Prefacio
El mundo ha cambiado. Mi pueblo natal, donde nací y crecí, donde viví una vida conformista a sido tomado por...
El sonido de una garganta siendo ahogado por sangre negra y contaminada me despierta de mi reflexión repentina.
Zombies, malditos, asquerosos y repugnantes zombies acechan las calles de todo el mundo.
Algo toma con fuerza mi pedazo de varilla de metal con la que empuje la puerta rota y arañada de madera que impedía mi paso a aquella casa abandonada para buscar provisiones.
─¡AAHH!─ no puedo evitar gritar de la sorpresa al recibir de frente a un infectado en estado de pudrefaccion, con sangre negra saliendo de su boca, con múltiples heridas en la piel, con sus ojos rojos pareciendo que le estallarian en sangre en cualquier momento.
Estos espantosos monstruos... No tengo idea de lo que ocurrió. Desde aquel día, todo es diferente ahora...
Un mes y medio atrás.
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─Adios mamá, regreso temprano está vez─. me despedí desde la puerta mientras me ponía mis tennis, hoy tocaba deportes, y me encantaba por el solo hecho de que podría llevar pantalón y chamarra sin que se te quedarán viendo raro. Y que decir de mis nuevos zapatos, ahorre todo un semestre para comprarmelos.
De colores arcoiris fosforescentes, azul, amarillo, verde, naranja, y con salpicaduras de rojo, como si hubieran sido pintados con lata de aerosol. ¡Ah! Ya quería salir a la calle y estrenarlos, hoy es lunes, y aunque sea el peor día de la semana, el solo hecho de tener este par de arte en mis pies me llenaba de energías para el resto del día.
─Cuidate de camino a la escuela—. se paró detrás mío mientras me metía un traste de almuerzo a mi mochila
—¡Mamá! Así no, harás que se riegue por mi bulto—. me queje mientras me giraba y lo acomodaba bien, —¿Pasó algo para que digas eso?—. pregunto mientras le veo desde abajo
Su arrugado rostro por la edad me indica preocupación. Ya está demasiado grande como para que le preocupe una adolescente. Mis papá me tuvieron ya grandes, por lo que, aunque yo tengo 17, ella ya tiene 56 años. Su pelo ha empezado a pintarse de canas. Esta débil por su última operación, así que hay que cuidarla con cariño y amor.
—He oído en las noticias que hay una protesta cerca de aquí, se ha extendido varios días ya.
—¿Protesta? Oh, ya. ¿Las de los "antivacunas"?—. me reí con burla
—Si, creo que si.
—¿Por lo de la nueva vacuna contra la pandemia? ¿En serio?
—No he oído tanto al respecto, me altera los nervios—. se frota las manos ansiosa
Me levanto, y le doy con cariño un beso en su frente.
—Estare bien, la escuela no ha dicho nada, así que todo irá bien. Llegaré temprano a casa, no tengo proyectos hoy así que te ayudaré a hacer la cena antes de que llegue papá. ¿Te parece si compro algo de regreso?
—Pero que no sea chatarra—. se cruzo de brazos
—Jaja, no mamá, no será chatarra, abrieron un puesto cerca de la escuela, y se ve accesible. Ya verás que les gustará—. la despeine y ella se molestó, odiaba que hiciera eso, pero a mí me causaba gracia —Bueno, ahora sí, se me hace tarde—. me separé de ella y abrí la puerta mientras colocaba mi cubre bocas con ojos de gato, el aire helado del otoño que estaba en puerta me recibió en esa alegre mañana —Bueno, ¡te quiero!—, se me salió esa expresión al salir por la puerta, yo no soy de decir mucho esas palabras, pero, por alguna razón, al ver qué estaba tan preocupada por mi, me movió el corazón arisco que poseo, jaja, quizá, después de todo, si me parezco más a papá que a ella
—Y yo a ti—. justo antes de que la blanca puerta se cerrará, la escuché y vi una amable sonrisa plasmada en su rostro
Si tan sólo hubiera sabido que sería la última vez que vería esa sonrisa cálida... Quizá no hubiera ido a la escuela ese día, me hubiera quedado a cuidarla y protegerla de todo lo que estaba por acontecer.
En ese entonces, en la tarde de aquél lunes a inicios de Octubre, el gobierno anuncio un nuevo virus desconocido, aparentemente nacido de aquella vacuna. Un virus fortificado y mutado... Pronto, más pronto de lo que todos hubiéramos querido, se extendió por todas partes, a la velocidad de la luz se volvió una plaga.
Los efectos negativos que tanto habían escondido los científicos y políticos, los casos aislados de los que casi nadie sabía o prestaba atención, surgieron a la luz de manera acelerada y violenta.
Si fuiste vacunado, o si fuiste mordido, no te queda otra, serás un infectado. Un sanguinario zombie.
Los infectados están mentalmente muertos, pero siguen funcionando físicamente, y lo único que buscan es, como cualquier virus, poseer un cuerpo sano e infectarlo, sobre todo, el sistema inmunológico, haciéndote morir en una hora y entonces regresar transformado.
Cuando brotó en el hospital a la vuelta de mi preparatoria, mientras salían los primeros pacientes que habían sido vacunados, mientras había reporteros grabando el suceso, y por otra parte, protestantes siendo controlados por policías, uno se transformó y el pánico cundió, y se extendió como fuego.
Aquél día casi muero al ser perseguida por mis compañeros transformados buscando mi carne. Perdí amigos, perdí profesores queridos, perdí a muchos frente a mis ojos, y no pude hacer nada.
Fui testigo de como esas bestias devoraban cada parte de su cordura mientras se avorazaban de su cuerpo. Ser comido vivo por varios conocidos no es de las mejores formas para marcharte de este mundo.
Si no te transformabas entonces morirías por el dolor de sentir cada parte de tu cuerpo siendo desgarrada, tu sangre salpicando todo como si fuera regadera, tus nervios siendo destrozados y tú cordura llevada al límite para finalmente ser destruida al último momento antes de abandonar la vida.
Yo ya me venía imaginando que eran esas criaturas. Apenas se aparecieron por los pasillos una palabra se hizo presente en mi cabeza.
"ZOMBIE'S"
ACTUALIDAD.
Es tremendamente peligroso aquí fuera. Pero necesito comer y estar cambiando de refugio constantemente.
Aunque debo admitir que fue verdaderamente estúpido de mi parte aventurarme a entrar a una casa que claramente se veía que había pasado algo trágico y sangriento en su interior. ¡Pero es que me estaba quedando sin alimento y sin opciones!
Estoy en la zona menos peligrosa hasta donde se. Casi al rincón del pueblo. Durante la persecución de los zombies, me deje guiar por el instinto de supervivencia y corrí, corrí lo más lejos de aquél hospital, que era la fuente del virus, al menos en mi pueblo.
Hasta ahora he aprendido que:
1. Te infectas por contacto directo con su sangre o saliva.
—Es horrible pensar eso—. habló agitada —. No quiero... Convertirme... En uno... ¡Jamás!—. Descargo toda mi fuerza posible en el último golpe en el cráneo del zombie tirado en el suelo, con la sangre brotando de su cráneo destrozado, destrozado por mí.
Listo, un zombie menos en el mundo.
2. Los síntomas aparecen en un máximo de 6 horas después de haber sido infectado.
Fue la última y única información que nos dio el gobierno dos días después del brote y una día antes de que prácticamente todo el país cayera.
3. Y por último, no hay cura. Estás por tu cuenta.
Esta última fue agregada por mí. Cosa más que obvia después de no recibir señales de acción de parte del gobierno. ¿O quizá me he alejado demasiado del centro? Mi casa queda al otro lado del pueblo, en una zona bastante concurrida, así que no me quiero ni imaginar cómo ha de estar la situación por allá.
Solo me queda aguantar. Tengo miedo a la muerte, o creo que más bien, a la manera en la que está sucede. Ahora mismo la muerte podría considerarse un descanso, un verdadero descanso de toda esta situación basura. Pero aún no puedo partir, no. No hasta encontrar a mis padres.
Me he quedado sola, estoy completa sola, hace tiempo que no veo a un vivo. Y mi perspectiva del futuro se ha distorsionado demasiado, ya ni siquiera se lo que espero exactamente.
Necesito encontrar a algún vivo, a alguien, quién sea, alguien que me demuestre que no soy la única viva en este pueblo, en este distrito, en este país, ¡en el mundo! Alguien, pronto, o perderé la cabeza.
Ah... Ya no sé a dónde ir. ¿Debería ir adentrandome más al centro?
Al final, decido tomar otra ruta que por la que llegue hasta aquí al inicio de todo. Esa ruta es realmente peligrosa, está intestada de zombies.
Quiero ir a casa, en serio quiero. Pero se que no puedo.
Ahora mismo soy como un nómada, como un indigente sin hogar, de casa en casa buscando un refugio, pero que por desgracia, no tarda mucho, tres días a los máximo y es tomada por ellos, o la comida se agota y tengo que partir. ¿Cuánto tendré que seguir así? ¿Será así toda mi vida?
—Genial. Solo una lata de atún—. molesta, lo meto en mi mochila, casi muero por una lata de atún.
Suspiró cansada, con dolor en el cuello, hace tiempo que no me doy una buena siesta —Al menos es algo. Gracias—. agradezco al cielo y exploró un poco más la casa antes de partir
Me encuentro con unos cuántos cadáveres desmembrados no convertidos y entonces, por fin, encuentro algo de utilidad. Una linterna, un encendedor, y una sábana limpia guardada en el closet, ¡bien!, la que tenía ya estaba lo suficiente sucia y rasgada, ya que la use para vendar mi mano hace unos días cuando me corté con unos alambres mientras intentaba saltar una pared al verme acorralada contra una pequeña horda de zombies.
Salgo de ahí con una sonrisa. Esperen... Esta demasiado silencioso ahí fuera... ¿Estaría bien que salga?
Podría ser el momento adecuado. Pero tal vez sea un presagio de algo malo...
¿Qué hago?
I •ESPERAR.
II •SALIR.
¿Ready? ¡GO!
¿Cuál eligen? Me gustaría ver qué decidieron, comenten la opción que eligieron 👀
Les estaré leyendo!
Y si les gustó, me ayudarían muchísimo con su voto ^^
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