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La Entrevista

—¡Muchas gracias por su tiempo, señor Nightmare!

—Es Subteniente Nightmare.

—Sí, como sea.

Blueberry por fin había salido de su entrevista con el hermano de su informante; Nightmare, un muchacho joven para ser subteniente, de estatura baja y piel blanca, con las mismas pecas y ojos cafés de su hermano, pero con un cabello tan oscuro como la noche. Berry dudaba que fuera natural la verdad, seguramente era rubio como su hermano, pero se teñía.

El periodista tenía suficiente información para una introducción a su historia, ya que por más que intentara indagar, el subteniente se limitaba a responder de forma general y no especifica.
Tenía que admirar la postura del subteniente que, para lo perseverante que era con sus preguntas, él no se dejaba persuadir y seguía contestando lo mismo.

Una vez fuera de la oficina, Nightmare acompañó al pequeño reportero hasta la puerta principal de la comisaría y allí, antes de despedirlo como corresponde, se dirigió a sus policías;

—¡Escúchenme, pedazos de idiota! ¡Necesito que uno de ustedes escolte al señor Swap!—, gritó el subteniente, alertando a todos los presentes, —¡De modo discreto, ¿entendieron, buenos para nada?!

Uno de los policías allí presentes estuvo a punto de ofrecerse, pero cierto detective se le adelantó, —Yo puedo hacerlo, jefe.

—Bien Murder, confío en que no meterás la pata—, gruñó Nightmare, mientras le entregaba a Dust la dirección de donde debían ir en un papel, —Te recuerdo que estamos bajo vigilancia del escuadrón mayor, así que ten mucho cuidado.

—Sí, señor.

Dicho esto, Nightmare se dirigió al resto de los policías y los mandó de vuelta a sus trabajos, mientras él finalmente se despedía del reportero con un apretón de manos y de su detective con su saludo entre uniformados. Posteriormente, el joven subteniente se retiró de vuelta a su oficina.

Dust sonrió cuando vio la mirada llena de emoción de su acompañante, y no pudo evitar preguntar; —Entonces, ¿cómo te fue en la entrevista con el jefe, chico? 

Berry se dirigió al detective, —¡Muy bien, señor Dust! Aunque sé que podría haberle sacado más información... Pero era muy terco, incluso para mí.

El pelinegro no pudo contener la risa, —Seeep, así es el jefe—, le dedicó una sonrisa, ganándose una él también de su acompañante, —Ah, y por favor, no me llames señor, ya te dije que solo me digas Dust, ¿si?

—¿No le estaría faltando el respeto como policía?

—No es como si no lo hubieses hecho antes.

Berry no pudo evitar su sonrojo avergonzado. Si bien había tratado muy mal al principio al detective, este siempre demostró tener una muy buena disposición con él, —Lamento eso.

—Yo comprendo—, le dijo Dust, con un aire de confianza, colocando su mano en el hombro del chico frente a él, —Eres apasionado, admiro eso.

Eso causó otro sonrojo al periodista. Y como si de un efecto dominó se tratase, ese adorable sonrojo, según el detective, terminó sonrojándolo.

—Bueno, será mejor que vayamos—, dijo Blueberry, tratando de desviar el tema y evitar la vergüenza, —No quiero llegar tarde a la entrevista más importante de mi carrera.

—Bien, andando—, sonrió el detective, guiando a su acompañante fuera de la comisaría. Ya fuera, Blue siguió a Dust mientras el buscaba su vehículo, y una vez lo encontró, le abrió la puerta del copiloto al periodista para sujetarle la mano y así ayudarle a subir a su patrulla. Blue sonrió agradecido por tan caballeroso gesto.

—Por cierto, no es que sea entrometido pero, ¿a quién irás entrevistar que necesitas una escolta policial?

—¡Al Guardián de la Noche!

—Je, ¿por qué no me sorprende?

~•~

—¿Ink? ¿Estás aquí?

Eran ya pasadas las siete de la tarde, el sol ya se ocultaba, y había llegado la hora de la ansiada entrevista. Dream había llegado a la florería para buscar a su mejor amigo.

Del cuarto de servicio salió una figura. Una persona con un larga capa que cubría casi todo su cuerpo, una capucha que tapaba toda la parte de arriba de su cabeza, a excepción de sus ojos verdes, con vendas que cubrían todos los tatuajes de sus brazos, un cinturón con varios ganchos y sogas, unos pantalones abombachados y unas zapatillas azul oscuras.

Era el Guardián de la Noche.

—Je, veo que ya estás listo, Ink—, rió Dream al ver a su amigo ya trasformado en su alter ego.

—¿Estás bromeando? ¡No quisiera llegar tarde a mi super entrevista!—, exclamó el Guardián, dando pequeños saltitos de la emoción, —Será el mejor día de todos.

—Te noto muy feliz, digo, más de lo usual—, sonrió burlón el rubio de pecas, —¿Pasó algo? ¿Vendiste muchas flores acaso?

Ink sonrió, pero no era su típica sonrisa guasona, sino que era una sonrisa algo disimulada, tierna, —Vendí una sola. A alguien muy... Mmm... ¿Cómo decirlo?

—¿Especial?

—Diferente...—, suspiró el Guardián, enfocando su mirada en las anémonas de la tienda, de las cuales no había despegado su vista en toda la tarde, —...Jamás creí que una sonrisa llegara a fascinarme tanto como la de él.

—Uuuuyyyy~—, canturreó Dream, burlándose de su amigo, —¿Alguien se enamoró a primera vista?

El contrario rió avergonzado, frotándose la nuca atreves de su capucha, —No creo que sea posible eso de enamorarse a primera vista, pero sí tengo que admitir que ese chico tenía algo diferente, algo que me encantaba. ¿¡Sabes que va a nuestra universidad!? Que pequeño es el mundo. Es ese chico que estudia Derecho que vimos una vez en la biblioteca, ¿recuerdas?

—¿El chico gruñón que a ti te había llamado la atención porque pidió en la biblioteca una colección de telenovelas antiguas?

—¡¿Quién en su sano juicio pide en una biblioteca llena de libros y películas de la mejor clase una colección de telenovelas antiguas?!—, exclamó Ink, antes de volver su atención a su mejor amigo nuevamente, —Espera, ¿entonces recuerdas quién es?

Dream rió, —Claro que lo recuerdo, no tengo memoria de pez como tu. Pero es curioso que lo mencionas, ya que a ese chico no lo he visto en un par de semanas en el campus.

—¿En serio?—, comentó dudoso el Guardián, —Vaya, ¿por qué será? ¿No recordarás su nombre por casualidad? Olvidé preguntárselo.

Dream se limitó a reír mientras tomaba la mano de su mejor amigo y lo guiaba hasta la salida de la tienda, —¿Cómo me voy a acordar de un nombre que nunca escuché? Ink, aunque me encantaría seguir charlando sobre tu amor a primera vista, tenemos una entrevista a la cual ir, así que apresúrate.

Ya fuera de la florería, Dream comenzó a jalar a su amigo por la calle, cosa que el rubio más alto se negó zafándose del agarre del contrario.

—No puedo ir caminando así como así por la calle, Dream—, frunció el ceño Ink, mientras de su cinturón sacaba su característico gancho y soga, —Hoy tomaremos otra ruta.

El muchacho de pecas tragó saliva nervioso cuando su amigo lo apegó a si, sujetándolo de la cadera, —I-Ink, ¿n-no habrá otra forma de ir a la entrevista? N-No me gustan las alturas y-

—Lo siento, Dreamy, pero no hay otra opción—, sonrió seguro el Guardián, ya lanzando su gancho y listo para despegar sus pies del suelo, —Vele el lado positivo, ¡hoy por fin sabrás como se siente Spiderman cuando se desplaza por la ciudad con su telaraña!

—A-Ay, mamá...

~•~

El lugar de encuentro para la esperada entrevista era un almacén abandonado, bastante alejado de cualquier estación de policía y de cualquier avenida.
La noche ya había caído por completo en la ciudad, y la luz natural de la luna era opacada por las luces de los postes y de las moradas.

Allí había llegado una patrulla frente a aquel almacén, y con luces apagadas se estacionó lejos de todo alumbrado público.
De ahí bajaron Blueberry y Dust.

—Gracias por traerme, Dust—, sonrió el reportero, mientras sujetaba su bolso y sacaba su libreta de notas, —Eres muy amable.

—De nada, es mi trabajo—, contestó el detective, a la vez que cerraba la puerta de la patrulla y activaba la alarma, llevándose una mirada confusa de su contrario. Él pelinegro sonrió en respuesta, —¿Necesitas que te acompañe?

Blueberry disimuló un poco su sonrojo, desviando la mirada, —No es necesario. Si tienes trabajo que hacer, señor detective...

El más alto rió entre dientes, mientras posaba su mano en el hombro del castaño, —No es problema para mí.

El de pecas sonrió y sin decir más, comenzó a caminar junto a su nuevo acompañante hacia el almacén abandonado. Con fuerza el detective abrió una de las puertas, casi inmóviles por el óxido, y allí dentro, se toparon con una mesa de madera, y tres sillas, alumbrado por un único foco de luz que colgaba del alto techo del almacén.
Era algo escalofriante, además de que eran los únicos allí, parecía una película de terror.

—Se parece a la sala de interrogación de mi estación—, comentó en broma el pelinegro para aligerar el ambiente tan tétrico. Algo que funcionó, ya que su acompañante dejó salir una pequeña risita.

El reportero acto seguido, sacó su teléfono celular para confirmar que estaba bien en la hora acordada con su contacto. Sorpresa para él, eran las ocho en punto, tal y cual habían acordado.
El castaño no tuvo ni un segundo para comentarle al detective que a quienes esperaban no tardarían en llegar, cuando ambos escucharon fuera del almacén un característico sonido de un gancho y soga siendo enganchado de alguna parte del techo de donde estaban.

Blueberry sonrió ilusionado y sin esperar a su acompañante, corrió fuera del almacén. Dust le siguió por detrás.
Y allí estaba; De los aires bajó el tan esperado Guardián de la Noche, junto a su querido amigo rubio. El recién llegado sonrió al ver al pequeño castaño, y soltó a su mejor amigo para poder guardar su gancho y soga, y acto seguido saludar al periodista.

—Hola, tu debes ser quién me entrevistará—, saludó el Guardián, estrechando la mano del mencionado, —¡Es un placer! A mi me conocen como el Guardián de la Noche, aunque eso ya debes saberlo, je. ¡Oh, y ese es mi amigo Dream!

—Creo que voy a vomitar—, se quejó el rubio de pecas, mientras se recargaba en una de las paredes del almacén para recobrar el aliento después de tan ajetreado viaje por la ciudad.

—¡Oh, vamos Dream!— se reía a carcajadas el de ojos verdosos, —No fue para tanto.

—¡Es un increíble placer conocerlo Guardián!—, exclamó entusiasmado el periodista, —Soy Blueberry Swap, reportero especializado, y él es mi acompañante, el Detective Dust... Emm... Dust...

—Detective Dust Murder—, completó Dust, estrechando la mano del Guardián, —Es un placer, Guardián.

—Es de confianza, lo prometo—, aclaró Berry, ya que lo último que quería era molestar a su entrevistado estrella. El Guardián sonrió, dando a entender que todo estaba bien.
Fue en ese momento cuando Dream volvió a integrarse a la conversación.

—Hola, lamento tanto lo anterior—, se disculpó el rubio de pecas aún algo mareado mientras se dirigía al moreno, —Estoy encantando de conocerte en persona, Blue.

El periodista sonrió y estrechó la mano del contrario, —El placer es mío, Dream. ¡Muchas gracias por esta oportunidad! Sin ti no hubiera podido hacer nada con mi investigación. Por cierto, tu hermano es muy-

—¿Gruñón? ¿Arrogante? ¿Irritable?

—...Iba a decir agradable, pero supongo que eso también funciona.

Una vez presentados todos, los cuatro entraron al almacén para comenzar ya lo que los tenía reunidos allí; la entrevista.
Todos tomaron asiento en las respectivas sillas preparadas, excepto por Dust, quien no estaba contemplado en la organización de Dream, pero quien no tuvo problema de permanecer de pie detrás del periodista que lo llevó allí en primer lugar.

Con toda la información que había recolectado en sus investigaciones anteriores y personales, más todos los datos que sacó de su conversación con el subteniente Nightmare, Blueberry ya había planeado la entrevista perfecta, teniendo preguntas preparadas para la ocasión.
Se notaba que algunas preguntas eran rebuscadas, con el único propósito de despistar al entrevistado y así sacar la mayor cantidad de información posible de forma totalmente disimulada pero sagaz.

Dream observaba cada detalle que Blue podría anotar en su libreta. Ponía mucha atención a las preguntas del periodista, pero sobre todo, ponía mayor atención en las respuestas de su mejor amigo. Él sabía que Ink a veces podía dejarse llevar muy fácilmente, por lo que cualquier pregunta que incentivase a revelar algo sobre su identidad secreta, lo hacía callar de inmediato, respondiendo por él que no contestaría dicha pregunta. 

Dust observaba maravillado la sagacidad de su acompañante. Él sabía que los periodistas tendían a tener esas herramientas de manipulación, pero tenía que decirlo, era como ver a unos de sus compañeros interrogar a un sospechoso haciendo del policía bueno. Sonreía para sus adentros,  ya que ese chico cada vez se le hacía más fascinante. Quería saber que otros trucos tenía bajo la manga para sorprenderlo y quitarle finalmente esa impresión de niño bueno y puro que vio reflejada en el castaño cuando lo conoció.

 —Bien, ahora háblame de tu nuevo némesis—, dijo Berry, cambiando la hoja de su libreta de notas por una nueva para empezar nuevamente a escribir.

—¿Némesis?—, consultó confundido el Guardián.

—Creo que se refiere al misterioso encapuchado que interfiere con tu trabajo—, aclaró Dream, a lo que Ink comprendió en seguida.

—Sí, exactamente—, afirmó el reportero, —Cuéntame, ¿Quién es él? ¿Cómo lo conociste? ¿Son muy frecuentes sus enfrentamientos?

El Guardián sonrió de lado, algo desconcertado, —No tengo idea de quién es, ni de dónde salió. Él solo una noche apareció. Lo conocí cuando escuché un grito de auxilio, en un callejón desierto. Ahí estaba él, intentando matar lo que parecía un ladrón. Me enfrenté a él, pero lamentablemente no pude salvar al ladrón, logró asesinarlo antes de que pudiera hacer algo.
Yo realmente no sé que quiere lograr con todo lo que está provocando. Por lo que he podido notar, él también quiere librar esta ciudad de peligrosos delincuentes, pero su forma es completamente desquiciada.
No nos enfrentamos muy seguido, debido a que no lo veo todas las noches. Quizá haya días en los que no sale a hacer el mal.
No sé quién será, insisto, pero en vista que no parece querer detenerse, intentaré atraparlo lo antes posible para llevarlo a la justicia.

Blue tomó nota de todo lo más rápido que pudo, —¿Sabes su nombre? Quiero decir, ¿el nombre de su alter ego?

Ink suspiró, —No, la verdad no parece tener uno, ya que nunca lo he escuchado mencionarlo. Pero, yo le pensé uno mientras pensaba en sus acciones esta mañana.

Berry sonrió complacido, —¿A sí? ¿Cuál?

Antes de que Ink pudiera contestar la pregunta, un fuerte alarido de una mujer hizo que todos los presentes se alarmaran. Eran súplicas de ayuda, y no se oían muy lejos de allí. El entrevistado no perdió el tiempo, y se levantó rápidamente de su silla para correr fuera del almacén. Los demás no quisieron quedarse atrás y corrieron detrás de él.

A solo dos cuadras del almacén, sobre el tejado de unas de las casas de allí, una silueta siniestra sostenía a la pobre mujer en problemas de sus prendas ajustadas, amenazando con dejarla caer al vacío.

—Oh, Guardián~—, canturreaba aquel malvado, encapuchado con un poncho donde solo sus ojos eran visibles, unos pantalones oscuros y botas largas, pero lo más destacable, unos guantes de box metálicos con los cuales jugaba con soltar las prendas de la mujer, logrando que ella gritase con más miedo, —Sal de donde estés~ ¿¡Dónde estás, maldita sea!?

Pronto, el Guardián junto a los demás jóvenes llegaron a la escena, dejando a todos estupefactos.

—¡E-Es él!—, lloraba Dream completamente aterrado, —¡E-Es el misterioso encapuchado!

—¡Destructor!—, llamó el Guardián furioso a quien ya estaba declarado como su enemigo, —¡Bájala ahora mismo! 

El mencionado desvió su mirada donde lo llamaban, y sonriendo siniestro saltó del tejado con la mujer en sus brazos, solo para sujetarse de una cuerda que estaba atada a la casa para así bajar. Lanzó a la mujer lejos de él, botándola agresivamente al suelo, —Corre—, le susurró divertido, a lo que la mujer obedeció instantáneamente. 

—Vaya, vaya, mira que te tengo que atraer con carnada de "héroe"—, rió el malvado, mientras se acercaba engreído a su némesis, —Por fin apareciste, escoria. ¿Cómo me habías llamado? ¿Destructor? Je, me agrada, ya que es justo lo que haré contigo.

—¡Destructor!—, gritó Dust, sacando de su bolsillo trasero su placa y su arma, —¡Policía, alto ahí!

El villano desvió su atención de su enemigo para centrarla en el policía frente a él, junto a un pequeño reportero y un muchacho rubio. Este no hizo más que reír de forma burlesca, —¡Pfft! ¡No me digas que trajiste a la policía! ¿Acaso no puedes tu solo con el papel de héroe?

—Manos arriba, Destructor—, amenazó Dust, colocando su dedo en el gatillo de su arma, listo para disparar en caso de ser necesario, —Estás bajo arresto.

—Je, bueno—, rió el Destructor, mientras discretamente sacaba de su cinturón una navaja, —Tendrás que atraparme primero.

Apenas dicho esto, el villano lanzó la navaja directo al policía, encajándola directamente en la mano derecha de este, provocando que quedara incapacitado para disparar. El dolor para Dust fue tal, que se echó para atrás. Los espasmos de su mano herida provocaron que pudiera disparar una vez, bala que tanto el Destructor como el Guardián pudieron esquivar. El Destructor rápidamente corrió donde el policía para noquearlo finalmente con un golpe con su guante de metal.

Dust cayó al piso inconsciente, y victorioso el villano se volteó a su némesis, —¿Es todo lo que tienes?

El Guardián le dio una señal a su mejor amigo, dándole a entender que sacara a Blue y a Dust de ahí. Dream comprendió en seguida, y tomó del brazo al reportero que no hacía más que llorar al costado del inconsciente detective.

—¡Blue, debemos irnos—, gritaba Dream, a la vez que veía a su amigo correr a enfrentarse al Destructor, —¡Rápido!

—¡Pero qué hay de Dust!—, exclamaba el castaño, —¡Debo llevarlo a un hospital, ahora ya!

El pequeño reportero no espero más y con todas sus fuerzas levantó el cuerpo del detective y corrió junto a Dream fuera de la escena de pelea, maldiciéndose mentalmente por no poder haber filmado tal espectáculo.

Una vez llegaron fuera del viejo almacén, Berry dejó el cuerpo de Dust en los asientos de atrás de la patrulla, angustiado al ver como de su nuca salía bastante sangre. Rápidamente se subió al asiento del piloto y desde adentro le abrió la puerta del copiloto para que Dream se subiese.

—¿A-Algunas vez has conducido un auto?—, preguntó Dream, algo angustiado al ver que su compañero no parecía saber como encender el motor de la patrulla. Quería pensar que era por la desesperación del momento que Blue no lograba hacer arrancar el auto, y no porque fuera su primera vez frente a un volante.

—No, pero como mi jefe dice...—, decía el periodista una vez que logró encender el motor y retirar el freno de manos, —...Hay una primera vez para todo.

—A-Ay, mamá...

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