XX (Capítulo Veinte)
- No es gracioso Papyrus…
El mayor reia adolorido. La cara de preocupación de su hermana le generaba algo de ternura.
- Estoy bien… no me ha pasado nada.
- Te repito, no le veo la gracia. Tuviste suerte que una pareja pasara y te viera… estabas tan drogado…
Papyrus miro hacía un costado, cambiando su semblante a uno serio.
- Claro… de eso no quieres hablar, cierto? Nunca quieres hablar de esto. - Lust suspiró llevándose una mano hacia su rostro, cansada de no dormir y comer pésimo. - Dime, que voy a hacer contigo? la policia no deja de querer interrogarte, les pedí que por favor nos dieran unos días de descanso. Siquiera recuerdas a tus atacantes? te drogas habitualmente con ellos?
- …
- No vas a responderme?
- Qué caso tiene que lo haga, si nunca me crees!?
- Tengo mis razones para hacerlo…
El teléfono de Lust sonaba mientras ingresaban sus padres.
- Hijo!!
- Oh no… por qué les dijiste!?
- Son nuestros padres tonto...
Lust salió para hablar tranquila en el pasillo, ya que no podía escuchar nada.
- Horror? Que?... amor no te oigo…
El semblante de Lust cambio. Cortó la llamada y se quedó en shock. Un enfermero parecía hablarle pero seguía sin prestar atención.
- Qué fue lo que hice… Frisk.
Gota a gota, la sangre caía. Sombras se movían desesperadas a su alrededor, gritando su nombre.
Unos brazos familiares, conocidos, protectores... tomaron su cuerpo que iba soltando lo poco de vida que le quedaba.
No quería que aquel ser llorara por ella…
“Por qué Frisk! POR QUÉ!!”
Murder corría para abrir las puertas a la ambulancia que llegaba.
Horror, empapado en aquella bañera color carmesí, lloraba desesperado por Frisk pidiendo ayuda.
Haciendo presión en sus muñecas, acucurrucó su cuerpo desnudo junto al suyo. Sus miradas conectaron y Frisk le sonrió.
- Por qué lo hiciste… Frisk… no… - sollozaba Horror.
- Cuida… c-cuida a Sans por favor…
- No… Frisk…
- Lo siento.
Los médicos le quitaron a Frisk con mucha dificultad. Murder tomó el rostro de Horror para hacer que lo mire.
- Me escuchas? Tranquilizate! déjalos trabajar.
- Frisk! Deben hacerle presión...
- Son médicos, tranquilo. Saben lo que hacen. Vamos al hospital, yo conduciré, si?
Tomó su celular para llamar a Lust. Cuando soltó las palabras “ Frisk se intentó suicidar ” el silencio del otro lado se volvió eterno hasta que ambos cortaron.
Esa tarde fue interminable para todos. Murder y Horror estaban furiosos de no tener ni una noticia por parte de los médicos. A pedido del mayor, Lust mantuvo su distancia para no generar más problemas o discusiones con Murder.
Para colmo de males, la prensa había captado a Horror repleto de sangre, entrando al hospital. Cada hora que pasaba, más prensa se acumulaba en la entrada. Las especulaciones no tardaron en llegar.
Lust llamó a un par de contactos, puso más dinero y con esto, logró que tanto a su hermano como a Frisk, los trasladen a un hospital privado. Con algunos cebos y testigos pagos, la prensa fue engañada.
Los días pasaban y Frisk parecía mejorar. Había perdido mucha sangre pero al encontrarla a tiempo, pudieron restablecer aquella pérdida.
Cuando abrió los ojos, su cuerpo le dolía bastante. A su lado, estaba un hombre que parecía haber pasado sus días durmiendo y comiendo en aquella silla. Su barba ya tenía varios días.
A la izquierda un joven en una de las camillas se encontraba dormido.
Observo sus muñecas…. Ahora vendas las cubrían.
- Frisk!
Horror se despertó para atraparla entre sus brazos. La menor soltó un pequeño quejido y éste se disculpó.
Pensó que la trataría mal. Pero el mayor no tocó el tema. Luego llegó Murder que también la abrazaba para no soltarla.
Frisk sonreía pero prefirió no hablar.
Los días pasaban mientras la tensión entre Horror y Lust se hacía cada vez más presente. No solo por el asunto de Frisk, sino por Gaster.
Entrar a la oficina de su morada para encontrar a aquel científico tomándola del rostro a punto de besarla… no era agradable.
- Te dije que no quería besarme.
- Si claro…
- Lo digo en serio Horror!
- Como sea, te paso a buscar para cenar?
- De eso quería hablarte…
- Que!?
- Es que es el mejor momento para publicitarlo. Cenaré hoy con él.
- Esto es una mierda… ahora no puedo cenar contigo cuando yo quiera?
- Disculpa, pero ayer el que me dijo que no, fuiste tú…
- Frisk necesita recuperarse.
- Y lo mío es trabajo!
- Bien, sabes que? Cena con Gaster, acuestense juntos y me mandas las fotos. Las usaré para publicidad…
- Horror!
La puerta se azotó con tal fuerza, que uno de los cuadros colgados fue a parar al piso.
Frisk esa noche se despertó al sentir ruidos de paquetes abrirse. Su compañero de cuarto parecía tener hambre a medianoche.
- Disculpa, podrías hacer menos ruido? Intento dormir.
Paps observó a la menor y sonrió. Desde que había llegado, la intención de captar su atención, esperando el momento para poder sacar conversación era lo que había esperado.
- Disculpa… es que odio la comida de hospital y mi hermana me consiguió esto de contrabando.
- Eres peor que mi hijo pequeño…
Ver al mayor intentar comer en silencio hacia sonreír a la menor. Cuando Paps iba a animarse a seguir hablando, los interrumpió Horror.
- Horror?
- Hola hermosa.
- Qué haces aquí a estas horas? Paso algo?
- No no, tranquila, solo quería ver cómo estabas.
- Estábamos muy bien antes que llegaras…
- Cállate. Acaso te molesta este ser inútil y despreciable?
- Te estás mirando al espejo o qué?
- Mira niño no me hagas hablar…
- Se conocen?
- Algo así…
- Para mi mala suerte… si. - dijo para llevarse un gran bocado de snacks a la boca.
- Le haces algo a Frisk y te juro que…
- Jajajaja oohh~ tentador. Interesante...
Horror fulminó con la mirada al menor y siguió con su visita a Frisk.
Cuando salió despidiéndose de ella, se asombró al ver a Lust por el pasillo. Se acercó sonriendo, intentando disimular su felicidad.
Quería parecer aún enojado forzando su expresión.
- Creí que cenarias con Gaster…
- Cancele todo. Tu eres más importante para mí.
- Vaya… en serio? Mmh…
- Lo vas a gozar? En serio?
- Solo un poco…
Abrazo por la cintura a aquella morada para darse ambos un dulce, suave y sugerente beso.
Cena juntos, postre y sexo de reconciliación fue lo que ambos tuvieron aquella noche.
Entre el sudor de sus cuerpos entrelazados, ambos sonreían dándose suaves besos.
Quien no se encontraba feliz aquella noche...
Era Gaster.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro