1. Abismo
AKEMI
Ensimismada, estatua parezco cada vez que lo veo, como si todo se desvaneciera al encontrarme hipnotizada en sus ojos, pierdo la realidad de mi entorno, olvido el lugar en el que me encuentro, el agua que cae sobre mi cuerpo; únicamente es su mirada, la tranquilidad, la extraña esperanza de la cual me provee, es mi momento inconsciente. Uno que puede desgarrarse, distorsionarse y difuminarse cuando evado su mirada, solo una vez tuve la fortaleza de sostenerla, sus ojos achicados, su ceño fruncido..., soportarlo no era tan malo, pero dolía.
No obstante, la vergüenza puede más que admirarlo, saber que él observa, que está ahí del otro lado, muy lejos. Me produce diversas sensaciones, por un lado, no quiero que se vaya, es mi soporte, es lo que me transmite cuando ese par de ojos no son intensos, pero por el otro quisiera que se marche, mantenerlo lejos cuando esto ocurre, cuando él hace acto de presencia y no me deja más que volver a la realidad, bajar la mirada; solo entonces regreso a mi entorno.
Antes suponía que este era mi sitio, mi refugio, donde podría desahogarme y desprender de mi piel aquellas sensaciones, comencé a perderlo cuando su presencia se hizo más constante, ahora tan solo es un momento, ahora sé que no hay salida, no encuentro la manera de terminar con esto, de escapar, estoy, literalmente encadenada a esta habitación.
El tacto de su pecho me trae a la realidad, la calidez que comienza a embriagar producto de su temperatura corporal, su cercanía, su aliento contra mi rostro y la yema de sus dedos descender de mi vientre a su objetivo. Un sinfín de emociones que me perturban, que me producen cerrar los ojos, los puños e intentar mentalizarme para lo que viene.
-Me marcho por la mañana -expresa su voz ronca, -sé que me extrañaras mi princesa.
«Princesa», así me dice desde que tengo memoria.
-Así que...
Jadeo cuando sus dedos incursionan en mi cavidad.
-Porque no nos divertimos un poco, con una larga -enfatiza -noche de placer, al menos tendrás para recordarme durante mi ausencia.
«Placer», sinónimo de dolor.
Aprieto los labios y la primera lágrima se camufla con el agua.
Se perciben resoplidos, bruscos y latentes detrás de mí, sonoros mezclados con burla transmitiendo satisfacción cuando comienza a introducir su falo en mí, para entonces más lágrimas recorren mis mejillas.
-Eres perfecta.
Niego, no lo soy, no soy nada, simplemente un cuerpo lacerado al cual manipulan, solo eso, un cuerpo...
No hay placer, solo en aquellos sonidos guturales que salen de su garganta, no hay nada más allá de las sensaciones desagradables e involuntarias por parte de mi cuerpo, es lo que más detesto, cuando produce en mí sonidos, sensaciones que no disfruto, pero a él lo complacen. Ello me hace pensar en que fui diseñada para esto, simplemente para satisfacerlo, un cuerpo vacío.
Cabizbaja, con las manos en la pared y la frente cercana a ella cierro los ojos, consciente de mi situación, no me es posible siquiera negarme, intentar rechazarlo, hacerlo siempre resulta peor, tan solo me queda esperar, soportar cada roce de parte de él, sentirlo dentro de mí. Y aunque se de lo que es capaz, no se me quita lo ingenua creyendo que en algún momento me podre librar de ciertos aspectos o que no llegará a más, que al menos una vez escuchará mis ruegos, pero nunca sucede, satisfacerse siempre irá primero. Ello queda evidente cuando invade mi otra cavidad y sus embestidas se vuelven más bruscas, sus gemidos más prominentes y el dolor comienza a acecharme.
★★★
La luz me encandila en el momento que pretendo abrir los ojos, creo sombra con la palma de mi mano logrando distinguir árboles frente a mí, confundida doy un paso crujiendo ramas bajo mis pies, avanzo e intento tocar uno de los tantos troncos a mi alrededor traspasándolo mi mano, repito la acción más no hay nada. Un fuerte viento se presenta removiendo mi cabello, llevándose consigo todas las hojas desnudando cada árbol a mi alrededor, mi corazón late con frenesí, el miedo se apodera de mí y una gota cae sobre mi rostro. Observo mi mano tras pasarla por mi mejilla, más gotas comienzan a caer, mi respiración se acelera y la lluvia de sangre se vuelve torrencial.
Una sensación de malestar me embriaga al despertar, esa opresión en la garganta que te insta a llorar. Jadeo producto del dolor en mi zona íntima, mi visión se vuelve borrosa producto de las lágrimas que se acumulan en mis ojos y las náuseas se presentan en mi sistema. Con dolor intento levantarme pensando en lo que sería estar liberada de este suplicio; sin embargo, eso solamente sería posible estando muerta.
Trastabillo sintiendo mi cuerpo pesado, de rodillas contra el piso veo mi entorno moverse, la habitación gira ante cualquier leve movimiento. Las náuseas se instalan en mi garganta, observo mis manos pálidas casi transparentes para posteriormente vomitar la sangre que mi organismo ya no tolera. Respiro con dificultad cansada de sobrevivir, exhausta de ser su muñeca de porcelana desquebrajada con heridas que marcan mi cuerpo cada día, encerrada y sin escapatoria, atada a un mundo de lujuria que me rompe incluso internamente.
Sin ánimo, descanso bajo el chorro de agua caliente envolviendo mis piernas con los brazos, viendo el vapor cubrir mi desnudez. Cuando temblores atacan mi cuerpo me percato de que la temperatura del agua ha cambiado, un frío abrumador.
Resignada, apoyo mis manos cercas a la ventana de la habitación viendo el exterior, distinguiendo a la luz extinguirse y más allá un bosque, suspiro con el dolor latente en cada parte de mi cuerpo. Cabizbaja cierro los ojos un momento, al abrirlos me percato de un espacio angosto que no había notado antes a lo que curiosa paso mi mano por dicho vacío.
-Puedo quitarlos.
Su voz me paraliza a la par que mi cerebro trabaja para procesar lo que ha dicho y me hace ver hacia aquel extraño bosque, trago y volteo para verlo enfocándome en sus ojos blancos para no mirar su rostro y aquella fea cicatriz que posee. Retrocedo en el momento en que se acerca viendo la facilidad con que desprende cada uno de los obstáculos que me habían impedido salir de aquí. Mi corazón bombea y siento que puedo respirar con mayor facilidad cuando nada obstruye mi paso.
-¿Puedo ir?
Se forma un nudo en mi garganta tras escucharlo, mis manos tiemblan y siento como si todo se desmoronara. No digo nada, simplemente con suma dificultad me lanzo por la ventana apresándome el dolor ante la caída. Todo mi cuerpo vibra, pero la emoción de encontrare en el exterior es abrumadora, veo enfrente por varios segundos antes de luchar por ponerme en pie apoyando mi cuerpo en la pared mientras más allá el bosque espera ansioso por verme adentrarme a él.
Cada paso dado es un martirio, el dolor acecha y pretende consumirme más no cedo sin importar cuantas veces me tumbe, momentos en que rechazo con desdén cualquier contacto de parte del crío hasta lograr ponerme en pie. Así, por medio de tropezones, caídas y faltas de aliento me encamino por la ciudad hasta el espeso bosque, mismo en el cual me dejo caer contra el césped con el fin de descansar un poco, con todo el cuerpo adolorido; no obstante, la salida lo vale.
Las ansias de verme finalmente fuera me hacen levantarme otorgándome fuerzas para andar, sosteniéndome en el camino de los troncos ásperos que extrañamente me hacen sentir viva, el entorno, la brisa, los colores, las texturas, todo es un motivo para seguir andando sin rumbo deteniéndome hasta llegar a una entrada diseñada a base de rocas. Una punzada en el pecho me hace sentir abrumada, temerosa ante lo que podría encontrar, jalándome una extraña curiosidad a adentrarme a aquel lugar, pero de inmediato me arrepiento de haberlo hecho.
Manchas de sangre seca en el piso, construcciones destruidas y una inexplicable sensación de tristeza me invade; sin embargo, no me detengo, al contrario, sigo adelante por aquellas tierras ya muertas.
Día 1, martes, 07:00 de la mañana
Adormilada escucho a las aves cantar, la calidez de los rayos del sol golpear contra mi rostro y una pura sensación de tranquilidad. Mi alrededor se encuentra plagado de luz, el cielo claro e inalcanzable, pero hermoso, una imagen que no había percibido antes. Me pongo en pie con dificultad andando por el desconocido lugar con las pisadas del crío tras de mí, ando sin saber realmente a donde voy deteniéndome al captar un grupo de piernas frente a mí, al levantar la mirada tres hombres se muestran imponentes, lo cual me asusta.
Una extraña calidez rodea una de mis manos, al dirigir mi vista a ella descubro su piel morena y el contraste de nuestras temperaturas, no me molesta, al menos no en esta ocasión. Dudosa veo a quienes tengo frente a mí, un joven castaño, un hombre de cabellera negra y a su izquierda... Una visión que me deja sin aliento, aquel de ojos azul oscuro, aquel a quien miraba a través de la ventana de la ducha, el mismo chico que creía era producto de mi imaginación.
Sin aliento, incapaz de reaccionar un apretón me trae a la realidad abrumándome ante su presencia, inquieta y cautelosa analizo mi alrededor, sujeto la pequeña mano entre la mía, mi mirada recae abajo e intento señalarle con los ojos la dirección. Lo veo suspirar a la par que se muestra precavido y cuando pretendemos huir algo sostiene mi brazo, su tacto me paraliza, produce temblor en mi cuerpo, mi corazón se acelera ante el miedo. En el momento en que deja de sostenerme como si mi fuerza hubiese sido restaurada corro lo más que mis piernas me permiten sin mirar atrás.
Aullidos me alertan, me descontrolan produciéndome disminuir la velocidad, el miedo se apodera de mí cuerpo, la impotencia de verme nuevamente entre sus garras, los sonidos se vuelven torrenciales y mis pies no dan un paso más. Un sonido detrás de nosotros me sobresalta, con lágrimas acumulándose en mis ojos volteo encontrando al joven de ojos azul oscuro enfrentarse a uno de los canes, dicha imagen es suficiente para motivarme a seguir.
-¡Corran!
Lo escucho gritar y no necesito más para retomar el camino que pronto me guiará a la inconsciencia.
¡Hola lectores!
Bienvenidos y gracias por aventurarse en esta lectura, espero de corazón sea de su agrado y los vea aquí hasta el final si así lo deciden. ¡Espero con ansias sus comentarios!
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