Capítulo 10
¡Holiwis! Sí, es martes, lo sé. Lo lamento. Estuve mal de salud y con algunos problemitas de internet. Para compensar, al menos un poco, les dejaré los dos capítulos de la semana hoy. Espero les gusten.
Mis pasos me llevaron por el pasillo hasta la cafetería. Caminaba tan rápido como nunca, sentía que si bajaba el paso terminaría arrastrando mis piernas. El miedo hizo bajar incluso mi erección.
En la entrada del comedor, recorrí el lugar con la mirada para buscarlo. Vi como me hizo señas y me acerqué con mi mejor cara de póker. ¡Fuerza, Jeon! Haz lo que viniste a hacer. Mis voces de aliento interno se enmudecieron al ver que no me esperaba solo. A su lado estaba ese hombre, el que fue buscándolo el día que nos conocimos en el bar; ese cuya identidad nunca supe.
—Bienvenido de regreso. Déjame que los presente. —Me separó un lugar a su lado para sentarme y señaló a su acompañante—. Él es Jung Hoseok, también es profesor de danza contemporánea. Es mi mejor amigo.
—Un gusto, puedes llamarme Hobi. Mis amigos me llaman así. Si eres amigo —hizo un extraño énfasis en la palabra— de Jimin, entonces también lo eres mío.
—El gusto es mío. —Estreché la mano que me fue ofrecida—. Soy Jeon Jungkook.
Es un alivio saber que solo son amigos. Eso me quita un gran peso de encima. Si hubiesen sido pareja, mi confesión se hubiese desinflado. Hay dos cosas en este momento que me preocupan de él más que mis celos, y eso es mucho decir. No comprendo por qué cuando dijo la palabra amigo, su tono guardaba cierta desaprobación; tampoco entiendo la fuerza de su apretón de manos.
No creo que Jimin mienta acerca de él. Además, nada sería más incómodo que ser pareja de alguien y que ese alguien te presente como un amigo, mucho más si eres gay y la persona que te presentan es un hombre. ¿Es que está secretamente interesado en él y no quiere que me acerque? ¿Está marcando territorio? Aunque, si marca territorio, puede que sea porque el propio Jimin le ha comentado algo que le dé esa idea.
«Calma las ideas de esa cabecita, Jeon. No puedes pensar que todo lo que sucede a tu alrededor es un indicio de que ese hombre se muere por ti». Mi auto recriminación mental me hizo sacudir la cabeza.
—Y, cuéntame, Jungkook, ¿qué te ha parecido la academia? Tengo entendido que es tu primera visita. —Hobi ha roto el silencio, aparentemente incómodo, que se ha formado mientras yo viajaba por la vainilla de mis pensamientos.
No es como si me causara demasiado entusiasmo conversar con él luego de este sentimiento de rivalidad, pero tengo que ser cortés, no quiero enojar a Jimin. Si dice que es su amigo, tengo que tratarlo como tal.
Solo cortesía. Mis intenciones iniciales se desvanecieron luego de cinco segundos. Evocar todas las emociones experimentadas me ha sacado una sonrisa extremadamente sincera. Cada una de mis experiencias de hoy ha sido única, no soy capaz de mantenerme sereno al conversar sobre ellas. Noto el tono de mi voz emocionarme y mis ojos brillar con mayor intensidad cuando comienzo a referirme al hermoso rubio a mi lado. Cielos, es que Jimin hace que mi corazón palpite con demasiada fuerza; que pierda mi serenidad. Ya ni sé qué digo, mas tengo claro que son halagos vergonzosos cuando un sonrojo se apodera de las mejillas del hombre objetivo de mis comentarios.
Me detuve, recuperé el aliento y miré a Hoseok otra vez. Desde hacía ya un par de minutos mi mirada se había perdido entre recuerdos y felicidad. Mis ojos estuvieron dirigidos todo tiempo en dirección a Jimin, pero mi visión estaba perdida en la nada; perdida entre dulces memorias. Ok, es algo vergonzoso, lo admito. El rostro de Hobi es distinto, no lo siento tan distante como al principio. Quizás fue algo que dije, pero ahora me observa con suavidad.
Conversamos un rato más. La tensión del ambiente se ha ido disipando, en parte porque Hobi es una persona divertida. Es simpático, su actitud reservada hacia mí ha desaparecido rápidamente, parece que le he acabado cayendo bien; tal vez pueda descartar mi hipótesis inicial sobre él. Sus relatos sobre sus vivencias con Jimin son hilarantes, no puedo creer que todas esas situaciones hayan sucedido realmente; hasta me pidió mi número de teléfono para enviarme las fotos con la evidencia. Obviamente el sensual rubio a mi lado quiso negarse, pero no le permitieron salirse con la suya.
A medida que la plática avanzaba, Hoseok tenía que aclararse la garganta repetidas veces. Cada intercambio de palabras, por más sencillo que fuera, nos transportaba a Jimin y a mí a un pequeño mundo donde solo existíamos los dos. Yo no podía dejar de mirarlo enternecido y embobecido por todas sus expresiones. Él no podía evitar reír con cada comentario que yo hiciese, aunque no fuese gracioso.
—Dios, Kookie. —Amo que me diga de esa manera con tanta familiaridad—. ¡Qué cosas dices! —Se echó a reír sonoramente ante el último comentario que hice.
—Jimin, ¿estás enfermo? —intervino Hobi.
—¿Enfermo? ¿Qué le pasa? —cuestioné preocupado, todavía sin haberme percatado del doble sentido de la pregunta.
—Es que hoy se ríe demasiado. ¿Te drogaste o algo? —Miró a su amigo durante la última interrogante.
—No, no me he drogado... La respuesta es simple. —Una hermosa sonrisa adornaba su rostro—. Si estos son los síntomas de una enfermedad, pues solo puedo decir que Jungkook es mi virus de la felicidad —aseguró.
En fracciones de segundos, mi corazón palpitó tan fuerte que pensé que sería escuchado por todos en la cafetería; mi mente voló hasta el cielo y regresó coloreada de arcoíris; mis mejillas se tornaron de un carmesí tan intenso que podría salir humo de ellas. No puedo hacer otra cosa que mirar el suelo y tratar de tartamudear inútilmente algo. ¡Diablos, Jimin! Por eso no puedo ser solo tu amigo. Por eso quiero que seas mío y ser tuyo. Por eso ansío pertenecerte y que me pertenezcas.
—¡Oh, Dios mío! —Ver a Hoseok levantarse de su silla y tomar a Jimin por el brazo para llevarlo al baño con un sutil y serio "ven conmigo", me deja sorprendido—. Danos un segundo, en seguida volvemos. —Sonrió hacia mí y se alejó velozmente con él.
Me quedé algo perplejo, lo admito. No me estresaré pensando en si fue o no mal educado hacer eso y dejarme solo; pero la actitud sospechosa con que lo hicieron, sobre todo Hobi, me pone demasiado nervioso.
Han pasado ya varios minutos. Mis piernas se mueven intranquilas bajo la mesa. Lo que estoy a punto de hacer es inadecuado, lo sé; pero tengo el presentimiento de que si no lo hago pasaré por alto algo de suma importancia. Mis nerviosas piernas me han traído hasta la entrada del baño, siento voces desde el exterior, solo murmullos. Tengo que acercarme más.
—¿Qué planeas hacer con él? —La voz de Hoseok fue la primera que logré distinguir.
—Nada. Sigo sin entender el punto de esta conversación. Jungkook está esperándonos, volvamos.
—Jimin, ese chico está loco por ti.
—Calla.
—No me digas que no lo has notado. Y, no pienses que yo no me percaté de que tú también lo estás por él.
—¡Calla!
—¿Vas a negármelo? La manera en que lo miras, en que le sonríes. Le hablas y te enterneces. Me comentas sobre él y tu expresión deslumbra.
—¡Él no me interesa!
—Si crees que con decirlo en voz alta lograrás engañarte, adelante. ¿Has visto tu expresión?... No puedes cerrarte al amor, cuando este toca a tu puerta, si no le abren, la derrumba. No con todos los jóvenes pasará igual que con Yoongi.
«¿Quién demonios es Yoongi?». Eso fue todo lo que mi mente pudo procesar.
Ok, menos mal que hay dos capítulos. Seguramente este final les hubiese causado curiosidad.
El siguiente lo subiré en un par de horas, todavía tengo que terminar de editarlo.
Chao chan 😘
Hasta dentro de un ratito, jeje.
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