capitulo 15
¿Por qué es frío conmigo? Se que me fui sin decirles nada pero fue por nuestro bien, para que pudiéramos ser felices.
Mi padre encontró una manera para cumplir mi deseó y eso incluía irme al extranjero, yo tomé esa oportunidad sin mirar atrás. A mí también me dolió irme sin decirle adiós ha Kal y a Don.
Si les decía mi razon me iban a detener, no podía permitirme esa vacilación, no cuando mi meta estaba tan cerca de ser cumplida.
Solo estoy esperando que regresé para explicarle todo, solo espero que entienda mis motivos. No voy a dejar que mi sufrimiento en el extranjero sea en vano, regresé por lo que es mío, Kal es mío como siempre lo ha sido.
Los dos nos amamos de eso no tengo dudas, lo comprobé ese día cuando nos vimos a los ojos, si el anciano Iker no hubiera llegado nosotros habríamos hablado en privado, conversación que terminaría en besos y diciéndonos cuántos nos extrañamos.
Aún no averiguó porque Kal se caso con ese tal Mael, si es un Omega no lo parece, demasiado varonil. No tiene una pizca de ser lindo, es menos fornido que Kal. Eso me tranquiliza porque a los ojos de mi alfa, no será nada atractivo.
A Kal le gusta lo lindo, lo que parece frágil, justo como lo Soy yo. Ahora lo soy aún más. Tengo un olor que es fragante para los alfas. Pero yo solo quiero enloquecer a mi alfa, mi Kal.
Cade se dejá caer de espalda en la cama. Su rostro tiene una gran sonrisa al recordar la expresión de Karl, al verlo en la sala.
¿Debería publicar una foto? Hacer que los medios duden de ese supuesto romance, no, si lo hago el viejo Iker sospechara y no quiero eso. También tengo que irme de aquí, salir de este lugar antes de que piense que me aproveche de la generosidad de ese estúpido Mael.
Ya le avisé a mi familia de que estoy aquí, mi hermano mayor vendrán por mi mañana, estaré llamado a Kal todos los días para que no tenga oportunidad de interactuar con ese Omega, tengo que proteger lo que es mío.
No puedo permitir que crucen la línea que han establecido, estoy muy seguro que este casamiento es por contrato solo que nadie me dice nada. Le he preguntado a Sebastián pero no dice nada, también a Francis y tampoco quiere darme detalles.
Solo queda Marcello, el me dirá todo lo que quiero saber. El siempre fue débil a mi dulzura, desde el momento en que lo conocí me gane su aprecio, de seguro ha de estar molestó con Mael, despues de todo él robo mi posición.
Paciencia mucha paciencia, pronto volveré a recuperar mi lugar junto a Kal, si tengo que ofrecer más de lo que ofreció Kal por este compromiso, lo voy hacer. Dinero es lo que me sobra.
Cade apago las luces de la habitación, estaba listo para dormí ya qué mañana sería un día agitado, estará recibiendo los abrazos de su familia que tanto extraña.
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—¡H-Hermano! Despierta por favor... hermano!—En sus brazos sostiene un cuerpo ensangrentado, en el pecho tiene tres disparos.
—Lo siento...en verdad lo siento...no me dejen solo, no quiero estar solo—Abraza con fuerza el frío cuerpo sin vida de su hermano, las lágrimas caen en el rostro de la persona en su brazos.
En sus ojos color lila se refleja un profundo dolor, odio. Oscuridad, sus pupilas se pusieron tan rojas que podrías pensar que está llorando sangre.
—¡Voy a matarlos a todos!—Grito con furia—¡Voy a matarlos de la manera más cruel posible, lo juró!
Mael abrió sus ojos. Su mirada es más vacía de lo normal. Ni siquiera tiene la respiración agitada por esa horrible pesadilla, solo se queda ahí con la vista a ese techo con bonitos patrones.
Las pesadillas son mi pan de cada día, estoy tan acostumbrado que me volví inmune a las emociones que ellas me transmiten. Son como una película donde narran mis desgracias.
El Omega se sienta en la cama. Toma su celular para ver la hora, son las cuatro de la tarde. Mael apaga la música, se va a la lista de contactos para llamar a su familia.
Deben de ser a las nueve de la noche en mi ciudad, ¿Estarán despierto Alin y Claudio? Les llamaré.
—Mi niño—Contesto al primer sonido.
—¿Te desperté?—Abosteza.
Yo quisiera seguir durmiendo más pero es una lastima que ya se me fue el sueño, lo bueno que no tengo que usar pastillas.
—No, estábamos a punto de ir a dormir.
—Solo llamaba para decirles que llegamos con bien, no se preocupen. Descanse.
—Me alegro. Escuchar tu voz me traquiliza. Estaremos esperando su regresó, cuidarte mucho.
—Tu también, mamá. Saludarme a Claudio—Finalizo la llamada.
No era necesario alargar la llamada, Alin tampoco lo iba hacer después de todo solo quería saber que su hijo había llegado con bien, aunque el viejo Iker ya les había avisado pero no era lo mismo como escuchar la voz de Mael.
Mael dejó caer nuevamente su espalda a la cama, puso su celular a un lado. Levantarse después de dormir un rato le causaba pereza.
¿Karl salió? No he escuchado su voz desde que desperté. ¿Me dejaron solo en este lugar? Mejor así podré disfrutar más sin estar viendo esa expresión de culo que se trae.
Nadaré un rato—Se pone de pie—para eso me podré una ropa más cómoda, veremos qué ropa empacaron en mi equipaje. Esta ropa fue comprada por órdenes de el viejo Quinn.
Mael eligió un bañador que dejaría al descubierto sus sexis muslos. Comenzó a desvestirse ahí mismos en la habitación que es compartida por los dos esposos.
Se quitó la camisa, el shorts que andaba anteriormente, su esculpido cuerpo es una bella obra de arte. Ese boxer negro si que se pega a su cuerpo, esos glúteos daban ganas de masajerlos.
—¿Despertastes....?—Karl levantó su mano a tiempo para que Marcello no entrara al lugar, y se quedará a fuera.
El alfa veía sin discreción al Omega que tampoco tiene la más mínima timidez.
Piernas largas y a la vez sexy con blancas. Tan blancas como una flor de loto al florecer, cintura estrecha con su abdomen marcado, el rosa de sus pezones es tan llamativo que te obligan a verlos sin importar que tu no quieras. Sus manos podía ser ásperas pero su cuerpo es una versión diferente.
Su piel de porcelana es fina, tiene dos pequeños lunares a un lado de la clavícula, son pequeños pero muy visibles desde esta distancia en la que estoy. Precisos.....¡¿Qué demonios?!
Karl retiró su mirada rápidamente del cuerpo de Mael, sus mejillas están un poco ruborizadas. El Omega no lo noto porque sinceramente no le estaba prestando atención al alfa.
—Si, no hace mucho—Se puso el bañador—¿Ustedes salieron?
—No, solo estuve en la pasarela observando el lugar—Ese color dorado volvió al cuerpo de Mael.
Karl tragó grueso al ver los glúteos firmes y redondos de Mael, recordó esa vez cuando tuvo el placer de tocarlos. Inconcientemente movió sus manos de la misma manera que lo hizo esa vez, como si los estuviera tocado.
Me estoy comportando como un completo pervertido vulgar, sin modales. Con fantasías nada puras. No debería ni siquiera parecerme atractivo pero lo hace, hace que ese cuerpo y rostro me parezcan más que atractivos.
—Yo saldré un rato a nadar, tal vez asi se me quita esta pereza—Levanta la tapa del bloqueador solar, sin prestarle atención a Karl. Él se frota los brazos y pectorales.
—¿Saldrás así?—Frunce el entrecejo.
—Sí, ¿Algún problema?
—No—Si—Pero no puedes salir solo así, traes muy poca ropa. Tú piel se quemará.
—Ya son las cuatro de la tarde—Rodó sus ojos.
—No sabes que el sol de la mañana y el de la tarde es el que más quema—¿Por qué le doy tanta importancia? Se puede quemar y quedar como un calamar asado.
Puede salir como quiera pero estamos casados, algunas personas podrían reconocernos y tomarían fotos. El cuerpo de mi esposa estaría en toda la plataforma de chismes candentes. No puedo dejar que eso suceda, solo lo hago para evitar esos comentarios vulgares, nada más por eso.
—No iré a nigún lado, lo haré enfrente de nuestro bungalow.
Mael se acerca a Karl, tan cerca que el alfa podía sentir su respiración, oler ese rico aroma del bloqueador solar. Quería lamerse los labios por la repentina sed, pero si lo hacía eso lo haría ver nada sofisticado.
—¿Puedes poner bloqueador en mi espalda?
—Ahora mismo hay muchas personas haciendo lo mismo, y no, no voy a ponerte nada—Aunque sus manos picaban por tocar esa lisa espalda...—¡¿Tienes un tatuaje?!—Karl observa la pequeña serpiente que parecía que se arrastra por su columna dorsal.
¿Tatuaje? En los recuerdos no había nada sobre tatuajes. Yo, en todas mis vidas anteriores e tenido más de uno. Me he bañado y no le he puesto atención a mi cuerpo, bueno, si, solo que he admirado más mi rostro, por lo que es lógico que no lo notará, más si es pequeño. Tarde o temprano me haría uno por lo tanto da igual si tengo uno.
—¿Algún problema?, Es mi cuerpo, con el hago lo que quiera, o es una cláusula no escrita del contrato de no tener tatuajes?
—No, solo no creía que fueras de las personas que disfrutan de ese tipo de cosas.
A Karl le entraron unas inmensas ganas de tocar ese lugar, quería saber cómo se sentía acariciar esa pequeña serpiente que significaba muchas cosas como la venganza, renacimiento, curación, poder. Sus ganas por saber más de Mael, incrementan sin que el se de cuenta.
—Me encantan los tatuajes pero no al punto de llenar mi cuerpo con ellos. Cómo sea, me podré otra ropa más recatada para salir a bañarme—Chaquea su lengua—Los ricos y su cuidado de imágen, que fastidio.
—No te desvista aquí, ve al baño.
—¿Por qué tanto escándalo? Estamos casados, aparte somos hombres da igual que me cambié enfrete de ti—Ignoró a su esposo, Mael iba desvestirse ahí mismo.
—Dije que fueras al baño—Karl impido que Mael se bajara el shorts, sus manos están sobre las del Omega quien sostiene el cierre de su ropa.
—Hago lo que quiero y si digo que lo haré aquí—Lo mira desafiante—Lo haré aquí.
—Tú...—karl lo alza a sus hombros como un saco de verduras, sus mejillas se ruborizaron al ver que tan cerca estan de su rostro las caderas de Mael—Nada le cuesta venir al baño—Lo dejó ahí, luego salió.
Maldito cubito de hielo, no era la gran cosa cambiarme en la habitación, estamos a dentro nadie más estaba viendo, que persona más rara, no es como si fuera atractivo a sus ojos. Ya se me quitaron las ganas de bañarme en el mar.
—¡Maldito agua fiestas!—Se metió a a tina, mejor disfrutaría un rico baño de burbujas con relajación.
Mael apoyó su cabeza en el bordo de la tina, estiró sus manos hacia los lados, cerró sus ojos. Después observará que tatuaje es el que trae su espalda.
Suspirar, que fastidio se comporta como un niño de seis años. Esta comenzando a perturbar mi estilo de vida. ¿Cuánto podré aguantar? Denme paciencia para no tirarlo al mar.
Su mente sigue pensando en ese tatuaje, era pequeño pero muy llamativo, hacia lucir más atractivo ese pálido lugar.
Karl salió a la sala que tiene una vista al mar y también puedes ver los demás Bungalow a unos seis metros de distancia de cada uno.
No era mentía cuando comento que habían muchas personas sumergidas en el mar, todos están acaramelados con sus parejas, algunos hasta se están metiendo mano.
Que personas más desvergonzadas, el agua es tan clara que cualquiera podría ver sus movimientos bajo de ella, mejor hubieran ido a una playa nudista.
—Mi amor—Llama de una manera dulce a Karl—¿Puedes venir aquí? Te necesito, cariño.
Su voz es tan dulce que era imposible no agitar tu corazón, pero en vez de sentirte emocionado por esa muestra de cariño, sentías escalofríos, tu cuerpo te indicaba que no respondieras a su llamado, pero el alfa en Karl, aún así obedeció sin importar las advertencias.
—¿Qué quieres?....
El color lila es tan oscuro e aterrador, en el puedes ver un brillo que te corta la respiración por la bellaza y asfixia por ese olor azahar tan destructible.
El interior de la habitación compartida se convirtió en un envase lleno hasta el tope de feromonas de un color púrpura.
—¿Te comiste mi minuta?—Pregunta, aquella voz dulce, despreocupada, desapareció por completo. Solo quedaba una con irá.
Todo al rededor de Mael es diferente. Estoy viendo su lado Omega, un lado más dominante qué su yo. Esa mirada quiere destrozarme, pero no tengo miedo, en cambio, me estoy emocionado. Mis dientes están picando, ¿Por qué pican?
—Si, lo hice—Responde sin miedo, el alfa también salió para hablar con el Omega—Queria castigarte, te anduve buscando por todo el lugar.
—¿Castigarme?—Sonrie con burla—¿Tú?—Lo toma por el cuello de la camisa—¿Sabes que les hice a las personas que tocan lo que es mío?—Hizo una mueca de torcerles el cuello.
—Veremos quién se lo tuerce quién—Desafía sin miedo.
Una vena azul apareció en la frente de Mael, sus feromonas se volvieron aún más abrumadoras, los ojos dorados del alfa cambiaron más de lo que ya estaban.
Pero por mas dominante que sea, recibir una sobré dosis del calibre de esas feromonas por parte del Omega, no era fácil. Mael es más fuerte que los alfas que se enorgullecen de su género. Solo que Karl tampoco se iba a doblegar tan fácilmente. El dejo salir las suyas, en esa habitación comenzó una guerra de quién resiste más.
Marcello con dificulta le tocó cerrar la puerta para que las feromonas no se esparzan por medio del aire.
—Ve por esa maldita minuta que me robaste.
—No pienso ir....¿Mael?—Karl se sorprendió al ver qué en esos ojos no era irá lo que se mostraba.
En ellos podías ver un poco de desesperación, solo fue por un momento pero lo logró ver a la perfección. ¿Que esconde?
Karl se acercó a Mael, sus manos quisieron tocar las mejillas del Omega, solo que este abofeteo las manos del alfa. Su momento de descontrol había pasado.
—No vuelvas a tocar mi comida—Apreta sus puños—Te lo advierto, mi comida es sagrada.
Mael salió hacia la parte de atrás del Bungalows, ahora mismo no quería ver a nadie, necesitaba un momento a solas, la comida es un tema delicado para el.
¿Que fue eso? Esta escondido algo, ¿Que es? Aún puedo sentir sus feromonas en este espacio, sus emociones en ella son tan complicadas, es un torbellino. Solo era una minuta.
Esa mirada dorada mira hacia la ventana, ahí está Mael sentado con su mirada en sus pies. La soledad es lo primero en lo que piensas cuando lo ves de esa manera.
—Marcello, ve por más de esas cosas y otros aperitivos.
—No puedo dejarlo....
—Solo ve—Expresa con molestia.
—De acuerdo—Maldito mocoso, hacer un escándalo solo por una minuta.
Me deje llevar por algo que para mucho sería trivial, pero para mí no, me descontrol cuando se trata de la comida. Anteriormente para poder alimentarme me tocaba buscar en la basura junto a los restaurantes.
Cada vida que vivía se volvía peor que la anterior, como esa en la que me cortaron la mano todo por envidia, solo porque era bueno en el béisbol, cuando me volví inservible todo se vino a bajo junto a mi fama, pero no me importa porque tenía lugar donde vivir y comer sin preocupaciones.
Solo que eso también se me fue arrebatado, porque antes de que recuerde mis vidas pasadas, yo soy una persona estúpida e ingenua. Entonces siempre me tocaba encontrar una manera para poder comer, solo que aveces pasaba dos días sin encontrar nada.
Veía a los ricos tirar las cosas como si nada, eso me enfurecia, me juraba a mi mismo que un día yo, tendría lo suficiente y que todo aquel que tocará lo mío, yo les haría pagar.
Por mi descontrol de hace un momento, no logré controlar mi furia, me recordó ese tiempo.
Mael suspira profundamente, mueve sus pies en el agua. Quería dejar de pensar en eso.
—Me disculpo—Karl sabía cuando tirar la toalla—No sabía que te podrías así—Toma asiento junto a Mael.
Mael lo ignora, sigue moviendo sus pies en el agua. Como si eso fuera más entretenido que escuchar hablar al alfa. No tenía ganas de cruzar palabras.
—¿Mael?—Sigue sin mirarlo—¿Mael?—Vuelve a llamarlo.
—No estoy sordo—Ve ese hermoso dorado.
—¿Entonces porqué no me respondes?—Fijamente tiene su mirada en Mael, observando cualquier cambió de ánimo.
—No quiero hablar, por eso. Deberías entender las indirectas.
—Ya las entiendo, no soy estúpido—Responde con su ceño Fruncido—Ya envié a Marcello por más de esas cosas—Informa de manera monótona.
—Ya no quiero—Retira su mirada de ese color dorado.
—Bueno, entonces le diré a Marcello que regresé—Sigue viendo el rostro inexpresivo de Mael.
—Bien—Se pone de pie.
—¿A dónde vas?—Lo toma de la mano.
—A caminar por allí—Respondio para que deje de preguntar.
Intenta liberarse pero lo hizo muy bruscamente al igual que Karl. El alfa lo jaló muy fuerte por lo que se desequilibron, ambos cayeron al agua fría.
—¿Estás bien?—Karl sostiene el cuerpo de Mael, está un poco profundo.
—¡Mierda!—Se queja—Entro agua en mi nariz—Estaba por frotar un poco, tal vez así se iba la incomodidad, pero el alfa ganó primero.
Frote con suavidad su fina nariz, el tenía ese par de zafiro cerrados. Estamos tan cerca, puedo ver con claridad ese pequeño seductor lunar bajo su ojo.
El agua debería estar fría, pero yo, la encontró tibia. Sus manos se aferran de mi cuello, al igual que sus piernas en mi cintura. Debería de empujarlo, dejar de preocuparme. Ni siquiera tendría que estar frotado su nariz para que la incomodidad se esfume.
Solo que hay una fuerza invisible que no me lo permite. En vez de alejarme, me atrae más a él.
Nota🤍
Feliz día ☀️🌻 Que todos rebosen de muy buena salud, que cada día cumplan las metas que se proponen 🤍🌺
Att: Yessi.A
Algo si se vería el tatuaje de Mael.
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