Capítulo VI
Capítulo 6
Añoranza
Llovía de nuevo, esta vez con mucha más ligereza, pero de esas lloviznas que sabes claramente que permanecerán en el día por un largo tiempo. El sonar de la lluvia en la madera del ataúd y los profundos sollozos hacían entre el ambiente una sinfonía fúnebre. Todas aquellas personas que alguna vez idolatraron al Conde Phantohive yacían en el cementerio rodeando la fría lápida con su nombre. Sebastian, alejado de aquellas personas, observaba con nostalgia aquel cajón que cada vez perdía de vista al ser enterrado.
--No quiero que esto tarde de más, tengo el tiempo contado así que muévete—le informó William con un tono de advertencia, Michael suspirando con desgano se acercó a la joven de cabellos rubios.
--Señorita Elizabeth—el ojirojo habló con suavidad para llamar solo la atención de la joven, la muchacha con ojos llorosos lo volteó a ver—seguro que mi amo le hubiera gustado que tuviera esto en sus manos—le mencionó mientras le daba en su pequeña palma la llave de la mansión—Tanaka-san le dirá los detalles. Yo volveré a la mansión a recoger mis cosas.
--Sebastian-san ¿se va?—mencionó con tristeza el joven jardinero, quien aun sollozaba dejándose acariciar por Meyrin para calmarle. El ojirojo asintió--¿y qué hará?—preguntó Bart tirando a un lado la colilla del cigarro.
--Voy a buscar al culpable de la muerte de Bootchan y si vivo...regresaré—sonrió de medio lado para asegurar lo dicho y sin más hizo una reverencia hacia Elizabeth y se marchó dejando el símbolo de la familia en manos de Tanaka, como debía de ser.
--¿Enserio les dijiste que volverías?—comentó William apareciendo de la nada
--Por eso mencioné que si moría. Es lo más creíble que se puede decir, claramente no lo haré.
--Claro, sigue creyendo eso y acabaras como tu amo o peor—Sebastian paró sus pasos y miró al azabache con el ceño fruncido ante tal comentario. Aseguraba que, como demonio, no iba a morir y se lo dejó muy claro al Shinigami volteándole con brusquedad—Si no lo recuerda yo fui el que casi acaba con la vida de Sutcliff
--Si lo hubiera hecho, estoy seguro que yo mismo hubiera acabado con la suya—gruño en respuesta, con palabras frías dejando a Michael paralizado en su sitio—y vamos a ver si el que siga vivo sea cierto—William se alejó de los ojos humanos para poder sacar su guadaña y salir de allí de una vez. Sebastian volvió a suspirar y retomó su camino hacia la mansión, donde se tomó su tiempo en recorrerla acariciando cada mesa, las sabanas de su amo y la baranda de madera de la escalera, tomó por último el aroma de Ciel que aun yacía impregnado en el ambiente y retirarse a sus aposentos. Su habitación tan solo con un armario, cama y escritorio, se sentía más frio de lo que ya de por si era, por suerte ya tendría que dejar aquel lugar, aunque le toque ir con Spears para hacer el seguimiento de este ser, era mejor que quedarse aquí sintiéndose vacío.
--Te has demorado, Undertaker ya está esperándonos—mencionó el azabache mayor al ver que Sebastian aun empacaba—que es lo que te toma tanto tiempo—gruño desde el marco de la puerta.
--Solo tomará un par de minutos—mencionó ignorando el afán del ojiverde—pero si tiene mucha prisa, Señor Spears—mencionó con dureza mirándole—me gustaría que me ayudara a empacar esto, yo me encargaré de hacer algo importante—dijo señalando las pocas cosas que aun yacían en la mesa del escritorio, para poder tomar lugar frente a su armario. William con el ceño fruncido se dispuso a "ayudarle" hasta que oyó un montón de maullidos que le hicieron regresar la mirada hacia el menor. El demonio tomó algunos felinos en manos sonriéndoles con ternura y llevándoles afuera de la habitación mientras los demás le seguían, William frunció el ceño y observo con desagrado al ojirojo que desapareció de su vista con todos los mininos. Después de eso siguió con lo que hacía, tirando sin ningún cuidado los libros y hojas que tenía el demonio, que por cierto los cogía como si fueran alguna clase de basura o trapo viejo, Sebastian cuando regresó vio como en su cama yacían sus cosas desordenadas y algunas hojas y libros votados en el suelo, suspirando empezó a levantar todo y organizar dentro de su maletín las cosas.
--Me ahorraría el tiempo a mi si no hiciera estos desastres, Spe...--detuvo su reproche cuando notó su cuaderno de dibujos a punto de ser tirado. No recordó haberlo guardado en el cajón con llave antes de salir de la mansión, así que con rapidez lo tomó rapándoselo de las manos de William.
--Entonces no me vuelva a pedir que toque sus cosas—gruñó mientras se alejaba del demonio y salía de la habitación, Sebastian miró al suelo abrazando inconscientemente el cuaderno de pasta dura contra su pecho y mordiendo su labio inferior casi hasta hacerlo sangrar, pronto siguió guardando lo que quedaba y salió hacia la puerta principal donde William yacía esperándolo con impaciencia para abrir un portal hacia el mundo Shinigami, específicamente hacia una casa alejada del territorio de estos.
--Al fin llegaron—mencionó con seriedad el peliplata al verlos en la entrada. Sebastian observó el lugar con atención, el piso de un hermoso color naranjo de madera noble, a la derecha, la sala con dos asientos de colcha una mesilla de centro de madera más oscura y al frente de estos una chimenea de ladrillo no tan grande, a la izquierda, yacía una mesa cuadrada con dos mesas y más allá la cocina que tenía una "ventana" con vista a la sala y al frente suyo un corredor, donde por su ubicación no corría mucha luz del día.
--Ya todo está dispuesto así que espero que no arruines nada—susurró para el azabache mayor, quien solo gruño ante sus palabras y frunció el ceño—Michael tu habitación es la del fondo, espero que sea cómoda—le sonrió de lado mientras le señalaba el corredor—y espero que no le causes problemas Spears—mencionó aun con la sonrisa en su rostro pero esta no tenía nada de gracia, ni burla y mucho menos amabilidad, mientras iba detrás del demonio. William solo chasqueó molesto su lengua y se dirigió a la habitación del lado derecho de aquella casa.
Era una casa hogareña, bien dispuesta para aquellos que querían alejarse del ruido y los problemas. El lugar fue un regalo de Undertaker para Grell, que la conservó tan limpia y bien cuidada hasta su último día. La casa había sido su "nido de amor" para cuando quería momentos especiales con William, ambos apreciaban tanto ese lugar, se sentía tan cálida y fuera de los ojos o comentarios que los juzgaban tanto, claramente para ellos un escondite llamado hogar. William no podía soportar la idea de que esta casa que Grell tanto apreciaba tenga que ser donde Michael tenga que vivir de ahora en adelante. Y pa' peor Adrian lo había permitido, solo esperaba poder soportar ese mal gusto y acabar con esto pronto para que ese demonio se fuera a donde quisiera y le dejara de joder la existencia.
Pronto la noche fue cayendo, Undertaker abandono el sitio y la casa quedó en silencio. Sebastian había notado que su habitación era un poco más grande que la anterior, que apenas le había dado un vistazo para mirar su contenido, por alguna razón sitió que su presencia en aquel cuarto estaría prohibida a su persona, pero por lo menos su cuarto tenía un baño privado, un closet, cama, escritorio, y un gran espejo que yacía en la esquina de la habitación donde ni la luz de la luna llegaba, que por cierto no había podido notar. Sebastian salió de sus aposentos para terminar de echar un vistazo a lo que sería su hogar, abrió las cortinas de la ventana de la sala para dar más luz a esta y prender varias velas hasta la cocina. Curioso como un gato miraba el contenido de las alacenas, viendo claramente como muchos de los cereales y grano ya había sido usado.
"Cómo si ya hubiera estado alguien aquí" pensó. Claramente había notado en el lugar una sensación cálida, como una clase de hogar que ni en su propio mundo había sentido.
Le había agradado.
--¿Qué haces aquí?—la voz cortante de William le sacó de su ensimismamiento para voltear a verlo con confusión.
--Pues, estaba checando lo que había en la alacena para poder cocinar.
--Ustedes los demonios no comen, así que mejor apártate de la cocina—con el ceño fruncido y los brazos cruzados miró amenazante a Sebastian quien no le quitó la mira de igual forma.
--Pues para su información nosotros también nos alimen...
--Oh! por supuesto, cómo lo había olvidado, obviamente las ratas del infierno solo ingieren sin piedad cualquier alma—dijo cortante pero de una forma burlona.
--No solo nos alimentamos de las almas Spears, supongo que eres muy ignorante a lo que a nuestra especie se trata. También podemos acostumbrar el sentido del gusto después de haber hecho un contrato, tal vez no de la mejor forma pero podemos hacerlo.
--Aun así no veo el porqué sigues aquí husmeando—Sebastian apretó los labios resistiendo de alguna manera, la necesidad de seguir discutiendo, ya era bien sabido que no llegaría a nada con William, así que sin más pasó por el lado del Shinigami y se retiró a su habitación cerrando la puerta con un portazo. William suspiró frustrado mientras tomaba en sus manos un trapo y limpiaba los sitios donde Michael había pasado sus sucias manos.
Mientras tanto Sebastian terminaba de organizar sus pertenencias, notando que había dejado su violín en el armario de la mansión cuando sacó a sus mininos, quizás podría pedirle a William que le permitiera salir para ir por él. Undertaker había mencionado que la casa tenía una especie de barrera donde su aroma no sería notada por otros Shinigamis por lo que no podría salir a menos que William hiciera un portal. Sebastian se conformó con eso, pero claramente tendría que molestar a William cada vez para salir. Pero por ahora tomaría distancia y dejaría que el enojo del Shinigami pasara.
Él no era tonto, había notado que el lugar le pertenecía al mayor y al carmín, pero trataría de no molestar a William por eso. Tomando su cuaderno de dibujos lo guardó en una cajonera con llave, que le había entregado Undertaker antes de irse, terminando ya de guardar todo lo que tenía. Abrió las cortinas de la habitación fijándose de aquel objeto que habitaba en la esquina de su cuarto, un espejo de cuerpo completo tapado con una gruesa manta negra, Sebastian notó el grabado que este tenía en la esquina derecha inferior, donde era apenas tocado por la luz de la luna menguante. Sin más se quitó sus ropas de la cintura para arriba dejándolas en la cama dándole la espalda al espejo para sacar sus alas.
Hacía casi un año que no las sacaba, aquellas plumas tan largas y suaves como algodón, tan negras como el carbón pero tan brillantes como la luna en la noche, eran tan perfectas para cubrirle y llevar su peso a cualquier lado. Estas alcanzaban a rozar el techo y un poco cerca del suelo, ahora era cuando se daba cuenta del porque el gran tamaño de aquella habitación, Adrian lo sabía, cuando eran extendidas también ocupaban gran parte del cuerto dejando que sus alas recibieran tanto libertad como aire, sonrió complacido ante aquello acariciándolas con suavidad y delicadeza, había estado tan ensimismado con sus alas que no notó el toque en su puerta, solo hasta que esta fue abierta alertando a Sebastian de cualquier peligro, lástima que al voltear hacia esta había sido William quien entraba dejando que con su brusca acción cayera un reloj de bolsillo del estante cerca del escritorio. William estaba estupefacto ante aquellas enormes cosas que Sebastian portaba en la espalda, causándole un escalofrío al verlas moverse.
--Pero qué...--alcanzó a oír el ojirojo, poniéndose nervioso por alguna extraña razón ante la mirada del mayor, fue hasta que aquellos ojos esmeraldas se posaron en el objeto que yacía roto en el suelo, el cuervo también lo hizo notando la furia de Spears, tiempo después, al acercarse a este—que mierda hiciste—gruñó de mala forma causando un escalofrío en el menor, quien iba a ayudar a recoger los retos del reloj—no te acerques con esas cosas repugnantes—gritó el Shinigami, Sebastian sintió una punzada en su pecho ante las duras palabras—no quiero ver esas cosas, maldita sea—le seguía gruñendo mientras lo miraba con desaprobación, cosa que hizo que el menor se sintiera más acorralado, su respiración se aceleró, su piel se puso tan pálida como papel, estaba a punto de sufrir un ataque de nervios. Era claramente raro en su persona no era un humano para sufrir esta clase de cosas pero por alguna razón esto iba cada vez de mal en peor. Tanto fue así que no pudo ocultar sus alas después de las palabras de William, que por no recibir lo que quería se levantó con el reloj en manos—ojala no tenga que ver de nuevo esas malditas cosas, porque si no, despídete de ellas—Sebastian abrió los ojos como plato ante la crueldad de sus palabras, William salió cerrando la puerta de un portazo, dejando a Sebastian, quien se arrodilló en el suelo respirando erráticamente haciendo su mejor intento para poder ocultar sus alas sin éxito.
--P-por favor—sintió un ardor extraño en la espalda, gruñendo al no poder hacer lo pedido, así que sin más solución cerró con candado la puerta y se sentó en la cama para tranquilizarse un poco, pensando que era lo que había pasado recientemente para luego recostarse en una de sus alas y tapando su cuerpo con la otra suponiendo que después de descansar podría ocultar sus alas, ya mañana le preguntaría a Undertaker lo que le pasaba y quizás encuentre una solución a esto.
Continuara...
Ƹ̴Ӂ̴Ʒ
Bueno supongo que este capítulo no fue lo suficientemente largo como lo había prometido, pero le trabajé bastante.
Ah! por cierto
Hola mis queridísimas almas lectoras, como lo prometí les traje este capítulo antes de que se acabara el día, gracias a Dios ya estoy mejor de mi quemazón, resulta que el no estar tan pegada en las pantallas y sobre todo haberme hecho una mascarilla de sábila me bajó el calor, lo rojo y la resequedad de mi cara, así que no se preocupen por mí que ya estoy mejor nwn
Espero les haya gustado este capítulo y espero entregarles capítulos más largos para la próxima . Pero antes díganme
¿Les gusta este William?
¿Sebastian tendrá algo para que esté reaccionando de esa forma?
¿Undertaker le protejerá?
--Veee! Under, estás saliendo más bueno de lo que pensaba
U: Solo protejo a los débiles
--Débiles??? A qué te refieres Under
U: Ahy caray!!
--???
Bueeeeeno espero que voten si les gustó, comente y compartan
Ah y la pregunta personal del día:
¿Si fuera el último día de tu vida qué harías? Yo sinceramente tengo mucho por hacer, pero dejaría un vídeo para todos mis seres queridos (claramente incluyendo a mis queridos seguidores nwn) terminaría en tiempo record mis fic y dejaría mis pertenencias a personas especiales, me iría a confesar de todo el mal que he hecho en la vida y viajaría a corea para ver un concierto de mis niños de BTS xD ejejejejejeje creo que eso sería lo más importante y además porque no me alcanzaría el día para el resto
Bueno espero que les haya encantado, recuerden no fumar, no tomar tantas bebidas alcohólicas, ni tomar drogas porque la vida es corta y es una sola.
Ba bay <3
Violinblanco cambio y fuera ♪
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