Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝑷𝒓𝒐́𝒍𝒐𝒈𝒐

Un día en clases no pudo evitar comparar la información que recibió con su mejor amigo.

Su libro de texto citaba: "La sal cumple la función de exaltar el sabor de los alimentos, es por eso que sin ella nuestra comida sabría insípida..."

Y así era Jimin, como la sal. El rubio nunca estaba allí para hacerse notar a sí mismo, simplemente se contentaba con enaltecer a todos a su alrededor. Tal vez era por eso que el mundo entero parecía adorar al menor, por su humilde corazón.

Pero la palabra adorar era... insuficiente. O al menos eso era lo que opinaba Yoongi cuando intentaba describir lo que sentía por él. No, no era admiración. Él... lo quería.

Ese mismo día, en otra asignatura, también lo comparó con la luz. Su profesor decía -y él se dio cuenta de que era una acertada afirmación- que nadie ponía los focos de su casa para sentarse a mirarlos, sino para que su luz ilumine el lugar. La cabeza de Min automáticamente pensó en Jimin, que no esperaba nada a cambio, ni siquiera un agradecimiento, cuando repartía consejos y apoyo a sus amigos.

El peliplata no podía comprender qué sucedía con él en ese momento. No es como si no hubiese admitido en voz alta con anterioridad que Park le gustaba porque, de hecho, aquel secreto se lo confió a Jungkook, el menor del grupo.

Había pensado que no tendría problemas al vivir de esa forma, sintiendo cosas pero sin hacer algo al respecto. Pero fue como si hubiese alcanzado un límite que no conocía y ahora su corazón se estaba desbordando.

Yoongi sabía que necesitaba manifestar su afecto para calmar sus tontos latidos, pero ¿cómo? Había pasado ya un tiempo desde que tuvo pareja, sin mencionar que todas fueron antes de salir del closet, no sabía cómo encarar a un chico y mucho menos a Jimin, que había sido su amigo por años y lo había visto desfilar con un sin fin de chicas durante su pubertad.

—Se te va a caer la baba si lo sigues mirando así —el susurro de Jeon le dio escalofríos momentáneos.

—Ni siquiera sé por qué te lo conté —resopló el mayor sin apartar la vista de la clase que se llevaba a cabo.

—Sé que me aprecias, hyung —puso mirada inocente—. Pero de verdad, deberías decírselo.

—No finjas que usas honoríficos, mocoso, es tarde para hacerte el respetuoso —Yoongi no lo estaba mirando y aun así sabía que Jungkook sonreía—. Tal vez me confiese cuando tú te confieses a Taehyung.

Lo miró esperando su cara de "tú ganas esta vez", pero al contrario su sonrisa se ensanchó más si es que eso era posible.

—¿Qué pasa si te digo... que ya lo hice?

Min enarcó una ceja— No... No, no seas mentiroso.

—Observa por ti mismo —el castaño desvió su mirada sólo un poco para saludar con la mano a Kim, que se hallaba a dos asientos de la derecha de Yoongi. El mayor siguió con su mirada hasta toparse con el chico en cuestión, al parecer Taehyung había sido atrapado observando a Jungkook y su cara se coloreaba en rojo mientras devolvía el tímido saludo.

—¿Cuándo? —indagó el peliplata aún sorprendido mientras regresaba su vista al menor que todavía sonreía triunfal.

—Apenas ayer, jugábamos por llamada y entre tontería y tontería se lo dije —su sonrisa se suavizó como si recordara algo verdaderamente lindo—. Hoy no hablamos todavía, pero es algo difícil hacerlo si estamos en grupo —y aquello era entendible, su grupo constaba de 7 personas inseparables, incluso si Hoseok, Seokjin y Namjoon estaban en otra clase pasaban todos los recesos juntos.

—¿Por llamada? ¿En serio, Jungkook? no me malinterpretes, no esperaba nada mejor de ti pero pensaba que eras más romántico.

—No hay nada más romántico que jugar Overwatch con la persona que te gusta, pero en fin. El punto es que lo hice así que debes cumplir tu promesa.

—¿Cuál promesa? dije que tal vez lo haría.

—Oh vamos, no seas nena, ¿Eres o no un hombre, Min Yoongi?

—No te hace menos hombre guardar tus sentimientos.

—Claro que sí, eso hacen las niñas.

—¿Qué cosas hacen las niñas? —interrumpió una dulce voz, Yoongi se quedó helado por segundos.

—Nada Jiminie, solo Jungkook hablando de su tonto juego otra vez —su voz salió más amable que de costumbre.

Vio como el rubio sonreía pero, detrás de él, Jeon modulaba sin sonido un "Nada Jiminie" con rostro burlesco.

—Iré a comprar el almuerzo, ¿me acompañan? —preguntó, haciendo que ambos notaran que la hora de clase había acabado.

—Claro —contestó Min sin dejar de fulminar a Jeon.

—Debo ir al baño, los alcanzo después —respondió el castaño, que no era tan malvado para arruinar una oportunidad de que aquellos dos estuviesen a solas.

—Está bien, ¿vamos hyung?

—Sí.

El trayecto hasta la cafetería fue silencioso, mas pasó desapercibido por el barullo de los concurridos pasillos.

El mayor compró un café pequeño, sin azúcar, y esperó a un lado de Jimin que daba pequeños saltos inconscientes mientras esperaba que lo atendieran. Su turno por fin llegó:

—Deme un paquete de galletas, por favor —pidió tendiéndole el dinero a la mujer vendedora.

—Am.... lo siento joven, no le alcanza con eso.

—A-ah, ¿de verdad? —el menor revisó y era verdad, no había contado adecuadamente el dinero que trajo de casa.

—Tenga —antes de que pudiese darse cuenta, el mayor estaba pagando por él.

—Muchas gracias, aquí tiene —la mujer le entregó al rubio su comida que la recibió avergonzado.

Caminaron lentamente por los pasillos en busca de su grupo.

—Hyung, no era necesario...

—¿Acaso pensabas en no desayunar? ¿huh? Mocoso imprudente, te desmayarás en clase si lo intentas —lo reprendió cual mayor.

—Bueno, pero te los devolveré luego —sentenció.

—Claro que no, no los aceptaré.

—¿Por qué no? —preguntó viéndolo apenado— Son solo unos billetes, hyung, no es para tanto.

—Exacto, Jimin, son solo unos billetes, no es para tanto —respondió sin alterarse en lo más mínimo dándole un sorbo a su café.

—Bueno pero... ¡haré otra cosa para pagarlo! —decidió terco.

Min rodó los ojos— ¿Y qué harás? —indagó.

—Yo... te convidaré mis galletas —dijo, siendo aquello lo primero que se le vino a la mente.

—Acepto —se encogió de hombros tomando una de las mencionadas con sabor a chocolate.

Yoongi hizo una mueca unos instantes después de morderla. Su acompañante soltó una risa.

—¿Muy dulce?

—Muy dulce.

Tan dulce como tú.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro