazaste sin importar lo que dijesen los demás —mientras tocaba aquella melodía volteé y encontré a Peter aplaudiendo todo el tiempo. Llevaba un traje negro y su cabello alborotado. Yo estaba en un inmenso escenario, y había un candelabro en el techo, muchas personas con sonrisas en el rostro, poniendo atención en lo que hacía. Me sentía realmente bien—. Y entonces fue cuando yo supe, que me querías de verdad, porque yo, tenía miedo, de que me volvieran a lastimar, porque ya lo han hecho una y mil veces, pero sé que tu no lo harás, porque tu me quieres de verdad —cantaba cada letra desde mi corazón, con una voz dulce y armoniosa, con sentimiento puro y blanco. Miré hacia el rincón y aquel chico de pelo rizado se encontraba ahí. <<Tomas>> Comencé a apretar las teclas con mayor fuerza—. Tu me diste una carta, y yo la quemé, pero cariño, aún así, tú seguías queriendo estar conmigo. Pero a pesar de que había entendido lo mucho que me querías de verdad, seguía teniendo miedo, porque ya lo han hecho una y mil veces, pero se que tu no lo harás, porque tu me quieres de verdad —cerré los ojos y al abrirlos, Tomas ya no estaba ahí. Toqué las teclas del piano con mayor suavidad—. Así que tómame y abrázame, jamás me dejes ir, porque ya lo han hecho una y mil veces, pero sé que tú no lo harás, porque tú me quieres de verdad —terminé de tocar la canción y todos se pararon a aplaudir fuertemente.
Yo seguía mirando hacia el rincón, pero no lograba ver a Tomas, miraba de un lado a otro, pero no lo podía ver. Un chico de cabello rizado estaba parado justo enfrente mío de espaldas, creí que era Tomas, le toqué el hombro, pero cuando se giró para mirarme, me di cuenta de que no era él. De que se había ido."
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro