capitulo 49
Mael está recordando parte de su tercera vida.
Estoy aquí, no puedo dudar, ya no hay marcha atrás. Me prepare para este día hasta que mis huesos se rompieron. Y todo ese esfuerzo valió la pena, morir de hambre también lo valió. Hoy puedo ver todo pintado de rojo, solo puedo oler sangre, ese olor está penetrado horriblemente mi olfato.
Esa mirada sin vida de color lila, observan cada rincón de ese lugar. Se queda un buen rato mirado el cielo, un cielo que solo podía ver de color gris.
El cielo se encontraba despejado pero por alguna razón para algunas personas, se veía demasiado gris. Quizás era por la pólvora que soltaban las armas al ser disparadas, el único ruido que se podía escuchar era de los gatillazo al momento de jalarlo y el impacto de la bala al atravesar a los enemigos.
A fuera de las puertas de una gran mansión, se encontraba de pie un joven con una expresión en blanco, no había rastro de vida en esos preciosos ojos color lila.
Todo el se encontraba bañado en sangran de pies a cabeza, su cabello plateado se había teñido de rojo por la sangre de todas esas personas esparcidas por cada rincón de esa mansión.
En cada mano lleva un arma de alto calibre que había vaciado los cargadores más de una vez en esos cuerpos sin vida, tirados sobre el césped, jardín. Por todos lados, él no les había dado la oportunidad de reaccionar y mucho menos de que pidieran refuerzos.
El color lila se encontró con los dorados, esos hermosos ojos se encuentra cubiertos de lamentos, tristeza. Pero sobretodo, mostraban el inmenso amor-odió que se tenían, ese odio solo viene por parte del de ojos lilas.
Mi tonto corazón se sigue emocionado por verlo, luego de tantos años. Somos demasiados tontos por seguir permitiendo que siga perturbando nuestra vida.
-Venistes-Expreso un hombre sentado en una posición melancólica.
¿Terminaremos así? Quiero gritarle cuanto lo amo, que lo he extrañado desde siempre, que lo busque por mar y tierra. Maldigo mi nacimiento, por no tener el poder que necesitaba en ese entonces, para poder proteger lo que amo y a lo que amaba está persona, frente a mi.
-Te estuve esperando, aunque hubiese preferido que no lo hicieras.
No había día que no suplicaba, suplicaba que no vinieras. Que vivieras tu vida alejado de mi, me conformaba con verte de lejos.
Pero lo sabía, sabía que lo único que te mantiene con vida es la venganza contra mí, y si esa era la única manera de mantener vivo. Estaba dispuesto a seguír con vida a toda costa.
-¿Está es la única manera?-Hablo con dolencia, con su mirada dorada fija en el suelo, el cual estaba manchado de sangre.
Bajo sus pies se encontraban dos cadáveres, se notaba que había sufriendo por la expresión aterradora en sus rostros.
-Mael, ¿no hay otra?-Pregunto entre susurros.
-¿Que esperabas, luego de matar a mi familia?-Aprieta con fuerza el arma en sus manos-¿Que corriera a tus brazos?-Sonríe con burlas.
Mael aprieta sus dientes, se golpea su pecho. No podía permitirse flaquear por esa mirada dorada, que solo muestra dolor e arrepentimiento.
-¿Dónde están tus perros guardianes?-Pregunta, mientras le apuntaba en la cabeza y pecho-Diles que salgan donde quiera que se encuentren-Sus manos temblaban, a pesar de todo, lo seguía amando.
Duele mucho, creí que al verlo luego de tantos años, él ya no tendría efecto en mí. Cuán equivocado estaba, mi corazón sigue latiendo por esa mirada, una mirada que me quitó a mi amada familia.
-Solo estoy yo-Lo ve fijamente-Asi es como terminara nuestro trágica relación-Se pone de pie.-Como una obra de teatro, una historia igual o peor que la de romeo y Julieta.
-¡No te acerques!-No vengas-Si das un paso más voy a vaciar este cargador en tu maldito corazón embustero-Su voz empezó a temblar.--Nunca hubo una relación-muerde su labio-¡Todo fue una vil mentira!
¿Que me dé tiene? Solo tengo que jalar el gatillo, evitar darle la oportunidad de que contraataque. Pero, ¿entonces por qué no puedo? ¿Por qué no puedo tan siquiera dejarla el maldito gatillo?...lo amo,.. soy tan patético.
-¡No lo fue!-Se exaltó-Te amaba....te amo de verdad-Apreta sus puños-Conocerte es y fue lo más maravilloso y lamentable que le haya podido pasado a tu vida y a la mía.
Llegué demasiado tarde y al final a tus ojos me convertí en el único culpable de la muerte de tu amada familia. Y tampoco voy a decirle que no es verdad, porque mi familia fue la culpable. Merezco su odió, soy merecedor de eso y más.
-¡Dije que no te acerques, Karl!
Jalo el gatillo, la bala rozó la mejilla de Karl, pero el no se detuvo y siguió caminando hasta que llegó junto a Mael. Quién lo veía con esa mirada de odio pero también con amor.
Los dos se veía con dolor, solo querían lanzarse sobre el otro. Despertar de la horrible pesadilla en la que se encuentran.
-¿Mi muerte te hará feliz?-Pregunto con una expresión dolorosa-¿Te sentirás mejor si me encuentro cien metros bajo tierra?-Por sus mejillas ruedan pequeñas gotas de agua.
De repente había comenzado a llover y con ello las lágrimas de es hombre fornido pero con semblante decaído, fueron borradas con dicha lluvia fría.
-No, no estaré feliz-Sonrío con agonía-Pero me sentiré mejor si no respiró el mismo aire que tú, sola existencia contamina.
Esas afiladas palabras atraviesan una y otra vez el corazón de Karl, causando un sangrado que es imposible de detener.
-Si mi muerte te causa alivio, me parece bien, mi amado Mael.-Acaricia las mejillas de Mael-Puedes acabar conmigo-Sonrío.
-¿Por qué? ¿Por qué-Aprieta sus dientes-¡¿Por qué haces esto?!-No entendía porque se encuentra feliz.
¿Por qué no te defiendes? ¿Por qué me miras de esa manera luego de haber hecho lo que hicistes? Si te comportas así, ¿Cómo se supone que termine con esta furia, odio, que carcome mi alma. Quiero verte sufrir, pero no de está manera, es como si soy yo, quién está cometiendo un acto imperdonable.
-Porque me lo merezco-Aprieta sus puños-Te quite todo-No pude protegerte de mi ambicioso padre-Mate a tus padres, causé el accidente de tu hermano... quería encerrarte pero escapaste antes de que pudiera atraparte.
-Sí, tienes razón-No debo dudar-Eres uno de los culpable de que mi vida sea un maldito infierno-Su mirada se volvió fría-Esperame en el infierno mi amor, pronto iré a matarte nuevamente.
-¡Nooo!
Ese inesperado grito asustó a Mael, su dedo había jalado el gatillo de el arma que apuntaba el pecho del hombre que más amaba y odiaba.
-¡K-Karl!-Su voz se rompió.-¡Yo...yo disparé!-Lejos de sentirse aliviado, se encuentra horrorizado-¿Ahora morirás?-Ve sus manos.-¿Debería sentirme aliviado?-Sonríe enloquecido-¿Tendría que estar feliz?-Sus ojos se empañan de lágrimas-Entonces, ¿Por qué siento que estoy muriendo de dolor?...¿Por qué siento que yo también fui atravesado por una bala?
Las manos de Mael no dejaban de temblar, al igual que su mirada, ver la sangre saliendo del pecho y boca de Karl, era demasiado para él.
-No...No veas-Con su mano cubre los ojos de Mael-No es tu culpa mi amor-Se le está dificultado el hablar por la sangre que no para salir de su boca-Nada...nada de esto es tu culpa, amor mío.-Le hace saber. calle de rodillas al suelo.
-¡Karl!
Mael también se arrodilla para poder sostener y que Karl no cayera al suelo de manera abrupta. Mael con su espalda lo cubrió de la llovía.
-¡Por qué?-Solloza-¿Por qué tiene que dolerme? ¡¡Se supone que te odió!!-Grito con agonía.
-Lo siento-Mi vista se está volviendo borrosa, me cuesta respirar-...Lo lamento mi amor-Como pude levanté mis manos, quería tocar por última vez su hermoso rostro.
-¡Ya no tienen caso que te disculpes maldita sea!-Hace presión en la herida-Tu maldito inútil-Ve a la persona que gritó, un hombre de gafas-¡Llama la ambulancia!-Despues de todo no podía permitir que muriera-Tienes que resistir...¡No te atrevas a morir!
-Mael, ¿Puedes darme un beso?...por favor.
No debía, no tenía porque cumplir su pedido. No era algo que el se merecería, pero de igual manera traicione mi convicción y terminé besado esos labios ensangrentados.
Ambos se sobresaltaron y sufrieron un horrible e escalofriante dolor de cabeza, con ello llegó recuerdos de una vida que habían olvidado yace dos vida atrás.
-¡Mi...Mi Emperador!-Las esquinas de su ojos no paraban de humedecerse por sus lágrimas-¡¿Eres...Eres tú?!
¿Podía a ver algo más cruel que esto? Mi emperador no podrá lidiar con algo como esto, lo puedo ver en su expresión. Él se encuentra en shock.
¿Le dispare a mi príncipe? Karl...Karl es la misma persona a la que le juré mi amor eterno en mi primera vida, por quién iba a dejar todo. Quién me hizo sentir vivo, quién me mostró el mundo exterior atraves de sus ojos.
Mael está mordiendo tan fuerte su labio, que sus dientes están lastimado hasta el punto en que han comenzado a sangrar.
-¡Nada de esto es tu culpa mi emperador!-No me veas así, no llores de esa manera. Duele, mi corazón duele-No te culpes, yo no lo hago...cariño-No quiero morir-Te amo y así me mates una y otra vez, te seguiré amando. Porque lo sé, se que no eres el culpable de nada.
Karl con su último aliento está intentando hacerle entender al amor de su vida que no tiene porque perderse en el dolor o en la culpa.
-¡¿Cómo puedes decir eso?!-Pregunto furioso, herido--¡Yo...Yo...Yo te dispare!--Tartamudeo aterrado, mientras veía la sangre fluir.-¡Te disparé y eso ya es imperdonable! ¿Que se supe que haga? ¡¿Debo de odiarte o amarte?!-Grito con fuera hacia el cielo, mientras maldecia.
¿Cómo se supone que viva con esto?! ¿Por qué tiene que pasarnos esto, Karl? ¿Que tiene de malo que te ame y que tu me ames?
-Perdonarme.
-¡¿Qué?! ¿Por qué?
-Por quemar tu imperio...cof, cof-Tosio mucha sangre.
-¡No hables!-¿Por qué no llega la ambulancia? Maldición.
-Pero...pero no pude acabar con ella. Ella y esa persona que estaba obsesionado conmigo, escaparon. En la habitación de la Emperatriz, encontré algo desagradable, ella...ella práctica mágica negra...si después de está vida hay otra, no confíes en nadie. Nadie.-No puedo respirar, todo se está tornado negro-Ella...ella puede tomar la apariencia de la persona más importante para ti, luego de tocarla, de esa manera usará esa apariencia en la siguiente vida...
-¡K-Karl!-Mael perdió el color de su rostro-Karl, vamos-Lo sacude-¡Karl..Karl despierta!
Sus ojos no lo dejan ver bien, esa inundación causada por sus lágrimas nublan su mirada. Karl había dejado ese mundo.
-¡AAAAHHH!
Esos gritos de angustiante dolor hizo eco por todo el lugar. Volviéndolo escalofriante y causando pesar en las personas que lo escuchará.
-Mi maestro...él no tuvo nada que ver con la muerte de su familia. Todo fue planeado por la familia del maestro-Solloza-Intentamos convencerlo de que le dijera la verdad, pero el se negó. Expresó que usted necesitaba algo para no renunciar a la vida, y él sería ese algo....
-JAJAJAJAJA-No se sabía si era una sonrisa de dolor o una de completa locura, ese color lila estaba más que solo vacío.-Nuestro destino si que fue maldecido por esa malnacida-Toma el arma-Un dia podre encontrarme con su verdadero yo-Abraza a Karl-Ese día, ese día la haremos pagar-Besa una última vez los labios de Karl.
-¡¿Que piensan hacer?!-El asistente de Karl, se asustó.-¡No lo haga!
-Ya no hay nada que valga la pena en este mundo-Por favor, Dios. Que en mi próxima vida no recuerde nada de esto...por favor.
Luego de suplicar con una profunda fe, Mael jalo el gatillo. La bala atravesó su cráneo, muriendo al instante. Fue como lo dijo Karl, su final fue uno muy trágico.
-¡¿Esposa?!-¿Por qué me está volviendo de esa manera?Su expresión es un caos, no puede mantener una sola expresión.-¿Mael?...
Mael paso junto a Karl, pero no lo vio a los ojos. Su mirada fría e espeluznante se encuentra con la del maestro Ratt. El anciano que lo ve con felicidad.
-Hola, Mael-Sonríe.
Es mucho más hermoso en persona, su belleza es radiante. Se parece tanto a mi esposa, es como si lo estuviera viendo luego de tantos años muertos. Aunque, el cuerpo de Mael es más seductor.
-Soy tu....agh.
El maestro Ratt fue tomado por el cuello y levantado del piso. Al omega solo le basto usar una mano, la cual movió apretado el cuello del maestro Ratt. El cuál se encuentra con el rostro a punto de tornarse morado.
¿Que estába esperado el Maestro Ratt? ¿Creía que Mael lo saludaría con una sonrisa y se lanzaría a sus brazos mientras sollozaba de felicidad por conocerlo? Sus pensamientos absurdos, lo hicieron cometer un grave error.
-¡AAGH!-Solo podía gemir de dolor.
La espalda del anciano era estrellada bruscamente contra las ventanas de la oficina de Karl. Una y otra vez, sin compasión, hasta el punto que los vidrios se incrustan en el viejo Ratt. Ese ruido también llamo la atención de los trabajadores, quienes se estremecieron de miedo.
Las feromonas era horribles de oler por la ira que transmiten, pero lo que más les causo miedo, es la expresión negra en el rostro de Mael. En su mirada no veías ni la más mínima emoción. Solo podías ver oscuridad, furia.
-¿Quién te crees que eres para tener algún derecho sobre mí?-Mueve su cabeza de un lado a otro como un loco desquiciado-No eres nadie. Nadie tiene el derecho de interferir en mi vida.-Lo vuelve estrellar contra al ventana.
-Aagh...cof, cof-El viejo Ratt jadeaba en el piso.
¡Que fuerza! Ya no tengo su mano sobre mi cuello, pero todavía puedo sentir ese agarre aplastado mi garganta, ni siquiera puedo tragar mi saliva sin que duela.
-Te atreviste a tocarlo-Recoge el bastón-¡¿Quién te dió el permiso de lastimar a mi hombre?!
-¡¿Eh?!
El viejo Ratt se quedó en shock viendo su mano sangrar. No, para ser más específico, su brazo. Su mano se encontraba tirada en el piso no muy lejos de él.
-¡Aaah!
Todos allá afuera se quedaron perplejos, Francis con sus manos temblorosas y un sudor frío deslizándose por su espalda, cerró las puertas de la oficina de Karl.
-Espero no haberme equivocado de mano-Mira a su esposo.-¿Karl?
El alfa se encuentra perdido en la admiración, su corazón pálpito salvaje desde el momento en que Mael, entró en su modo omega dominate. Era una cosa hermosa que quería gravar en su mente, como una bella película.
-¿Karl?
-¿Si?-Salio de ese transe de admiración-Si, esa es la mano correcta.-Si le hubiese mentido, ¿Cortaría la otra mano?
-Francis.
-¿S-Si? Señor Mael Quinn-Tartamudeo.
-Encárgate de la basura, también arreglar todo este desastre-Levanta en su brazo a Karl, estilo princesa.-Marcello y Naomi vayan a preparar el auto. Tenemos que ir al hospital.
Karl se sorprendió, pero luego sonrió cuál tonto enamorado, olvidándose por completo que tiene una herida en su cuerpo, o que lo están sostenido con mucha facilidad.
-¡Sí!-Salieron corriendo de la oficina.
-Francis, destruye está oficina. Mi esposo no puede volver a trabajar en un lugar tan sucio.
-Como ordene, señor Quinn-Hizo una reverencia.
-Mael....Mael-Jadeo-Esa persona a la cual te vendió tu padre. No tarda en llegar...¡Soy tu única opción, para salir de ese problema!
-Jajajaja-Su carcajada estremeció a los empleados-Viejo, ¿Acaso no te estás viendo?-Le dio una mirada llena de solo desprecio-Mi padre está bajo tierra.-Frota su rostro contra la mejilla de Karl, como un lindo gatito.
Karl lo presentía, presentía que algo andaba mal con Mael. El alfa también podía sentir las emociones de su Omega, por el vínculo de su marca.
-Soy mayor de edad, nadie puede ordenarme nada. Y sobretodo, puedo defenderme e incluso convertirme en un demonio si es necesario. Así que, vengan quién quiera venir, estaré listo para contar sus extremidades.-Salio de la oficina.
-Esposa, estoy bien-Limpia las lágrimas de ese hermoso rostro, que se han empezado a desbordar-Solo es un rasguño, así que no llores. Me duele verte triste-Besa los ojos de Mael.
El Omega no respondió, el solo camina hacia el auto. No tenía cabeza para pensar en algo en específico, y tampoco podía controlar sus lágrimas.
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