Un joven castaño de estatura promedio se encontraba perdido, acababa de llegar a Seúl, pero lastimosamente no conocía a nadie en la ciudad. Desesperado trataba de encontrar de perdida algún mapa con el que se podría ubicar, y hallar lo más pronto posible de lo que sería ahora su departamento durante su estancia escolar.

   Ya eran las  seis de la tarde, y el clima empezaba a tornarse frío, lástima que nadie se apiadaba de él, y sólo lo observaban con desdén. Se encontraba sólo frente a un local el cual estaban comenzando a cerrar. Al final, resignado decidió abrigarse con sus manos y su delgada chaqueta negra sentándose en la banqueta con su maleta a un lado, se puso la capucha y se colocó bien el tapabocas que traía para abrigar también su rostro del aire gélido.

  Mientras tanto, a sus espaldas, un joven alto, de tez blanca y cabello negro vivo, se encontraba cerrando la tienda de conveniencia, cuando terminó cerró la cremallera de su chaqueta listo para irse, pero al darse media vuelta se dió cuenta de que muchacho —no mucho más bajo que él— se encontraba sentado a la orilla de la acera. Giró su rostro a ambos lados a ver si se encontraba alguien más, pero nada, el chico se encontraba completamente sólo. Después de quedarse mirándolo sin decir nada por unos diez largos minutos se agachó para tocarle el hombro.

  El joven castaño dió un pequeño respingo por el susto, pero al mirar un poco hacia atrás observó a quien le había tocado.

—¡Hola! ¿Necesitas ayuda?

Le preguntó el de cabello negro seguido de una sonrisa.

—Uh... —tardó un poco en reaccionar, y a los segundos se paro tirándose por completo ante el de piel blanca— Mi nombre es Taehyung, Kim Taehyung... —dijo dando una reverencia— Me preguntaba si podrías decirme dónde se encuentra está dirección.

Dijo mientras le entregaba una nota con la dirección del lugar escrita.

El chico observó el papelito y después de unos minutos le sonrió y dijo: —Conozco el lugar, de hecho, vivo en uno de esos departamentos, si quieres te puedo llevar... ¡Oh, cierto! Perdón, mi nombre es Kim Seokjin. Un gusto.

Taehyung se quedó con las palabras en la boca, y lo único que pudo articular fue un tímido "gracias".

El chico no esperaba que lo acompañará hasta el lugar, sólo que le diera indicaciones ya que llevaba horas perdido.

Ambos jóvenes comenzaron su camino, con un Seokjin sonriente y relajado tratando de quitar la timidez de Tae e intentando sacarle plática. Al final, ambos llegaron al condominio de departamentos. En cuanto entraron al enorme edificio Taehyung le iba a agradecer nuevamente y a despedirse, pero Seokjin estaba dispuesto a no dejarlo sólo hasta que llegara encontrarán su nuevo departamento. En cuanto llegaron, justo cuando se iban a despedir, Jin se atrevió a preguntar:

—¿Quieres ir conmigo mañana a almorzar?

Taehyung sólo lo miró confundido ladeando un poco su cabeza. Jin carraspeó.

—Ejem... Es decir... Te puedo llevar a conocer la ciudad, claro... Si ti quieres —dijo rascándose la nuca con su mano y volteando hacia el lado contrario, queriendo evitar que el castaño vea su sonrojo.

A Tae le pareció tierno esto por parte del pelinegro, así que tímido pero más relajado, sonrió como solo el sabe hacer, mostrando en una sonrisa cuadrada su perfecta y blanca dentadura y abultando sus mejillas sonrojadas.

—Me encantaría.