One-shot
Complicado, no había otra forma de describirlo.
La fiesta ya había terminado, las luces se apagaron. Cada uno de los que, en su momento, participaron en la fiesta descansaban en sus casas o seguían disfrutando en otro lado. Pero él estaba allí ; sentado en el césped del jardín de su casa mirando las estrellas. De una forma u otra, comenzó a reflexionar sobre su relación.
Y aquí estamos denuevo con su conclusión ; complicado.
Él, su pareja , incluso la forma en la que convivían lo era.
Pero lo amaba, y no podía evitarlo.
Amaba la actitud terca y caprichosa de Judar, amaba verlo formar pucheros en su rostro cada vez que le contradecía por diversión, amaba su malhumor por las mañanas al levantarse, la crueldad que llegaba a utilizar cuando alguien no le caía bien. Todo, absolutamente todo, lo apreciaba.
Sus amigos le decían que era admirable. Que no era normal aguantar los berrinches cotidianos que tenía el pelinegro de la nada. También le remarcaban constantemente el cambio drástico que dió al pasar de coquetear en magnitud, ha llevar una relación seria. Y más aún con una personalidad tan "horrible" como esa.
Cada vez que se daban este tipo de charlas casuales, Sinbad sonreía.
No tenían idea.
No sabían lo que para él significaba poder despertar y verlo dormir a su lado. El remolino de emociones interno que se generaba en su estómago cuando aleatoriamente le sonreía. La ternura que le generaba cada vez que, intentando dejar su orgullo de lado, Judar se acercaba a él mientras caminaban para entrelazar sus dedos. Lo indispensable que se volvió el tenerlo a su lado. Pelear por recuperar los abrigos que le robaba y terminar besándose. La tranquilidad al acariciar sus cabellos viendo como estos, tan sedosos como siempre, se delizaban por sus manos. Incluso la pasión, sí, aquella que hacía estremecer cada músculo de sus cuerpos al unirse y convertirse en uno, reafirmando lo que sentía.
La manera tan absorbente en la que la necesidad de su presencia se había apoderado de su vida.
Incluso ya no podía dormir sin sentir esas suaves caricias en su cabello. Al reacostarse en su regazo, dejando la cabeza a la altura de su pecho, era la adorable y cálida sonrisa de su pareja la que le daba la bienvenida al mundo de los sueños.
Si, era complicada la manera en la que se había vuelto dependiente.
No era algo que pudiera evadir, y no lo mal entiendan, tampoco es que quisiera.
Él estaba absorto en su mundo de fantasía. Dejándose llevar por aquellas olas que impulsaban sus sentimientos. Y era feliz, muy feliz.
Más allá de las peleas que se presentaban por el carácter orgulloso de ambos y superando las adversidades que la distancia marcaba entre ellos.
Él lo amaba. Aún cuando ya habían pasado dos años y medio, sus sentimientos no habían cambiado. Y Sinbad podría jurar que cada vez eran más y más fuertes. Casi como si su subconsciente le avisara, de una forma o otra, que así es como quería pasar el resto de su vida.
Suspiró. Dejando que el viento se llevara los pétalos de una flor que había tomado. El cansancio ya comenzaba a hacerse presente, causando que sienta sus párpados más pesados.
— ¿Piensas seguir allí, su tonteza? — Una voz a su espalda le hizo girar su cabeza. Judar le miraba con una expresión indiferente, esperando a que entrara a la casa.
Otro detalle importante, llevaban viviendo juntos un par de meses. Los cuales le sirvieron para aprender que un cepillo puede ser más que necesario en el día a día.
— No te impacientes, cariño. — Sonrió sutilmente escuchando la maldición que era lanzada a su persona por lo bajo.
Entró a su hogar con un semblante relajado. Victorioso de lograr que su pareja tenga un tono carmín en su rostro, se acercó para depositar un beso en su mejilla.
— ¿Qué sucede? — Le preguntó el chico a su lado intentando esconder su sonrojo detrás de los mechones que caían a los lados de su cara.
— Nada. — Le dió un sutil beso en sus labios, comenzaba a extrañar ese característico sabor a melocotón. Acomodó uno de los ya mencionados mechones detrás de su oreja. — ¿Por qué preguntas?
— No lo se. — Hace una pausa. — estas más... Cariñoso. — De nuevo sus mejillas adaptan un color carmín cuando desvía la mirada. Sinbad ensancha aún más su sonrisa.
— No creo que haya algo de malo en demostrar lo mucho que te amo.
— Oh, cállate. — Judar golpea levemente su cabeza mientras ríe despreocupadamente.
Un pequeño bostezo se escapa de los labios del pelinegro, indicando que ya tiene sueño. Se voltea sin decir más y se interna en la habitación de ambos.
El pelivioleta niega un par de veces con la cabeza sin borrar su sonrisa para ir tras él. Al entrar a la habitación, lo primero que ve es a Judal en la cama con priernas y brazos extiendos, probablemente para ocupar toda la cama y así poder fastidiarlo.
— Dejame espacio. — Susurra.
— Un ser tan perfecto como yo necesitan mucho espacio para dormir. Vete a dormir al sillón. — Exclama mientras alza sus brazos hacia arriba.
— Hablas como si pudieras dormir si mí — El mayor rueda los ojos acercándose lentamente, dejando sus zapatos olvidados cerca de la puerta. El chico ríe como respuesta.
Sin previo aviso, se lanza sobre el menor para acomodarse sobre él. Un sonido de sorpresa se escapa de su boca al sentir el peso del contrario sobre su regazo. Le toma poco tiempo acostumbrarse, y una vez Sinbad se acomoda bien, comienza a acariciar sus cabellos tranquilamente.
— Judar. — Le llama con su voz ronca, claro indicio de que está por quedarse dormido.
— ¿Si? — Su voz sale como un bostezo.
— Sabes que te amo, ¿cierto? — La pregunta lo sorprende un poco. Baja la mirada para encontrarse con unos hermosos orbes dorados que le miran con ilusión. Sonríe por la ternura.
— Claro que si, su tonteza. — Responde. — yo también te amo. — Comparten una sonrisa melosa para luego guardar silencio.
El bello sonido de la naturaleza hace eco en la habitación de tonalidades claras. Las cortinas se mueven sutilmente por la brisa nocturna.
Las caricias en el cabellos del mayor no se detienen, pero si se van haciendo cada vez más lentas.
— Sinbad...
— ¿Mm?
— ¿Esto es una estrategia para tener sexo?
— ¿Qué pasaría si te dijera que si?
— Me duele la cabeza.
— Demonios.
La pareja ríe arropándose aún más. Sinbad aprovecha el movimiento para acomodarse a su lado. Una vez hecho esto, abraza su cintura y lo apega a su cuerpo, besándolo.
Su relación era algo complicado, lo sabía. Pero no le importaba siempre y cuando esa reconfortante sensación de calidez en su pecho esté presente al estar juntos.
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Bueno aquí termina este one-shot, ¡espero que les haya gustado!
Quisiera saber que les pareció. Cabe recalcar que esta es la primera vez que escribo de esta pareja, y siendo así es un gusto haber escrito algo "feliz" por así decirse.
Sinceramente llevaba ya un buen tiempo queriendo escribir algo de ellos, pero no se me ocurría que. Finalmente (y a las 3:15 a.m) la inspiración vino hacia mí y terminé de escribirlo recién a las 3:34 a.m (justo cuando al día siguiente tengo clases y me despierto a las seis xd).
Ojalá y tenga más ideas para así poder escribir, realmente es una pareja que me gusta mucho pero de la cual no encuentro contenido.
Sin nada más que decir, besitos en su codo izquierdo y adiós ~
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