45. Nuevo inicio
NARRADOR
Una sonrisa decora su rostro al amanecer, el día anterior ha sido fabuloso sin lugar a dudas, pero la noche ha sido inolvidable, sublime..., como ninguna. Relame sus labios con una sonrisa contenta por absolutamente todo, el hecho de estar unida a Zia, tener a su pequeño, las nuevas amistades conseguidas y más familia. Gira de costado sobre la cama rememorando sucesos, desde lo acontecido en el reino, como su estadía en el Clan de la Penumbra, la manera en cómo pese al dolor, a la perdida tomaba fuerzas para levantarse y luchar con tal de salir de lo que se volvió su prisión. Resultaba una tarea tan compleja, solo ella rodeada de bestias que a donde quiera que fuera le impedían el paso, termino perdiendo su arma en el proceso, más no había día en que no se enfrentara a Kyle hasta aquel día en que ni siquiera fue capaz de salir de la habitación terminando con este sujetándola del cuello con el hocico, ese día, aunque cansada, molesta e impotente desistió, siendo la primera vez en que solicito por su muerte, pero no ocurrió.
La segunda vez que lo hizo abiertamente fue cuando despertó en Diero, entonces no era la misma, todo dolía, estaba vacía; o al menos, era lo que creía. Muerde su labio mirando hacía el techo, de no ser por todos aquellos que la acompañaron el día anterior no sería quien es ahora, ellos y por supuesto Andrómeda quien le ayudo incluso tras lo ocurrido en el Reino de la Perdición. Pero más que nadie es su pequeño quien siempre ha estado ahí para ella pese a su rechazo, siendo gracias a él que pudo salir de aquel encierro, presentándose ahora la incertidumbre de, ¿cuánto tiempo estará con ellos? Pero es preferible no preocuparse por ello y disfrutarlo.
Aleja aquellos pensamientos y muerde su labio tras tomar asiento posando su mano bajo su clavícula, palpando sus nuevas cicatrices, aquellas que le han otorgado mayor seguridad incluso para usar una prenda bajo su vestido. Sonríe al recordarlo, aún más por aquel a quien se la ha ocurrido aquella idea, rememorando aquel día.
Desde su llegada a Luna Gris todo fue muy ameno contrario a lo que esperaba, fue como si ya los conociera, se comportaban tan abiertamente haciéndolos sentir a ambos como si ahí pertenecieran lo que les permitió de igual manera desenvolverse fácilmente. La personalidad de Jalil como Walid, aunque muy distinta la hacen sonreír con facilidad, cuando discuten cosas sin sentido y entre bromas, la manera en cómo se llevan todos entre hermanos, las insinuaciones que son solo un juego de parte de Jalil, como la confianza que hay entre todos ellos. Walid, el menor de los trillizos posee una personalidad más relajada, más sensato. Ello la llevo a abrirse ante él contándole detalles que no se atreve a decirle a Zia, quien como el ojiazul permanecía en silencio, escuchándola, atento a sus palabras. Es tal la manera en cómo se siente a su lado que comenzaron a pasar más tiempo juntos, de cierta manera le hace recordar a su hermano, a Adel. Sonríe, pensando que tanto a él como a sus padres cada uno de ellos les hubiera agradado.
Sale de la cama hacía la ducha acariciando el diseño que aún decora su rostro en tonos dorados nada más se mira al espejo aún desnuda, muerde su labio con la mente en esos momentos íntimos con Walid; en los nervios que la atacaban antes de que el día llegara mientras el ojiazul se mostraba como si nada y un emocionado Drake iba de aquí para allá señalando aquello que le gustaba cuando andaban con los preparativos, fue con quien más convivió. Tras la llegada de la Reina Aurora a quien Zia le escribió para que fuera quien diseñara el vestido Walid estuvo a su lado, las alas fue idea suya, así como el hecho de terminar usando lencería bajo el vestido, ríe al recordarlo. Nada más mencionarlo capto la atención de todas las féminas presentes causando a Susumu camuflarse con su cabello cual camaleón, aunque también la tomo desprevenida la reacción de la madre de Zia la hizo recordarlo planteándose aquella idea, no dijo nada, no al menos hasta quedar a solas con Aurora pues incluso aquella atrevida idea le causaba vergüenza.
Con una sonrisa ingresa a la ducha encantada de mirar cada que lo hace la pintura, aquel gran tiburón plasmado en la pared, sin duda Zia tendrá mucho trabajo por delante, tanto ella como Drake podrán ayudarle a decorar las paredes del que vaya a ser su hogar. Contenta deja al agua acariciar su cuerpo, ya no siente incertidumbre el mostrarse desnuda o al utilizar prendas más ligeras, aunque desde que están en Luna Gris suele usar más las playeras del ojiazul. Ríe tras recordar lo acontecido tras un entrenamiento, el calor que los envuelve, el cansancio. Los varones nunca dudan en quitarse las playeras, posterior a ello minimizando su estado acalorado, por supuesto tras renegar ella no se quedó atrás haciendo exactamente lo mismo aún dentro del salón captando miradas perplejas en su persona, algunas divertidas, acto seguido todos soltaron la carcajada recibiendo posteriormente un beso en la sien de parte del ojiazul. Niega producto del recuerdo.
Aunque no paso mucho tiempo con los mellizos, especialmente con Terumi los pocos momentos en que, aunque bajo distancia convivían todos les permitió fuera todo más pasadero acostumbrándose cada una a la presencia de la otra. Para cuando Diero llegó a Luna Gris la emoción fue evidente, tanto ella como Drake prácticamente corrieron subiendo al barco nada más les fue posible, abrazándose a la mujer mayor.
Sonríe gozando aún del agua tibia que recorre su cuerpo, aún entonces no habían siquiera empezado con los preparativos, aún todo era indeciso. Zia deseaba algo sencillo, tampoco es como si supieran con exactitud como era todo; quizás ambos se encuentran muy bien preparados para cuando tuvieran que gobernar, pero ninguno sabía nada de dicho tema, tampoco hubo el interés hasta que tuvieron que adentrarse a ello. De haber sido por ellos hubiera sido algo bastante simple, pero con el entusiasmo de todos, especialmente del pequeño castaño iban y venían de un lugar a otro seleccionando cada detalle que ese día decoraría el espacio. Sin mencionar la divertida situación entre la Reina Erea y Artem quienes hacían lo posible por soportarse.
Envuelve su cuerpo con una toalla para luego secar su cabello con otra; ella tampoco deseaba algo grande, más la ilusión de tener a su lado ese día no solo a la señora Celicia, sino al par de rubias que tanto la apoyaron durante su recuperación en Diero los insto a enviar aquel mensaje seguido de otra invitación, misma que se encaminarían al Reino Alnair buscando tener incluso la presencia de la Reina Erea como a su hija, la princesa Mayida. A ello, por supuesto se sumó la Reina Aurora quien diseño su vestido. Aún con todo ello siguió pensando que no sería algo grande ni extravagante, pero sus ideas terminaron revolviéndose con las de Walid quien estuvo a su lado en todo momento.
Fue idea suya cambiar el vals por un baile tras platicarle un poco de su profesión. Pasarón días ensayando, buscando el ritmo adecuado, abochornándose de vez en cuando ocultándose tras la palma de sus manos. Fue así, como también ante la sensación de querer invitar a algunos humanos, pero culpable de hacer a otros a un lado terminaron invitando a todos, para cuando se dieron cuenta ya habían sobrepasado la idea de algo sencillo, pero no le dio relevancia, lo importante no era la ceremonia en sí, sino ellos, la presencia de a quienes quieren, quienes los han apoyado y no la formalidad que forjarían.
Una sonrisa decora su rostro al ver a Zia ingresar cuando ella va saliendo del baño, una mano sujeta la suya siguiéndolo cuando este la guía hacía la cama colocándose sobre él a horcajadas, el dorso de los dedos masculinos le acaricia la mejilla antes de verlo humedecer un algodón con un líquido que provee de un exquisito aroma natural, mismo que pasa por su parpado y rostro hasta desvanecer el diseño que ambos poseían. Sus frentes se unen posterior a ello con una mano sobre el rostro de su chico, sus rojos orbes fijos en sus labios a la par que le acaricia el inferior, fijando la mirada en el azul profundo que la observan. Sonríe, si bien todo ha sido muy distinto a lo esperado, con la oscuridad consumiéndolos a cada paso dado han logrado salir adelante, son más de lo que sus padres en un inicio esperaban, han formado una familia en un plazo muy corto siendo dicha unión la luz que cada uno de ellos necesitaba. Son uno solo...
Degusta sus labios con extrema calma, saboreando cada segundo a su lado, cada momento que compartirán de ahora en adelante.
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