Él no era así.

El mundo cambio, y eso lo enloqueció.

Él... Él no estaba loco.

Todo comenzó hace 3 años, justo cuando todos empezaron a morir sin razón aparente, cuando el mundo comenzó a marchitase, él enloqueció.

Solo quería salvar al mundo, o lo que queda de el.

Pero como podría, solo es un joven contra dios.

Contra el mundo entero.

Solo es Min YoonGi, contra ellos, contra los muertos, contra el mundo entero, contra los infectados.

Un virus comenzó hace mas de tres años, justo en la capital de corea del norte, los experimentos que practicaban en humanos, se salieron de control, creando una poderosa arma mortal, justo como el ejercito norcoreano quería, solo que ellos no reconocían al enemigo, cuando comenzaron su primera prueba solo tres personas de ciento cincuenta sobrevivieron al virus que les fue inyectado, y solo esas tres personas, terminaron con un pelotón entero del ejército, sus tres soldados infectados, se convirtieron en mas de doscientos en las primeras ocho horas.

En la primera semana, todo corea del norte había caído.

Un mes después, la humanidad había casi desaparecido.

La forma de infección, era cualquier contacto entre fluidos, sangre, saliva. Una mordida era fatal.

Una mordida era fatal para todos.

El tercer mes que la infección se había esparcido, todo aquel que fuera prometedor para salvar al mundo, fue reclutado, por el gobierno Alemán, entre ellos Min YoonGi, junto a otros catorce coreanos más, ellos eran científicos o doctores prometedores.

Cada uno pudo ingresar al único lugar en el mundo que logro mantenerse de pie, frente a los infectados, prometieron comida, agua, un pequeño cuarto, y sobre todo seguridad.

Si yo no era un científico prometedor, o un doctor, no sabia por que Min YoonGi me llevo con él.

Solo era por ¿amor?

Fue la única razón que encontré.

Ese día, hace dos años... Él enloqueció, el comienzo de su locura inicio.

Su complejo de dios, recién comenzó.

Cuando yo, me infecté por accidente.

Era la décima octava prueba que YoonGi estaba realizado desde que llegamos a la guardia en Alemania, justo como todas las pasadas, este experimento también fallo.

O eso creí.

Realmente, fue el comienzo de todo.

—Quizá el siguiente sea él bueno. —Susurré desde el sofá, viendo como YoonGi enloquecía una vez mas.

Sus muestras, sus avances, sus datos.

Todo hasta ahora había sido en vano.

—No funciona, no sirve, la gente muere cada día, ni siquiera se si aun hay a quien salvar allá afuera, o si ya murieron... Solo quiero ser él héroe que salve al mundo. —Murmuró, deshaciéndose de cada muestra de infectados que había recolectado.

—Tu serás el héroe, lograras salvarlos. —Conteste ayudándolo a deshacerse de las muestras infectadas.

—No toques eso, aun sigue vivo, aun puede morder. —Observe el tercer cuerpo que yacía sobre su mesa de ensayo, evitando tocar las heridas expuestas. —Aun con el traje bioquímico, debes ser cuidadoso, un simple raguño puede ser mortal. —Volvió a repetir, justo como cada día, durante los últimos meses. —Si llegaras a infectarte yo; ~...

—Ni siquiera dios podría salvarme.. —Murmure,  haciendo de lado, algunas muestras, sentándome al borde del escritorio, atrayéndolo a mi en un fuerte abrazo, envolví su cuerpo con mis brazos, presioné cálidamente su pequeña cintura, acurruque mi cabeza sobre su cuello y susurré sobre su oído cuanto lo amaba, una y otra vez. —Te amo, te amo, te amo. —Repetí una tras otra vez.

Juro que pude sentir como sus delicados y delgados labios besaban castamente mi frente, de no ser por la inmensa careta que cubra nuestros rostros, podría haber sentido la calidez de sus labios, sobre mi piel.

—Entonces déjame enseñarle a dios, como se hace. —Respondió, mientras dejaba caricias en mi espalda.

Fue la primera vez que lo note.

Su complejo de dios...

—Es mas de media noche, deberíamos ir a la cama. —Murmure, tomando su mano entrelazándola con la mía.

—Vámonos Jimin, ten cuidado.

Salimos del laboratorio, pasando por el área de desinfección antes, ambos nos deshicimos del molesto traje, por primera vez, después de casi 24 horas de usarlo.

Nuestras manos se juntaron, y pude sentir su calidez.

Ambos nos dirigimos a nuestra habitación, exhaustos de este nuevo mundo.

La habitación era pequeña, pero acogedora, casi se podía sentir la calidez de un hogar en ella.

—Quizá en el antiguo mundo, podría pasar como una habitación de recién casados. —Habló YoonGi, observando la cama matrimonial al centro de la habitación. —Perdón por no poder hacer mas por ti.

—Quizá... quizá en el antiguo mundo, yo no hubiera sido capaz de vivir esto, a nosotros juntos, los murmullos de la gente hablando sobre mi sexualidad, no creo que hubiera sido capaz de soportarlo, así que creo que este mundo no esta tan mal, fui capaz de amar libremente. —Conteste, regalándole una sonrisa.

Me avente a la cama, boca abajo, sintiendo el sueño llegar a mi apenas toque la almohada.

—Sangre, Jimin tienes sangre en la pierna. —soltó en apenas un murmuro entendible. —Te dije que tuvieras cuidado con las muestras. —Me di media vuelta observando el rostro de YoonGi, pude ver sus ojos llenarse de lagrimas, mientras intentaba murmurar algo. —quítate el pantalón, necesito ver la herida, tal vez... tal vez es superficial, tal vez no sea tu sangre, tal vez, tal vez, tal vez.

—Que idiota, voy a morir, y ni siquiera salí del laboratorio.

—Te voy a salvar, regresemos, vamos al laboratorio, encontremos la forma de que sigas viviendo.

Fue entonces que comenzó, su locura por querer salvar al mundo, termino matándome.

Si soy 🤪

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