Cuando Todoroki le propuso masturbarse al mismo tiempo viendo una película pornográfica para más placer -cosa que Bakugō no necesitaba ya que con sólo ver su rostro caliente era más que suficiente- no se imaginó terminar haciendo toda la labor.

Aunque es un buen momento para admirar el rostro de Todoroki llegando a un orgasmo por sus manos. Bueno, sigue siendo extraño, aún más considerando que no están viendo ninguna película pornográfica y que el bastón navideño lo observa detenidamente.

Sumamente homosexual, Bakugō siente que en cualquier momento terminará, pero se sorprende al ver a Todoroki acabar en su mano primero. Ni siquiera pudo atender su miembro de forma apropiada por querer darle placer al bastardo.

—Lo siento. —La respiración entrecortada de Todoroki le excita mucho, pero no quiere demostrarlo más ese día—. Creo que ya entendí, intentaré hacerlo.

—Si lo haces ahorita mismo no vas a poder. —Todoroki arquea una ceja, pero igualmente procede a masturbarse delante de él. Bakugō tiene razón, al primer roce siente que su cuerpo vibra demasiado y piensa que la muerte está más cerca de lo que cree—. Te dije.

—Supongo que lo haces mucho. —El rubio desvía la mirada bastante abochornado.

—Sólo de vez en cuando, bastardo, no soy un pervertido.

—¿Puedo practicar con el tuyo? —Cuando Todoroki sujeta su miembro, tiembla ligeramente. Mierda, su mano es fría, le ha ocasionado un espasmo tremendo.

—Sí, claro, después de todo lo merezco. —Desvía la mirada por un breve momento. Ver a Todoroki completamente concentrado en masturbarlo tal como él lo había hecho es jodidamente adorable.

Quizás Bakugō deba de ser el dominante.

Aunque tan sólo imaginar a Todoroki siendo tan pasivo es...

—Mierda, bastardo —susurra acabando en la mano del bicolor, su jodida mente es su perdición.

—¿Lo hice bien? —pregunta, tiene los ojos brillantes.

Por la mierda, no puede soportarlo más. Todoroki lo mira de esa manera tan ingenua que aloca su débil corazón. De verdad, desea acercarse mucho más de lo que alguna vez se imaginó, quiere estampar sus labios contra los ajenos, quiere meter su lengua, quiere acariciarlo, quiere lamerlo completo, quiere disfrutar con él. Sí, tiene sentimientos románticos, pero también le atrae físicamente, le enloquece. Se conformaría con algo tan simple como es el toque de sus labios.

Quiere besarlo.

Y lo hace.

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