Solo abrir mis ojos fue suficiente para recordar donde estaba y que una sonrisa abandonara mis labios. Después de tomar una ducha y cepillar mis dientes, salí, entre bostezos, a la cocina. Soy débil en las mañanas, y el poder de seducción de las sábanas es casi tan grande como el de Jimin. Sin embargo, es precisamente él lo que me ha hecho levantarme, debo ver cómo amaneció y prepararnos algo para desayunar.

El acercamiento de mis pasos a la cocina me dejó escuchar unos ruidos desde ahí. Quedé sorprendido cuando vi de quién se trataba.

—Oh, Jungkookie, buenos días. No sabía que te habías quedado; aunque, te lo agradezco.

—Hobi-hyung, buenos días... ¿Dónde está Jimin?

—Todavía duerme, de seguro debe estar cansado. Tengo una llave de repuesto, así entré. —Mi expresión, inconscientemente, se torció un poco al escucharlo—. Tranquilo, tigre, jeje. Cada uno tiene una copia de la llave del otro, por cuestiones de trabajo y —su mirada se entristeció—, porque ese fue el acuerdo al que llegamos después de que colapsara un par de veces.

—Lo siento, yo… —Mis celos siempre se salen de control.

—No te disculpes, sé que no lo haces con mala intención. Además, lo único que tengo para ti son palabras de agradecimiento… Jimin es muy terco, cuando esto pasaba y yo venía, insistía en medicarse para el dolor y continuar, siempre acabábamos peleando, pero, aclaro, ganaba yo, no podía dejarlo destruirse por culpa de su pasado. —Sonrió con amargura.

—¿Destruirse? Pensé que había salido adelante… ¿Conoces su pasado también?

—Así que te contó, me alegra escucharlo. No hay persona en el mundo de la danza contemporánea en Corea que no sepa el nombre de Park Jimin. Sin embargo, pocos conocen la verdad. Yo la viví de primera mano, por eso lo sé.

—¿Primera mano?

—Jimin es famoso por su estilo de baile que junta la precisión de la danza moderna y la versatilidad de la contemporánea, sus movimientos son únicos. Nunca me perdí ninguna de sus presentaciones, por eso fui testigo de la primera vez que cayó en una presentación.

»Siempre lo he admirado mucho. Corrí tras el escenario a ver qué le había sucedido, lo que vi me hizo hervir la sangre.

—¿Qué sucedió? —Me atreví a preguntar, luego de ver en él esa expresión tan indignada.

—Mientras le prestaban los primeros auxilios, en lugar de preocuparse por su salud, todos los patrocinadores se reunieron a su alrededor para preguntar por ganancias y pérdidas, posibilidades de sedarlo para que regresara al escenario, y su futuro como bailarín.

»Todos ven a Jimin como alguien estoico, con fortaleza inquebrantable para superar las adversidades con una sonrisa; lo es, pero, también es un ser humano, uno que ha dado su sangre, sudor y lágrimas por lo que ama.

»Sé que estuvo presionado en ese momento. A pesar de salir del mundo profesional, a veces le es difícil racionalizar el esfuerzo y siente que tiene que ir más allá de sus límites... Por eso estoy agradecido contigo, porque eres para él un freno, mucho más de lo que podría llegar a serlo yo, porque a ti te escucha.

—Gracias a ti por confiar en mí. No te preocupes, ya conversamos sobre ese tema, creo que venció a sus demonios y está todo resuelto. —Sonreí.

—Entonces, te debo una, Jungkookie. —Me devolvió una sonrisa más amplia—. Que esta conversación sea un secreto, ¿sí?

—Mis labios están sellados.

—En serio, te debo una, no lo olvides.

—Lo anotaré, jeje.

Reímos con complicidad hasta que escuchamos una puerta abrirse y unos pasos acercarse, así que compusimos una cara de póker.

—¿Qué es este escándalo tan temprano? —El dueño del departamento hizo acto de presencia con una sonrisa—. ¿Planeas hacer otro atentado en mi cocina, Kookie?

—La sonrisa con la que te comiste todo ayer no decía eso. —Hice un puchero.

—Buenos días, Jimin. Me alegra que estés bien.

—Hobi, ¿qué haces aquí?

—Yo también estoy bien, gracias por preguntar. Solo vine a preparar el desayuno, creí que tendrías hambre, no sabía que Jungkookie estaba aquí.

Jimin agachó la cabeza, parecía buscar las palabras correctas.

—Hobi, yo… lo siento, volví a hacerlo… —La disculpa de mi novio fue interrumpida por un fuerte abrazo de su mejor amigo.

—Tranquilo, todo está bien, sé que lo lamentas, que no lo volverás a hacer.

El abrazo fue correspondido y las lágrimas no hacían más que correr sin control por las mejillas de Jimin, a la vez que afianzaba su agarre en la espalda de Hoseok. Yo solo observaba la escena enternecido y en silencio, con mis ojos cristalizados, el espacio entre ellos era sagrado, no debía interrumpir.

—Bueno, dejemos ya el llanto —dijo Hobi, al separarse del abrazo—. Vamos a desayunar, la sinceridad da hambre.

—Jaja, ciertamente. ¿Qué trajiste?

—Hay jugo de naranja en el refrigerador y traje sándwiches.

—Vamos, Kookie, ayúdame a poner la mesa. —Asentí.

Desayunar juntos fue divertido, extrañaba las bromas de Hoseok. Su risa es contagiosa y su sola presencia parece iluminar cualquier lugar donde esté. Me alegra y me tranquiliza saber que Jimin cuenta con un amigo como él, seguramente lo ha ayudado a salir de situaciones difíciles con una sonrisa. Poder decir que también es mi amigo ahora, es para mí un privilegio enorme, siempre he sido un poco introvertido, solo me relaciono profundamente con Tae, porque es tan raro como yo, puede que más, y con mi vecino, Jin-hyung, nos entendemos a pesar de que es varios años mayor que yo, pero lo veo poco porque es doctor.

—Ok, hora de ponerse manos a la obra —dijo Hoseok, dirigiendo su mirada a Jimin.

—¿A qué te refieres?

—A que voy a ayudarte con los documentos que te faltan. Te conozco, sé que siempre haces el trabajo físico antes y dejas pendiente el papeleo.

—El agotamiento mental es peor que el físico.

—Eso, o solo lo dejas porque sabes que vendré a ayudarte.

—¡Vaya, lo descubriste! —sonrió divertido Jimin. Yo acallé mi risa ante sus ocurrencias.

—Lo dejaré pasar porque tengo que salvar tu cita, vamos, que para luego es tarde.

—¿Salvar mi cita?

—Oh, vamos, llevas las últimas semanas hablando una y otra vez de tu esperada cita con Jungkook, no puedo permitir que se siga retrasando por trabajo pendiente, el chico no se merece eso. —Me señaló.

—Hobi, ¿te he dicho alguna vez que no puedo vivir sin ti?

—Miles de veces, jeje. Jungkookie, no te preocupes, te garantizo que pasado mañana estará todo listo para su salida juntos. Ve haciendo el plan.

Yo solo dibujé una sonrisa, asentí y desvié mi mirada hacia Jimin, con ojos brillosos de emoción.

¡Holiwis! Tuve unos minutos de descanso y aproveché para publicar. Quise poner la situación vista desde una perspectiva diferente, externo, no solo el de Jimin, creo que la de Hobi era el ideal. Espero les haya gustado. Muy pronto toca cita, se viene de todo un poco 😈.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.