capitulo 35
El ambiente se ha vuelto tan pesado, todas las miradas de las personas de está sala, están en mi rostro y la de Cade está en mi cuello. De seguro su estómago a de estar revuelto por ver la mordida en mi. Ahora sigue con tus estupidezes de que, Karl. Es tuyo.
Mael para provocar más coraje en Cade, descubre un poco mas su cuello. Cade aprieta sus puños, los dientes pronto le dolerá por tanto rechinarlos por el enojo.
No sé porque demonios todos tuvieron que llegar el mismo día ¿Todo mundo se enteró que cogimos como conejos por casi seis días? ¡Ya no hay privacidad en este lugar!
Lo único bueno de todo esto es que, Alin me preparó un rico desayuno. Estuvo muy delicioso, encontré tan rica esa sopa. Que quedé con ganas de más, pero no comí otro plato porque podría hacerme daño.
—Excepto mi abuelo, suegro y cuñado ¿Los demás qué hacen aquí?—Pregunta con molestia y una mirada fría.
Puede tener esa expresión de estreñimiento, pero su actitud dice algo totalmente contrario a su voz y esa mirada. Karl le está enfriando el chocolate caliente a Mael, de la manera más cariñosa.
El omega descansa en el sofá, sus pies son sostenidos por el regazo del alfa. Nadie se atrevería a decirle que esa no es manera de recibir a los invitados. Si llegaban a decir algo, estaban seguro que él alfa, los correría sin gentileza alguna.
Karl le entrega el chocolate a Mael, con una sonrisa le expresa que tenga cuidado y no vaya a quemarse, oh si necesita alguna galleta. El Omega niega con su cabeza. Las miradas están ellos dos, no pueden dejar de ver su interacción sin importar que los estén ignorando.
—¿Se está celebrando una fiesta sin estar enterado?—Fulmina a Donovan.—No recuerdo ver enviado invitación—Mis agradables momentos con Mael, son arruinados siempre por cosas como estás.
Estoy pensando en cerrar este lugar para que nadie entre y se quede allá afuera hasta que, se aburran y vuelva por dónde vinieron.
—¿Qué?—Pregunta sin miedo—Mis padre querían venir a dejar los regalos de la boda y saber sobre la salud de abuelo Iker.—Donovan se defiende.
El padre y madre de Donovan, no han dejado de ver a Mael. Desde que lo vieron en lo brazos de Karl. Verlo les causa un extraño y alivio. No comprenden el porque les causa eso. Las ganas de arrullarlo en sus brazos les está causado ansiedad.
Mael a intentado de todo por no verlos a los ojos, no puede hacerlo o se terminara desmoronando cómo ese día. De igual manera se siente satisfecho por verlos juntos en esta vida, que siguen enamorandos. No puede olvidar que por su culpa murieron, pero va superado poco a poco ese pecado, ya había pagado lo suficiente.
En si, no era su culpa. En nigún momento estuvo enterado de los planes de esa persona de la cual se enamoró en ese entonces.
—Estoy bien, mejor que nunca—Sonríe ampliamente al ver la mordida en el cuello de Mael—Hasta podría morir en estos momentos y no tendría ningún arrepentimiento. Mi nieto es feliz y eso es todo lo quería ver antes de partir.
Hijo, nuera, vieja esposa, ya pueden descansar en paz. Nuestro querido y amado Karl por fin encontró la persona que puede llenar con felicidad ese enorme vacío en su corazón. Ambos son el uno para el otro, pronto me les unire y les contaré todo.
Su falso matrimonio se volvió uno real, creyeron que podían engañarme a mí, un viejo zorro entre los negocios. Ja, ellos dos aún son unos mocosos. Pero al final, paso lo que esperaba que pasará, se terminaron gustado.
Antes de Karl me prestará a Mael, yo, ya había realizado una investigación muy afondo de él. Su información era tan lamentable como admirable por todo lo que había echo por su mamá y hermano a una edad temprana. En ese mismo instante deseé que encerio se convirtiera en mi nieto.
No había nadie mejor para convertirse en la señora Quinn, sin importar que estuviera recibido un pago por ello. Solo lo hacia por su familia, y si yo, estuviera en su lugar, estoy seguro que tampoco hubiese desperdiciado la oportunidad.
No estoy molesto que se hayan casado con mentiras o me hayan mentido. Karl solo quería que sea feliz este último año que me resta de vida. Es una lastima que no logré conocer mis futuros bisnietos, pero con la felicidad de mi amado nieto, es más que suficiente.
—¡Abuelo!—Hablan al unísono Mael y Karl.
—No digas eso, Iker—Comentan los padres de Donovan.—Todavia tienes que vivir muchos años más. Tienes que ver a Don, casarse.
—¿Qué? ¡A mí no me menta en eso! Estoy bien así—Pero por unos segundos apareció la imagen de Alden, ese día cuando llegó su rut, y sus mejillas se veían sonrojadas—Sí, en definitiva es mejor estar solo—Bebe de su té, intentado borrar esa imagen de su cabeza.
—Todavia está joven, abuelo—Expresa Cade.
—El señor Jefferson, tiene razón—Dice Mael—Estas muy joven abuelo, debes de conocer a tus bisnietos. No pienses en morir—Mira a Cade—Quién sabe, tal vez en mi vientre ya se encuentra un mini Karl—Le sonríe dulcemente a la expresión negra de Cade.
—¡Cof, cof, cof!—Tanto Claudio y Donovan casi se asfixian con el té, que en ese momento estába en sus bocas.
Los dos cuñados de Karl, podían estar consternados por la declaración de Mael. Pero el alfa de ojos dorados estaba muy emocionado, veía con esa tierna mirada al Omega, causándole escalofríos. Mael solo dijo eso para molestar a Cade, no es como si quisiera dar a luz a un niño. Eso no estaba en sus planes, aún.
—Estan recién casados, deberían de disfrutar su matrimonio solo ustedes dos, antes de pensar en tener hijos. Los hijos son mucha responsabilidad—Comenta un furioso Cade, aunque no lo expresa abiertamente.—¿Verdad, Karl?
Es obvió que esa mordida se debió a que Mael, obligó a Karl hacerlo. Después de todo un alfa es muy vulnerable en ese estado, Karl debió de creer en ese momento que si lo mordía, él viejo Iker no tendría ninguna duda de su "falsa relación" Karl no podría morder a nadie, él no es de las personas que quieran algo así.
—Nadie tiene derecho a opinar sobre lo que ambos queremos o no—Masajea los pies de Mael.—Es algo que solo nos concierne a los dos.—Todos menos Cade, asintieron en acuerdo.
Al igual que están tan sorprendidos por eso, también lo están por lo siguente. Karl no es de las personas que tocaría los pies de otra persona, por más perfectos que fueran. Por eso verlo hacer eso en estos momentos es muy sorprendente para todas las personas que lo conocen.
Masaje los pies de Mael como si fuesen sus invaluables tesoros. El Omega se siente muy relajado porque el alfa, es muy bueno en lo que hace.
—Aunque ya tenemos un bebé.—Mira a Hades quién descansa en los brazos de Alin, este solo sonríe a la vez que acaricia el pelaje del gatito. Hades no estaba del todo feliz de escuchar eso, aún sigue con la idea de arañar a Karl, por verle robado tanto tiempo con amo.
Alin no es de las personas que le gusta hablar con quienes no conoce, por eso prefiere estar en silencio. Si llegan insultar a su hijo, entonces sí, sacará sus garras.
—¡¿Bebé?!—Exclaman.
—No se exalten. Karl está hablado de Hades, ese pequeño gatito negro—Señala el regazo de Alin.
Mael por poco y tira su chocolate por ese repentino gritó de todos, más el de Donovan. El alfa estába cerca del Omega.
Que fastidio el lidiar con todas estas personas ¿Cuando piensan irse? Ya se tardaron mucho. No sé hasta cuándo podré soportar el evitar la mirada de mis anteriores padres, de mi tercera vida.
—¿Desdé cuando te gustan los animales?—Sonríe rígido—Yo que recuerde, no te agranda los animales—Cade sostiene con fuerza la taza de té, que está en sus manos.
—A Karl siempre le han gustado los animales—Corrige Donovan.
Cade voltea a ver a Donovan, este ignora su mirada lamentable de; ¿Como puedes decir eso? ¿Me mintieron todo esté tiempo? Donovan si sabía del porqué Karl, en su debido momento no le agradaron los animales después de perder al que anteriormente tenía.
—Estos son nuestros regalos de bodas.
Los padres de Donovan, cambiarán el tema de conversación antes de que la atmósfera se volvería mucho peor de lo que ya es.
—Nos discúlpamos por no asistir ese día, esperó les guste—Ambos entregan una pequeña caja cuadrada.
Ese momento la mirada de Mael, hizo contacto visual con la del señor Dolw. El Omega trato de no mostrar ninguna reacción en sus ojos, pero su corazón corría frenético con ese nerviosismo que fue calmado con el toque de esa gran mano envolviendo la suya, ese cálido toqué proveniente de su esposo.
—Gracias—Expresó Mael con una sonrisa.
—De nada—Sus ojos me parecen tan familiar ¿Ya lo conocía? Mi esposa tenía razón, Mael causa esa rara sensación.
—Espero les guste—Comenta la señora Dolw, Flor Dolw.
La pareja de esposos, abren a mismo tiempo los obsequios. Eran dos gargantillas de oro rosado, de cada una colgaba un candado y la otra una llave hecha de puro diamante.
Esto es una cursilería, apuesto a que Donovan fue quién sugirió dar algo así, de ridículo. Oh tal ellos son una pareja mucho más melosa de lo que puedo llegar a imaginar. Pero de igual manera lo aceptaré por el gran valor que poseen. Ya qué son personalizadas, el valor aumenta más. En cualquier momento la venderé, estos diamantes son preciosos.
—¿Les gustan? Yo se los sugerí.
Lo sabía, Donovan sigue siendo el mismo de siempre. Su esencia sigue ahí, no acambio en nada. Demasiado predecible.
—Estan muy brillosas...¿Por qué me quitas la mía?—Ve a su esposo—¿No te gustan?—¿Por qué las ve tanto? ¿En qué rayos piensa?
—Quiero la llave—Se suponía que esa la Mael—Tu llevá el candado—Se acerca al oído de Mael. Susurra lo siguente.
—Soy la llave de tu hermoso corazón, soy quién debe de protegerlo para que nadie con mañas entre. Prometo protegerlo de cualquier enemigo que quiera lastimarlo.
Sus cursilerías me darán caries por tanta azúcar, su lado romántico es una cosa bárbara, ni siquiera se vergüenza de decir algo así.
Mael pensaba eso pero en su interior está feliz, ya qué sus mejillas están un poco rojas y esos hermosos labios tienen una pequeña sonrisa.
—Bien, puedes...
—Pero a Karl no le gusta la joyería—Vuelve a interrumpir, Cade. No podía dejar que compartan gargantillas de pareja, mucho menos esas que vendrían siendo las únicas en si clase, por el valor de los diamantes.
Las miradas se fueron directamente hacia Cade, en sus miradas le envían señal de; no debes de meterte dónde no deberías, mejor aguarda silencio.
—Señor—Mael mira con usa sonrisa a Cade—Estoy consiente que es amigo de mi esposo, pero las personas pueden cambiar con el pasar del tiempo. No van a quedarse en el pasado, que dónde aún sigue viviendo usted.... Me disculpo—Su mirada se torna nerviosa—No quería sonar rudo—Baja su mirada.
—No tienes porque disculparte—Karl le pone la gargantilla a Mael—Es Cade, quién debe de disculparse por interrumpirte mientras estabas hablando—Lo ve fríamente—No opines cuando no te lo he pedido, tampoco tienes el derecho a decir que me gusta y que no, no es como si supieras todo de mí, solo por ser amigos de hace años.
¿Por qué me sigues viviendo frío? Vuelve a verme con esa mirada que me pertenecía solo a mí. ¿Por qué tuviste que cambiar tanto? Me estoy arrepentido de verme ido sin decir adiós.
—No te enojes—Vamos a jugar hacer una buena persona—Él solo estaba sorprendido, debió pensar que sigues teniendo los mimos gusto y pasatiempo. Solo estaba preocupado por ti, de que lleves algo en el cuello y te hiciera sentir incómodo...si no te gusta solo decirlo, no te obligues a nada, yo llevaré las dos.
—Me disculpó por meterme en la conversación—Habla Alin—Pero no puedo evitar sentirme enojado—Ve a Cade—Desde que te escuché hablar, me di cuenta que quieres a toda costa, quedar como la persona que sabe más sobre mi yerno, y está bien, pero no es necesario que lo grites solo para hacer sentir mal a mi hijo. No lo pienso permitir más.
Mael se sorprendió al ver ese lado de Alin, su mirada es la de una persona que estaría dispuesta a todo por sus hijos, esa mirada estaba llena de determinación.
—Yo...yo no lo hice con esa intención—¿Quién se cree este maldito lisiado?—Lo está malinterpretando...
—No lo creo, quizás las demás personas sean ciegas para no verlo, o porque son de la alta sociedad y esto lo ven común. Pero nosotros al ser humildes, Podemos ver a través de las mentiras—Expresa Claudio.
Cade busca la ayuda de las personas que conoce, pero no hay respuesta de nadie, sus manos se vuelven un puño por la importancia.
—Mamá, hermano, estoy bien.
Lo señores Dolw, Donovan, sintieron un sentimiento amargó al escuchar a Mael, llamar de esa manera a, Alin y a Claudio. Tenían una sensación de perdida.
—Cade, no te lo tomes a mal. Ellos solo se preocupa mucho por mí, así qué...
—¡No quiero escuchar tu hipocresía!—Se levanta bruscamente de su asiento—Aqui el único hipócrita eres tú, finges ser una buena persona...
—¡¿Mael?!—Karl se sobresalto a ver las lágrimas en los ojos del Omega.
—Tu amigo me odia, ¿Por qué? ¿Que le hecho?—Su expresión es dolorosa.—¿Acaso está enamorado de ti? ¿Fueron algo?
—¡No, nada de eso!—Niega rápidamente, siguiéndole la corriente a su esposa, Karl sabía que estaba fingiendo.
Todos los presentes respiran pesados excepto la familia de Mael, ellos no sabían sobre eso. Sobre la relación no llevada acabo de esos dos.
—Cade, retirarte—Habla el anciano Iker.
—¡Abuelo!—Sus ojos se tornan lloroso—No es mentira, sus lágrimas son falsas...
—¡Ya basta Cade!—Exclamo Flor—El pasado vivido ya no se puede volver un presente, mucho menos un futuro.
—Quiero descansar—Expresa Mael, tenían que mostrarse herido—Me disculpo por arma un escándalo, estoy avergonzado.
—No tienes porqué sentirte así—Flor sostiene la mano de Mael—Nosotros somos quienes debemos estar avergonzados, por ver venido sin avisar e imrumpir su descanso.
—Si nos disculpan—Karl levantan a Mael, en sus brazos.
—Mamá y hermano, nos vemos en la cena—Les sonrió antes de esconderse en el pecho de karl.
Mael es un poco menos fornido que Karl, pero es lo suficientemente varonil, entonces a los ojos de las personas, ver a dos hombres de ese calibre de esa manera, y ver a uno de ellos ser sostenido en los brazos del otro, debería de verse raro. Pero de alguna manera, es algo extraordinario de presenciar.
Los esposos entraron a la habitación, el alfa deja al Omega en la cama.
—Dejarlo salir, se que quieres sonreír—Acaricia el rostro de Mael—No voy a verte de diferente manera, déjame conocer todo de ti.
—Fue divertido, esa expresión fue muy divertido de ver—Suelta una leve carcajada—Tu también estuviste muy bien, actuaste acordé a tu papel—Sube arriba de Karl.
—¿Quieres que lo haga desaparecer?—Pregunta con seriedad.
—¿Lo harías? ¿Son amigos?
—Eso dejo de importa hace mucho, tal vez si no tuviera pensamientos estúpidos, podríamos llevarnos bien.
—Tambien lo creo, pero es muy idiota por codiciar lo que es mío—Sonríe con frialdad—Yo mismo lo voy a matar, aún no cruza esa línea que no tiene vuelta atrás, déjalo que la cruce, entonces lo haré arrepentirse de su decisión—Le dare esa oportunidad, está vez seré un poco piadoso—Esta es la mitad de lo que soy, no huyas cuándo veas cuán despiadado puedo llegar hacer.
—Me corromperme tanto como quieras, envuelve mi cuerpo y alma con tu despiadado ser tanto como gustes. Yo te seguiré viendo con esta misma mirada y está sonrisa que te pertenece solo a ti.
—¡Estas loco mi lingote de oro! Oh solo eres masoquista y no te has dado cuenta de ello—¿Quién quería ser corrompido? Nadie, eso es lo que creía. Pero mi esposo, es un caso raro.—¿Y si desató un infierno?
—Lo apagamos juntos o ardemos pero lo haremos siempre juntos.
—Espero que resistas las ardientes llamas.
—Me asegurare de resistir por los dos.
Ansiosamente se besan con esa pasión ardiente que está quemando sus frenéticos cuerpos. En definitiva los dos se completan de una manera rara que lo convierte en perfecto.
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