⤷ 16
El abrigo de Yoongi cayó al suelo luego de que él mismo lo soltara, ocupando sus manos ahora en sostener la cintura de su chico a quien besaba con fervor. En algún momento habían ido a parar dentro de un cubículo del baño, el peligris no supo con exactitud si él lo empujó dentro o Jimin lo había arrastrado, pero ahora mismo se encontraban en una burbuja de la cual ninguno quería escapar.
Cuando las manos de Jimin comenzaron a desprender los botones de su camisa, él se agachó un poco para llevar sus besos hasta el cuello del adverso. El rubio soltó algunos suspiros mientras el ambiente se volvía más y más caliente. Pronto las manos de Yoongi comenzaron a bajar, apretando todo a su paso, y el menor no se quedó atrás, con una mano recorría hasta el final de su abdomen y con la otra tironeaba las hebras grises del más alto.
Sus labios se volvieron a encontrar cuando la mano de Jimin apretó su entrepierna por encima de sus jeans, terminando de ponerlo duro del todo, no sabía a dónde irían a parar con aquel ritmo que llevaban, pero lo dejó fluir en vez de pensar demasiado.
Cuando los dedos del menor estaban terminando de desabrochar su pantalón y Yoongi dirigía su mano hacia arriba con el mismo propósito, la puerta fue abierta sorprendiendo a ambos, se separaron apenas para observar a Taehyung y Jungkook que los veían igual de asombrados.
—Hum, lo sentimos... —dijo Taehyung cuando salió de su sorpresa y entendió la situación, no había que ser muy inteligente para darse cuenta de lo que estaba sucediendo luego de verlos jadeantes y con la ropa de Yoongi a medio quitar.
—Pensamos que estaba desocupado, ya nos vamos —añadió Jungkook segundos después antes de cerrar la puerta.
Los escucharon retroceder y reírse un poco también, luego entrar al baño contiguo.
El rubio parpadeo un par de veces antes de enderezarse y peinar sus cabellos hacia atrás, ambos parecían volver en sí aunque las ganas no se habían ido.
—¿Todo bien? —indagó el mayor mirándolo algo apenado por los recientes sucesos, sus manos se habían vuelto a posar en su cintura de forma suave, pensando que tal vez lo asustó en algún punto.
—Sí, yo... —lo miró algo tímido, no sabiendo cómo decirle.
—No quieres seguir, ¿verdad? —lo miro sonriendo de lado— Tranquilo, no pasa nada.
—No, no es eso —se apresuró a decir, mirándolo con los ojos más abiertos, no quería que Yoongi pensara aquello—. Es que... no sé si...
—Anda, dime —pidió el mayor riendo un poco y juntando sus frentes para transmitirle más confianza.
—No sé cómo decirlo... no quiero llegar muy lejos, pero quiero continuar, no sé si me entiendes... —Jimin desvió su mirada con las mejillas algo rojas, como si hace unos segundos no hubiesen estado en una situación aún más vergonzosa.
—Oh... No, Jimin, yo no estaba pensando en eso tampoco, estamos en un baño público, no seas bobo —regañó, besando su frente luego—. Ya me siento mal por el sólo hecho de haberte dicho que te amo en este lugar.
El rubio soltó una pequeña risa y lo abrazó al tiempo que escondía su rostro en su pecho— Eso es lo de menos, Yoonie, lo sabes...
—Sí, lo sé...
—Y también te amo, por si no quedó bien en claro —añadió. Desde su posición, Yoongi podía ver sus orejas coloradas y sonrió. Se dio cuenta de que Jimin tenía razón y el lugar era lo de menos.
—También lo sé, precioso.
—¿Eh? —levantó su vista de pronto, atrapando a un peligris sonriente— Dilo de nuevo —pidió sonriendo de igual manera.
—Mm.... si me das un beso tal vez lo haga —negoció.
El rubio asintió y se inclinó hacia adelante para besar sus labios con firmeza. El mayor no terminó de cerrar sus ojos cuando comenzaron a escuchar gemidos y detuvieron repentinamente su beso. Ambos de inmediato hicieron una mueca de asco e incomodidad.
—No tengo nada en contra pero... —comenzó diciendo Jimin.
—Sí, yo tampoco quiero escuchar a mis amigos teniendo sexo —aseguró Yoongi soltando a Jimin para poder abrochar los botones de su camisa.
—Vayámonos de aquí —murmuró abriendo la puerta, el mayor lo siguió aún acomodando su ropa, sin olvidar el abrigo en el suelo.
De pronto Jimin dejó de avanzar, ocasionando que el mayor chocara con su espalda y levantara la vista.
—Muchachos, ya estamos cerrando —avisó un chico que, por el uniforme que vestía y la placa con su nombre, indicaba que trabajaba allí.
—Oh, vale —asintió Yoongi, volteó para golpear con los nudillos la puerta de sus amigos—. No es por interrumpir, pero tenemos que irnos.
—Ya... ya vamos —fue Taehyung quien respondió—. No nos queda mucho.
—¡No necesito saber eso! —aseguró Yoongi antes de alejarse de la puerta y volver con Jimin— Vamos a reunirnos con los demás —vio al menor asentir distraído—. ¿Qué pasa?
—Es... es amigo de Jihoon —murmuró el rubio señalando al empleado de hace unos momentos que ahora se encontraba trapeando dentro de uno de los cubículos vacíos de más lejos.
Nadie era tan tonto para pensar que dos adolescentes encerrados en el baño estaban haciendo "nada en particular", además ambos estaban hechos un desastre y sus labios se veían hinchados.
Yoongi hizo una mueca al darse cuenta— Sí, no es la mejor manera de resolver este asunto...
—Trataré de hablar con Jihoon mañana, tal vez aún puede enterarse por mí y no sentirse tan mal —razonó Jimin girando a ver a Yoongi—. ¿Dices que es buena idea?
El peligris asintió al instante— De todas formas iba a pasar, ¿o acaso planeabas seguir con esa farsa?
—Por supuesto que no, pero no quería... no quiero seguir lastimando personas de esta manera —suspiró mientras ambos caminaban a la salida del baño—. No tenía tampoco por qué contarle de nuestro encuentro, eso está de más... pero si no se lo digo yo, se lo dirá su amigo. Me siento como una persona infiel —concluyó con un puchero que hizo a Yoongi reír.
—Técnicamente lo eres, pudiste terminar con él antes de venir a confesar tus sentimientos.
—Bueno, no es como que tuviese planeado todo eso tampoco —admitió rascando su nuca y luego dejándose caer en los asientos de la mesa compartida con sus amigos, sólo Namjoon se hallaba allí terminando de beber—. Sólo iba a pedirte que volvamos a ser amigos por mientras, no aguantaba que estemos tan mal.
—Tampoco yo, por algo tenemos nuestro acuerdo de no pelear—razonó—. Las cosas no salieron del todo mal, supongo... sólo se aceleraron un poco.
—Tienes razón... es mejor así, ya no quiero atravesar esta tortura ni un segundo más —habló recostándose en el hombro de Yoongi que se había acomodado a su lado.
—Qué exagerado eres —afirmó soltando una risa, terminó por rodear sus hombros en un abrazo a medias.
Poco a poco sus demás amigos fueron reuniéndose, después de todo dormirían en casa de Seokjin. Los últimos en aparecer fueron Taehyung y Jungkook, no hacía falta mirarlos demasiado para saber de dónde venían y qué habían estado haciendo.
Se encaminaron hasta el auto del Kim mayor, había hecho el sacrificio de no tomar demasiado alcohol para poder manejar y ser el responsable de esa noche. Aunque, de todos modos, ninguno había bebido demasiado.
El auto de Seokjin era más bien una camioneta de tamaño medio, pero aun así fueron algo apretujados, dado que eran 7 en total. De copiloto estaba Namjoon, y en los asientos de atrás el único que no llevaba a nadie en sus piernas era Hoseok, esta vez Jungkook cargaba a Taehyung en su regazo, y Yoongi a Jimin, para sorpresa de todos. Aunque, nuevamente, nadie dijo nada.
El trayecto no fue muy largo, por lo que pronto arribaron al departamento del mayor y bajaron de inmediato. En vano trató Seokjin de que hicieran silencio en los pasillos, seguramente al día siguiente tendría quejas de sus vecinos.
—Bien, tengo una cama, un colchón donde entramos 4 o 5, y un sillón grande, ustedes deciden —habló Seokjin cuando todos estuvieron reunidos en la sala de estar.
—Jungkook y yo podríamos tomar el sillón —habló Taehyung antes de bostezar—, así no duermen tan incómodos.
—Mientras no hagan nada raro en él...
—Ah, ¿si dormimos en el colchón sí podíamos? —indagó Jungkook bromeando.
—Por supuesto que no —respondieron un par al unísono.
—Vale, yo en el colchón —decidió Hoseok.
—Puedo tomar la cama, así no ronco en sus oídos —razonó Namjoon bajando su mochila para buscar su ropa de dormir, varios lo imitaron.
—Está bien, el resto en el colchón —decidieron.
Se fueron acomodando sin mucha prisa, turnándose en el baño para asearse debidamente y demás. Eso sí, ni bien iban pegando uno a uno la cabeza a la almohada, caían rendidos.
Exceptuando a Yoongi, por supuesto, que había pasado varias noches en vela y por esa razón ahora le costaba dormirse hasta pasadas unas horas de la madrugada. Tendría que arreglar mejor su horario.
Todas las luces ya habían sido apagadas, exceptuando una lámpara que iluminaba la sala y se colaba por la puerta entreabierta de la habitación donde dormían la mayoría.
El peliplata suspiró mirando a sus dos amigos que estaban acurrucados en el sillón plácida y profundamente dormidos. Anhelaba tener esa paz, se preguntaba si su situación con Jimin mejoraría o, por el contrario, algo nuevo pasaría e irían de mal en peor otra vez.
Como si el dueño de sus pensamientos lo hubiese escuchado por telepatía, Jimin, que estaba acostado a su lado, volteó la cabeza a verlo.
—¿No puedes dormir? —le susurró bajito.
—No —se sinceró el mayor. Sintió la mirada contraria aún fija en él y finalmente se giró a verlo—. ¿Qué sucede?
—Nada, sólo... te miro —respondió tranquilo.
Pero Yoongi lo conocía perfectamente— Ajá, ahora la verdad.
Jimin rodó los ojos viéndose atrapado, nunca ganaría contra él.
—Quería saber si puedo abrazarte para dormir —admitió.
Yoongi mostró una pequeña sonrisa de lado antes de asentir y él mismo acercarlo a su cuerpo. Ambos suspiraron cuando por fin estuvieron más pegados en esa fría noche.
—¿Quieres un beso también? —ofreció.
—Pues... no me negaré —aseguró mientras su sonrisa crecía cada vez más.
Entonces Yoongi acarició la nariz contraria con la propia, antes de inclinarse suavemente y atrapar sus labios, nada igual a los que compartieron esa misma noche, horas atrás.
Los labios de ambos se movieron con lentitud y ternura durante todo lo que duró, que no fue poco. Al separarse, para darle un receso a sus pulmones, Yoongi quiso volver a unir sus labios pero Jimin lo detuvo comenzando a hablar.
—Yoon... yo... sé que estamos bien, pero sé que también necesito lograr que vuelvas a confiar en mí por completo —Yoongi asintió algo confundido por lo repentino pero aun así siguió escuchando—. No es que no quiera que me perdones de inmediato, pero sé que no lo merezco del todo así que... haré lo posible por compensar todo el daño que te causé —prometió con un brillo en sus ojos que también se reflejó en los orbes contrarios.
—Está bien, gracias... —lo acercó más a él, dejando que Jimin escondiera su rostro en su pecho.
Que le dijera aquello, además de sorprenderlo, le dio cierta seguridad sobre ellos, sobre que Jimin realmente quería lo mismo que él y estaba intentado hacer las cosas bien. Con esos pensamientos, más tranquilizadores que los de unos momentos atrás, fue durmiéndose.
No fue sino hasta la mañana siguiente que despertó por los ruidos provenientes de la cocina y algunas voces hablando en volumen moderado. Se removió apenas, dándose cuenta del cuerpo que seguía aferrado a su persona mientras dormía sin enterarse de nada. Sonrió para sus adentros y subió más las sábanas para cubrirlos a ambos. Continuó dormitando unas horas más, sin caer del todo inconsciente y solo disfrutando del calor de estar abrazado al menor en calma.
Recién cerca del mediodía el teléfono del rubio sonó, ocasionando que ambos se terminasen por despertar.
—¿Hola, mamá? —habló adormiladamente mientras se estiraba en su sitio—. Sí, en lo de Seokjin hyung... oh, vale... enseguida voy... adiós —colgó y de inmediato giró hacia Yoongi que le miraba enternecido por su cabello desordenado.
—¿El deber te llama? —inquirió con aquella voz ronca de recién levantado.
El contrario asintió mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro— La autoridad máxima, de hecho —bromeó—. Así que tendré que ir.
Yoongi se sentó a su lado y automáticamente bostezó, no tenía idea de a qué hora por fin había conseguido dormirse. Lo sintió removerse y luego abrazarlo de una forma extraña, ya que el contrario seguía acostado. Eran los únicos que seguían en la habitación.
—Vamos, tu mamá se va a enojar —dijo entre risas, aunque distinto a sus palabras su mano se dirigió a acariciar sus cabellos con ternura.
—Lo sé, dame un minuto, quiero decirte algo... —pidió.
—Vale, ¿Qué sucede?
—¡Dije que me des un minuto! —protestó, con su rostro rojo por alguna razón.
—¿Qué? —preguntó comenzando a reír— ¿De qué se trata que te pones así? Ahora aún más quiero saberlo —insistió.
—No me estás dando un minuto, Min Yoongi —volvió a quejarse, pero esta vez levantó su rostro de su regazo y se sentó a su lado, sin embargo no pudo mirarlo directamente al seguir hablando—. Quería saber si...
—Ajá...
—Si... si tenías ganas de... bueno, si no quieres no, pero...
—Ajá... dilo —la sonrisa del peligris no se borraba incluso si el menor aún no decía nada y él no tenía ni idea de qué podría ser.
—Que si quieres salir conmigo... —habló bajito, con su rostro tan acalorado como el sol.
—¿Como novios? —inquirió guardando la calma, lo cual ponía más nervioso al rubio.
—¡N-no! Yo me refería a una cita —se apresuró a aclarar.
—O sea que no quieres ser mi novio —lo molestó.
—¡Min Yoongi, claro que quiero ser tu novio! —dijo de forma obvia, esta vez golpeándolo suavemente con una de las almohadas por estar metiéndose tanto con él—. Pero ya sabes que primero debo arreglar todo ese asunto...
El peliplata mantenía una sonrisa enorme de encías mientras se defendía de los ataques contrarios, debía admitir que se sentía lindo el que Jimin le preguntase aquello, más aún porque no se lo esperaba.
—Tienes razón esta vez —accedió tratando de calmar su risa.
—Entonces... ¿sí? —indagó mientras su sonrisa también crecía, sería muy feo borrar ese gesto de su cara, y Yoongi definitivamente no era tan malvado como para hacerle eso.
—Vale, acepto —terminó por decir luego de haber relajado su rostro, como si fuese una oferta que en realidad no hacía explotar su corazón entre kilos y kilos de dulzura. Tan cursi.
Jimin subió ambos brazos en señal de victoria mientras murmuraba un "¡Sí!", y el mayor aprovechó aquel espacio para tumbarlo en un nuevo abrazo.
—Eres muy tierno, ¿lo sabías? —preguntó aún encima del más bajo y de esa forma impidiendo que escondiera su rostro en alguna parte—. ¿Te costó un minuto de verdad preguntarme eso?
—Estoy tomando valor desde anoche... —admitió sin poder reprimir la sonrisa vergonzosa, se ganó muchos besos en el rostro.
Minutos más tarde, luego de ambos haberse lavado los dientes y demás aseo, se dispusieron a cambiar sus ropas.
Jimin volteó a verlo cuando Yoongi estaba guardando en la mochila su abrigo que la noche anterior había sido manchado.
—Fue buena idea tirarte mi bebida, ¿no crees? —soltó.
Nuevamente el mayor comenzó a reír— ¿No que había sido un accidente?
—Los accidentes también se pueden planear —se encogió de hombros mientras reía al verse claramente atrapado.
Al poco tiempo ambos estaban cruzando la puerta de la habitación con sus mochilas puestas. En la cocina Seokjin servía café a Taehyung y Jungkook, que eran los únicos que también seguían en la casa.
—Uff, tardaron mucho —habló Jungkook ni bien los vio aparecer.
—Buenos días para ti también.
—Seguro estaban haciendo cosas sucias, a solas... —siguió.
Yoongi lo miró con una sonrisa vencedora— ¿Como tú y tu novio anoche en un baño público? —vio la sonrisa del menor permanecer pero ahora siendo avergonzada—. Así es Jungkook, tengo material para molestarte, mejor ni abras la boca.
—Vale, ganas esta ronda —lo apuntó con su taza antes de darle un sorbo y volver a sentarse en su lugar—. Aunque no lo negaste.
—Más vale que no sea cierto —dijo Seokjin—. ¿Quieren café?
—Puedes ir a revisar la escena, no hicimos nada —afirmó Yoongi—. Y sí, quiero café.
—Yo no, gracias, debo irme —aseguró Jimin—. Gracias por dejar que nos quedemos hyung.
—No es nada Jiminie, pueden volver cuando quieran —sonrió—. ¿Lo acompañas hasta la puerta tú? —habló en dirección al peligris.
—Claro —aseguró dejando su mochila a un lado mientras Jimin se despedía del resto de sus amigos con breves palabras.
Ya en la puerta el mayor le miró— Me avisas cuando llegues, por favor —pidió.
—Vale, mamá —rodó sus ojos pero con una sonrisa puesta.
—Cállate y dame un beso, ¿quieres?
El rubio soltó una risa antes de besarlo sin titubeos. No duró mucho ni poco, aun así Yoongi sabía que lo extrañaría hasta que lo volviera a ver en el transcurso de la semana.
Cuando al fin lo dejó irse, cerró la puerta y se recostó en la misma, descubriendo al subir la vista tres miradas que le miraban con picardía desde la entrada a la cocina. Sus mejillas se sonrojaron pero no pudo evitar sonreír y correr hasta ellos haciendo ruidos escandalosos y chillando de felicidad.
—Lo hemos perdido... —soltó Tae con amargura.
—¡Enloqueció! —aseguró Jungkook entre risas.
Yoongi había enloquecido, definitivamente.
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