Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7

Ya era lunes y estaban en clase de matemáticas corrigiendo los deberes.
El profesor estaba escribiendo en la pizarra un montón de números y símbolos.
Llamó a un alumno para que resolviera el problema.

T/n estaba adormilada, era la primera hora de la mañana y aún no era persona.
Apoyó su cabeza en sus manos y cerró los ojos. Comenzó a notar un sueño que le venía por momentos.

Entonces notó un airecillo pasando por su izquierda.
Abrió los ojos y miró hacia ese lado y vió en el suelo una tiza. Efectivamente, el profesor le había lanzado una tiza.

—¡T/n, presta atención, que tus notas no son las mejores!—ecxclamó el profesor.

—Lo siento profesor. No he dormido bien—admitió.

—No es mi problema, ¿Cuál es el resultado de esta operación?—señaló la operación que otro alumno estaba resolviendo en la pizarra, el fue ignorado completamente.

—No lo se—dijo ella

—Tienes una nota negativa—el hombre se ajustó la corbata, tomó su cuaderno y con un bolígrafo rojo le puso una nota negativa a al chica.

El profesor volvió a hacer caso al alumno que había en la pizarra.

Mariah le dió un leve codazo a su amiga para llamar su atención.

—T/n—susurró—¿Tienes sueño?

—Bastante—dijo la mencionada.

—Luego prueba a echar una siesta, te vendrá bien.

—No puedo, debo estudiar. He descuidado un poco mis notas en algunas asignaturas...

—¡Prestad atención, así se resuelve el problema!—exclamó el profesor.

La dos chicas guardaron silencio.

El profesor tuvo que salir un momento de clase y ellas aprovecharon para hablar.

—¿Hoy que vas a hacer?—preguntó t/n

—Iba a salir a dar una vuelta con Andrea, ¿Te apuntas?

—No, creo que estudiaré y si me queda tiempo dormiré—ella cerró los ojos.

—Está bien.

El profesor regresó y siguieron con la clase.

Ya cuando terminaron las horas lectivas y la hora de la comida, t/n estaba en su habitación, sentada en el escritorio haciendo los deberes de historia. Houndour estaba mordiendo un juguete a sus pies.

Alguien tocó a su puerta.

La chica suspuso que era Mariah que se había pasado para estudiar o a lo mejor para ver cómo estaba. Así que t/n se levantó con cuidado de no pisar a su pokémon y fue a abrir la puerta. Quitó el pestillo y abrió.

—Mariah no deberías haber venido yo...—comenzó la chica creyendo que sería su amiga. Pero no.

Frente a ella estaba un chico de pelo azul recogido en una coleta baja.

—No soy Mariah—dijo el sonriente—¡Hola t/n! Mari me dijo cuál era tu cuarto.

—Gru-gruhsa...¿Qué quieres?—ella agachó la vista. Le daba vergüenza mirarlo directamente.

—Quería hablar contigo. ¿Te pillo en un mal momento?—preguntó él.

—¡Para nada, estaba haciendo la tarea!¿Quieres pasar?—preguntó ella algo nerviosa.

—Claro, ¿Por qué no?—dijo él animado T/n se apartó de la puerta y lo dejó pasar.

Grusha entró y se sentó en la cama. Houndour dejó el juguete y fue a sus pies. El chico lo acarició con una sonrisa.

—Que cálido tu houndour, es muy agradable.

—Gracias creo que lo estoy educando bien—respondió la chica. Se sentó al lado de él en la cama—. ¿De que querías hablar?

T/n estaba nerviosa. Tenía un chico en su cuarto, y no podía dejar de pensar en eso. Ella no era muy buena hablando con los demás si no eran Mariah, se le daba peor si eran chicos.

—Bueno, quería preguntarte algo—enunció él

—Adelante.

—¿Te he hecho sentir incómoda?

—¿Qué?—ella estaba perpleja, no se esperaba esa pregunta.

—¿Te ha molestado algo que haya dicho o hecho? Es que no se sin es que eres muy tímida o si te he incomodado.

—¡Para nada! Yo... Este... Ahg, lo siento. No se me da muy bien hablar con los demás—dijo la chica

—¿Entonces no te he molestado?—preguntó el de la coleta.

—No, no es tu culpa...

Grusha se llevó la mano el pecho y suspiró.

—Me quito un peso de encima.

—Oh bueno...

Houndour se subió a la cama y se tumbó sobre el regazo de Grusha.
Él lo acarició con cuidado de no lastimarlo.

—¿Te lo pasaste bien en el paintball?—preguntó él.

—No estuvo mal. Aunque yo estuve corriendo de un lado para otro...

—¿Fuiste tú quien eliminó a Andrea?

—No, no gasté nada de munición

—Pero el señor del paintball lo explicó.

—No presté mucha atención... Lo admito.

—Oh, ¿Y eso?

—Estaba nerviosa.

—¿Por qué estás siempre tan nerviosa?—preguntó con curiosidad—Disculpa, no quiero invadir tu privacidad.

—No pasa nada... Solo no se me da muy bien el... Bueno, salir con gente.

—¿Y si sales conmigo?

—¿Q-qué?—ella estaba confundida.

—¡Perdón! Me refiero, como amigos, para que practiques el estar con alguien que no sea Mariah—se ajustó la cinta que le sujetaba la coleta.

—Tengo que pensármelo...

—Descuida, cuando lo decidas me lo dices, tómate tu tiempo—siguió acariciando al pokémon. Houndour hizo un ruido y se estiró—. Bueno, te dejo que sigas con tus tareas.

Apartó a houndour de su regazo y se levantó. T/n fue a abrirle la puerta.

—Ya te diré mi respuesta—dijo t/n abriéndole la puerta.

—De acuerdo, la esperaré—le sonrió él. Después de decir eso se despidió con un gesto y salió de la habitación.

La chica le devolvió el gesto y cerró.

Se tumbó en la cama y se revolvió sobre si misma.

—Ay, tengo que contarle esto a Mariah...

Sacó su teléfono del bolsillo y marcó el número de su amiga.

Se lo puso en la oreja y escuchó como sonaban los tonos.

—¿Diga?—se escuchó a la rubia al otro lado de la línea.

—¡Mariah, soy yo!

—¿Qué pasa, por qué tan emocionada!

T/n se levantó de la cama y comenzó a dar vueltas por el cuarto.

—No es emoción, son nervios.

—Eso ya es más común en ti, pero dime, ¿Qué pasa? ¿Ya has hablado con Grusha?

—Si, ¿A ti que te dijo?¿Por qué le dijiste el número de mi puerta?

—Dijo que tenía que hablarte en privado.

—No puedes ir dándole mi número de habitación a cualquier persona ¿Y si tuviera malas intenciones?

—¿El te he hecho algo malo? Mira que lo mato.

—Nono, que va.

—¿Entonces?

—Me preguntó si quería salir con el.

—¡¿Qué?!

—Pero como amigos. Primero me preguntó si estaba incómoda con el, o si había hecho algo que me haya sentado mal. Yo le dije que no y me dijo de salir con él, como amigos para practicar estar con gente.

—Aaah vale, ¿Y tu que le dijiste?

—Que debía pensarlo.

—¿Y que has pensado?

—Aún no lo sé, acaba de irse de mi cuarto.

—¿Ha entrado a tu cuarto? Pensé que solo hablaríais en la puerta.

—Creí que sería de mala educación dejarlo ahí plantado.

—También es verdad. Bueno te dejo que Andrea se ha empeñado en que quiere un helado aunque hagan dos grados.

—Vale, ya hablaremos.

—Adioos—Mariah colgó la llamada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro