⤷ 15
Odiaba admitir que se estaba fijando demasiado en su atuendo, aquello no era propio de él. Pero aun así Yoongi llevaba media hora de retraso porque su camisa no lo hacía sentir del todo convencido. Al final, terminó por ponerse una de color negro que ya había usado una infinidad de veces pero se veía bien en él, además de unos jeans comunes y zapatillas. Total, ya no tenía a nadie a quien impresionar.
Estaba comenzando un nuevo debate sobre qué abrigo llevar cuando un mensaje de Seokjin avisaba que sólo faltaba él. Tomó una simple campera de jean y, aunque su reflejo no le devolvía una imagen muy apuesta, decidió conformarse y tomar su mochila para posteriormente bajar las escaleras.
—Mamá, saldré con los chicos —avisó al ver a la mujer tomando un té en el sofá de la sala—, dormiremos en lo de Seokjin hyung.
—Está bien, cuídate Yoon —contestó. El peligris estaba por salir cuando su mamá volvió a hablar—. ¿Sigues peleado con Jimin?
Aquella pregunta tomó desprevenido a Yoongi, parpadeó soltando el picaporte y la miró un poco asombrado— ¿Cómo sabes eso?
—Soy tu madre, Min Yoongi. Llevas esa cara de amargado, es decir, más amargado, desde hace como un mes —señaló mientras se ponía de pie y pasaba por su lado para llevar su taza a la cocina—. Además, ya no viene a casa como antes —completó mientras Yoongi la seguía apenado y se recostaba en el marco de la puerta.
—Ya entendí, tú lo sabes todo —bufó derrotado.
— ¿Acaso me equivoco? ¿No pelearon? —ella también se recostó en la mesada, girando a verlo.
—Sí lo hicimos... —afirmó. Su madre se quedó en silencio esperando a que continuase, pero Yoongi no tenía nada para decir—. ¿Qué? estoy bien.
—Ajá, y yo tengo un hijo alto —replicó rodando sus ojos y Yoongi no pudo más que imitarla—. Si ese chico es para ti podrán solucionar todo tarde o temprano, no importa qué haya pasado, cielo.
—Oh, detente —pidió arrugando su cara en una mueca—. Te estás poniendo muy cursi. Además, ¿Cómo sabes que yo-
— ¿Que estás enamorado de Jimin? porque soy tu madre, Min Yoongi, lo acabamos de hablar, ¿acaso me escuchas alguna vez? —su madre avanzó hasta él mientras su hijo sólo tiraba su cabello hacia atrás con ayuda de su mano en señal de incomodidad—. Aparte, es tu mejor amigo, no hay forma de que vayas a perderlo para siempre.
—Ese es el problema, mamá —se animó a decir—. ¿Cómo se supone que voy a superar mis sentimientos si estoy condenado a que esté siempre en mi vida?
—Eres un exagerado, luego soy yo la cursi —habló acomodando la ropa de su hijo—. No te rindas tan fácil cariño, tu padre tuvo que insistir mucho para que yo accediera a salir con él.
—Y luego te dejó.
—Shh, cállate —hizo un gesto con su mano como quitándole importancia a aquello, mientras Yoongi sonrió de lado brevemente—. El punto no es ese, Yoongi. Pero si después de todo no terminas con él... tal vez está bien, hijo —la mujer suspiró—, aparecerá alguien mejor, alguien que merezcas.
Yoongi no pudo seguir sosteniendo su sonrisa— Pero no quiero...
Su madre sostuvo sus dos mejillas con suavidad— Ahora no quieres, pero el tiempo pondrá todo en su lugar, ya verás.
—Mamá, deja de citar frases de Facebook, por favor —pidió tratando de quitar la tensión que sentía por hablar de esos temas con su madre, rara vez pasaba.
—Hablando de tiempo... —prosiguió ignorando aquella último—. Tus amigos te deben de estar esperando, ya vete.
—Está bien —accedió separándose de su toque—. Nos vemos mañana, mamá.
—Nos vemos, cielo —habló viendo cómo finalmente su hijo cruzaba por la entrada del hogar—. Y ese abrigo se te ve horrible, por cierto.
— ¡Ya sé!
Entró al lugar sin mucho problema, ya había estado allí antes, aunque no muchas veces. Para llegar hasta el área VIP sí tuvo que mostrar su identificación, al parecer eran minuciosos con quiénes entraban y no había espacio para que nadie fuera de la lista ingresara colándose.
Cuando divisó a sus amigos se acercó a paso seguro y se desplomó en uno de los asientos acolchonados que tenía su mesa. Todos giraron a verlo y festejaron su llegada, evidentemente era el único que faltaba.
— ¿Empezaron a beber si mí? —indagó alzando una ceja, pues veía a todos con una lata de cerveza en la mano, aunque se preguntaba cómo las habían obtenido si eran menores de edad, al parecer el recinto no hacía tantas preguntas... o Seokjin se había encargado de encubrirlos.
—Pues te tardaste mucho —aseguró Jungkook que estaba en el regazo de su novio sosteniendo una lata también—. Nos íbamos a volver viejos esperándote.
—No sé si viejo, pero tal vez sí que deberías crecer un poco más antes de andar tomando eso, ¿no crees? —lo molestó Yoongi viendo como Jungkook ponía un puchero.
—Ya le dije que sólo tomará una —afirmó Namjoon que siempre cuidaba a todos en estas situaciones—. Lo mismo para Taehyung y Jimin.
— ¡Habíamos dicho que dos! —se quejó el rubio que, mierda, se veía tan bien esa noche.
Basta...
Decidió extender su mano para abrirse una lata también, no tenía ganas de pensar de nuevo en eso, la charla con su madre resonaba en su cabeza mientras los menores negociaban con Namjoon y Seokjin sobre la cantidad de alcohol que podrían beber.
— ¿Todo bien? —indagó Hoseok que se hallaba recostado a su lado.
—Hum, sí, ya sabes... lo de siempre —respondió. Su amigo asintió despacio, no necesitaba preguntar más al respecto puesto que, al igual que todos, estaba enterado de la situación.
—Estábamos pensando en ir a bailar con Jungkook y Taehyung en un rato, ¿te nos quieres unir? —propuso tranquilo— Te servirá para distraerte.
El peligris asintió de inmediato— Acepto —contestó antes de darle un largo sorbo a su bebida. Tal vez si se embriagaba lo suficiente podría dejar de verlo tan apuesto.
Cuando iba por la mitad de su cerveza, el lugar comenzó a oscurecerse hasta que sólo quedaron iluminados por las luces de la discoteca. De no ser porque en ese instante dejó sobre la mesa su lata la hubiese derramado, porque Hoseok lo había tomado del brazo para prácticamente arrastrarlo al cúmulo de gente que se encontraba bailando.
Normalmente a Yoongi no le gustaba bailar, ni siquiera se le daba bien... A Jimin sí.
—Oh, ya sal de mi mente —habló aprovechando que nadie lo escuchaba por sobre la música.
Generalmente no disfrutaba de restregarse con personas sudadas que ni siquiera conocía, pero se obligó a relajarse, puesto que era la fiesta de Seokjin y no pretendía arruinársela con sus problemas. Estaba bailando junto a Hoseok, aunque Hoseok parecía bailar con todos a su alrededor, distintas chicas también se acercaron para bailar exclusivamente con él y terminaron por separarlo de Yoongi.
A lo lejos también vio a Jungkook y Taehyung en su propia burbuja, ni siquiera pensó en acercarse y ser un mal tercio. Pronto divisó al resto de sus amigos, sólo cuando estuvo lo suficientemente cerca notó que Jimin se encontraba con ellos. Ya lo habían visto y lo jalaron para que se uniera a la ronda de baile.
— ¿La estás pasando bien? —quiso saber dirigiéndose al mayor de todos, Seokjin.
— ¡Demasiado! —aseguró— Gracias por venir, sé que no estás de ánimos.
—No pienses eso —pidió, ambos acercándose para ser escuchados por sobre el alboroto—, estoy feliz de estar pasándola bien con todos ustedes.
—Me alegro mucho —exclamó Seokjin—. Aunque si tienes ganas de pasarla bien con ese chico que te está comiendo con la mirada, no te culparía.
Yoongi hizo una mueca confusa y el contrario le señaló con la cabeza, siguió aquella dirección con la mirada y divisó un muchacho que... no estaba nada mal, debía admitir. Y por si no fuera poco, lo estaba observando.
—Anda, ve y diviértete Yoongi, lo necesitas —antes de poder reaccionar Seokjin lo empujó.
Si bien no avanzó mucho, no quitó su mirada de aquel chico, por lo que el contrario terminó por acercarse y pronto ambos estuvieron bailando sin decirse palabra alguna.
Mano viene, mano va... algunos roces. Todo indicaba que podrían terminar teniendo algún encuentro esa noche.
Excepto claro, que sintió su espalda ser mojada de pronto. Para cuando detuvo sus movimientos y observó que le habían derramado alcohol encima, ya tuvo mala espina. Se giró y....— Jimin.
—Perdona, hyung —se disculpó, su rostro luciendo genuinamente apenado—. Cielos, fue un accidente, créeme.
El chico con el que Yoongi estaba bailando hizo una mueca y se dio vuelta para seguir bailando con otro grupo de personas.
Yoongi suspiró frustrado— No importa —habló quitándose la horrible -y ahora húmeda- campera de jean que estaba vistiendo. Se dirigió camino al baño, Jimin fue detrás suyo.
—Y-Yoongi, de verdad lo siento, no sé cómo explicarte que no lo hice queriendo —ahora apartados de la música podían hablar a un volumen más normal.
—Ya te dije que no pasa nada, Jimin —habló abriendo el grifo para mojar un papel y tratar de limpiar su abrigo.
—No creo que eso se limpie así, si quieres-
— ¿Qué diablos quieres? —preguntó girando al final, los ojos de ambos conectándose, un par enojado y el otro angustiado.
— ¡N-nada, no quiero nada! —contestó algo asustado de la reacción de Yoongi, temía tanto que volvieran a hablarse de aquella manera tan cruel.
Pero aquel momento era inevitable, una bomba que explotaría de todos modos.
— ¿Ah, sí? Pues debiste decirme desde un principio que no querías nada —ambos sabían que no estaban hablando de la cerveza derramada y el abrigo manchado.
Lo había pensado tanto, porque claro que Jimin no tenía la culpa de no amarlo como él lo hacía, pero no quitaba el hecho de que no se lo había hecho saber.
Y de pronto todo un mar de recuerdos pasaron en su cabeza, y se preguntó si todo este tiempo verdaderamente se había perdido de alguna indirecta que Jimin pudiera darle. ¿Era así? ¿De verdad había malinterpretado todo?
Su cabeza comenzó a marearse, como si la poca cantidad que había bebido se hubiese multiplicado por diez en su estómago.
Todo comenzó a darle vueltas, veía las luces del baño, las que venían de afuera.
Escuchaba la música retumbar a lo lejos y el agua detrás suyo correr.
Divisó el rostro del menor aunque algo borroso, y su cabeza dolía, se sujetó la sien mientras sentía que estaba teniendo una gran revelación de los hechos, como si al fin descubriera un gran misterio que estaba bloqueando su realidad.
¿De verdad no lo amaba?
—Te amo, Yoongi.
Entonces volvió a la realidad. Parpadeó.
— ¿Pero qué dices? —indagó molesto.
—No importa si no me crees ahora, pero necesito que en algún maldito momento te pares a escucharme en vez de seguir tan enojado —los ojos del menor estaban acristalados.
—Estoy en mi derecho de estar enojado —refutó por más mal que se sintiese al ver cómo finalmente lágrimas abandonaban los ojos del rubio.
—Claro que sí, pero no has escuchado nada de lo que tengo para decir —tenía un punto allí—. Y lo cierto es que me di cuenta muy tarde de que estaba enamorado de ti.
— ¿Ah, sí? porque yo te vi muy contento con tu noviecito, ¿en qué momento te diste cuenta? ¿hace cinco segundos?
—Desde que besé por primera vez a Jihoon y sus labios no se sintieron como los tuyos —para ese momento ya se podía decir que estaba llorando y mucho—, desde que sus abrazos no me confortaban como los tuyos, ni sus palabras me calmaban como tú lo sabes hacer, desde que sus manos ni siquiera contrastan tan bien como las tuyas, y desde que simplemente no eres tú, Yoongi, y no puedo más con eso.
El mayor estaba también soltando lágrimas y no sabía si eran de frustración, tristeza, o ambos.
—Jimin, ¿siquiera te oyes? eso no tiene sentido —trató de hacerle entender haciendo gestos grandes con sus manos, exasperado—. ¿Y qué se supone que hacías saliendo con una persona que no te interesa? ¡Deja de mentir!
— ¡Quise forzarme a que me guste! —insistió.
— ¿¡Y por qué harías algo tan tonto como eso!?
— ¡Porque no quería que me gustases tú! Yoongi, eres mi mejor amigo.
— ¿Y eso qué tiene que ver? —preguntó ya sin entender absolutamente nada.
—Que tú... —bajó la mirada.
— ¿Que yo qué, Jimin? —preguntó mirándolo fijamente. Una idea cruzó su cabeza y agrandó sus ojos esperando que no sea cierto— ¡Dilo! —insistió.
—Que tú salías conmigo por pena... —manifestó cerrando sus ojos sabiendo lo que se venía, Yoongi había adivinado, y no lo podía creer.
—Tú... ¿de verdad piensas que todo lo que di por ti... fue por pena? —trató de contener su ira, pero se le era imposible con el menor dando a conocer lo que pensaba de él— ¿Me crees tan basura para hacerte eso?
— ¡Claro que no, Yoongi! —de inmediato levantó su cabeza volviendo a mirarlo, pero la bajó cuando el contrario continuó gritando.
—¿¡No es acaso exactamente lo que estás insinuando!?
—Yoongi... por un segundo, sólo por un segundo ponte en mi lugar —pidió.
El mayor suspiró pesadamente mientras tironeaba sus propios cabellos hacia atrás y volteaba, cerrando el grifo de una buena vez y mirándolo a través del espejo, de frente no podía.
Jimin continuó hablando— Ponte en mi lugar —repitió—. Ambos sabemos que soy inseguro y muy ingenuo... sabemos que harías cualquier cosa por mí... sabemos que eres demasiado bueno...
—Eso ni siquiera prueba tu conjetura de que lo hacía por pena.
—Soy muy inseguro —repitió tratando de quitar sus lágrimas con su manga ahora que Yoongi se había calmado un poco y lo estaba escuchando—. Yoon, ni siquiera reaccionaste cuando te dije que iba a salir con alguien más, ¿Cómo crees que me tomé eso?
— ¿Tú cómo crees que me sentí? —giró a verlo calmadamente—. Me sentí como un imbécil que había imaginado algo entre nosotros.
El llanto de Jimin había comenzado a caer nuevamente cuando alzó su rostro y lo miró— Y yo sentí lo mismo hasta que me viste besar a Jihoon y peleamos —y eso fue todo lo que dijo antes de retroceder hasta la pared y sollozar con la mirada baja.
Y entonces Yoongi lo entendió.
De pronto las piezas se conectaron y todo tuvo sentido; se sintió en paz incluso si había un alboroto fuera o Jimin frente suyo era un caos.
Jimin siempre había sido Jimin, un poco -demasiado- lento para entender las cosas.
No era mentira lo que decía Yoongi, pero tampoco lo era lo que decía Jimin.
El rubio genuinamente había entendido sus sentimientos cuando Yoongi se lo gritó a la cara el día que pelearon. Y él estaba muy equivocado si pensaba que había estado siendo obvio demostrando lo que sentía, porque nada era muy obvio para el menor.
Y eso Yoongi lo sabía.
Lo sabía porque habían sido mejores amigos durante 11 largos años y lo conocía hasta la médula.
Se sintió un poco tonto, y soltó una risa al aire mientras tiraba su cabeza hacia atrás.
¿Por qué no simplemente se lo había dicho?
La solución a su drama romántico había estado frente a sus narices y no la había visto. Tampoco la había escuchado cuando fue dada por sus amigos una infinidad de veces.
Bajó su mirada hasta encontrarse con la del menor que estaba hecho un desastre entre lágrimas y cabellos que cubrían sus ojos. Seguramente estaba pensando que Yoongi volvería a gritarle o se iría, pero había sido suficiente de salir corriendo.
Se acercó tomando sus brazos y se rodeó a sí mismo con ellos, luego lo abrazó sintiendo cómo el menor lo apretaba fuertemente y continuaba llorando.
Había sido suficiente, haría lo que tuvo que haber hecho desde un principio.
—Estoy enamorado de ti, Jimin.
Tal vez su madre tenía razón y con el tiempo él podría conseguir alguien mejor.
Pero no quería.
No quería y no podía, porque si todo fuese tan fácil como actuar en función de su razón, el amor no tendría sentido.
Y su corazón latía con desenfreno por Park Jimin, su Jimin.
—Te amo —soltó.
Jimin separó su rostro del cuello del contrario y enfrentó su rostro una vez más.
El peligris levantó su mano para quitar las lágrimas de su rostro y apartar los mechones de cabello rubio que estorbaban.
Se miraron y de pronto todo estuvo bien.
Se acercaron, ni muy lento ni muy deprisa, y se besaron con dulzura.
Todo el mundo desapareció a sus alrededores y de pronto no importaba nada, como aquella vez que se habían besado en la habitación de Yoongi, sólo que ahora tenían sus sentimientos claros.
Nada los haría parar esta vez.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro