[Capitulo 25.] Completamente Suya.
Estábamos abrazados envueltos entre las sábanas blancas y finas que Jackson tenía puestas en el colchón. Nuestros cuerpos estában unidos completamente en uno solo. Jack apretaba sus dedos contra mi espalda y los deslizaba hasta mis muslos los cuales apretó aún más, lo que me hizo gemir y estremecerme. Se puso de rodillas para cambiar de posición, posando ambas manos en mis rodillas mientras que se movía, entrando y saliendo de mi. Todo éra maravilloso, mis emociones, mis sentimientos, mis locuras compartidas junto a él. Ambos, en alguna que otra situación, sufrimos de celos pero a pesar de todo logramos superarlo. Por ahora, todos los problemas se solucionaban rápidamente mediante las conversaciones que teníamos. Aún recuerdo el primer día en el que nos conocimos, en el aeropuerto. Ese chico de ojos azules, pelo castaño y despeinado con un cuerpo de chico de revista. Es increíble que ahora sea mio y que todas envidien nuestro amor...
Jack se detuvo unos segundos en los que aprovechó para hacer un lento recorrido desde mi ombligo hasta mis labios con su lengua, humedeciendo todo mi torso. Mi respiración se me agitó, me sentía igual de nerviosa que la primera vez que me lo hizo a pesar de ya estar acostumbrada a la sensación y a un momento tan apasionado a la vez que erótico. De vez en cuando, mientras que me hacía el amor, me susurraba cosas como "eres mía... te voy a dar placer... no te separes de mi... te quiero futura esposa... madre de mis hijos..."
Cuyas frases me alegraban y hacían que mi rostro fuese iluminado por una amplia sonrisa. Jackson ha sido siempre tan sincero y bueno conmigo... No tuve ningún problema con él desde que éramos novios y eso en verdad me gustaba a la vez que me impresionaba. En un principio pensé "este chico es el típico chulo popular de la Universidad a la que a todas las chicas se las tira y las deja abandonadas" y me equivoqué. En realidad, es un chico único con sus defectos y virtudes que vive la vida al máximo, cuida y ama lo que es suyo, es atento y bastante trabajador. Tener prejucios sin conocer no es bueno y yo los tuve, pero mi opinión cambió cuando él con sus hechos me demostró todo lo contrario.
Mordió mi labio inferior tirando de este suavemente hacia él y seguidamente, me penetró fuerte.
- ¡Ahh...! Gemí.
Me derretía en sus brazos y por sus movimientos en mi interior. Esta vez, sentía aún mucho más placer y permitirme que os diga, pero me sentía tan deseada, tan querida y tan todo que eso me puso bastante excitada. Lo que sentía por este jóven no lo he sentido con nadie. Nunca me he enamorado, y si ha sido, ha sido en silencio. Ya sabeis, estar enamorada y por miedo al rechazo no decirlo. Al saber que Jackson sentía lo mismo que yo y que con el tiempo me lo ha ido demostrando con cariño y apoyo yo se lo dije muy confiada en un 99%, el otro 1% era el miedo al rechazo. Cogí bastante confianza cuando le conocí y pensé también en alguna ocasión que más bien me estaba enamorando de su aspecto físico, pero no, su personalidad me encantó muchísimo más y pienso que si en un futuro llega a estar gordo, llegue a ser un cascarabias o un cansino, me va a dar igual, absolutamente igual, por que yo lo elegí entre miles sólo por su actitud conmigo y el amor eterno que muestra hacia ami.
Terminamos de hacernos el amor mutuamente y comenzamos con besitos por todo el cuerpo, cosquillas en los costados y otras partes sensibles del cuerpo y con abrazos intensos. Estaba completamente enamorada de él y me sentía completamente suya. Suena bien... Suya. Seguidamente, ambos recibimos una llamada en nuestros teléfonos móviles y los cogimos, sentandonos juntos y apoyados en el respaldo de la cama.
- ¿Diga? Contestamos al mismo tiempo que nos miramos.
- No tío, hoy imposible. ¿Cómo que por qué? Pues por que no, por que tengo planes.
- Mati ya te he dicho que no. Otro día ¿si?
- No seas cansino Taylor, déjame en paz. ¿Eh? No, no, no, que no me vas a convencer.
- Para ya zorra, no seas mala y cuelga ya.
Me reí por las palabras que Mati me soltó. Ambos tenían algún plan al que nosotros decidimos no aceptar, queríamos pasar tiempo juntos. Ambos colgamos las llamadas y volvimos a abrazarnos.
- ¿Estás nerviosa por la graduación?
- Hm, si, la verdad que si.
El tiempo pasaba muy deprisa sin que yo me diese cuenta. Estaba nerviosa al no tener en mente algún vestido mono o un peinado atractivo. Tenía esta semana para apañarme con lo que fuese, así que la iba a aprovechar a tope.
Pasaron los días y me dediqué cada tarde de aquellos que tenía libre en el trabajo estudiando en la cama de Jackson, concentrada. Estaba segura de que me sabía todo desde principio a fin pero mis nervios hacían que volviese a repasar cada dos por tres. Eran las ocho de la tarde cuando yo ya me encontraba cansada y con sueño y mi móvil sonó.
- ¿Si?
- ¡Hey nena! ¿Tienes algo que hacer? Preguntó Karen.
- Pues estaba estudiando...
- Pues déjalo por hoy y vente conmigo a comprar un vestido para la graduación.
Me quedé un buen rato pensativa hasta que me decidí aceptando, ya que me vendría bien comprarme un modelito que resaltara mi cuerpo y conjuntar con mi piel.
Cogí mi abrigo del perchero y rápidamente me puse en marcha conduciendo mi vehículo hasta la puerta de Karen, quien subió con los pelos alborotados por el viento.
- ¡Hola guapísima!
- ¿Al centro?
- Por supuesto. Contestó.
Caminamos por los pasillos del centro, observando cada escaparate de las tiendas y buscando alguna que nos llamara la atención. No obstante, pasamos al interior de una, dividiéndonos en busca de un vestido a nuestra talla y un color favorecido. Pasé percha por percha y también me introducí en el probador varias veces. Karen iba a su bola y de vez en cuando ambas pedíamos la opinión de la otra. No encontré algún modelo que me llamara la atención y Karen tampoco, así que decidimos buscar más tiendas y descubrir las nuevas tendencias.
Pasamos tienda por tienda buscando y buscando y nada de lo que encontrábamos nos convencía hasta que un escaparate nos llamó bastante la atención, además estaban de rebajas.
- Wooah tia, mira esto. Dijo Karen al ver un precioso vestido.
Me acerqué para observar sin detenimiento el conjunto de color rosado con volantes en la parte de la cintura. Cogí varios vestidos llamativos y me metí en los probadores. Observaba como me quedaba frente al espejo y Karen de vez en cuando, se asomaba y se impresionaba. Tras vestido y vestido, logré decantarme por uno que me hacía sentir especial y única. Quería ir llamativa pero sencilla.
- ¡Karen!
- Un momento nena.
Esperé mientras que observaba mi belleza frente al espejo. Me giraba media vuelta para conseguir una buena visión de la parte trasera. Cuando Karen retiró la cortina pude ver su rostro impresionado, con las manos sobre la boca. Se había puesto un vestido amarillo y largo algo pegado a su cuerpo que le favorecía bastante.
- ¿Eres Juliet?
- Oh venga ya... ¿Qué tal lo ves?
- Todos los vestidos te quedan genial.
- Ati también te quedan genial. Dije señalando el suyo sonriente.
- Me he decidido por este ¿y tú?
- Por este también.
Ambas intercambiamos sonrisas satisfechas por nuestra buena elección en la tienda. Seguidamente nos cambiamos a nuestra propia ropa y nos dirigimos hacia la caja para pagar.
Estaba cansada cuando llegué a casa y me encontré con Jackson durmiendo en el sofá. Eran las diez de la noche cuando regresé de tomarme una copa con Karen antes de dejarla en su casa. Dejé la bolsa sobre una silla y me acerqué a Jack, posandome de rodillas frente a él. Lo observé por unos segundos mientras que acaricié su cabello despacio mientras que dormía profundamente.
- Es increíble lo que hace el destino... Vaya a donde vaya o sobretodo cuando esté en apuros, vas a estar ahí. Me has salvado muchas veces de chicos, de problemas, del acoso.. hasta de mi propio padre...
No sé que pasó exactamente con mi padre, no sé que hace que desde que nos puso en evidencia tras la prensa no sigue divagando por los alrededores con la intención de destruirme la vida. Sinceramente, pienso que Jackson hizo algo al respecto ya que una noche en el dormitorio me sacó los puntos débiles que mi padre tenía. Desde aquel día no tengo problemas, pero mi hermana volverá con rabia y sé que Jackson habrá podido hacer algo al respecto con el hombre perdido, pero recuerdo que mi padre manipula a mi hermana, Gisel. Menos mal que pronto tendré todos mis objetivos cumplidos en la Universidad y que muy pronto viajaré a los Estados Unidos con el amor de mi vida.
Arropé a Jackson con un edredón con cuidado de no despertarle de sus sueños profundos. Era adorable hasta cuando dormía. Me dirigí a la habitación para dormir sobre el colchón. Estaba realmente cansada despues de un día de estudio y de compras con una de mis mejores amigas.
- Princesa...
Escuché esas bellas palabras a la mañana siguiente cuando Jackson estaba medio tumbado sobre la cama, a mi lado. Abrí los ojos lentamente y ahí estaba él, con su pelo despeinado, sus ojos brillantes y esa hermosa sonrisa que me dedicaba. Me dió un beso leve en los labios acariciando mi mejilla.
- Buenos días... ¿qué tal has dormido Juliet?
- Mejor si hubiese sido contigo...
- Perdona, amor. Me quedé frito esperandote, lo siento.
- Jack, no pasa nada...
Dije con dulzura observando su rostro el cual mis manos tocaban suavemente y lo acercaron al mio. Lo besé dulcemente, disfrutando de sus besos húmedos. Jackson sonreía tras beso bastante alegre. La alegría se notaba en aquel cuarto.
Los días pasaron rápidos y no pasó nada nuevo. Repasé varios temas días anteriores de tener un nuevo examen y trabajé duras tardes en el restaurante. Sincermente, me tiré varias noches sin dormir bien pero valió la pena cuando llegó el día de la Graduación.
Me encontraba reunida con Karen y Mati en su casa, preparandonos y maquillandonos para el comienzo. La ocasión merecía un maquillaje sencillo que luciese con mi piel y mi vestido. Me hice un moño francés con orquillas de flores blancas y pequeñas que sujetaban algunos mechones de pelo, me deslicé en el vestido, me eché un perfume suave y con buena fragancia y cuando la tres estábamos listas, nos dirigimos en mi coche hacia la Universidad. Todas estábamos muy nerviosas antes de entrar, pero con ganas nos pusimos en marcha sobre nuestros tacones hacia la sala de celebración.
Nombraron uno por uno a todos los estudiantes que obtenían el graduado gracias a sus esfuerzos y aprobaciones en las clases. Cuando me nombraron junto a Mati y otra chica nos dirigimos cuidadosamente hacia el escenario en el cual cogíamos nuestros obsequios. Minutos despues, Taylor y Jackson fueron los próximos en recogerlos.
Cuando todo acabó, comenzó la fiesta de finalización de las clases y el principio de una vida nueva con nuestros futuros trabajos. Muchos de nosotros bailábamos en la pista moviendo las caderas y tomando alguna que otra copilla, permaneciendo en el lugar comiendo y bebiendo hasta las doce de la noche.
- Juliet, despierta. Tenemos que irnos.
Escuché a Jackson a mitad de la madrugada. Estaba aún algo borracha por el alcohol que tomé. Sin embargo, Jackson no tomó nada de alcohol y se ocupó de que llegasemos bien a casa. Tras movimiento y movimiento que me hizo con sus manos, logré abrir los ojos sonriendo.
- ¿Qué haces Jack? Pregunté sonriendo.
- Prepara tu maleta, dentro de una hora cogemos el primer vuelo a los Estados Unidos.
- Oh no... ¿después podremos dormir?
- Claro que si, venga amor.
Cuando logré poner mis pies sobre el suelo, me dediqué a hacer la maleta, metiendo todas mis cosas en ella, sobre todo las más necesarias.
Vaya... Los Estados Unidos son increíblemente extraordinadorios. Pude verlos por la ventanilla del avión cuando desperté, justo antes de aterrizar. La nueva vida estaba empezando a ser maravillosa junto a Jackson. Aquí nadie me podría encontrar, sólo sabían de mi Karen y Mati quienes también tuvieron que viajar y ocuparse de su propio futuro. Sinceramente, cuando me despedí de ambas, noté un nudo en el corazón. Éra difícil separarse de quienes tienes tanto cariño, pero si o sí, en un futuro cada persona tiene que crear su propia vida con o sin nadie. En mi caso es con Jackson, de quién estoy completamente enamorada y soy completamente suya. Ahora sí, completamente suya.
[Fin]
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