C I N C U E N T A - Y - O C H O
—¿Por qué te detienes?
Todoroki deja el candado en paz. Hay miles de cosas en su mente, se pregunta si lo que están a nada de hacer será bueno para Katsuki, es obvio que necesita ayuda psicológica, pero no quiere presionarlo a algo si no se siente listo.
—Me pregunto qué servirá de justificante en caso de que mi plan falle —miente y espera que se trague el cuento, aunque es más seguro que el rubio no le reclame.
Bakugō no le cree, pero decide seguirle el juego. El de cabellos bicolor es demasiado obvio.
—Ayer llegué tarde porque fui a la enfermería y me dieron uno para toda la semana.
Aquello lo deja sin aliento, entonces sí se trata de un abuso. No puede verlo. No quiere que le vea las ganas infernales de regresarse para matar al pecoso.
—Lo siento, debí preguntar antes, pero no quería incomodarte.
El de ojos carmín quiere que le mire, que le observe, que se de cuenta que está ahí, pero al verlo romper el candado le da a entender que la pelusa verde corre con una increíble suerte de no estar ahí. También quisiera golpearlo, pero eso estaría tan mal porque seguramente él fue el que se aprovechó de Midoriya.
—No es tarde para hacerlo.
Shōto toma la maleta de ambos para colocárselo al hombro y voltea a ver al rubio, quien gira el rostro para no mirarle.
—¿Cómo te encuentras?
Katsuki aprieta los labios, quiere hablar, quiere contarle, pero antes quiere sentirse a salvo.
—Aún duele.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro