Era un día claro en la gran ciudad, soleado y caluroso. Un joven castaño, piel morena, de ojos azules y con pecas en las mejillas, corría por las calles agarrando firmemente su maletín en mano, con una sonrisa deslumbrante. Parecía bastante alegre.
Después de cierto rato, llegó frente a una pequeña casa, algo descuidada por fuera, con la pintura descascarada y ventanales sucios. 

El muchacho tocó tres veces la puerta, esperando ansioso la respuesta.  Unos segundos pasaron para que la puerta se abriera, y un joven alto y robusto, piel pálida, de cabello oscuro y mirada penetrante se hiciera presente. La mirada intimidante del dueño de casa sin embargo se suavizó casi instantáneamente cuando vio frente a él quién tocaba su puerta.

—Hola, Morita—, saludó éste, cambiando su ceño fruncido por una sonrisa acogedora. Acto seguido, se hizo a un lado para dejar pasar al invitado a su morada, —Veo que estás contento, ¿te fue bien en la entrevista?

El joven de pecas no perdió el tiempo, y con un beso en la mejilla saludó al contrario, para después entrar en la casa, casi saltando de alegría, —¡Ni te imaginas, Polvito! ¡Habían muchas personas allí postulando, y algunos se veían muy profesionales! Con esos trajes caros elegantes de todo un empresario, que seguro tenían la confianza de ganarse el empleo con solo su presencia en esa oficina... ¡Pero no contaban que iría yo a la entrevista! ¡Yo, el magnifico- oh, no me dijiste que tenías visitas.

Tanto era el entusiasmo del joven castaño que no notó que en sala de aquella morada, habían dos personas más, sentadas en el sillón. Un muchacho alto y delgado, piel blanca, con la mitad de su cabello rapado, y un pelirrojo moreno corpulento. Ambos miraron al pequeño de pecas como si fuera la primera vez que lo habían visto en su vida, mientras que el contrario se limitó a saludarlos con un pequeño gesto con su mano tímidamente, —Hola, emm... Chicos.

—Hola Blue—, saludó el pelirrojo, con una sonrisa algo siniestra, —¿Qué tal todo?

El castaño sonrió nervioso, ya que no era secreto para nadie que los amigos de su novio le causaban ciertos escalofríos. Eran tan intimidantes como el dueño de casa.
Era irónico que esos tres se vieran tan amenazantes, cuando siendo detectives, deberían generar confianza en quienes los rodean...  o al menos, eso pensaba Blueberry.

—¿Fuiste a una entrevista de trabajo?—, preguntó el de cabello rapado, —¿Qué tal te fue?

Berry realmente no se sentía cómodo, ya que además de que ese par no le daba confianza, sentía que había interrumpido una junta de amigos a la cual él no fue invitado. Estaba a punto de retractarse y decirle a su novio que volvería más tarde, cuando sintió la mano de su amado en su hombro, transmitiéndole una seguridad que solo él podía hacerle sentir.

—Cuéntanos, Blue—, sonrió Dust, acariciando tiernamente los hombros de su novio, —Queremos saber como te fue.

—¿No estaré molestando, Dusty?—, suspiró un poco más tranquilo el castaño gracias a los gestos de su novio, —Quiero decir, no los invitaste para hablar de mi.

El pelinegro sonrió y depositó un tierno beso en la frente de su bajito amor, —Tranquilo, Morita. Yo, de hecho, los invité para hablar contigo sobre una propuesta, ¿no es así, muchachos?

El de cabello rapado sonrió apenas escuchó a Dust, y le dio una señal a su compañero. El pelirrojo con una queja sacó un documento todo doblado de su bolsillo y se lo pasó a su compañero. 

—Bueno, Dust nos contó sobre todo lo que pasó con tu trabajo anterior y bueno, con Horror lo conversamos y hablamos con el jefe—, decía Killer, mientras se paraba de su asiento con el papel que le dio su compañero, —Para ofrecerte un trabajo en la comisaría.

Los ojos de Berry comenzaron a brillar con una emoción incontenible, —¡Es en serio! ¡Eso es fenomenal! ¡¿P-Pero cómo lo haría?! ¿Acaso no necesito años de entrenamiento policial certificado?

—El empleo es de secretario, idiota—, se quejó Horror desde su asiento en el sillón, llevándose una mirada amenazadora de parte del dueño de casa.

Dust suspiró irritado antes de desviar su atención a su morita, —Sé que quizás no es el mejor trabajo del mundo pero, es lo que puedo ofrecerte para ayudar.

—Aww, Dusty...

—No dejo de pensar que en cierta parte es mi culpa todo lo que pasó- confesó el pelinegro, siendo consolado por su novio, quien acariciaba las manos del contrario, —Me angustia que estés desempleado, ¿sabes? Quiero que estés bien.

El castaño de pecas sonrió dulcemente, mientras se apegaba a su amado, —Eres el mejor, Polvito. Tranquilo, nada de lo que pasó fue tu culpa.

—¿Ahora de qué están hablado?—, cuestionó Horror con un ceño fruncido, —¿Cómo podría ser culpa de Dust que te despidieran?

Killer también curvó una ceja, —Aún no entiendo como te despidieron, Berry. Digo, ¿por qué? ¿No que tenías la historia perfecta? ¡Si los vi a ti y a Dust investigando todo sobre ese caso!

Berry sonrió un poco avergonzado, y tomó asiento en el sillón con el documento que Killer le había entregado, —Ser reportero es más difícil de lo que parece... ¡Es cierto! Tenía la historia perfecta que salvaría mi trabajo, pero...

—¿Pero?—, cuestionaron ambos detectives confundidos.

—Por un gran costo—, dijo finalmente Berry, —Un costo que no estaba dispuesto a pagar.

—Ahora tengo una curiosidad inmensa—, se quejó el pelirrojo, —¿Nos vas a contar la historia o no?

—¡Horror!—, se quejó Dust, sentándose al lado de su novio, abrazándolo protectoramente.

—Yo también quiero saber—, sonrió Killer, tomando asiento junto a Horror, —¡Cuéntanos ya, u olvídate de la oferta de trabajo!

—¡Killer!

—Está bien, Polvito—, tranquilizó con una risita el castaño, acariciando las manos de su irascible novio para calmarlo, —No necesito ese empleo, de todas formas me fue muy bien en la entrevista de hoy.

—¡¿Qué?!—, se quejó Killer, —¿En serio no nos vas a contar? ¿Ni por una oferta de trabajo?

Dust gruñó enrabiado, —¿Por qué crees que perdió su empleo anterior, imbécil? ¡Porque él tiene un corazón de oro y una moral implacable, capaz de renunciar a todo por no dañar a los demás! ¿Crees que una patética oferta de trabajo como secretario le hará traicionar la confianza de alguien?

—Entonces... Si nos cuenta... ¿Estaría traicionando a alguien?—, razonó Horror, logrando que el castaño se pusiera nervioso, —¿Qué clase de secreto podría valer tu trabajo de años? ¡Tu carrera como periodista! ¿Qué estás ocultando, Blueberry?

Killer dejó su sonrisa característica y fue reemplazada por una expresión indescifrable, —No nos hagas sacar conclusiones por nuestra cuenta, Blue, o pensaremos lo peor.

—Largo de mi casa, ahora—, dijo fríamente Dust, parándose de su asiento y jalando los brazos de sus compañeros, para que se levantaran junto a él, —No toleraré que traten así a mi Morita.

Horror rió entre diente y se zafó con fuerza del agarre del dueño de casa, —Eres pésimo ocultando cosas, Dust.

—¡Están locos! ¡Blue no oculta nada! ¡Ni yo tampoco!—, gritó Dust, cruzándose de brazos y desviando la mirada. Su pie derecho comenzó a zapatear el piso de madera antiguo, algo que no pasó desapercibido por sus compañeros. Blue entre tanto, se levantó de su asiento y se escondió detrás de su novio.
Killer observó a Dust con atención cada reacción de su cuerpo,  y no pudo evitar reír. 

—Relájense, idiotas—, regañó el de cabello rapado, recuperando su característica sonrisa, —No tienen que contarnos nada si no quieren. De todas formas, lo averiguaremos, podemos decirle al jefe que comience una investigación-

—¡No pueden!—, exclamó Blueberry, saliendo de su escondite de detrás de su novio, con una expresión angustiada, —Por favor no lo hagan, ¡hay personas detrás de esto que no merecen que su vida se arruine por una estúpida investigación!

Killer y Horror intercambiaron miradas, bastante intrigados y desconcertados. Esa actitud no era algo que hubieran visto en el pequeño castaño desde que lo conocen. 
Bueno, en realidad no lo conocían para nada bien, ya que solo era el nuevo novio de su amigo. 
¿Era siempre así de apasionado? ¿Realmente fue capaz de dejar todo por otras personas?

—Les contaré todo...—, dejó salir finalmente el castaño de pecas, con una mirada decepcionada reflejada en sus ojos azulinos, —Solo tienen que prometerme, por favor, que nunca saldrá de estas paredes. Lo que estoy por contarles, podría cambiar la vida de dos personas en especial, que no merecen nada más que lo mejor en este mundo.

El par de detectives desviaron su atención para ver a su compañero, que se mantenía con un ceño fruncido y una mirada perdida. He de admitir que la actitud burlesca del par se había desvanecido por completo, y ahora, hasta dudaban si querían saber la historia.
Killer entonces se centró en la mirada insegura del pequeño castaño frente a él, y notó que realmente le afectaba hablar. Se sintió culpable por unos segundos.

—Lo prometemos, Blue—, dijo finalmente el de cabello rapado, a la vez que tomaba asiento nuevamente en el sillón, acomodándose como si fuese a escuchar un cuento para dormir, —¡Ahora cuéntanos! Estoy ansioso.

Horror se sentó igualmente junto a Killer, y sonrió cálidamente, mientras se cruzaba de brazos. Ambos detectives estaban listos para escuchar la historia. 
Dust sujetó la mano de su novio para que darle algo de confianza, y lo guio para que se sentaran juntos frente al par. Con un pequeño beso en la mejilla, le dio el ánimo suficiente al de pecas para hablar.

—Bien...—, suspiró Blueberry, algo inquieto abrazando el brazo de su novio, —Erase una vez... 

...Un joven reportero bajito, de cabello castaño y despeinado, piel tostada, con pecas en sus mejillas y unos ojos celestes, que trabajaba en un reconocido programa de noticiero. Llevaba ya varios años trabajando allí, y a pesar de llevar una carrera larga y exitosa detrás de las cámaras, un día se le presentó un problema que podría acabar con todo lo que había trabajado.

—P-Pero señor, yo jamás-

—¡Hay una primera vez para todo, Swang!—, insistía el jefe del joven reportero, quien lo había puesto en la cuerda floja.

—Es Swap—, corrigió avergonzado Blueberry, antes de volver a lo importante, —Señor, yo realmente no creo poder tener esa historia que me pide tan pronto. Es la primera vez que tengo que hacer una investigación de esa clase yo solo.

—Mire, Swang-

—¡Es Swap!

—Como sea—, se quejó el director, —O me tienes esa historia para el Viernes de la próxima semana, o estás fuera.

—¡¿Q-Qué?!—, Blueberry no podía creer lo que escuchaba, —P-Pero señor, he estado años en este trabajo, nunca he tenido nunca problema, soy de los más puntuales y más responsables aquí, yo-

—Así es la televisión, muchacho—, comentó su jefe, mientras caminaba fuera de la pequeña oficina de Blue, —Un día estás arriba con los más grandes, y al otro estás despedido, pidiendo limosna en la calle.

Sin más, el director del noticiero salió del lugar, dejando a un desesperanzado Blueberry, atormentado mientras estrellaba su cabeza contra su escritorio.
De pronto, su atención se desvió a su teléfono celular que sonó a un costado de su cabeza, en su escritorio. Extendió perezosamente su mano para ver que tenía un mensaje de su hermano, que decía que volvería tarde a casa.

Blue suspiró resignado a la actitud despreocupada de su hermano, y le escribió de vuelta diciendo que él también llegaría tarde. Que su jefe le había encargado tener el mejor reportaje del mes para la próxima semana o sería el fin de su carrera.

Honestamente las condiciones en las que estaba trabajando, solo le daban ganas de seguir estrellando su cabeza contra su escritorio. ¿Cómo conseguiría esa historia? Estaba en un callejón sin salida. A pesar de ser alguien que lo caracterizaba su positivismo, sentía tan imposible su trabajo que ni ánimos tenía de intentarlo.

Fue entonces que recibió un mensaje con la respuesta de su hermano. El tono apagado de sus ojos celeste se iluminó completamente al leer el mensaje.

"Oh no, hmno :(( pero no te angusties!! tengo un contacto que quizá te ayude con tu historia!!"

Blueberry le escribió en seguida de vuelta a su hermano. Veía un pequeño rayo de esperanza.

"Sí hmno :D es un amigo, se llama Dream!! seguro lo recuerdas xD él conoce en persona al Guardián de la Noche!! Te mandaré su número,de nada ;)"

¡El Guardián de la Noche!
Antes de contestarle a su hermano para darle las gracias, se levantó de su escritorio y rápidamente se acercó a su computadora para buscar si se trataba de lo que él pensaba.
Efectivamente, ya sabía quien era. Y digo, ¿quién no? Esas últimas semanas era de lo único que se hablaba. Un justiciero anónimo que patrullaba por las noches, encapuchado, y ayudaba a los policías a atrapar delincuentes, claro, sin que se lo pidieran.
Un superhéroe de la vida real.
Muchos apoyaban las acciones de este extraño Guardián, pero igualmente había gente que no abalaba lo que hacía, entre esos la misma policía. 

Nadie había logrado atraparlo, ya que era muy escurridizo. Nadie sabía quien era.

¿¡Y ahora su hermano le dice que tiene a alguien que conoce al Guardián de la Noche en persona!?

—¡YA TENGO UNA HISTORIA!— gritó el pequeño reportero, mientras agarraba rápidamente todas sus cosas y salía de la oficina a una velocidad descomunal, —¡Aun lado! ¡Tengo unas entrevistas que hacer!