IX (Nueve)
El celular de Lust comenzó a sonar pero la morada tenía su rostro enterrado en el cuello de Horror profundamente dormida. Horror gruñó un poco y atrajo más para sí el cuerpo cálido y desnudo de la contraria.
Luego que se cansaron de llamar, el celular de Horror comenzó a sonar.
Se quejó para luego atender.
- Horror al fin atiendes… tendrán la cena con el cliente hoy?
- Hola jefe… si, ahí estaremos.
- No puedo comunicarme con Lust, le dices que por favor vaya vestida… sugerente… este tipo ama ver escotes.
Horror tenía algo de resaca pero le dio realmente asco y odio que usara a Lust así para captar la atención de aquel cliente.
- Si la veo se lo diré.
- Bien, estaré a este número. Mantén a todos al tanto.
- Sí jefe.
- Adiós.
Corto y observó a Lust algo dormida. Recordó la noche anterior y sonrió.
- Que te dijo…
- Nada importante, buenos días hermosa…
Lust sonrió al sentir suaves besos en su cuello. Su cuerpo se sentía relajado pero le dolía la cabeza. Horror beso sus labios y ella correspondió.
Amaba sentir aquellos besos… sentía que perdía el control. Cómo es posible que aquel hombre que tanto odiaba besara así de bien...
Pudo sentir como una mano acariciaba su cintura para lentamente subir hasta estar cerca de sus pechos.
Un alerta en su cerebro la hizo volver a la realidad.
- No… nonono… esto es un error.
Apartó a Horror que la miraba confundido.
- Estas bien?
Lust observaba a ambos desnudos y cubrio con las sábanas su cuerpo por completo. Se apartó de Horror casi al borde de la cama… y de caerse...
- Creo que tomamos demasiado anoche.
- Si, es verdad.
- …. No recuerdo mucho… - mintió la morada algo ruborizada. - pero parece que nos pasamos no crees?
- Supongo que sí…
Horror recordaba al igual que ella absolutamente todo lo que había pasado anoche, pero al ver aquella reacción, comprendió que Lust no estaba lista… o hasta se arriesgó a pensar que estaba arrepentida. Aunque no parecía muy arrepentida de aquel comportamiento… y menos lo había demostrado la noche anterior.
- Haré café para ambos y buscaré algo de ropa.
- Gracias…
Horror le dejo ropa a Lust y ya él también vestido se dirigió a la mini cocina que aquella habitación parecía tener.
Mientras preparaba ambos cafés, se llevó una mano a su cabeza sonriendo sin poder aún creer lo que había pasado ayer.
Aún podía sentir el perfume de Lust en su piel.
- Aquí tienes.
- Gracias.
- Puedo conseguir algo para la resaca si quieres.
- Estoy bien.
Incómodo silencio… ambos daban sorbos al café.
- Sabes para ser tan gruñona haces buenos gemidos…
Lust se atragantó.
- Disculpa?
- Nada solo digo que pareces hacerte la mala todo el tiempo… y en la cama eres completamente dominada… - Horror daba sorbos mientras sonreía.
Lust se levantó y le dio el café a este muy ofendida.
- Lo que pasó ayer… fue un error… estaba ebria y… sabes que? Ni siquiera tengo que darte explicaciones.
Tomo sus cosas y salió. Horror simplemente sonreía. Luego sintió unos tacos volver.
Lust estaba morada hasta su último cabello.
- No… yo no me iré porque esta es mi habitación. Tu te irás…
- Que pasa Lusty… te sientes nerviosa?
Horror caminaba hacia ella mientras aquella morada parecía retroceder.
- Largo! Te veré en el cena. Cualquier duda puedes escribirme… no necesitamos estar tan… juntos.
- Cobarde.
Horror salió y ella estaba peor por aquellas palabras.
- No soy cobarde!
- Lo eres… igual creo que eres hermosa. Disfrute mucho anoche.
- Pues yo no!! Largo de aquí!!!
Horror cerro rápido antes de que le arrojará algo como siempre solía hacer.
Durante la cena, en aquel lujoso restaurante, Horror había llegado antes. Comenzó a hablar con el cliente sobre la noche, el lugar y la música.
Para ser alguien tan misterioso, su aspecto era de un hombre mayor, algo gordo. Que se notaba que solo le importaba una sola cosa en este mundo y eso era el dinero.
Y Horror conocía personas así, que creían que con dinero podían comprar lo que quisieran.
Cuando tocaron el tema negocios, aquel hombre interrumpió a Horror y se prendió un gran habano.
- Sabes, me sorprendió tu reacción aquella noche. Me gusta tu actitud… pero investigué tu empresa y creo que la señorita Desire tiene más años que tú. Pienso que me gusta hablar con gente más experimentada.
- Bien, lleva algo retrasada pero supongo que no tardará en llegar.
Cuando ambos giraron al escuchar una dulce voz, justo estaba entrando Lust.
Se veía completamente hermosa con un vestido rojo, largo con un gran tajo en su pierna que dejaba al descubierto.
Aquel vestido marcaba muy bien su cintura y figura esbelta. También el escote era terriblemente delicioso. Invitaba a explorar lo justo y necesario pero no desviaba la atención.
- Disculpen la tardanza… - dijo dulcemente mientras aquel hombre y Horror se paraban para recibirla. - no podía encontrar un taxi.
- No sé preocupe señorita Desire, con su belleza cualquier hombre podía esperarla eternamente y sin queja alguna.
Lust sonrió y extendió su mano para recibir un dulce beso en su mano.
- Me halaga señor Spire… me gustaría poder decir que disfrutó de la compañía de mi compañero en mi ausencia?
- Jajaja! Pequeña… creo que me aburrí un poco, parece que el señor Tale solo quiere hablar de negocios.
El camarero llegó para llenar de vino la copa de Lust y cuando preguntó qué querían comer, aquel cliente pidió por Lust.
- Espero no le moleste mi elección.
- Estoy seguro que será la mejor elección para mi señor.
Horror estaba asombrado… de verdad jamás vio a Lust siendo tan sumisa. Hasta le daba algo de asco ver como aquel hombre pedía por ella o las cosas que se atrevía a decir. Y aquella morada simplemente sonreía para mostrar su lado más dulce ante un viejo completamente libidinoso...
- Bien como mi compañero seguro le ha comentado.
- Silencio, si? Primero cenemos, no me gusta hablar de negocios durante los alimentos. Mi madre siempre decía que era de mala educación.
- Jaja! Por supuesto, su madre era muy sabia.
- Precisamente querida… - exhaló el humo en la cara de Lust que apartó su mirada intentando no toser.
Horror presiono su puño debajo de la mesa… de verdad ese tipo era un verdadero idiota.
Luego de la cena Lust intentó nuevamente hablar de negocios y nuevamente fue interrumpida.
Horror ya cansado decidió hablar.
- Señor Spire, como dije antes al igual que usted no nos gusta perder tiempo, si no está interesado...
- Pero yo ya hable con Nightmare y le hice un trato que creo que es algo justo.
- Y cuál sería ese trato?
Lust bajo la cabeza, entonces Horror entendió. Todos sabían de aquel misterioso trato menos él.
- Te gustaría bailar Lust?
- Yo…
- Ven vamos a bailar, disculpe señor Spire.
Tomo de la mano a Lust y fue a la pista donde ya había parejas bailando lento.
- Cuál es el trato.
- Horror…
- Porque no me dijiste que ya había un trato. Creí que éramos un equipo.
Lust evitaba mirarlo.
- Por qué hable hoy con Nightmare antes de venir… es por eso que llegue tarde.
- Lust mirame.
- No… no p-puedo mirarte.
Soltó a Horror y se dirigió a la mesa. Saludo a aquel hombre para dejarle una tarjeta, y salir de ahí. Horror se acercó a la mesa.
- Bueno el trato está hecho. Fue un gusto hacer negocios con ustedes.
Estrecho la mano de Horror que estaba muy confundido.
Horror vio que la tarjeta que aquel hombre tenía en la mano, era la dirección de la habitación de Lust en el hotel y su número telefónico.
Solto la mano de aquel hombre y corrió a buscar a Lust. Aquella morada se encontraba afuera ya abrigada y estaba esperando un taxi. Cuando vio a Horror trotando hacia ella siguió caminando en otra dirección.
- Lust espera!
Horror logró alcanzarla y tomarla así del brazo. Cuando giró para hablar con ella suaves lágrimas adornaban sus pómulos.
- Lust…
- El trato soy yo, esta bien? Una noche con él. Nightmare hizo el arreglo…
- No lo hagas.
- Horror es mi trabajo… es…
- Tu eres más que todo esto… no lo hagas.
- No lo soy… no soy nada. Lo de anoche fue un error y… te pido que ambos lo olvidemos.
Detrás de ellos estaba Spire que no noto que estaban ambos cerca y hablaba con un amigo que se había encontrado.
- Las mujeres son todas así… arroja un poco de dinero y vendrán como pirañas. Yo ya compré una hoy… y me salió muy barata!
Ambos reían, Lust intentó frenar a Horror pero fue tarde. Se acercó sonriendo con aquellos dos hombres.
- Vaya… tengo envidia señor Spire… así que mi compañera le salió barata?
- O tu otra vez…. piérdete niño.
- O vamos… no le gustaría compartir? Creo que aburriría a cualquier mujer por eso tiene que pagarles no?
- Que dijiste!? No es mi culpa que tu compañera sea una puta barata…
Horror no lo pensó, simplemente su puño golpeó a aquel hombre rompiéndole la nariz. Algunos empezaron a llamar a la policía mientras ayudaban a aquel anciano.
Lust tomó del brazo a Horror y lo subió al taxi que había pedido. Aquel hombre quedó gritando que no había trato.
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