⤷ 6
Los días que le siguieron al jueves fueron más tranquilos de lo que Yoongi imaginaba que serían.
Jimin y él fingían un noviazgo, pero no era muy diferente a lo que siempre fueron, puesto que ya acostumbraban a hacer tareas juntos, pasar el receso juntos y darse pequeñas muestras de afecto como revolver el cabello del contrario. Lo único que se había agregado a su ordinaria relación era un pequeño plus de besos, abrazos y entrelazamientos de manos cuando iban por los pasillos.
—¡Beso~! —avisó Jimin antes de estampar sus labios en un pequeño toque entre ambos.
—Ni siquiera nos está viendo alguien ahora, Minnie.
—Claro que sí, hay gente sentada en esas bancas del fondo —apuntó con disimulo. Ambos se hallaban sentados en el césped del patio, a la espera de que inicie su próxima clase.
—Me has dado como cinco besos en los últimos dos minutos, yo creo que ya se ve bastante convincente —opinó, sonriendo ante el inconsciente puchero del menor—. Bueno, bien... uno más —accedió. Esta vez fue él quien atrapó sus labios con los suyos y lo hizo durar más segundos de lo planeado, para que quedara satisfecho de una vez.
Jimin tenía una sonrisa plantada en el rostro cuando ambos se separaron, parecía querer decir algo, pero se le adelantó un tercero.
—Si no supiera que es todo mentira pensaría que de verdad están saliendo —opinó Taehyung tomando asiento junto a sus dos amigos.
—Es la idea —dijo desinteresado Yoongi, mientras el rubio a su lado festejaba silenciosamente la buena actuación de ambos.
—¿Ya terminaron el trabajo de literatura? —indagó Kim.
—No, aún nos faltan como cuatro puntos, ¿eran cuatro? —habló Jimin.
Yoongi hizo una mueca
—Cuatro y medio. Pero podemos terminarlo hoy. ¿Iremos a tu casa?
—Sí, está bien.
El menor de los tres suspiró exageradamente— Qué suerte tienen algunos, Jungkook y yo nos trabamos con las primeras consignas.
—¿No será que sólo se concentran en besuquearse en vez de hacer el trabajo? —indagó Jimin.
—¿Así que ya lo sabes? —preguntó sonriendo Taehyung—. Jungkookie me advirtió que si no te lo contaba yo lo haría Yoongi hyung.
—Yo no le conté nada, más bien los vimos besándose la otra noche en mi casa.
—Oh~, ¿y por qué no me dijiste nada, Jiminie~? —preguntó con sorpresa.
—Pensaba que aún no estabas listo para contarme ese secreto —admitió.
—No era un secreto en realidad, yo no me escondo de nada, lo sabes. Sólo pensé que me verías de casualidad besarme con Jungkook y te enterarías sin necesidad de que yo te lo cuente.
—¿Tomamos un descanso? —el rubio estiró sus brazos antes de levantarse del escritorio y lanzarse a su propia cama.
Yoongi no dijo nada pero estuvo de acuerdo, dejando de lado los deberes para distraerse con su teléfono.
Fueron unos minutos en los que simplemente ninguno de los dos dijo nada, pero el dueño de casa tenía algo en el pecho desde esa misma mañana... o tal vez más tiempo.
—Hyung —llamó sin mirarlo desde su posición. El peliplata solo hizo un sonido para darle a entender que lo escuchaba—, ¿tú sabes dar un beso con lengua?
Fue como si el aire se hubiese ido de la habitación por completo, Jimin tragando saliva de los nervios y Yoongi por saber a dónde iba todo aquel asunto.
—Bueno... —carraspeo al darse cuenta de que tardaba en contestar una simple pregunta, el ambiente se había puesto tenso— sí, sé darlo. ¿Por qué?
El menor también se tomó su tiempo para responder, no sabiendo cómo abordarlo— Pues... quería aprenderlo, ya sabes para mejorar nuestra actuación.
Yoongi bufó y el rubio por fin lo miró— Las parejas en los pasillos de la escuela no se meten la lengua hasta la garganta, ¿sabes? Es una institución después de todo.
—Aun así... quiero saber cómo se siente —admitió.
—Bueno, al menos estás siendo honesto ahora —habló sabiendo que todo el tiempo fue la verdadera intención—. No necesitas mentirme, ¿sabes? —se puso de pie y se sentó al borde de la cama de Jimin, justo a su lado—. Ven —ordenó.
El rubio se incorporó despacio y lo observó incrédulo— ¿M-me vas a enseñar?
—Sí —dijo con aquel tono de indiferencia que ocupaba siempre—, si tanto quieres agrandar tus conocimientos —rodó los ojos.
Las palabras de Jungkook retumbaron en su cabeza de repente.
"Sabes que esta mentira te va a reventar en la cara y serás el único que salga lastimado."
Apartó esos pensamientos de su mente, no tenía importancia si podía sentirse en el cielo, lo mejor era que Jimin consentía todo, por lo que no se sentía mal consigo mismo... no tanto al menos.
—Siéntate en mis piernas —pidió.
—¿Es necesario...? —preguntó entre risas pero acatando el pedido.
—Para generar ambiente, deja de cuestionar mis métodos, bobo —tomó la cintura del menor cuando se hubo sentado a horcajadas sobre sus piernas.
Ocultarle su enamoramiento no era para tanto...
—No me llame así, hyung~ —puchereó, el peliplata aprovechó para besarlo cortamente.
—Mira, sólo debes abrir un poco más tu boca cuando te lo indique —vio que le miraba confundido, probablemente no pudiendo formar la imagen en su mente—, ya vas a saber de qué hablo. Luego sólo imita mis movimientos.
El rubio simplemente asintió, no del todo seguro sobre lo que tenía que hacer.
No tenía nada de malo fingir que eran pareja cuando en realidad él estaba deseando que fuera verdad...
Yoongi entrecerró sus ojos al tiempo que acercó sus bocas e inició un beso común, de esos que no eran ni pequeños toques ni tampoco profundos. Simplemente besos cortos pero húmedos que hacían sonidos chasqueantes en la habitación.
El menor lo manejó bien al principio, pues aquellos besos sí sabía darlos sin problemas, no eran muy difíciles.
No había por qué preocuparse si lo besaba con distintas intenciones a las que Jimin creía...
Yoongi continuó con aquello unos segundos más, hasta que dio la señal para que Jimin diera permiso a su lengua.
El menor se estremeció nervioso e intentó seguir las instrucciones que se le habían dado, pero solo causó que el beso se entorpeciera.
Se separó chistando— Lo siento, no puedo —se quejó avergonzado.
—Vamos, no pretendías que te saliera a la primera, ¿o sí? Vamos de nuevo —dijo con calma—. Y relájate un poco, estás muy tenso —le indicó llevando las manos de este hasta detrás de su cuello. Las suyas volvieron a posarse en la cintura del menor.
Jimin suspiró antes de volver a cerrar sus ojos e intentarlo una vez más.
Jimin quería saber cómo se sentía un beso así, y Yoongi moría por dárselo, ambos salían ganando....
El mayor lo besó con calma, repitiendo el proceso pero también añadiendo caricias a sus caderas, quería que Jimin estuviese relajado.
Espero más que la vez anterior para permitir que el contrario se destense. Cuando sintió que el beso fluía con éxito, volvió a dar la pequeña señal, esta vez Jimin hizo movimientos correctos sin dejar de besarle y Yoongi pudo meter su lengua.
Sintió que el rubio pegaba un respingo pero ninguno detuvo sus movimientos. Los sonidos chasqueantes eran los únicos que acompañaban a sus respiraciones erráticas. Las pequeñas manos del menor se enredaron por inercia en su cabellera.
El peliplata describió movimientos lentos sobre la lengua del contrario, incitándolo a imitar sus acciones como en un pequeño baile. Para su sorpresa, Jimin no tardó en comprender la dinámica e hizo un excelente trabajo acompañando el beso.
Fueron minutos en los que ambos se dejaron llevar, probándose a fondo.
Ambos estaban disfrutando, ¿Cuál era el problema? Definitivamente ninguno.
Min Yoongi experimentaba la felicidad extrema, podía sentir como si el mundo girase en torno a ese beso.
Aunque ambos se separaron al darse cuenta de que no era así, que el mundo giraba sobre su propio eje, que había mil cosas más importantes, y ellos eran mejores amigos que llevaban comiéndose la boca con insistencia por un largo rato cuando se suponía que sólo era pequeña tutoría para Jimin.
—¿Bueno? —preguntó el mayor con la voz más ronca de lo normal.
—Muy bueno —afirmó el contrario, sus labios hinchados y algo mordisqueados, un pequeño plus.
—Pues ya te graduaste en la academia de besos Min —abruptamente lo sacó de encima, empujándolo a la cama para poder levantarse—, ahora veamos si podemos aprobar literatura, ¿te parece?
Jimin soltó una risa, a pesar de la vergüenza sentía que ya no había tensión en el lugar y eso le gustaba.
—¿Dónde aprendiste tú? —le preguntó curioso mientras se encaminaba al escritorio para trabajar junto a él.
—¿Recuerdas la novia que tuve hace muchos años? La que tenía tatuajes y fumaba.
—Cómo olvidarla, daba miedo —sonrió en una mueca— ¿ella te enseñó?
—Sí, muchos aspectos puros de mi dejaron de serlo por su culpa, pero no me quejo, toda experiencia sirve.
Entonces, ¿por qué a pesar de que había tocado las estrella se sentía así? Tan poco ligero... tan...
—Jodido —le dijo Hoseok.
Yoongi había cambiado de consejero ya que Jungkook seguía diciendo que era un idiota cobarde. Sus palabras no habían dejado de molestarle en todo el fin de semana cada que recordaba el beso con su menor, lo cual revivía en su mente prácticamente todo el tiempo.
—No quiero juzgarte Yoon, pero de verdad que fingir que las cosas que surgen con Jimin son normales no les traerá nada bueno. Necesitan hablar y preguntarse el por qué están haciendo tales cosas, aclararse un poco... ¿sí me explico?
—Sí... —suspiró—, sólo que no sé cómo abordarlo, no sé cómo actuar cuando él miente sobre las intenciones de sus actos porque estoy haciendo lo mismo y no estoy en posición de reclamarle nada.
Hoseok simplemente asintió varias veces, comprensivo. Palmeó su hombro antes de irse a clases, y Yoongi sabía lo que quería decirle, en resumen...
Estaba jodido.
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