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Capítulo XXXVI


Con voz mesurada, el calor en el ambiente, el fresco aire que pasaba entre los arboles con el característico susurro de las hojas, hasta mover sus cabellos negros en un bailoteo... era lo que mas reflejaba la tranquilidad de aquel relato como si fuera un cuento contado por una madre a su hijo; con calma, amor y un reflejo de sensaciones llenas de un fulgor que no podía describir. Él escuchaba, William notaba tanto cada expresión y cambio de tonalidad que dejaba a la vista el ojirojo frente a él.

-Ellos me enseñaron muchas cosas, fueron las únicas personas que me quisieron y me dieron lo que no tuve nunca. –William lo miró extrañado, con una ceja enarcada. –William, no tengo una familia tan grandiosa como la tuya. Quizás en un pasado la tuve... solo—tragó con dificultad — que no llegué a conocerla... –votó, quizás el quintuagésimo suspiro para calmar su ansiedad y seguir hablando —Yo soy huérfano. Mi familia murió para protegerme, pero... caí en las manos de alguien que se hace llamar mi tutor, pero ni siquiera vela por mi seguridad y no le importa dónde yo termine, siempre y cuando pueda manipularme a su antojo.

La expresión de odio y la voz gruesa que salía ante esas últimas palabras dejaron a William perplejo, viendo que realmente aquel chico de tan buen corazón, había estado rodeado de momento difíciles...





Nooo






Esa palabra se quedaba corta en esta situación






Las lágrimas saladas convertidas en un cristal rodaban por la piel pálida de su rostro, saliendo con tal dolor que estrujaban el corazón de Spears, quien se mordió los labios sin saber que decir. Abrazó de nuevo a Michael creyendo que así podría confortar el alma rota de este muchacho. Pero sabía que no le iba a ser suficiente, después de todo... a penas este relato empezaba.

–El primero fue Edwart –se alejó del pecho del mayor para poder hablarle cara a cara, sonriendo ante el nombre de aquel joven –sus ojos siempre miraban todo, y aunque algo en apariencia mía fuera horrible, él me enseñó a verlo de otra manera, y podía hacerlo parecer más precioso de lo que aparentaba con su pintura. Frederick, fue el segundo. Me mostró el cielo, el mapa que vive en él y lo unido que está con el mar, me enseñó a navegar y explorar los horizontes más lejanos que la imaginación no alcanzaría. George, el tercero, me enseñó la libertad, la amistad sincera y las cosas que no sabía que podía ser capaz de hacer. Poul, me enseñó los modales, el respeto, a tocar el violín e incluso que... aunque tengas una enfermedad, puedes ser capaz de lograr todo lo que quieras. Cristian..., me enseñó la genialidad de la cocina y la cantidad de sabores que podías hacer y combinar. Yo amo la comida, pero él hizo que la amara mucho más; aunque de ese tiempo con él... —Sebastian se sonrojó ligeramente avergonzado –creo que también descubrí lo descarado que puedo llegar a ser. –Ante el comentario William lo miró sin poder creerse lo que acaba de escuchar, aunque la cara de Michael lo terminaba de confirmar, William abrió los ojos como platos sonrojándose por igual hasta que empezó a reírse, y con bastante fuerza a cada segundo que pasaba. Sebastian estaba atónito, pensaba que con eso William se enojaría con él, pero esto parecía lo contrario, y... a decir verdad..., amaba eso.

Después de aquella carcajada William le pidió que continuara, pidiéndole que le contara específicamente lo que había vivido con cada uno. Esa tarde William sintió como el corazón de Michael se estaba abriendo para él, y se sentía afortunado. En cada detalle, notaba como las expresiones cambiaban en los ojos del menor; en sus labios, sus manos y su voz.

- ¿Enserio miró tus manos así? –preguntó bastante enojado ante la mención de esto último.

-Pero comprendo por qué Cristian lo hizo, no es algo muy común y no es muy lin...

-Sebastian incluso aunque no fuera común, yo nunca dije nada. Es más, me parecieron lo más precioso que pude ver después de tus ojos —Sebastian enrojeció hasta la médula, bajó la mirada avergonzado, pero le había encantado el comentario, lo sabía, porque mordía su labio con cierto coqueteo después de eso.


Espera un momento...






¿Coqueteo?






"No otra vez" –pensó al ver que de nuevo su cuerpo estaba actuando por su cuenta, por instinto. Pero no debería pasar, ya lo tenía controlado ¿no?

- ¿Sabes? Todo estaba bien hasta este punto, pero creo que ahora me cae mal ese tal Cristian –puchereo el mayor, causando que Sebastian se riera de sus expresiones, causando que William sonriera de medio lado.

El ojiverde aprovechó para poder tomar la cadera de Michael y acorralarlo en el suelo causando que Sebastian aumentara su risa y contagiándosela al mismo tiempo a Will, mientras le hacía cosquillas.

-Me causa envidia que cada uno de ellos te enseñara tantas cosas... en cambio yo no tuve nada que ofrecerte —mencionó acomodándose al lado de Michael luego de su jugueteo, pero sin dejar de sostener el peso de su torso, cerca del de Sebastian para estar igual de cerca a su rostro.

-Claro que sí. Y me ayudaste mucho. Tú me enseñaste a leer y a escribir, me di cuenta que fue lo esencial para poder aprender las cosas que sé y comprender de dónde provenían. Podía leer instrucciones que no podían explicarme con su propia experiencia porque eran chicos de mi edad y aún aprendían de la misma forma que yo lo hice con ellos; me enteré de muchas cosas de lo que conocía, pero de mejor manera, con más precisión y para mí es lo más especial que has hecho.

-Aun así, me falta mucho por aprender –sus rostros estaban cada vez más cerca y Sebastian los acercó más tomando a William de las mejillas, sin poder evitarlo.

-Eres mucho más sabio de lo que yo podría ser, incluso con todos ellos juntos... sobre todo porque me enseñaste... —lamió sus labios humedeciéndolos ligeramente —que amar es más fuerte que el dolor... y que se puede hacer todo por eso. –Sebastian sonrió acariciando con ternura al mayor, William tomó su mano izquierda y la besó, acercándose después a Michael para sellar su boca con la de él.


Sí, tenían razón, ambos les faltaba mucho por aprender, pero por ahora...






Aprenderían juntos






Ambos cuerpos se apegaban cada vez más, la ropa empezaba a estorbar y no podían contenerse. Se necesitaban, y no podían estar tanto tiempo alejados el uno del otro. Sebastian se acostó boca abajo para poder desabotonar su camisa y quitarse el pantalón, William lo ayudó con este ultimo sin dejar de besar sus hombros y clavícula. El viento pasaba por sus cuerpos como una caricia, pero el calor no dejaba que se enfriaran, y la hierba no impedía que sus caricias fueran mas pasionales a pesar de la picazón que provocaba bajo ellos. William, ya desnudo de la cintura para arriba, acariciaba con sus grandes manos el cuerpo delicado y suave de Sebastian, que ya se encontraba como Dios lo trajo al mundo. El ojiverde se frotaba con necesidad al igual que el menor contra él, su trasero rebotaba con bastante peligro cerca de la hombría de William, deseoso por saber como se sentiría dentro de él. Spears también quería sentir esa sensación, pero creía que no era el momento adecuado todavía.

-Will~ ahj –pero aquellos ojos llenos de placer en un intenso rojo lo tentaban. William se mordió el labio con ansias ante tal expresión del menor, no podría contenerse más si Michael seguía igual.

-AHJG —gimió con fuerza ante la abofeteada que recibió en una de sus nalgas, poniéndose ésta colorada en segundos, Sebastian había sentido un corrientazo en su columna ante tal acto tan repentino volviéndose colorado, tanto por la acción como por la vergüenza de desear que pasara de nuevo. Volteó a ver al ojiverde sobre su hombro sorprendido, pero William estaba igual cuando lo miró; sorprendido y colorado. William lo abrazó, apegando su pecho con la espalda de Sebastian, tragó duro, no podía detenerse y no deseaba hacerlo así siguió con las locuras que su mente le enviaba para que hiciera con el menor. No podía controlarse, quería más; ese éxtasis... quería saborearlo. Su boca atacó la ajena acariciando en un gentil gesto su cuello, mientras sus dedos se dirigían con cautela a aquella fina y tentadora cavidad bucal hasta desocuparla dejando un hilillo de saliva uniéndolo al menor, rompiéndose en segundos al adentrar sus dedos en ésta jugando con su legua, sacándole suspiros ahogados al ojirojo mientras chocaba su vestida hombría contra el trasero de Michael.

Sebastian estaba perdido en su ensoñación erótica, mientras se empujaba contra William con necesidad; chupaba con vehemencia aquellos dígitos que invadían su boca y encantado gemía con agudeza, apretando con fuerza la manta bajo ellos, pero más que eso, atravesando aquella suave y delicada tela con sus largas uñas enterrándolas en la tierra por tal placer.

Estaba tratando de controlar su lado demoniaco, pero estaba deseoso de sacar cada gota de su ser para sentirse envuelto en la lujuria, manchado del placer y las sustancias que William estaba dispuesto a darle. Solo imaginarlo le causaba una corriente en su espalda sin poder evitar gemir necesitado. William quitó sus manos de aquel cuerpo tentador para darle la vuelta y apreciar el enjambre que estaba formando en el ojirojo. Sebastian contrajo las uñas por lo menos de una de sus manos, mano que William entrelazó mientras alzaba una de sus piernas para empujar contra la intimidad de Michael, haciéndolo gemir ahogadamente apretando sus ojos. Aunque su hombría vestida entre aquellos pantalones no fuera lo que deseara, le estaba dando el placer más grande que hubiera sentido antes; podía notar simplemente así lo grande que era William, lo duro que estaba por él y lo delicioso que se sentía que empujara entre su rosado agujero y su miembro, restregándose cada vez con más necesidad, causando un nudo en su abdomen que lo enloquecía mientras que William lo besaba con necesidad, con pasión, dominando totalmente la situación.

Sebastian jamás había experimentado tal cosa, ni siquiera en sus más lujuriosos sueños había tenido tal acalorada situación, pero era más que obvio que la realidad era mejor que la ficción, y lo estaba sintiendo con fuerza cuando llegaron al clímax gimiendo cada uno sobre la boca del otro mientras sentía como un líquido espeso lo manchaba, y cómo los pantalones de William se mojaban igualmente dejando una mancha notable en la prenda.

Ambos suspiraron cansados, pero ninguno se separó, solo siguieron viéndose como si el otro fuera el universo mismo frente a ellos. Sebastian estaba feliz por poder vivir aquella experiencia con este chico.






Definitivamente era el chico ideal para él.



Continuará...

Ƹ̴Ӂ̴Ʒ

Hola mis queridísimas almas lectoras. ¿Qué tal les ha parecido hasta el momento la relación de Sebastian y Will?, espero que si les agrade, porque pronto estaremos viéndolos cruzar la raya y ya saben a lo que me refiero 7v7

Sé que los capítulos han estado cortos, pero es necesario que lo sean, así el suspenso tiene más sabor xD ajajajajaj 

Hay un AVISO IMPORTANTE así que espero estén atentos a él aquí abajo. 0_0

En agosto empiezo de nuevo la U, ya voy para mi 4° semestres y espero poder organizar todo como debería. Y si funciona lo que planeo, estaré publicando capítulo de COMPAÑEROS los viernes, pero no todos los viernes, si no que cada 15 días. Así que la próxima actualización será el 5 de agosto. (un día antes de mi cumple (^▿^)¡¡que emoción!!)

Bueno, no siendo más espero lo hallan disfrutado, ya esto está en su recta final así que preparence para todo, porque todo puede suceder.

Recuerden no fumar, no tomar tantas bebidas alcohólicas, ni tomar drogas, porque la vida es corta y es una sola.

Ba bay <3

Violinblanco cambio y fuera ♪

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