¡Holiwis! Cuarto capítulo de la semana. Ahora sí, sin más dilación, ha llegado la hora de que nuestros protagonistas muevan el esqueleto.

A petición de Fuyuyuki-hime este capítulo está dedicado a Haruki_Seizaki. Jimin no kotoba wa, kimi ni todoke, Haru-chan 😁💜.

La música ha comenzado a hacer eco en el lugar y con ella mi secuencia de pasos. Mi cuerpo se siente ligero y mis movimientos son fluidos, mi rostro es un espejo que proyecta las emociones que transmite la canción, está lleno de seguridad y confianza. El público se escucha eufórico. Giré y me desplacé a la parte trasera, dando paso a Jimin, que, seguramente, hará suyo este escenario.

El inicio de los movimientos de mi chico, con ese traje blanco que lo hace lucir tan bien, robó varios suspiros a la audiencia, que comenzó a gritar emocionada cuando iniciaron sus sensuales compases de cadera, mientras sonreía y mordía su labio inferior provocativamente.

Salí de la parte posterior. Hemos comenzado a bailar lado a lado. Nuestros pasos unas veces se combinan y otras se complementan, dejando a todos con la boca abierta en cada variación donde nuestros cuerpos se desplazan como uno. Sin importar si ejecutamos los mismos movimientos o nos compenetramos de una increíble manera que parece estar perfectamente calculada para lucir espectacular e hipnotizante.

No puedo creer que me sea tan fácil bailar sin perder el tempo o salir del rango de movimiento. Mi cuerpo solo se mueve al ritmo de la música, pero todo está quedando excelente sin que tenga que hacer nada más que divertirme y dejarme llevar. Si todo esto es producto al liderazgo de Jimin, o, más bien, a su manera de acoplarse a mí, estoy más impresionado cada minuto que pasa.

Comenzamos a bailar por relevos otra vez, todos siguen sin dejar de gritar de la emoción. Jimin lanzó un beso al aire, acompañado de su hermosa sonrisa rompe corazones y los vítores se multiplicaron.

Volvimos a colocarnos lado a lado, ha llegado la hora de dejar a todos sin habla con la idea que se le ocurrió a Jimin, a última hora. Cada uno tomó los extremos de las mangas del saco del otro, dimos una vuelta y logramos sacárnoslos en un movimiento preciso y que, aparentemente, fue difícil de comprender para el público en un primer momento, pues los aplausos comenzaron a llover en cuanto lo hicimos, acompañados de las voces de apoyo de todos, otra vez. Me parece haber visto, de soslayo, sorprenderse al jurado por un instante.

Un par de giros y saltos que nos hicieron intercambiar posiciones, dieron paso a una combinación energética de pasos perfectamente coordinados y repletos de energía, llenos, a su vez, de la individualidad de cada uno. Nuestra esencia está en cada uno de nuestros movimientos. Antes de darnos cuenta, nuestros rostros se adornaron con sonrisas sinceras, nos estamos divirtiendo como nunca.

La presentación terminó con unas vueltas que nos acercaron paulatinamente, hasta quedar yo delante, con una de mis rodillas apoyada en el suelo y un brazo sobre ella; y Jimin, detrás de mí, de pie, con una pose que rebosa confianza.

Todos se han puesto de pie, incluido el jurado, para aplaudirnos y felicitarnos por nuestro desempeño, nos han lanzado flores y todo. Nos pusimos lado a lado, hicimos una reverencia hacia el público, otra hacia los jueces y caminamos hacia el lugar donde corresponde esperar las valoraciones correspondientes a nuestra actuación.

El MC hizo algunos comentarios a modo de elogio y rápidamente dio la palabra a los jueces. Los dos primeros en hablar nos llenaron de felicitaciones por nuestro trabajo; pero, a pesar de que sus palabras me hacían muy feliz, no podía apartar la mirada del presidente del jurado, pues no había dejado de observar a Jimin ni un instante. No logro descifrar qué pasa por su mente y eso me asusta. Parece ser el más conocedor sobre danza, cuando han dejado su opinión para el final.

—Park Jimin y Jeon Jungkook —habló, por fin—, han sido, sin lugar a dudas, la mejor sorpresa del día, en más de un sentido. —Miró a Jimin otra vez. Me está poniendo nervioso—. Su presentación ha sido brillante.

»Su coreografía ha sido sencilla, pero la han logrado estructurarla de manera tal que su perfecta ejecución la vuelva increíble. Jeon, en tu caso, estoy sorprendido el doble. ¿Qué edad tienes?

—Tengo 17.

—¿Estudias danza en alguna academia?

—No, señor, aprendí por mi cuenta.

—Eres un monstruo, ¿lo sabías? Cuando yo tenía tu edad, ni siquiera podía soñar con bailar así. Si bien hay asperezas que limar y te falta ese refinamiento, o, más bien, esa base que se obtiene bajo una tutela profesional, rebosas talento. —Su voz se escucha sinceramente emocionada.

»Cada uno de tus movimientos y expresiones está repleto de originalidad, tienes un estilo propio bastante increíble. Llegarás lejos. Muchas felicidades.

—Gracias. —Una sonrisa llena de emoción se ha instaurado en mi rostro. Tal vez no es tan malo como pensé.

—Bueno, pasemos ahora contigo, Park, o eso quisiera decir, pero, ¿cómo puedo evaluar el baile de alguien que me supera con creces?

—¡¿Eh?! —Todos, al unísono, exclamamos al escuchar sus palabras.

—No tengo palabras para describir lo afortunado que me siento de haber podido ser testigo de la presentación del mayor exponente de la danza contemporánea en Corea, después de tanto tiempo.

—Muchas gracias por tus palabras, Taemin, pero me sobrevaloras. —Mi novio acaba de sonrojarse. Yo no puedo ocultar lo orgulloso que me siento de él.

—¿Me recuerdas? —Sus ojos brillaron con emoción.

—Por supuesto, Lee Taemin. Nuestra presentación juntos en el Festival Nacional es de mis mejores recuerdos.

—Me honras, gracias. —Se ha sonrojado. Ok, esto me incomoda.

Estoy seguro de que más de uno se quedó con la boca abierta al escuchar quién era Jimin, y no los culpo, resultó ser la estrella de la noche, sin proponérselo. Veo que el impacto que causó durante su etapa de bailarín sigue vigente, me alegra; aunque no me gusta la cara con que lo ve ese Lee Taemin.

Después de un corto intercambio de palabras más, le pidieron a Jimin que dijera unas palabras al resto de los competidores. Él asintió sin dudarlo, le encanta enseñar, lo lleva en las venas.

—Buenas noches a todos, soy Park Jimin, un gusto conocerlos. No hay mucho que pueda decirles, no vi sus presentaciones. Pero, de seguro mi colega Taemin supo señalarles con precisión los puntos a mejorar… A pesar de ello, hay unas ideas que quisiera compartir con ustedes. —Tomó un largo suspiro.

»El mundo del arte es vasto y rico, pero puede llegar a ser desgarrador y asfixiante. En ocasiones, los estándares y expectativas son sentidos como grilletes, pensamos que están ahí para forzarnos a seguir estereotipos, a abandonar nuestra libertad. Sin embargo, aprender a usar todos los obstáculos para fortalecernos es la mejor manera de crecer.

»No justifiquen nunca un mal resultado diciendo: no tengo talento. Mejor, pregúntense a sí mismos si se esforzaron lo suficiente. No triunfar no es motivo de vergüenza, caminen siempre con la frente en alto, siéntanse orgullosos de su esfuerzo; sin embargo, lleven siempre la humildad de la mano. Denigrar a otros no nos hace mejores.

»Por último, amen lo que hacen. No se obsesionen con los galardones, si hay pasión en cada paso que damos, el recorrido será divertido y fructífero. El amor, por sí solo, es capaz de lograr maravillas… Muchas gracias, les deseo éxitos.

Los aplausos no tardaron en llegar. Cada palabra de Jimin es una lección de vida, no solo para quienes lo escucharon, incluyéndome, sino, también, para sí mismo. Creo que se reafirmó algo sumamente importante, me alegra que todo esté aclarado en su corazón.

¿Qué les pareció el capítulo? Esta es una presentación que me gusta mucho, seguramente todos la conocen. Iba a compartir el enlace –por si acaso–, pero no pude. Sorry.

Las palabras de Jimin, a pesar de ser para los competidores, llevan un mensaje que quise transmitir, pues es sinceramente lo que pienso. No quiero que crean que ando sermoneando a nadie, ni mucho menos, solo quiero compartir un poco de mis percepciones con ustedes.

Maratón 4/5.

Chao chan 😘

Nos leemos mañana