Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XII


Capítulo 12

Dolor (1/3)

¿Qué ocurrió?

-Vaya, vaya Adrian, ¿qué te trae por aquí a estas horas?

-Me creerías si te digo que vine a verte.

-No, claro que no.

-Jijijiji. Sigues siendo difícil querida Hanna.

Esa noche después de asegurar que William se quedaría con Sebastian fue al otro lado de la ciudad a visitar a una vieja conocida, una de años, incluso décadas; aquella joven mujer de cabellos blancos y largos hasta más debajo de la pantorrilla conocida como la vaina de la espada demoniaca. Ella le había sido de mucha ayuda en varias ocasiones cuando le era debidamente necesario, una persona experta sobre todo en estos temas. Claramente en secreto de los ancianos del consejo de Shinigamis,

A ella si le quedaba el dicho "sabe más el diablo por viejo que por diablo"

Pero a pesar de sus años de conocidos para Under le era extraño que un demonio portara un arma que matara demonios, pero en esos asuntos no se metería él para nada, no quería problemas en su tranquila vida en el mundo de los hombres, por esa razón nunca se había burlado de tal tema como solía hacerlo para fastidiar a la gente.

-¿Qué ha pasado con tu problema?

-Bueno, aparte de que ese pequeño demonio se metió en la boca del lobo sin tener consciencia de ello, no hay nada más.

-¿A qué te refieres?

-Michael—la morena dejó todo lo que estaba haciendo poniendo sus ojos azules en la presencia del mayor de los Shinigamis—fue la victima esta vez.

-¿Él está bien?

-Por ahora sí. El problema es que ya lo tienen en la mira desde hace mucho. Y esta vez fue más complicado—mencionó apenado. Hace siglos habían tenido este mismo problema en la ciudad pero supieron arreglar bien esta situación sin que nadie resultara herido, pero eso ya era parte del pasado y ahora era diferente.

-Se ha hecho más fuerte—susurró la mujer recargando sus manos en la mesa frente a ella, pensando en una solución a este problema--¿sabes dónde está esta vez?

-Gracias a Michael. Si, lo sé.

Hanna acomodó sus cosas en los estantes, guardando libros y elementos que varias veces él había usado pero nunca se había detenido a saber en qué lo empleaba la joven morena, nunca fue seguro preguntar lo que hacía esa mujer en ese lugar oscuro lleno de cosas extrañas hasta para él mismo, con cortinas pesadamente gruesas de color morado oscuro y puertas de caoba con un seguro más grande que su cabeza cubriendo el pequeño lugar en donde ella vivía, literalmente su instinto le decía que ella no le respondería algo muy bien visto a sus preguntas.

La mujer se alejó de su escritorio e invito al peliplata a sentarse en unos viejos y polvorientos sofás de Chenille de color negro. Ya sabía para donde iba todo esto, claramente este tema necesitaba un tiempo para platicarlo.

...

Sabía que era más de media noche cuando despertó, abrió los ojos adormecido sin recordar en donde se encontraba hasta que sus ojos se abrieron de golpe sintiendo un peso de más sobre su cuerpo, tomando los lentes de la mesa de noche pudo notar mejor el panorama, el que yacía encima era Michael, recordó en una micra de segundos lo que había pasado anteriormente, frunciendo el ceño apartando sus manos de lo que parecía era la cadera del menor haciendo lo posible de levantarse sin tener que despertarlo, se sentó en todo el borde de aquella vieja cama tomando su cabeza con desesperación y regañándose así mismo por eso. Era la segunda vez que pasaba y no podía evitar hacer lo que estaba haciendo, mientras recogía su ropa se maldecía con todo el arrepentimiento del mundo reflejado en su rostro, no podía dejar de fastidiarse a mí mismo por tener que hacer esto por obligación. Él no era Grell y aún así parecía no tenerlo claro, cada vez que pensaba en tener su piel melocotón y cabellos carmesí en sus manos después se iba de su mente y aparecía esos cabellos color carbón tan oscuros como la noche y esa piel crema como la de una muñeca de porcelana haciendo que en su pecho hubiera una opresión que le quitaba el aliento haciéndole culpar por lo que hacía a pesar de que es Michael el que tenía la culpa, según él.

-Lo siento Grell—susurró a la nada desordenando sus cabellos y alejándose de aquella cama para poder retirarse frenando sus pasos al recordar el frio inmenso que a esas altas horas de la noche calaba los huesos, regresó a la cama en busca de aquella chaqueta que Michael tenía cuando llegó encontrándola bajo el cuervo quien la abrazaba con necesidad como si fuera lo único que fuera a protegerle, chasqueo la lengua con disgusto y salió de allí sin mirar atrás, pero se devolvió, mirando a Michael desde el marco de la puerta, tomando esta y cerrarla levemente. Enserio que estaba mal, al menos así lo consideraba. Se alejó por el pasillo oscuro hasta llegar a la tienda del hombre mayor quien precisamente entraba a su hogar después de su largo viaje más allá de la ciudad.

-¿Te vas tan pronto?—mencionó juguetón, el azabache solo frunció más el ceño de lo que ya lo tenía haciendo que la sonrisa que portaba el hombre se esfumara. Sabía que había problemas.

-Ya hice lo que tenía que hacer, es hora de regresar a casa y dejar de perder el tiempo—y así sin más se alejó de allí para continuar con su búsqueda. Acostándose con Michael no haría regresar a Grell, y eso lo sabía como nunca. Under solamente negó con la cabeza al ver alejar al azabache por la puerta, un maullido le interrumpió sacándole una media sonrisa.

-Parece que tu amo necesitará de tu compañía de nuevo Kuro—suspiró cargando al gato para dejarlo en la puerta de la habitación donde descansaba el menor, el peludito animal entró campantemente por esta y se acostó cerca de su amo—y vaya que la necesitará ahora.

...

El sol estaba asomándose ligeramente por las cortinas de cada casa de la ciudad dando comienzo a otro día frio y húmedo por el calor que se avecinaba pero a gusto para los trabajadores y los niños que salían de sus casas a hacer sus deberes.

A diferencia de aquel ser inhumano que se removía algo incómodo en aquella vieja cama, palpando a su lado buscando el calor que le brindaba tanta paz y que necesitaba, al sentir aquel espacio frío y sólo, abrió los ojos con lentitud frunciendo el ceño al no encontrar a William allí. No creía que la punzada en su corazón fuera más fuerte al encontrarse con el vació, esto le hacía recordar esa pesadilla que tuvo tiempo atrás y que era más frecuente cada vez más. Ayer...lo que paso fue algo inesperado pero logro sacarle esos gritos de la cabeza en un instante, que ahora estaban de vuelta, aunque esta vez no tan irritante; apartó sus mechones de su vista viendo como una bolita de pelos dormía apaciblemente en la esquina de su cama, se sentó cerca de este para acariciar al minino quien se estiró a su manera sacándole una ligera sonrisa al azabache antes de apartarse y salir de la alcoba dejando solo a su amo. Sebastian solo suspiró viendo la habitación, no había rastro de él, así que se levantó cambiándose con la ropa que yacía en el suelo y por ultimo tomando el saco de William, salió hacia la tienda encontrando a Undertaker trabajando en sus ataúdes y acomodándolos como siempre.

-Vaya vaya, ya está aquí—le miró con una sonrisa de lado para después terminar de poner la tapa—¿está hoy bien señor mayordomo?

-¿Donde está William?—mencionó evitando de alguna forma todo lo acontecido la noche anterior, ya le conocía sus artimañas para poder sacarle información, sus expresiones de picardía lo decían todo.

-Se fue hace unas horas.

-¿Cómo?—Michael revisó su bolsillo buscando el reloj, claramente recordando el por qué no estaba consigo, miró hacia el reloj de Undertaker que yacía pulcramente limpio en la mesa de escritorio dando con la respuesta que quería--pero si apenas amaneció—sí, apenas el reloj marca las 6:27ª.m. dejándolo desconcertado.

-Por eso



"¿Es enserio?"



Llegó a pensar el joven cuervo dejando que su ceño se frunciera cada vez más, apretó sus labios dispuesto a dejarle en claro a Spears que él no era ninguna prostituta que pudiera utilizar a botar cuando quería. Le pidió a Undertaker que lo llevara de vuelta a la casa que compartía con el mayor; al llegar a la casa buscó a William pieza por pieza dando por hecho que este no se encontraba.

-Y por qué tanto interés en reprenderlo ¿hu? ni que tuvieran algo—frenó en seco al escuchar las palabras del mayor, regresando sus pasos hasta observar aquellos ojos ocultos en su larga cabellera platinada— ¿no dices que estas confundido?—se fue sentando en uno de los sillones invitando a Michael a hacer lo mismo—entonces cuéntame lo que pasó.



...


Ya había pasado dos mese desde que enterraron al Conde Phantomhive. El tiempo pasaba lentamente para ambos azabaches, que por cierto volvían a tener esas peleas frecuentes y miradas de odio por parte de William. Michael, cada vez que pasaba, solo podía morder su labio inferior y rasgar su brazo izquierdo, ya era una manía por todo lo que pasaba y lo peor es que no sabía cuando se lo hacía, Undertaker trataba de calmarle y ayudar con lo que fuera necesario, terminó dejando al gato Kuro donde Hanna porque ciertamente él no podría cuidarle y mucho menos su dueño. La mujer con un firme "de acuerdo" se lo quedó sin ninguna queja dejando muy bien sabido que también le agradaban los felinos.

Under trató de averiguar otras cosas con la mujer hasta incluso desenterrar de nuevo los cuerpos para poder revisarlos con más detenimiento para saber si esta criatura se había hecho más fuerte como lo confirmaba Hanna cada instante. Sebastian, tenía el plan de buscar a la mujer en donde fuera (sin saber que esta estaba más cerca de lo que pensaba), solo para saber cómo era posible que Claude Fausto haya hecho tal macabro juego con el anillo de su bootchan y si podía ser posible que esto haya pasado en esta ocasión quizás el joven Ciel podría volver a su cuerpo y podría dejar el pasado atrás para no regresar. William solo buscaba por las bibliotecas de cada sede de Shinigamis en las que tenía una autorización de los ancianos, buscando lo que fuera ese demonio, porque si sabía que lo era, un demonio podía darle pelea a otro incluso si este tenía una buena destreza y una edad innumerable como lo era Michael, pero parecía que en las sedes no tenían mucho conocimiento sobre esto y nadie podía brindarle una respuesta, así que optó, de nuevo, hablar con Michael.

-Claude Fausto sabía más de estos temas, era un demonio unas décadas más que yo y había aprendido más de este tipo de artes oscuras.

-¿Y dónde está ahora?

-Él está muerto

-Carajo—golpeó la mesa irritado—maldito el que le mató—susurró al ver su única oportunidad en la basura.

-Pues gracias por el cumplido—cuando el cuervo mencionó esto la mirada de William era sorprendida hasta pasar por una de pura ira.

-¿Eres un hijo de puta o qué, sabes lo importante que podría ser su información?

-Eso pasó ya hace mucho Spears ni que pudiera leer el futuro solo para complacerte, así que no me vengas a reclamar nada porque si no fuera por mi estarías igual que cuando empezaste.

-Aún así estoy igual de jodido con tu "ayuda".

-Qué quieres decir con "ayuda", ¿crees que no he hecho nada en toda esta maldita investigación?

-No, solo sabes es meterte en problemas y salir enfermo o inconsciente de algún lugar porque tu débil cuerpo no lo resiste.

-De acuerdo, como no sirvo de nada, según usted, entonces olvídese de que lo voy a ayudar, me largo de este sitio.

-Bien—y sin decir nada más William tomó su guadaña y saco para salir de ese lugar por el portal directo a la sede Shinigami. Sebastian solo se dirigió a su habitación cerrando de un portazo completamente molesto y abriendo su armario para sacar lo poco que tenía dentro de esta para poder irse lo más rápido de ahí antes de que Spears volviera, hasta que cayó en la cuenta que si quería salir de allí necesitaría una guadaña, una que no tenía.

-Carajo—maldijo entre dientes cerrando de nuevo su armario y sentándose en el suelo recargado al viejo mueble sin tener solución alguna. Como odiaba que las cosas estuvieran en su contra.


...


El reloj marcaba las 11:37 p.m. Sebastian yacía solo en su cama, había tratado de reconciliar el sueño pero no había tenido la tranquilidad para hacerlo. William aún no regresaba y aunque hubiera peleado con él hace ya unas horas, le preocupaba. Sebastian parecía tener una parte de si tan ingenua al tener ese pensamiento, pero alejando todo eso de su cabeza se levantó de la cama quitando su camisa para aprovechar ese momento de soledad para estirar las alas; se observó en el espejo y acaricio estas con suavidad dejándose llevar un poco por la húmeda noche, cerrando sus ojos y escuchando el suave susurro del viento fuera de esa casa. Escuchó un ruido más cerca de él, como un susurro y después que algo se caía tomando la atención absoluta del menor quien miró a su alrededor alarmado, pero... no había nada, respiró un poco para luego ir a la bañera a tomar una corta ducha para relajarse. Saliendo de esta tiempo después se dispuso a secarse y observar su cuerpo en el espejo notando su brazo arañado por sí mismo, suspiró con los ojos cerrados ante eso recargando su frente contra el vidrio frio del espejo, tan sumido en sus pensamientos estaba que ni siquiera notó la presencia que entraba a su habitación, lo siento cuando este acarició sus alas con curiosidad, Sebastian se apartó con rapidez ocultando estas notando que era William.

-¿Y por qué esa reacción?—preguntó en voz algo grave y casi balbuceante.

-Solo me sorprendió es todo—mencionó con el ceño fruncido alejándose de Spears para acostarse en la cama—y si es muy amable de salir de mi cuarto se lo agradecería mucho.

-No deberías tener esa actitud conmigo—se acostó encima de Michael aprisionando su delgado cuerpo con el de él mientras besaba sus hombros y su nuca.

-William, ¿qué crees que estáa~ahj?—gimió al sentir como el mayor metió un dedo dentro suyo sin aviso—W-William—tragó saliva ante la presión dada por el Shinigami, volteó su rostro dejando a la vista su sonrojado rostro notando que William olía a alcohol, suspiró irritado volteando su cuerpo a como fuera lugar para forcejear por su libertad, que no consiguió, así que dejo que Spears hiciera lo que se le diera en gana con él, de todas manera solo seguiría siendo usado por ese hombre quien solo pensaba que él era Grell.

El sonrojo, y quizás la vergüenza, se habían esfumado, Michael solo se quedó quieto mirando al techo blanco tratando de ignorar todo lo que el azabache mayor hacía en él recibiendo una interrogante de Spears al no tener alguna reacción ante sus actos.

-No es nada importante—le respondió a su pregunta, William se lo tomó bien y siguió con lo suyo haciendo que su cuerpo se contrajera y que sus labios sacaran uno que otro gemido involuntario, dejando que el sonrojo en sus mejillas se esparciera cada vez más; como odiaba que William supiera como dominarlo, que reaccionara a su cuerpo y a su tacto. Pero esta vez no se sentía como la primera vez y mucho menos la última, esta vez Sebastian ya estaba cansado que fuera lo mismo, no vale la pena hacerlo de nuevo y menos creyendo estúpidamente que esto podía significar algo porque sabía que William Spears pensaba en Grell, solo en Grell cada vez que lo hacían.

Sebastian fue preparado con absoluto cuidado, sintiendo como sus piernas eran levantadas para darle mejor acceso al mayor quien al entrar completamente en el cuervo empezó a acariciar sus muslos como si fueran la más pura porcelana que tuviera en sus manos, mientras besaba su cuello y hombros. Sus gemidos se empezaron a escuchar por la alcoba, sus manos se aferraban con fuerza a las sábanas siendo presa del placer y el sentimiento que le profesaba a ese hombre que tanto daño le había hecho, abrazó al mayor por el cuello sintiendo como este cada vez besaba sus mejillas y le susurraba al oído cosas inimaginables pidiendo más de él, hasta que ambos pares de ojos se miraron por unos segundos mientras se seguían moviendo con lentitud y profundidad. William rozó sus labios con los de él hasta besarle. A pesar de todo lo que dijera o pensara de William este siempre lograba sorprenderle. Su schoock duró apenas unos segundos hasta recibir a gusto esos labios que le besaban con ternura, o eso quería creer.

William se alejó de sus labios alzando una de sus piernas hasta su hombro embistiendo con rapidez y anhelo por satisfacerse, Sebastian se levantó abrazando la nuca del mayor y juntando sus labios de nuevo queriendo más de esa droga que ahora eran esos labios para él profundizando su beso cada vez más, William tomó sus cabellos haciendo más presión hasta con la mano que yacía en su cadera, queriendo estar más unido a este ser más de lo que ya estaban, adentró su lengua por aquella cálida cavidad bucal notando que aquella dentadura era normal, pensó erradamente que era porque Grell lo hacía para no lastimarlo con sus colmillos, siguiendo el beso con desespero sacando gemidos constantes a su amante, Sebastian se separó de él con los labios hinchados y húmedos por aquel beso, abriendo sus ojos dejando ver un fucsia intenso y dejando sus alas libres por ese acercamiento a su ser demoniaco, William volvió a besarlo acostando al menor en la cama hasta sentir algo suave bajo sus palmas, abrió los ojos algo desconcertado mientras que seguía el beso pero ahora quedándose quieto al sentir un pequeño colmillo con su lengua. Se apartó de Sebastian algo agitado y deteniendo todo con brusquedad. El alcohol había salido de su sistema en el acto, sus ojos no dejaban de mirar a Michael algo desconcertado. Sebastian lo miró con aquellos ojos aún fucsias y sus colmillos sobresaliendo por sus labios rojos e hinchados, llamando más que la atención por las alas que acaparaban la mayoría de la cama.

-Will...¿qué pasa?—susurró algo... asustado(?. William solo salió de él y tomó su cabeza con una mano despeinando sus cabellos, no sabía lo que estaba haciendo allí y mucho menos lo que acababa de pasar, se alejó del otro recogiendo sus cosas hasta llegar a la puerta y sin mirar atrás dijo un "lo siento" y cerró dejándose escuchar un portazo por el corredor y algunas cosas que caían y se rompían a su paso.

Sebastian se quedó tan quieto como pálido, la punzada en su pecho volvió y con él el recuerdo de las palabras de William de hace tiempo atrás "Me repugnas" Sebastian se acostó en la cama totalmente ido por lo que acaba de pasar sin notar cómo se aruñaba el brazo izquierdo de nuevo y el cómo las cristalinas gotas saladas caían de sus ojos cambian de color ligeramente a uno más oscuro.



Esto solo estaba empeorando.



Continuara...

Ƹ̴Ӂ̴Ʒ


Hola, hola mis queridísimas almas lectoras. Qué bueno poder escribir un capítulo así de largo y con el que me sienta realmente satisfecha. Sinceramente este capítulo lo trabajé bastante por no escribí exactamente todo lo que tenía en el borrador, solo fueron cosas pequeñas las que puse de él y personalmente me enfoqué mucho en leer y releer porqué habían partes que estaban muy mal escritas u otras que ya no tenían sentido, (la historia la había escrito hace más o menos dos años) y ciertamente todo lo que había en ese capítulo lo decidí partir en dos y escribir más cosas que me vinieron a la cabeza y sobre todo detalles que se me habían escapado.

Enserio que en ese momento noté lo novata que era xD

Espero les haya gustado porque esta historia está en su recta final, no puedo asegurar cuantos capítulos faltan pero sé que son pocos, así que espero sigan disfrutando de este fic conmigo porque se los dedico a todos ustedes.

Preguntas chan chan chan chaaaaaaaan xD

¿Qué creen que Sebastian le contó a Under?

¿Se habían imaginado ver a Hanna en el fic y que ayudara a Under?

¿Qué creen que pasará de ahora en adelante?

Y díganme ¿Tienen trabajo? Y si no ¿En qué han pensado trabajar?
Yo ciertamente estoy trabajando ahora por mi propia cuenta, saben que me gusta la banda de Kpop BTS y estoy comenzando mi pequeño "negocio" para vender cosas de ellos. Cuando fue el estreno de su película vendí hartas cositas y gracias a Dios nos fue muy bien, espero que me siga yendo así porque enserio que me ayuda bastante.

Bueno siendo eso todo yo les dejo, tengo que ir a dormir y trabajar mañana. Dios los bendiga, espero que les vaya bien en la vida y no olviden votar y comentarme que les ha parecido y notificarme si hay algún error, que yo gustosa lo arreglaré.

Probablemente para la otra semana les tenga el otro capítulo así que espérenlo con ansias.

Recuerden no fumar, no tomar tantas bebidas alcohólicas, ni tomar drogas porque la vida es corta y es una sola.

Los amo~♥

Ba Bay

Violinblanco les desea un feliz Febrero ♪

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro