36-37
- Gracias por venir Justin, y por entenderlo...
La atraje entre mis brazos, una de mis manos sujeto con fuerza su nuca atrayéndola hacia mí. Uní nuestros labios mientras que con la mano libre la acerque a mí sujetándola por la cadera.
Al principio ella no reacciono, sus labios estaban inmóviles, pero en ningún momento se aparto. Debo decir que su barriguita de embarazada nos separaba bastante, pero las ganas por besarla eran mayores que los impedimentos.
Apoye su cuerpo en la puerta mientras nuestros labios seguían rozándose. Poco a poco ella comenzó a mover sus labios con los míos. Nos separamos por la falta de aire, nuestras miradas se clavaron la una en la del otro.
Esta vez fui yo quien me sorprendí, ahora ella era la que me besaba. Esta vez el beso era más apasionado, nuestras lenguas jugaban a rozarse. Sus manos estaban rodeando mi cuello, jugaba con el cabello de mí nunca, haciendo erizar mi piel.
Sentí como lagrimas caían entre nosotros, su cuerpo temblaba. Me separe de sus labios para poder mirarla a los ojos. Escondió su cara entre sus manos mientras lloraba.
- Vete Justin
- ¿Qué? - Dije confundido
- No hagas esto más difícil por favor...
- Yo creía que tu... - no me dejo terminar
- ¿Justin que esperabas? ¿Que con un beso te perdonara todo? Me dejaste sola Justin... - sus ojos reflejaban dolor, y eso me mataba
Sabía que tenía razón no podía hacer nada, la solté y abrí la puerta, acaricie su mejilla y deposité un corto beso sobre sus ahora rojos he hinchados labios.
El cielo estaba cubierto por nubes negras, las calles de ese pequeño barrio estaban desiertas. Que ironía, era justo como me sentía yo. Sentía que dentro de mí había una batalla, que en verdad yo mismo me busque.
El día que esa princesita entro en vida supe que la iba a revolucionar, no me podía engañar la amaba tanto que hasta dolía. Cada día a su lado había sido especial, ella había conseguido rescatar al Justin divertido, al Justin cariñoso, simplemente ella sacaba lo mejor de mí.
Me gustaba toda ella, desde que se levantaba por las mañanas hasta cuando dormía, me gustaba su lado tierno pero su lado enfadado era realmente sexy. Amaba la sensación que sentía cuando nuestras pieles se rozaban la una con la otra, solo piel con piel. Adoraba recorrer su cuerpo con mis labios, las horas parecían segundos a su lado.
Suspire pesadamente, metí la llave en el pomo de la puerta. Rece porque Lisa y Jackson no estuvieran peleándose una vez más, ahora mismo necesitaba relajarme. Pero mis rezos fueron en vano. Los gritos de Lisa inundaban el ambiente.
Hogar dulce hogar, como me gustaría estar con ella... - pensé.
Cogí un paraguas y salí nuevamente de casa. Entre en una peña cafetería, pedí un café, un boli y un folio. Esta era la hora de arreglar las cosas, de poner mi vida en orden, de pensar una vez en lo que yo quiero y en lo que me hace feliz.
_______________
Narra Justin.
Fui un idiota por no saber qué hacer con mi vida, por ponerme nervioso cuando las cosas se complicaban y por dejarla sola cuando más me necesitaba. Si había posibilidades de perderla, aprovecharía hasta el último segundo a su lado.
Querida Lisa:
Nunca se me dio demasiado bien poner las cartas sobre la mesa, a la mínima que veía un problema en mi vida huía. Una vez me perdí la oportunidad de poder formar una familia, de tenerlo todo.
Pero esta vez no, se que tu no esas en tu mejor momento y que necesitas ayuda con Jackson y todo pero, yo no soy a quien necesitas. Sé que es duro pero por mucho que lo intentemos mi corazón siempre va a pertenecer a ella.
Porque cuando te beso, pienso que eres ella. Y creo que los dos nos merecemos ser felices y sabes que juntos no vamos a ser felices. Con esto no quiere decir que me vaya a ir de tu vida. Siempre que necesites un amigo podrás contar conmigo.
Sobre Jackson... Seguiremos como antes, 15 días cada uno. Sé que el entenderá que no estemos juntos, es pequeño pero es un niño muy listo.
Lo siento lisa en serio, la ama a ella y quiero luchar por ella.
Justin.
Solo tuve que esperar a que Lisa y Jackson se durmieran, cargué mi coche con todas mis cosas, estaba todo listo, ya no había vuelta atrás y aunque la hubiera no lo haría.
Deje la carta sobre la mesa, sentía una gran presión en el pecho, una parte de mi estaba temblando de miedo y la otra me decía que le echara valor.
Mi mente estaba bloqueada, no sabía que ****es hacer. Apreté el acelerador intentando que todos los problemas se esfumasen. La lluvia no me permitía ver con claridad tenía que bajar el ritmo o no podría controlar mi coche.
Se me estaba haciendo difícil poder controlar el coche, la lluvia no solo me hacía no ver con claridad,
sino que también el asfalto mojado hacia que no pudiera controlar los movimientos de mi choche. Y en un abrir y cerrar de ojos, perdí completamente el control sobre el coche.
Abrí mis ojos cuando una luz blanca comenzó a molestarme. Frote mis ojos tratando de poder ver con claridad. Estaba en un descampado, era de día. ¿Cuánto tiempo llevaba inconsciente? A mi alrededor había demasiada gente, una ambulancia, bomberos, policías.
- Señor Bieber, ¿se encuentra bien?
- Me duele la frente – conteste con dificultad.
- Vamos a sacarle del coche, tiene un golpe en la frente, su novia está aquí, le llevaremos al hospital.
- Perdone, ¿ha dicho mi novia?
- Si, ¿algún problema?
- No, no...
Dos hombres me sacaron del coche, puse mis pies en el suelo. Sentía mi cuerpo pesado.
- ****a no vuelvas a darme estos sustos – rodeo mi débil cuerpo con sus manos y intento apoyar su frente en mi pecho aunque no lo consiguió, por su barriga, ya sabéis mi princesita estaba embarazada.
- ¿Qué haces aquí? Deberías estar en casa descansando pequeña.
- ¿Y dejar que a mi pequeño ****a solo? No.
- Sinceramente a quien menos esperaba es a ti, creí que me odiabas – dije mientras los enfermeros curaban me herida.
- No te odio Justin... Solo que estoy enfadada por lo que hiciste, pero no te odio, enserio
- Señor Bieber puede marcharse, ¿tiene como volver a casa? – me pregunto uno de los enfermeros.
- Sí, mi amiga esta aquí – contesto ella.
- ¿Isa esta aquí? – le pregunte cuando caminábamos hacia el coche.
- Con un cabreo monumental y con ganas de matarte, pero si esta aquí – contesto como si nada – No seas tonto vamos, tienes que descansar y Lisa estará preocupada.
- No creo. Me fui de casa. De hecho mis cosas están en el coche tendría que... - no me dejo terminar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro