Pese a su reciente mala racha, Zaldrit y su equipo de búsqueda e investigación habían tenido un respiro de todo el estrés que los carcomía. La razón, su informante se había reportada después de semanas sin dar muestras de vida. Pudo respirar, eso indicaba que estaba bien y con vida, pero no aseguraba que la situación estuviese igual de bien.

Un sobre llegó a sus manos desde un remitente anónimo, sin firma ni marcas de ningún tipo, de ninguna parte y de muchas al mismo tiempo. Su llegada fue un completo caos en la jefatura, la posibilidad de una posible bomba dentro del paquete llamó la atención de todo el mundo. Sin embargo, una peculiar marca de agua casi trasparente le hizo entender todo el rollo sobre su origen.

Lo llevó de inmediato a su oficina, no sin antes pasar por un examen antibombas y drogas, solo por precaución y se encerró. Dentro había algunas fotos, documentos firmados por algunos grandes empresarios y famosos, una memoria USB con toda esa misma información y más. Además, una nota escrita a mano con una caligrafía que desconocía por completo.

Señor Zaldrit, perdone usted la demora y mi falta de comunicación. Como podrá saber a estas alturas del partido, tenemos vigilancia 24/7 por parte de este sujeto que llaman AltiMort. No puedo decirle quien es, en mis años dentro de este círculo de enfermos no me he topado de cara con él o ella, ni siquiera los más antiguos en esta sociedad le conocen.

De lo que sí puedo estar seguro es que, aún por encima de todos nosotros juntos, tiene mucho más poder como para controlar hasta lo que no imaginamos. Lo sabe todo, de alguna manera se enteró del informante y tiene su lista de sospechosos, a mi incluido y por eso él está aquí.

No se preocupe, no se irá por el momento y tampoco lo dejaré ir hasta que usted me dé la señal de alerta. Eso sí, le pido por favor sea lo más pronto posible. Las cosas se pueden salir de mis manos y mi vida, junto a los demás aquí, corre gran riesgo.

Hay que hacer un plan de contingencia, solo por si las cosas se van al caño. En ese caso, que ellas sean la prioridad, por favor. Manténgalas a salvo, merecen volver a su vida.

HOD

Un leve pero dulce olor a perfume le llegó a sus fosas nasales, lo reconoció, lo había tenido tan cerca que incluso su viva imagen regresó a su memoria y lo confirmó. Ella era el remitente, pero el mensaje provenía de él.

Revisó todo el contenido con cuidado, podrían ser las pruebas que tanto necesitaba para dar inicio a la cacería de brujas y salvarlas a todas, incluso a ella, porque nadie estaba exento del peligro.

ATM, ese logro de nuevo en todos los documentos, en cada foto como parte del decorado de aquella gran sala. Un salón de eventos vestido de elegancia, dorados y negros resaltaban en cada esquina como los pretenciosos salones del antiguo Egipto.

—¡Bingo! —celebró Zaldrit con entusiasmo—. Por fin caerán todos, infelices.

Pudo reconocer a muchos de los involucrados, rectificando de esa manera que su larga lista de sospechosos era más que cierta. En esas, pudo ver con claridad los rostros de los más imponentes y poderosos del país, O'Donell y Frig entre otros magnates.

—Están acabados —murmuró.

Había un video grabado a escondidas, al parecer una pequeña cámara oculta en el traje de su infórmate fue suficiente captar las barbaries que en esa isla se llevaban a cabo. De inmediato, tomó el teléfono y marcó un número ya conocido.

—Chris, ¿sabe la posibilidad de saber un lugar exacto basado en imágenes de un video? —indagó exaltado.

—Si tiene buena calidad y una amplia panorámica es muy probable, pero es algo que toma su tiempo de análisis y demás —explicó con paciencia—, hay muchos factores que ver que puedan servir para dar una ubicación más precisa.

—¿Y si es una isla que se supone está inhabitada en medio del océano? —insistió.

—Bueno, ahí se complica la cosa un poco —contestó pensativo—, pero creo que se puede hacer viendo las especies de flora, no sé, tendría que ver el video con mi equipo. ¿Tienes algo en manos?

—Más que algo.

Hizo copias de todo, videos e imágenes, todo lo que pudiese ser analizado y verificado por el equipo de Chris. Siguió buscando, ya tenía los ingredientes principales, algunos faltaban por identificar al no estar bien encuadrados en la toma, pero él buscaba uno en particular. La cereza del pastel no aparecía, el pez más gorde en ese acuario no mostraba la cara. El organizador, el famoso AltiMort.

No podía empezar una cacería sin tener a plena vista la raíz del mal, necesitaba saber quién era, por qué hacía todo eso y como darle de baja. Si cae el jefe, caen todos. De caer los demás primero, sería una evidente señal de huida y no quería eso.

Tenía bastante información vital, a los peones y caballos del tablero, pero le faltaba aún lo más importante. Le faltaba el rey y sus torres, el dónde, quién y por qué.

—Señor, tenemos noticias de Pertuz —le interrumpió Cáñamo entrando en su oficina, su semblante preocupado y pálido no auguraba buenas noticias.

—¿Qué pasó? —preguntó alarmado.

—Lo encontraron muerto en su casa hace un par de horas.

Aquella noticia era como un baldado de agua fría para su reciente buen humor, no entendió el por qué había sucedido tan de la nada. Conocía a Iván Pertuz, estuvieron juntos en la academia hace años, ¿quién le haría algo como eso?

—Quiero el informe completo camino a la escena, llama a Arboleda y coméntale, y de paso... —exigió mientras recogía sus cosas con celeridad—, mantén esto fuera del foco público.

Cerró y aseguró su oficina, con todo lo que tenía no podía arriesgarse a perderlo por cualquier razón posible. En el camino, dejó las copias con Chris, mientras más rápido pueda tener todo lo que necesita mejor sería. El tiempo era escaso, la vida de cientos de jóvenes y niñas estaba en juego, no iba a dejarlo en espera.

—Puedes ponerme al corriente mientras llegamos —exigió al subirse al auto y encender la sirena, eso le daría pase más rápido por las calles transitadas de la ciudad.

—Había sido difícil contactarlo, al parecer se había reportado incapacitado hace unos días, preciso el mismo en que nos mandó a buscarlo porque no contestaba llamadas —explicó—. Pero hace dos días contestó, estaba demasiado raro, como si quisiera dar algún mensaje sin poder hablar. Solo decía que no sabía nada, que las rutas habían estado muy tranquilas y aburridas.

El tráfico iba lento, pero las sirenas le daban la facilidad de pasar por caminos que muchos no podían usar sin ser multados. La ocasión lo ameritaba, necesitaba hallar respuestas en esa encrucijada.

—Creí que solo estaba ocupado, pero después me llegó un mensaje, decía que había cosas que no podía decir en voz alta porque lo estaban vigilando, llevaba días siendo perseguido y estaba algo paranoico —continuó Cáñamo, y Zaldrit solo escuchaba atónito—. Nos pusimos de acuerdo, nos veríamos ayer en la tarde, pero nunca apareció y en su casa tampoco estaba. Y luego me llamaron, lo habían encontrado en su propia habitación y no se ve nada bien.

Llegaron en solo quince minutos a su casa, todo el sector estaba acordonado y cerrado por las autoridades. Había oficiales por todas partes, algunos tomando fotos a los alrededores y buscando posibles cámaras. Otros preguntaban, cualquier testigo podría servir para tener hilo desde donde empezar a buscar.

Él por su parte, tomó aire y se preparó para entrar. ¿Ver a un viejo amigo muerto? Nadie se puede preparar para algo como eso, por más que su labor pueda tener ese riesgo.

La casa se veía normal, tal y como la recordaba. Un poco desordenada, sin rastros de haber limpiado en los últimos días y simple, nada decorativo ni colorido, un apartamento de soltero en todo el sentido de la palabra. Pero esa vez era diferente, el desorden daba indicios de forcejeo, había vidrios regados y un par de lámparas rotas. Gotas pequeñas de sangre negra se encontraban al borde del sillón, ese mismo que por varios años fue su rincón de desahogo.

En la habitación el horror era peor, ahí estaba él, o lo que quedaba de su amigo.

—Según el cuerpo forense se lo llevaron en algún momento de la madrugada, torturaron y asesinaron para luego traerlo de vuelta —explicó Cáñamo, con la mirada perdida en el pasillo contrario a la habitación, no podía con tal escena—. No hay rastros de haber sido asesinado aquí, el rigor mortis les indica que puede llevar más de treinta horas de fallecido.

Frente a Zaldrit, sobre la cama tendida y particularmente limpia, yacía los restos del oficial Iván Pertuz. Su cuerpo había sido desmembrado por completo y armado como si fuese un rompecabezas, sus cuencas oculares vacías y la boca abierta mostrando la falta de su lengua. Sobre este, en su brazo izquierdo, una marca visible le perturbó y enfureció sobremanera.

ATM.