[Capitulo 7.] Palabras.
Al día siguiente me desperté envuelta sobre mis sábanas de nuevo por mi ruidoso despertador. Me levanté despacio y estirándome mientras observaba los guantes que Jack me había dejado el día anterior sobre el escritorio, justo al lado de mi ordenador y mi lámpara. Como cada mañana antes de ir a clase, me di una ducha para espabilarme. Después, me sequé el pelo. Y por último, cogí ropa de mi armario con una toalla envuelta sobre mi cuerpo desnudo.
- ¡Juliet!
Me asusté cuando escuché desde mi habitación cerrarse la puerta de entrada y mi nombre. ¿Quién tiene llaves de mi casa?
Asome mi cabeza lentamente por la puerta de mi habitación, suspirando aliviada al descubrir que era mi hermana Gisel.
- ¿Qué haces tú aquí? Pregunté apróximandome hacia ella.
- Vine a recogerte.
- ¿Y por qué tienes llaves de mi casa?
- Por si hay alguna emergencia.
Estire mi mano esperando a que me diese las llaves de mi casa. No me parecía una buena idea que las tuviese y pudiese entrar cuando quisiese e interrumpir mientras estaba haciendo algo.
- Pero Juliet, es por si pasa algo.
- Existen las llamadas.
Entre cerré mis ojos mirándola fijamente aún esperando. Cuándo por fin tuve mis llaves en la mano, me dirigí hacia mi cuarto. Gisel me siguió y no tuve ningún problema en vestirme delante de ella con mis pantalones negros cortos, unas medias debajo de estos y un jersey también del mismo color. Seguidamente me senté en una silla próxima a la cama para ponerme mis converse negras.
- ¿De qué vas? ¿De luto?
Cuando escuché a Gisel, sonreí suavemente a la vez que me ataba las agujetas y después cogía mi peine para hacerme una cola de caballo.
Una vez lista, cogí mis cosas guardándolas en la cartera que me puse sobre mi hombro izquierdo y dispuesta a salir y llegar a tiempo a mis clases.
- Espera. Dijo Gisel agarrando mi muñeca.
- ¿Hm?
- Quiero explicaciones.
Me quedé mirándola sin saber que quería y a qué se refería con aquello. Vi que la charla iba a ser algo larga, así que me senté sobre mi cama y ella al lado, esperando a que dijese algo.
- ¿Desde cuándo conoces a Jack?
De repente, al escuchar esa pregunta, recordé el primer día que Jack se acercó a mi y me empezó a hablar con una confianza que no sabría explicar.
- El día que vine a Kansas. Él y su primo me trajeron aquí.
- Juliet, Jackson me dijo que te conocía desde hace tiempo.
- ¿Qué? Imposible.
Me quedé impresionada por aquel comentario. ¿Desde hace tiempo? Nunca he venido a Kansas y nunca he coincidido con semejante guaperas. Más quisiera yo.
Gisel dejó un dulce beso sobre mi mejilla, levántandose para llevarme a clases. La seguí hasta el coche.
- Juliet, no voy a estar tan pendiente como mamá. Pero sí que te digo una cosa, y es que tengas cuidado. Con todo el mundo. Nunca te fíes de nadie tan pronto.
Asentí con la cabeza a la vez que me abrochaba el cinturón y observaba como mi hermana conducía su coche. Ojalá tuviese aquí el mío.
***
La clase de matemáticas finalizó y me quedé esperando en mi sitio sentada , a que los demás compañeros salieran por la puerta. Recogí mis cosas entre mis brazos y me puse la cartera sobre mi hombro, saliendo de la sala con mirada al suelo. Cuándo iba a cruzar por la puerta, me choqué con el pecho de un chico, haciendo que mis libros cayeran al suelo torpemente.
- La nueva se choca.. Murmuró observándome con sus ojos color café.
Seguidamente cogí mis libros y el chico me ayudó ofreciéndomelos con una sonrisa en el rostro mirándome.
- Mi nombre es Eric.
- Juliet. Dije a la vez que miraba al chico asintiendo.
- Lo sé. Vamos juntos a clase de Ciencias.
- No me he fijado.
- Pues...yo...
De repente, Jackson apareció por la puerta interrumpiendo la frase de Eric y cogiendo mi mano tirándome hacia el pasillo. Noté como había una mala sensación entre ellos por las miradas asesinas que se echaron en cuestión de unos segundos.
- ¿¡Qué haces, bruto!?
- Salvarte de un ser sin corazón.
Tragué saliva cuando me dijo todo eso con una sonrisa sin dejar de mirarme. Soltó mi mano despacio, rozando con sus dedos mis yemas por última vez para meterse sus manos en los bolsillos del pantalón vaquero que llevaba puesto.
- ¿Y cómo sabes que no tiene corazón? Pregunté arqueando mis cejas.
- ¿Que clase de persona tiene corazón cuándo utiliza a las mujeres como un pañuelo?
- No creo que sea así. Para eso hay que conocerle.
Se acercó a mi posando ambas manos en cada hombro a la vez que me miraba fijamente a los ojos. Desvié la mirada a sus manos con la boca algo abierta inhalando.
- Yo le conozco.
Se apartó de mi cuando Mati vino corriendo con sus zapatos con poco tacón y gritando mi nombre. Cuando llegó hasta nosotros, su respiración estaba agitada por el recorrido que hizo corriendo.
- Hola Jack. Esto.. Juliet, esta tarde vamos a hacer una reunión de chicas. ¿Vendrás?
- Me parece bien. ¿A que hora?
- A las seis paso a por ti.
Asentí con la cabeza observándo como mi mejor amiga se marchaba a su última clase para llegar a tiempo.
No obstante, me volví a quedar a solas con Jack el cual me dió un pequeño toque sobre mi nariz suavemente.
- ¿Tienes clase tú también? Me preguntó con una sonrisa.
- Pues..no. Ahora mismo iba hacia la biblioteca.
- ¿A estudiar?
- No. A por un libro.
Empezó a caminar despacio esperando a que le siguiera. Entonces, a unos cuantos pasos y bajar varias escaleras, entramos en la biblioteca, que de hecho estaba vacía. Solamente estaban los responsables de los libros.
Cerró la puerta tras nosotros dirigiéndose hacia los libros de lectura y yo siguiéndole.
- ¿De que categoría te gustan?
- Romance.
Apretó sus labios empezando a buscar en las estanterías mientras que yo recorría el pasillo con lentitud observando lo grande que era la biblioteca. Nunca había estado allí desde que entré.
Miré unos cuantos libros hasta que encontré un libro que me resultaba bastante familiar. Ya lo había leído.
- Palabras...
- ¿Eh?
Miré a Jack quien me indicaba con la mirada el titulo del libro que tenia en mis manos.
- ¿Te gustaría leerlo?
- Ya lo he leído. Dije poniendo el libro en su sitio.
- ¿Y de que trata? Me preguntó con curiosidad cruzándose de brazos.
- Es sobre una chica romántica, que perdió a sus padres en un accidente de coche cuando tan sólo tenía siete años de edad. A ella la salvaron y por suerte estaba sana y salva. Después, conoce a un chico cuando ya era adolescente, del cual se enamora y sufre por él. El chico estaba acostumbrado a ser un rompecorazones. Nunca había tenido relaciones serias. Pero con el tiempo, el chico se fue enamorando de ella aunque en realidad tenia miedo de si alguna vez estaban juntos, de hacerla daño. La chica se enamoró desde el momento en el que le conoció, ya que él la trataba bien... y bueno... Ese es un pequeño resumen.
- Me lo llevo.
Cogió el libro decidido a leerlo esbozandome una dulce sonrisa.
Seguimos caminando por los pasillos de la biblioteca, observando cada libro y comics que se encontraban guardados entre otros.
- ¿Y tu también te has enamorado alguna vez de un rompecorazones?
Aquella pregunta me pilló de imprevisto. Giré mi rostro poniéndome en frente de él negando.
- Todavía no me he enamorado de nadie.
- ¿No has tenido relaciones?
- No.
- No lo entiendo... Murmuró mirandome de abajo a arriba, escaneando mi cuerpo.
Me sentí nerviosa por aquello, pero intenté no prestar mucha atención, aunque...era inevitable.
Salimos al exterior cuando acepté que me llevara a casa en su deportivo. Cerré la puerta una vez sentada en mi asiento, abrochándome el cinturón de seguridad. Cuando llegamos a mi casa, Jack pasó conmigo cerrando la puerta. Lo miré girándome, observando como se mordía el labio distraído en mi.
- Em..¿Quieres comer algo?
- Lo que tu me ofrezcas.
Asentí sonriendo dulcemente dirigiendome hacia la cocina para coger de la nevera dos cervezas y patatas fritas de bolsa.
Me senté en el sofá dejándo las patatas y las cervezas sobre la mesa, mirando de reojo como Jack cogía su cerveza.
- ¿Desde cuando te gustan las cervezas?
- Supongo que desde que la probé de tu botellín.
Pegó unos cuantos tragos a su cerveza observándome. Después me la ofreció sonriente.
- ¿Y quieres de esta ahora...? Murmuró roncamente mirando mis ojos fijamente.
- Vale..
Cogí la cerveza con mi mano, echándo la cabeza hacía atrás pegando varios tragos y saboreandolos.
- ¿Tu eres como la protagonista del libro?
- Em..¿cómo?
- Una romántica.
Encogí mis hombros desviando la mirada hacia el bol de patatas del cual cogí unas cuantas y me metí una a una en la boca masticándolas.
- ¿Cómo te gustaría que fuese un chico contigo? Me preguntó confiadamente.
- Pues...sincero, cariñoso, que sólo me quiera ami y me respete.
- ¿Rubios, morenos, negritos, blanquitos..?
Negué riendome a carcajadas por su pregunta.
- Eso me da igual. El color y la edad no va por encima del amor.
- Vaya...piensas exactamente igual que yo.
Cogí de nuevo más patatas comiendomelas mientras que él, el chico guapo que estaba a mi lado bebía de su cerveza.
Estuvimos dos horas juntos hasta que llegó la hora de comer y se tuvo que ir. Se despidió de mi con un cálido y rápido beso en mi mejilla mientras me sujetaba la otra.
- Hasta otra, Juliet.
- Espero que te guste el libro.
- Si te gustó a ti, seguro que ami también. Dijo mientras me sonreía.
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