Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12 | Bruja

Son las cuatro menos cuarto y ya me hallo esperando en el sitio indicado por mi amigo Paolo. He decidido venir con tiempo debido a que mi viejo escarabajo está de nuevo en el taller y me he visto obligada a coger un taxi.

Camino de un lado a otro y con la vista clavada en mi reloj de pulsera, deseando que las manecillas marquen las cuatro en punto. Estoy tan nerviosa que ni siquiera me doy cuenta del boquete que hay en el asfalto y casi me caigo de bruces. La verdad es que tengo una habilidad especial para caerme en casi cualquier lugar mínimamente irregular. Mis rodillas están hechas polvo.

Creo que cuando Dios me creó usó un recipiente y añadió un poco de mal humor, una pizca de baja estatura y mucho de torpeza, lo mezcló todo y así nací yo.

Mientras estoy absorta en mis habituales pensamientos existenciales, un coche azul brillante toca el claxon muy cerca de mí y consigue sobresaltarme.

—¿Qué demonios haces, imbécil? —bramo intentando recomponerme del susto.

El culpable de que mi tensión se encuentre por las nubes baja la ventanilla de su vehículo y veo que está desternillándose. Al parecer Paolo se ha comprado un coche nuevo y se le ha ocurrido la maravillosa idea de asustarme. ¿Quién necesita enemigos teniéndolo a él?

—-Espero que de verdad me ayudes a resolver mis problemas, porque si no haré un sandwich contigo —le amenazo achinando los ojos, tal y como lo haría un mafioso italiano—. Capisci?

—Vamos, no seas tan dramática —responde todavía mofándose de mí.

Habló la reina del drama.

—¿Dónde se supone que estamos?

Mis ojos barren el lugar y me percato de que está desierto y alejado de cualquier tipo de civilización. Todo a nuestro alrededor es un llano y tan solo hay una casa con una pinta espeluznante. Cuando le indiqué la dirección al taxista, tuvo que poner el GPS para poder llegar. Aquel lugar está completamente abandonado y consigue ponerme los pelos de punta. Si hiciese un poco más de calor, estoy segura de que veríamos una bola de paja rodando por la única carretera que llega hasta aquí, como si fuera una mala película del oeste.

—En la llanura de los espíritus. O al menos así lo llaman los lugareños —me informa Paolo bajándose sel coche.

El nombre de aquel lugar hace que un gélido escalofrío me recorra la columna.

—¿Por qué lo llaman así? —pregunto con el corazón encogido.

—Porque dicen que toda la zona está maldita, y que quién se acerque por aquí tiene el riesgo de encontrarse con el mismísimo satanás —hace un gesto con la mano derecha restándole importancia—. En mi opinión, han visto demasiadas películas de terror.

—¿Y por qué me has traído a un lugar así? ¿Es que te has propuesto que hoy me de un infarto o qué broma macabra es esta?

A parte de ser la torpeza personificada, también soy muy miedosa, tanto que de pequeña vi la película de The ring y todavía sigo sin poder acercarme a un pozo.

—Cariño, aquí está la persona que va a ayudarte a resolver tus problemas. En esa casa —señala con el dedo índice la única casa existente en todo el perímetro—, vive Berta, la bruja.

Yo ya pensaba que mi amigo no está muy bien de la azotea, pero ahora acaba de confirmarlo.

—¡¿Me has traído a ver a una bruja?! ¡¿Cómo se supone que eso va a ayudarme a solucionar mis problemas?! —chillo tan fuerte y tan alto que un cuervo alza el vuelo desde uno de los tétricos árboles y se aleja de nosotros.

Paolo suelta una risotada y mi ira alcanza niveles estratosféricos.

—Cálmate, my princess. Berta me ayudó cuando comencé con esto de la moda. Como sabes, me llevé muchos años estudiando y trabajando sin obtener ningún reconocimiento, sin que nadie me valorara nada. Estuve a punto de dejarlo, pero oí hablar de una vidente que adivinaba el futuro, así que gasté el poco dinero que tenía y fui a verla.

En mi cara se vislumbra una vorágine de sentimientos; por un lado, estoy muy cabreada de haber hecho todo este recorrido para nada, pero por otro, tengo mucha curiosidad de saber más acerca de esa bruja.

—En cuanto tomó mi mano —continúa—, supo exactamente lo que quería saber, y su boca se abrió para pronunciar una frase que marcó toda mi trayectoria: Cuando talento y esfuerzo se unen, el único camino es el éxito.

—Ese es el lema de tu marca de ropa —alcanzo a decir, impresionada por la confesión.

Paolo asiente en respuesta.

—Si te he traído aquí es para que te ayude a enderezar tu camino, como lo hizo con el mío.

De repente no me parece tan mala idea conocer a Berta. ¿Qué podría salir mal?

—Tan solo hay una regla —me advierte Paolo—, no hagas una pregunta si no estás preparada para oír la respuesta.

Dicho esto, ambos nos dirigimos hacia la fúnebre y sombría casa. La fachada es de un grisáceo abrumador y está rodeada por una valla oxidada que la protege. Paolo se adentra en el jardín y conseguimos llegar al interior de la casa. Para mi sorpresa, la puerta ni siquiera está cerrada.

En cuanto pongo un pie allí, una sensación de frialdad me atraviesa el cuerpo. Es como si hiciesen diez grados menos allí dentro. Avanzo hasta un pequeño y oscuro salón y descubro a una figura sentada frente a una mesa redonda.

—Bienvenidos —nos saluda aquella mujer alzando la cabeza y permitiéndome ver su rostro.

Aparentemente es normal, como una mujer cualquiera. No destaca por nada, excepto por su prolijo y singular atuendo. Su piel tostada está cubierta por un holgado y exótico vestido que le llega hasta los tobillos. En la cabeza, lleva un pañuelo violeta a juego atado en la frente y comprimiendo su negra melena. Para terminar el conjunto, dos grandes aros dorados resaltan en sus diminutas orejas.

—Hola, Berta. ¡Te he echado de menos! —suelta Paolo y la mujer esboza una amplia sonrisa en respuesta.

—Hola a ti también, Jessy.

¿Cómo demonios ha sabido mi nombre? Esto ya empieza a darme mala espina.

—Hola —me limito a contestar, y la mujer nos indica con un gesto de manos que nos sentemos.

Una vez todas las sillas pasan a estar ocupadas, la vidente toma la mano de mi amigo con fuerza.

Por un momento pienso que va a empezar a temblar, a poner los ojos en blanco y a decir cosas como: ¡Oh, Satanás, yo te invoco! Pero nada de eso ocurre, gracias a Dios. Ella inspecciona con detenimiento la mano de mi amigo, frunce el ceño un par de veces y bebe un sorbo largo de su copa rellena de vino tinto.

—¿Y bien? ¿Será Bruce el definitivo?

—Lo que él ama no es tu verdadero yo, sino tu fama y estrellato.

Paolo da un golpe seco en la mesa y chasquea la lengua.

—Lástima, tiene buenos dotes en la cama.

Ese comentario consigue que suelte una pequeña risita, aunque al hacerlo, noto la garganta profundamente seca. Por un instante pienso en beber un trago de la copa de aquella mujer, pero me reprimo.

—Tu turno —anuncia la bruja ofreciéndome la palma de su mano.

Sin pensarlo mucho, poso mi mano sobre la suya, y ella pasa a hacer un análisis completo y exhaustivo de las líneas que adornan mi piel. Una expresión de horror y aflicción surca su rostro en cuanto lo hace.

¿Pero qué?

La mujer relaja su expresión tratando de disimular lo que ha visto, pero yo ya me he dado cuenta, y como un alma a punto de caer por el precipicio, pregunto:

—¿Qué has visto?

La mujer clava sus ojos marrones en mí y puedo ver la preocupación y el miedo reflejado en ellos.

—Cariño... Tienes la marca de la muerte.

¿Qué?

¿Qué significa eso?

¿Es que voy a morir?

Miro de reojo a Paolo pero no hay ninguna expresión en su rostro. Se limita a mirar a Berta, expectante.

—¿Qué... qué significa eso? —titubeo.

La mujer frunce los labios y me dedica una mirada de compasión.

—Que la muerte está rondándote, y no parará hasta llevarse algún alma con ella.

*
*
*

Wow, final intenso, ¿no? 🔥🔥

¿Creen que lo que la vidente le ha dicho a Jessy es verdad o vosotros no creéis en estas cosas?

💥 En el próximo capítulo: La fiesta de antiguos alumnos del Marymount 💥

¡Hasta la próxima actualización!

Asher os manda muchos besos sensuales 💋💋

Atte:
Wilmanet ✔️✔️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro